Acabo de llegar de Starbucks, fuimos con mi vieja a buscar la factura del taller mecánico (por cierto mi auto a pesar de la alineación y balanceo, no anda) y queda justo enfrente del Magno centro. María MUY amablemente se llevó a los chicos a lo de Flor, fue una suerte de milagro porque estaba a punto de regalarlos y el pequeño se quedó durmiendo con Jose después de una teta llenadora. Es un genio, tira tres horas desde que nació y no llora por nada. Estoy completamente enamorada y como le decía a mi madre, está claro que el puerperio- y la experiencia- hacen milagros, me soy una gorda y ni siquiera estoy particularmente preocupada. Otras cosas me tienen peor, mucho peor pero no es el tiempo de procesar nada, cuando la vida vuelva un poco a la normalidad, pensaremos.
Por lo demás, tengo MUCHO trabajo atrasado. Ganas de que todo esté más aceitado y esperanzas de que el lunes, las cosas mejores.
Y, en realidad, quería escribir sobre algo más pero no me acuerdo qué.
Así de distraídas las cosas.
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