En mi casa, lo sabemos, siempre hay gente. Y, principalmente, niños. Hoy no fue la excepción. Después de la depi defi que tanta felicidad nos dio, vinimos a comer con Pau a casa. Pau e hijas. María había llevamos a los chicos al club y cuando volvieron se quedaron también Feli y Juana. Entonces, niños y bebés. Comida, charla de chicos, boggle. Ahora Roberta llora y yo la quiero regalar. Tenemos pelis para ver, la única alegría. Difícil lidiar con tantos hijos. Estoy cansada. Tengo sentimientos raros a veces. Nostalgia. Pienso en Buenos Aires. Voy a buscar mi pasaje para junio. No termino de decidir si llevo al bebé o no. Ya veré. Necesito ir. Extraño. Me gusta ir sola, la paso increíblemente bien. No me interesaría ir sola a ningún otro lado. La nota de la escuela de Francfort la abrí ayer temprano, sigue a medio leer. No sé si escribir o leer libro. Voy a buscar algo de música.
Igual estoy bien, eh. Bastante contenta. Para mi estilo.
Así las cosas, chicos.
Findex de suburbio. Once again.
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