martes, 19 de mayo de 2009

destroy

Camilo estuvo despierto casi tres horas, el pobre come y regurgita y se ve que se siente como el orto. Yo no podía más pero tengo una única virtud y es no perder la paciencia con los bebés. Recién cuando empiezan a tomar conciencia y forma de persona me vuelvo intolerante. Ahora, me lo tomo como lo que es: un período. No sé si se debió a la Coca Ligth, al brócoli o, como dice Lisa, a mi estado de ánimo. Tiene la teoría de que cuando uno no anda bien, la leche no es la misma. Podría tener un viso de realidad en tanto que todo se pudrió cuando se fue mi madre pero ¿qué hago? Esta soy yo. En fin. Pobre, malísimo. Y agotador. De todas maneras, me levanté a las diez y media. Chau caminata (el clima no está muy inspirador tampoco) y chau casi todo, la mañana así no rinde en lo más mínimo. Le di de comer, lo ubiqué abajo con Jose y me bañé. Depresión verse al espejo con 12 kgs de más. Horrible. Ni modo. Acabo de desayunar un cacho de yogur (el tema calcio, no consumo leche si no) y un pedazo del pan negro más hipocalórico que hay en el mercado con una feta de queso. Se me hizo un poco tarde, la verdad.

Ayer.

Hice dos tartas mientras Lisa me platicaba. La de brócoli me salió espantosa (tengo que concentrarme) y la de tomatitos cherry, mozzarella y hongos creo que estaba mejor, no la comí. De todas maneras, acompañada con una buena ensalada (conseguí un mezclum más que decente y una caja con rúcula) es una comida como las de antes, las que le hacía a Diego en Buenos Aires (claro que con masa casera, por mi falta de procesadora, me veo obligada a comprar un hojaldre que no es nada rico).

Después.

Coger sienta bien. El sexo es salud y es muy necesario. Meses sin garchar. Eso sí, nunca más en mi vida voy a volver a tomar pastillas anticonceptivas. Más de seis años de no ser yo, de perder las ganas. Y encima, fallan. Pero bueno, etapa terminada.

Antes, meterse a las nueve menos cuarto en la cama, leer un libro que mi padre ya me había adelantado que estaba muy mal escrito (o mal traducido, pienso yo) pero que te atrapa: la vida de la "joven homosexual" de Freud. Diego, mientras, con su compu.

Por lo demás. No mucho. En breve me voy con Jose y Milo a buscar a los chicos, volví a manejar después de tres semanas y concluí que la vida sería bastante más agradable de no tener que usar tanto el auto, no lo extrañé en lo más mínimo. Tengo que terminar un libro y después, cumpleaños. Mañana tenemos otro y el viernes Simi tiene uno en una pileta (había sido cancelado por la Influenza, tema del cual me olvidé completamente).

Mañana marido se va a Colombia y llega suegra.

En fin.

Así las cosas.

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