lunes, 17 de agosto de 2009

por suerte no es nada

El huevito hinchado del bebé pareciera ser sólo agua. No hay que operar. Buenas noticias. Fuimos los dos solos. Al cirujano le pareció un bebé muy buena onda. Es muy buena onda. Se ríe. Es gordo. Tiene la cara hiper simpática y ni se quejó mientras le toqueteaban los huevos. Un santo.

Estoy triste porque se terminan las vacaciones. Detesto los horarios. Detesto despertarme temprano. Y la pasé muy bien con mis hijos. Hicimos planes. Fuimos al club. El viaje estuvo alucinante. Quiero viajar más. Con mis hijos. Quiero ir a Europa. Quiero conocer algo de Asia. Quiero ir a la playa. Y a las ruinas del sureste. Al sur argentino. Andar en camioneta. Caminar y disfrutar de la naturaleza (Francis hablándole a sus truchas es muy inspirador, el frío no).

El viernes pensé en mí. Pensé en que muchas veces me considero una persona insegura. Después pienso que estoy loca en realidad. Que soy del tipo de personas a las que suele- de corazón- chuparle un huevo lo que piensan los demás. Soy una militante de vivir y dejar vivir.

Bueh. Reservamos en Astrid y Gastón. Ya me entran- bastante apretadamente- mis jeans. Eso está bien. 19.5 kilos. Quedan pero ya casi soy normal.

En fin.
Así de aliviadas las cosas.

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