lunes, 31 de mayo de 2010

20 años

Hoy, de casualidad, me enteré de que se murió Oriz (dudo ahora si se escribe así). Dos veces por semana, después de comer, caminaba las cuadras que separaban mi casa (Gallo y Charcas) de su instituto (Vidt entre Güemes y Charcas) en donde hacía el ingreso al CNBA. Me acordé de esa casa, de las costumbres que tuve desde los ocho hasta los dieciseís. Cuando nos mudamos dejé de dormir con mi hermano y tuve cuarto propio. Era un primer piso y pasaban la mitad de los colectivos de la ciudad: 152, 39, 68, 29 y algún otro que no recuerdo (sí, creo que ya lo conté). Tenía un patio en el que patinábamos y había un gomero enorme. Para ir al colegio primero hacíamos pool con Marcelito y su hermano que vivían al lado, su padre era el encargado de El ladrillo, la casa de empanadas, vivían arriba del local y el señor criaba canarios. Marcelito era compañero del kinder y su hermano tenía un año menos que yo. Siempre tendí a ser la mayor en todo (lo mismo con mis primos, la misma composición exacta de género y edad). A partir de los once, nos tomábamos el 188 de ida y el 128 de vuelta (aunque a veces caminábamos las doce cuadras kilométricas, teniendo que atravesar el parque Las Heras bajo un sol rajante). Una tortura. Era la Escuela Nro 26, Distrito escolar 1er, Adolfo Van Gelderen. Sonaba muy suizo pero era muy Cacciotore. Muchas veces conté cómo la estrenamos, yo en preescolar, después de que mi padre le gritara a una burócrata que a ella le daba lo mismo dejarme en la escuela vieja, que era sólo ponerme en una lista o la otra. La prepotencia funcionó.
El ingreso lo empezamos catorce compañeros de mi grado. Yo iba al curso con cuatro amigas, Marce, mi mejor amiga de entonces, decidió a último momento ir al Pellegrini así que iba pero otros días. Marcela, la subdirectora del instituto y tía de mi amigo Santiago, pensaba que mis amigas eran mala influencia. Puede que tuviera razón. En un exámen de matemáticas me saqué 22 y casi se me va todo a la mierda. Por suerte compensaba con Lengua e Historia (geografía me torraba). Entramos sólo tres. Dos fuimos a la misma división.
Corría el años 1990. Efectivamente. El preceptor del ingreso era el hijo de un reconocido líder del PO. Tenía los ojos muy celestes y me encantaba.
Finalmente entré.
Con el mismo puntaje que Fer (que en ese entonces no la conocía, claro).
Del colegio salía a las 1pm. Mi madre me anotaba en inglés a las 2.15pm. Sí, cualquiera, tenía que correr. Me acrecentaba la fobia. Caminaba hasta Melo y Laprida de ida y vuelta, por lo tanto comía en dos minutos. No me dejaba dormir la siesta (lo juro, al kinder sí) y después tenía que estudiar. Volvía con Miguel, en segundo, un campañero que iba a la Argentina Modelo y me encantaba. Durante el secundario hice piano, teatro, guitarra, canto y alguna otra actividad que no recuerdo.
Hasta cuarto año la pasé como el orto.
Nunca escuché grupos pop pre armados. Estaba más del lado del rock nacional. También Tom Waits, The cure y otras cositas.
Me revolcaba mucho con cualquiera, por épocas. Me gustaba siempre algún compañero. Nos copiábamos y nos machetéabamos mucho. Nos sentábamos en la fila de la derecha, el lado desastre del aula. Del izquierdo (la mayor parte) eran nerds y científicos. Fer y yo medio que no pegábamos en ningún lado. No teníamos grandes amigas hasta cuarto pero nos invitaron a todas las fiestas de quince del claustro. Después nuestra vida cambió un poco, nos hicimos amigas de las chicas y pegamos grupo de pertenencia. Con los varones (que ahora son mis amigos) teníamos una relación ambigua y tortuosa. La segunda era la peor divi de ese año. Por lejos. Pura maldad (lo decían los profesores: no hay víctimas, son todos victimarios).
Pasaron veinte años del ingreso. Y yo me acuerdo todo tan vívidamente que da miedo.
En fin.
Hoy es el cumple de Merin. Estoy lejos.
No me comunico mucho con nadie. Ostra.
Bueno, chicos.
Así las cosas.
Memoriosas.

4 comentarios:

Muma dijo...

La 26, una de las pocas cosas que extraño de BA, los mios hicieron ahi el jardin, Max termino preescolar y Manu hasta sala de 3. Que lindo es!! aunque ahora es mas lindo porque cambiaron a la chota de la directora facha que habia.

Lala dijo...

JB hola!, me hiciste volver a mí también. Cuando me fui a estudiar a BA (1996, 17 años), vivia con una amiga en Guemes y Gallo, 3° piso a la calle, colectivos a full, nos costó acotumbrarnos, imaginate que veniamos del medio del campo, de despertabamos con los pajaritos. Así que nos quedabamos noches enteras hasta que nos vencía el sueño, hablando al pedo y comiendo las empanadas de El Ladrillo, que lindas epocas! Gracias, me duermo con una sonrisa.

cronista sentimental dijo...

a mí también! yo fui víctima de oriz y de su hermana -¿o era la esposa? por suerte fueron solo un par de meses.

marina k dijo...

lo mío fue más cheto y modernoso (y ahora lo odio): fui a silvina y gustavo.
no entré (bueh), y también yo me saqué un 22 en matemática. en lengua siempre 45, en fin.