domingo, 7 de noviembre de 2010

cuando soy infeliz afuera

entiendo que estar adentro, al menos acá, es lo mejor que puedo hacer. de verdad. en mi refugio tengo mi compu y mis libros, mi marido y mis hijos y el club porque el deporte a mí me da felicidad. el mundo externo no mucho. a veces sí, cuando no hay exigencias, cuando es lo conocido, mullido, alegre y familiar. pero cuando no entiendo y no me entienden prefiero estar acá. aunque me ponga mi abrigo peludo que a todo el mundo le gustó, sobre todo al mundo gay que supo apreciarlo mejor que nadie. mi abrigo peludo es como un traje de super heroína. me lo pongo y todo me chupa un poco más un huevo. debería haberme drogado pero no lo hice. tomé fresca que ni siquiera es light porque no había coki y comí como si no hubiera probado bocado en meses. cualquierismos de mi nula vida nocturna. puse música o al menos hice pasar las que no daban en la lista Fiesta del ipod. elegí un par de otros lugares y finalmente me rendí a que era temprano o que a los 33 la gente ya no quiere bailar o que les faltaba alcohol en sangre. a mí me faltaban cosas y me sobraba frío. como ahora, que escribo con las manos otra vez ateridas, adentro de la cama sin ganas de salir aunque el cielo está hermoso y el sol calienta. el bebé duerme, Coco se fue a lo de Dante y marido y Titi al club. no tengo muchas ganas de nada. voy a trabajar. y después iremos a la Condesa, a ver la obra de títeres al Pata negra. si alguna vez me quejo porque no tengo vida social recuérdenme que la sufro. ah, sí: de un montón de gente pienso que es muy tarada, también tengo ese problemita. y de otra pienso que me cae mil y me alegro cuando veo, por ej, que dos personas se encontraron y se quieren. me re alegro de verdad porque enamorarse es un milagro.

bueno, eso.
me manejo más o menos bien hasta unas 8 personas, pasando eso me quiero esconder aunque no se note.
no voy a salir más porque me agarra basurismo.
así las cosas, chicos.
domingueras.

No hay comentarios.: