martes, 21 de septiembre de 2010

fuckin lluvia

No estoy para esto justo hoy. Diluvia. Estaba triste y llevé a Tita y a Bianca al club, clase de ballet. Me llevé al bebé y fuimos  la guardería. Yo pretendía leer Freud y que él jugara. Pero él también está triste así que me tiré en una colchoneta, él encima mío y le canté y le hice mimos. A veces me olvido de que tengo un hijo semi bebé. Busqué a las nenas bajo la lluvia torrencial (por suerte había llevado paraguas) y acabamos de entrar. Leves ganas de llorar. Por suerte primero a marido le dije que sí y después que no al estreno en Avenida Universidad. Me arrepentí. Mejor Mad Men at home.
A la mañana hice la clase de Pilates finalmente, antes 20 de elíptica. Y después me embadurné con la vaselina y me metí a chivar. No sé si fue eso o que sigo comiendo poco pero adelgacé 300 gramos más. Veremos con el correr de la semana. La clase estuvo bien pero me duele todo. Tengo los ligamentos flojos lo que repercute en una flexibilidad bastante sorprendente. Y los profes se mal copan. Estuve sola con él como quince minutos y lo padecí. Últimamente me siento un toque quinceañera. Me dio como pudor. Por suerte vino una señora pero creo que siguió tocándome exclusivamente a mí. Soy monstruo pero no tanto así que no me animo a decirle que preferiría que NO lo hiciera. Y también preferiría que no dijera mi nombre cuarenta veces. Y menos para retarme. Escuchame flaco, no soy tan simpática como parezco. De hecho, pongo bastante cara de orto. El momento cúlmine fue cuando se sacó las medias y las olió. Hizo un comentario sobre el suavitel que no entendí pero igual semi sonreí. Mon dieu. Me acordé perfecto de por qué prefiero hacer aparatos. Igual: resistiré. Mi cuerpo lo agradece.
Bueno, chicos. Eso.
Llueve espantosamente. Ahora viene Pau a tomar un té y después miraremos Mad Men con marido.
Así las cosas.
Melanco.

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