miércoles, 14 de octubre de 2009

no te sé decir

Verdaderamente qué onda. Nada. Bah. Interruptus. Skype. Teléfono. Noticias tristes. Me quedé perturbada porque alguien la pasa muy mal. Sé que va a estar bien, lleva tiempo y es duro pero se sale. Igual, muy feo y no puedo hacer mucho. Voy a cocinar algo rico para mandar. No arregla nada pero endulzar un poco la vida nunca viene mal.

Por lo demás. Maru con su panzota, ya al parir. Fui al super con madre, tengo la tintura avellana en la cabeza (madre se fue a chusmear cosas al magnocentro). Lo dejé a Milo con Karina. Dios mío, ¿podré dejarlo algún día solo? Me asusta el tema. Compré mucha fruta y verdura. Puse a cocinar la calabaza en el horno eléctrico para que no se acue tanto. Igual, Karina hirvió el resto. El bebé llora y no lo puede calmar. Pobre mi hijo, y eso que es un santo. Tengo que ponerme a laburar YA. Esto no da para más. Ameba.

Diego trabaja mucho. Llegó a la 1.40 am (hace un tiempo me doy cuenta de que estas cosas generan suspicacias pero soy una convencida de que el humano infiel gusta de serlo en otros horarios, tipo 3pm te diría). El bebuch se despierta bastante, a las 6.40 me despierto sola, a las 7.05 Coco se va y a las 7.30 ya estoy levantada nuevamente (me vuelvo ese ratito a la cama pero es brevísimo, a veces doy la teta o cambio pañal y terminan siendo sólo 15 minutos).

Simón se va con Miguel al club porque es el cumpleaños, el día está medio espantoso. Faltan a after school. Mañana no van al partido tampoco, tenis y piano, no da faltar. Los partidos deberían ser el día de entrenamiento. El sábado tenemos un bautismo. Es al tercero al que voy en mi vida. Fui a un bris, una vez. No me pude acercar, los gritos del bebé casi me hicieron llorar. Convengamos que el tirar agua bendita en la frente es mucho menos cruel, igual, es una niña (no habría riesgos).

Madre se va el viernes. Se pasa volando el tiempo entre la nada y la nada.

Volviendo a mi marido, no me da pelota. Si lo llamo y le pregunto por qué no me llama si ve cinco llamadas perdidas me contesta que sí, pensó en llamarme pero justo se dio cuenta de que es la hora en la que estoy viajando (sic). Cosas así de ridículas. Igual, lo prefiero ocupado que deprimido, creo.

Y no mucho más. Vida social nula. Ayer mi madre me contaba de su grupo de escultura y me doy cuenta de la chatura de mi vida acá. Me acordé de mis clases de alfarería justo antes de venirnos, de mis grupos de estudio, de todo lo que hacía y me da un depre...

En fin.
A leer se ha dicho.
Así las cosas. Embole.

1 comentario:

Unknown dijo...

te vengo leyendo hace un par de meses (alpedo en el laburo) y no sabes como me identifico, muchas veces, no sirve de nada que te lo diga, pero bueno, estamos en el mismo barco, yo en USA (Was DC) con dos enanos y marido laburando a full. ya vendran tiempos mejores o por lo menos eso me digo cada manhana!!!! Mariana