domingo, 21 de febrero de 2010

oh, la boda

Nos vestimos de gente semi seria y partimos a la iglesia de acá cerca. Nunca había entrado. Es hermosa. De madera. Con un ventanal que da a la cañada de atrás. Pena el cristo enorme. Las imágenes del catolicismo me parecen terribles, me caerían mucho mejor si fueran iconoclastas pero sabemos, también ese fue el secreto de su éxito. Nos pusimos en un costado e intentamos no desentonar cosa que no es del todo posible porque no repetimos todo lo que repiten los otros, sí nos sentamos y nos paramos pero no nos arrodillamos, no comulgamos ni colaboramos con la colecta. Me parece genial que la gente tenga fe y se cope con todo eso. A mí me supera. Y creo que acá es peor que en Buenos Aires. Una vez fui al casamiento de una amiga mía y lloré en la Iglesia. Mi amiga se divorció a los dos años y yo me sentí bastante huevona.

Después volvimos a casa para esperar a Ale. Llegó bien, agotada. La saludamos y nos fuimos a la fiesta.

Por suerte no fuimos antes.

No conocíamos a nadie. Era una boda de alguien nada cercano. Llegamos a la mesa y nos tocó con la única madre del colegio que ostensiblemente no me saluda. De hecho, me da vuelta la cara. Hace dos años. No mide más de 1.50, posta. Nos sentamos. Nos miramos un rato las caras. Comí cacahuate. Fumé. Tomé Coca Light. Y finalmente sirvieron la comida. También en la mesa estaba una chica que va al club. Bastante simpática. Finalmente conversamos un rato. Sobre los chicos, el colegio. La hija de la pareja enemiga es compañera de Simón. Entre una cosa y otra, el padre de la nena, que nos dirigió la palabra (la madre mantuvo la postura de no diálogo) bastante simpáticamente, al final, nos preguntó si nosotros sabíamos que nuestros hijos habían sido novios. Bueh. Pusimos cara de what y le dijimos que Simi no cuenta nada, que no quiere hablar del tema. Ahhh, no, el año pasado la maestra nos llamó para decirnos que Ximena y Simón se la pasaban dándose besos en la boca. (!!!!!!!!!!!!) A nosotros jamás no los nombró. El machismo desde los primeros pasos...También nos contó que Coco le mandaba mandaba cartitas, que las tiene todas guardadas y que hay una muy simpática (?) en la que hay un dibujo de los dos en la cama con flechitas con los nombres de cada uno. A esa altura Diego y yo no sabíamos dónde meternos. Novia, besos, cartitas. Y yo que pensaba que el pibe estaba en otra. Digo. Le había visto un dibujo una vez de un nene y una nena adentro de un corazón, besándose, pero pensé que era algo aislado.

En fin.

Marido y yo tenemos que revisar nuestro comportamiento. Tal vez tenemos la relación demasiado abiertamente erotizada. Qué se yo.

Comimos, fuimos a la pista a intentar bailar pero el dj se empecinó en alejarnos. Somos muy pilas. Te bailamos todo. Pero nos superó. A la una partimos. Tuvimos que decirle al del estacionamiento que no nos alcanzaba la plata (yo no llevé ni billetera ni anteojos, Mrs Magoo) y volvimos con el shuffle derrapando tema tras tema.

Es domingo. Desayunamos largo con Ale.
Tengo que recuperar hijos.
Así las cosas.
Ridículas.

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