El sábado, en un día de incomodidad extrema, mientras hacía un rato de la clase de zumba, me acordé de por qué me analicé diez años, dos veces por semana. A veces necesitaría volver. Otras pienso que así estamos bien. Somos un poco menos locas y más contentas. Ojo: sólo a veces.
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