domingo, 11 de julio de 2010

cositas sueltas entre diario y diario

Marido trajo desayuno a la cama: licuado de mango (el café con leche, muy tristemente, lo vomito) con medialunas calentitas. Ahora lava todo lo que había sucio. Marido puede ser un verdadero santo.
Ayer me pregunté por qué recibo tan pocos correos en mi mail del blog. Me autocontesté que yo jamás escribo ninguno y que tampoco (casi) comento en los blogs que leo, so...
Eso sí: contesto TODOS los mails que recibo, SIEMPRE.
En otro orden de correos, acabo de recibir el mail más delicioso de mi amigo Santiago, un poco drogado y un poco borracho se vuelve todavía más encantador. De mi otro amigo Santiago que vive en España, ahora que lo pienso, no recibo noticias hace aproximadamente tres mil millones de años.

Bueno, eso: escriban! Sabemos: me copo.
Sigo con los diarios. En la cama, bajo el edredón, con fresco pero sin lluvia, antes de decidir si salimos a pasear o vemos partido en casa y armamos algo de comer.

Así las cosas, chicos.
Buenhumor y paz reinante, al menos por un par de horas.

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