jueves, 14 de abril de 2011

El desgarro interior

Leí hasta tarde y después me quedé pensando en la locura, el dolor, el arte y la potencia.

Está ahí, lantente siempre, soy rota por definición y aunque con los años me fui componiendo o me es más fácil componerme cuando me astillo, no hay una totalidad indivisible. Me alegra que sea cada vez menos o que no se note. Gusto de parecer "normal", de llevar una vida corriente, de no haberme caído del tren como tantas veces temí. Además, el desgarro no tiene objeto, a veces se actualiza por una enzima que no siempre puedo reconocer. Y se deja ser. De distintas maneras.

Sigo pensando que sin dolor no hay arte. Aunque me atraviese yo no lo aprovecho. No me sale, no sé. Pasa por otro lado. Muchas veces quisiera poder pintar. O componer. O al menos poder tocar con sentimiento, que me salga de la panza.

Escucho este tema de Nacho, que me gusta mucho y es muy triste, como casi todos.

Soy indefensa frente a la hostilidad de un modo indecible. No me hieras, me duele. No sé qué hacer.

Tengo que trabajar pero quiero tocar el piano (de hecho toqué, me colgué improvisando después de estudiar un ratito unas piecitas barrocas, es taaaaaaan sentador).
En fin.

Así las cosas.

No hay comentarios.: