martes, 14 de septiembre de 2010

lo de ayer no era nada

Se me cerró el capítulo de The Wire que estaba viendo y después, obviamente, no pude volver a abrirlo, gentileza de cuevana (o megaupload). Me quedé pelotudeando y concluí que en Buenos Aires hubo una epidemía de trastorno narcisista extendida y que evidentemente
yo me los cruzo a todos. Con esa perspectiva me fui a dormir, malhumorada como hacía mesesno sucedía (venía en un plan buena onda exagerado), debían ser las 11 y cacho. A las 12.30 suena el teléfono, sueño profundo, de los buenos, interrumpido por marido que me avisa que está en camino (orgulloso además de ser cumplido). Y así, de repente, angustia y desasosiego gratuito. Llega, le hago unas preguntas (de compromiso) que me contesta desaganado, me doy media vuelta y sigo durmiendo hasta las 4.30 que tenemos episodio, bebé se despierta, tengo que hacer mamila y ya no soy comprensiva como siempre, ya estoy hastiada. Eso: hastío. Y malhumor superlativo. En fin. En un rato voy a ir a hacer deporte. Después me encuentro con Graciana en Polanco, busco hijos, si llego visito a Flor & baby y a la tarde dermatóloga con Coco. No entiendo bien por qué mañana no hay escuela. Creo que no vamos a tener festejo, finalmente nadie armó nada y como el jueves tenemos asado en casa no me da doble evento. Ni modo. Será el primer Grito que no festejemos. No me importa. Apatía.
Chicos: día de la vida es una mierda. Aburrida, desolada, etcétera. No lo combatiremos.
En fin.
Así las cosas.
Bajoneras.

2 comentarios:

libre dijo...

respeto tu hastio, pero no se que daria por poder pasar unos meses en Mexico! Te aclaro que vivo en Buenos Aires y la amo. La vida es asi...

persépolis dijo...

http://buscandokamchatka.blogspot.com/