hace unos días me tomó de sorpresa, mientas chivaba a full con el calor seco, una espantosa conciencia de mi finitud (de la de todos, sí, pero claramente me pegó mal la mí) y concluí que no, que no me quiero morir.
después volví a la matriz y todos contentos.
la boludez es contagiosa. creo yo.
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