Llegué mareada y nauseabunda. Fue una tarde larga en el jardín, comimos mucho y riquísimo y yo bebí primero vino y después crema de mezcal, igual de deli que peligrosa. Los miles de niños jugaron contentos y tranquilos, Fer y Guille se pasan de relajados y buena onda (yo sufro un poco cuando hay tanto menor haciendo kilombo en mi casa) y nos reímos y seguimos comiendo y charlando durante cuatro mil horas. Pero... me tuve que meter en la camuch sin siquiera poder abrir una página. Marido le hizo una keka a Tita que se despertó y yo ya estaba desenchufada cuando alunizó a mi lado.
¿Cuándo aprenderé que calladita me veo más bonita? No discutirás sobre política con nadie y menos con pibes. Julieta: una vez más, plis llamate al silencio. ¿Es tanto pedir? Marido me tira a los leones sin culpa. En fin. Fumé mucho tabaco y dormí bien durante nueve horas.
Tengo mil diarios por leer pero no demasiado tiempo. Me levanté super pilas y decidí que como marido iba a jugar tenis, yo llevaría a los chicos al teatro. Simón se bajó y Milo también, prefirieron ir con el padre al club por lo cual Tita está acá al lado mío, tiradas en la cama, ambas empiyamadas, ya desayunamos y en breve vamos a bañarnos, hacer la cama y salir hacia el Centro Cultural del Bosque. Está bien hacer cosas. Ya dije que la dimensión fáctica salva a a las almas grises. Y yo tengo una de esas. También pegó la sugerencia de hacer cine club los viernes. Me recontra copa. Mirar pelis sabemos que es uno de mis planes ultra prefes y con vino, quesos y panes y amigos me parece un hitazo.
Eso sí: extraño Buenos Aires, no te creas, eh.
En fin. La vida no me da para todo.
Así las cosas, chicos.
¿Cuándo aprenderé que calladita me veo más bonita? No discutirás sobre política con nadie y menos con pibes. Julieta: una vez más, plis llamate al silencio. ¿Es tanto pedir? Marido me tira a los leones sin culpa. En fin. Fumé mucho tabaco y dormí bien durante nueve horas.
Tengo mil diarios por leer pero no demasiado tiempo. Me levanté super pilas y decidí que como marido iba a jugar tenis, yo llevaría a los chicos al teatro. Simón se bajó y Milo también, prefirieron ir con el padre al club por lo cual Tita está acá al lado mío, tiradas en la cama, ambas empiyamadas, ya desayunamos y en breve vamos a bañarnos, hacer la cama y salir hacia el Centro Cultural del Bosque. Está bien hacer cosas. Ya dije que la dimensión fáctica salva a a las almas grises. Y yo tengo una de esas. También pegó la sugerencia de hacer cine club los viernes. Me recontra copa. Mirar pelis sabemos que es uno de mis planes ultra prefes y con vino, quesos y panes y amigos me parece un hitazo.
Eso sí: extraño Buenos Aires, no te creas, eh.
En fin. La vida no me da para todo.
Así las cosas, chicos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario