domingo, 23 de diciembre de 2012

Solo por hoy

Estamos replegados sobre nosotros mismos, como familia. Y es, básicamente, porque no hay casi nadie en la ciudad, porque son días de transición entre vacaciones y vacaciones, porque las fiestas generan esta sensación de tiempo suspendido.
Los gritos, las peleas, los fastididios se suceden pero, sin embargo, el saldo siempre es positivo.
¿Qué le pasa al mundo? ¿Por qué se impone la sensación de vivir al borde del colapso? Cuando no son fenómenos naturales son revueltas sociales o tensiones políticas.
Pasamos ocho días en Buenos Aires. Por primera vez en mucho tiempo fui sin expectativas. La pasé muy bien, disfruté y volví, fluyendo en todos los momentos. Para mí eso es mucho.
Ahora los dolores me doblegan. La cama tira aunque me empeore. Estoy agotada. Pago meses sin respiro, uno tras otro. El encierro no ayuda pero la voluntad de salir y hacer deporte no existe.
El año fue malo aunque lo grave es otra cosa, es lo que pone en riesgo tu vida o la vida de alguien querido. El resto, lo que se puede solucionar, es duro pero solucionable.
En mi cabeza ya no está tatuado el formato blog. Naturalmente pienso en la vida real. De todas mnaeras, a veces lo extraño. Solo que la queja me aburrió.
Buen año para todos. En unos días me voy a la playa, unas vacaciones reales y merecidas. Los cinco juntos.
Nos vemos en el 2013.