Fluyo, casi dormida. Antes de las 6am estaba despierta, contagiada por el jet lag de Alejo que no me dejó dormir más. Los pensamientos brotan y se concatenan. Pienso. Doy vueltas. Leo. El arte se me escapa por lo de siempre, el arte es mediación y mi relación con la realidad es cruda e inmediata. Y expresarme me cuesta cada día más. Es la soledad, presumo. Es la falta de estímulo externo.
Ayer eso: básicamente echados. Primero el el club, en las reposeras, después en los sillones y después nuevamente en los sillones. En el medio: comer con Diego Mu en el contramar (deli), después caminar al Toscano (un nuevó clásico comparable al programa de la Ostra y Alto tango) y después volvimos, semi dormidos y nos tiramos a escuchar música. De vez en cuando está bien tener 16.
El cuerpo atravesado por los hijos y el deseo: está bien. Es vida.
A la noche cenamos en lo de Eva y Nacho. Ahora: cansancio. Mucho. Después club y luego UNAM o semejante y a la noche parece que fiesta.
Pero todo bien.
Así las cosas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario