lunes, 4 de abril de 2011

dimanche

No tengo tiempo. Estoy, por definición, atrasada. El 21 nos vamos y tengo que hacer de todo. Mucho. Mal. Duermo poco. Ayer porque nos quedamos hablando con Lean de política. La charla más interesante en años (al menos uno, desde que vino en enero del año pasado). Las conversaciones en Buenos Aires suelen angustiarme, deprimirme, desalentarme. Lean es inteligente, crítico, sólido y jamás caería en argumentaciones maniqueas y extremistas. Como bien dice Buñuel siempre fui fanáticamente antifanática. No puedo ni con la violencia ni con las convicciones demasiado fuertes. En fin. Habían ido al super y se trajeron un pollo (Lean y Sebas), se hicieron una ensalada y yo los acompañé mientras cenaban. Antes habíamos ido a La Ostra, comimos ceviche, camarones empanizados y a la plancha, tostadas de Marlin (por lejos mi plato super prefe), cóctel de camarón y tostadas de pulpo. Pasamos dos segundos por El péndulo y Lean, muy amorosamente, me regaló Cosmética del enemigo de Amelie Nothomb. Lo empecé a leer mientras ellos paseban. Con marido hablé dos minutos y hoy no dio señales de vida. Ya aparecerá. Después pasamos por El globo, compré unas cosas dulces y vinimos a tomar café. Cada uno se echó en su cuarto mientras los chicos miraban una peli. 
Este nuevo horario me parece deleznable. Siempre lo detesté. Cuando a las 6.35am sonó el tel, no podía creer lo que me estaba pasando. Milo durmió conmigo. Volví a la cama y a las 8.15 me desperté sobresaltada, quedaba poco tiempo. Las horas vuelan, sigo en camisón. Me voy a ir a hacer deporte y después activaré seriamente.

Y no mucho más. Todo es siempre un paréntesis. Pero esta es mi vida. Lean me cuenta cosas de Buenos Aires y el nivel de ajenidad es total. Absoluto. No soy de ahí y no soy de acá y ambas son realidades innegables que me dejan flotando en un limbo complejo. A veces sentador, también.

En fin, chicos.
Así de concretas las cosas.

No hay comentarios.: