Soy bastante imbécil y tengo la cabeza soberanamente quemada y me olvidé de mandarle por mensaje de texto la dir a la terapeuta y ella NUNCA me llamó para pedírmela. So, no viene. Reagendamos para el martes a las 7.30 am.
Daniela acaba de romperme una de las dos ensaladeras de mi juego alemán que no se usa para diario. Soy cero apegada a los objetos pero reconozco que al ser algo irremplazable y lindo, me puso triste. Ante lo irremediable, de todas maneras, mejor no pensar.
Dios mío. Qué manera de terminar esta semana de merda.
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