Me dormí a las 9.30pm después de clavarme un cuarto de rivo. Me fui despertando, marido también, tuve sueños raros y perturbadores. Llueve. Mucho y todo el tiempo. Llueve. Como si estuviéramos en Londres. Una de las gracas de esta ciudad es (era) su buen clima. No tenemos programa de ningún tipo.
Vamos a ir al museo del juguete. Antes desayunar y bañarse. Muchos hijos.
Depresión declarada.
Ganas de nada.
O de Buenos Aires. Seguramente todo sería (levemente) distinto.
En fin.
Así de bajón las cosas.
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