sábado, 31 de diciembre de 2011

ni unidos ni dominados/ 2012

Que haya salud y trabajo.
Y que la fuerza nos acompañe.
Feliz año.


martes, 27 de diciembre de 2011

2011

En la misma cama y con la misma ropa que ayer, lagarteo sin culpa y con un poco de calor. La suciedad que me acompaña es pomposa. Desayuné con Vir y Male en Voulez Bar y comí con la Shama en el mismo espacio. Mi madre había almorzado allí también con colega más joven. Fui con la ropa de gym fluo y el pelo asqueroso, todavía ahumado del día anterior. No tengo vergüenza.

Debería bañarme ya para encontrarme en un rato con mi marido. Acá nos llevamos bastante como el orto pero la realidad es que no hay que pedirle ni al matrimonio ni al cónyuge algo que no es.

Este fue un buen año. Pude ser feliz de una forma que no conocía durante una buena parte. En mi vida tengo dos flancos flojos y uno es más fácil de solucionar que el otro. Y hay un hecho objetivo que no puedo resolver y que es el motivo de que este blog exista.

Pero no me quejo. Al contrario, agradezco. Pasaron casi todas cosas buenas. Y espero que sigan pasando. Faltan unos días para que termine el año pero siento que esto se precipita al igual que mi vuelta a México. No tengo nada de ganas de volver. Hoy le lloré a mi marido. Infructuosamente, claro. Como debe ser.

Por ahora, excepto por una lealtad ridícula, este espacio no tiene razón de ser. Ya volverá a tener. Siento cierta epifanía existencial que se extiende. Ya entendí, ahora resta vivir. El escepticismo no es fácil pero es lo único a lo que puedo aspirar. Las relaciones humanas como el verdadero sentido de la vida. Los hijos. Los amigos. La familia extendida. Y en algún momento las ganas de que se arme algo laboral que me de alegría. Aunque tal vez no pase nunca.

Seamos en paz. Terminemos bien el año. Querámonos. Seamos gente buena leche. E intentemos ser felices con lo que hay y ponerle alegría a la adversidad.

Ah, y si alguno es 0 positivo o negativo en cuanto a grupo sanguíneo deje un comment para ir a donar a Fundaleu. Mañana iré a ver si mis plaquetas sirven.

Así las cosas, chicos.
Peace & Love.

lunes, 26 de diciembre de 2011

poco para decir

Estoy echada en la misma cama en la que pasé la tarde. Dormimos la siesta y retozamos con mi hijo menor durante las últimas cuatro horas. ¿O más? Me tomé la tarde y creo que será así hasta que me vaya. Ya no tengo tantos programas. Uno porque no se dan. Dos porque no los produzco. Estoy con fiaca. Quisiera ir a pasear con marido alguno de estos días.
Navidad apesta. Ni voy a hablar de la propia porque no vale la pena. Ayer pasamos el día con mis hermanos. Cenamos todos en lo de padres. Los chicos se quedaron a dormir ahí, hoy fueron a la pile y al Paseo Alcorta. Quisiera llevarlos al famoso museo del Centro Cultural Recoleta, voy a ver si lo logro alguno de estos días. También quiero ir al Tigre. Salí poco a comer afuera. Tampoco tengo ganas de seguir comiendo. A la mañana fui al super. Es tremendo cómo uno se acostumbra a todo rápidamente. Aunque sigue sorprendiéndome cómo fue que me acostumbré a vivir en Mex. Hoy a la noche tenemos asadito que hace P, mañana cena bloxxamor, el miércoles cena por el cumple de Cris y jueves y viernes no sé. Creo que salí todas las noches. Bueno, sí: salí todas las noches. Para eso vengo en diciembre. Creo que está siendo una de las estadias más largas desde que llegué. Sigo con el perfil bajo. Padres no se rescatan y me tratan como si fuera joven y me pudieran decir cualquier cosa. Les gusta mucho resaltar las virtudes de los demás en comparación con "malo" mío. Así me criaron. Una cosa horrible a la cual estoy acostumbrada. Yo no lo hago. No hay que mirar para afuera, a lo sumo hay que mejorar lo de adentro.

En fin.
Ah, el sábado, echada en una hamaca mirando unos pinos sentí una placidez indescriptible. Parece que puedo encontrar la paz en esta ciudad. Bienvenida sea.

Así las cosas, chicos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

el extraño encanto de pasarla tan bien

Ahora que todo tomó su ritmo, acomodarme puede que me lleve demasiados días para la estadía total, soy más feliz. Caminaba desde el dpto que rentó mi hna en Thames y Charcas de vuelta hacia mi zona (lo hice en los dos sentidos) entendí que en cada programa que hago la paso bomba. Es imposible que recupere todo lo que hice desde que llegué pero ayer, por ej, comí con Feli después de cuatro o cinco años de no vernos y fue como si nos hubiéramos encontrado la semana pasada por última vez. Después paseé con madre por Palermo para comprar mi regalo, vine acá a estar con el pequeño, pedí un taxi temprano porque el cielo encapotado vaticinaba el apocalípsis climático por lo cual llegué temprano a EC, charlando con el taxista de intimidades como solo en Bs As puede suceder. También me dijo que estaba bárbara para tener 3 hijos y lo amé. Por cierto, mis hijos no están tan contentos. Todo bien con la colonia pero el resto del tiempo se pelean, me odian (sobre todo Coco) y no la estoy llevando demasiado bien (claro que tampoco los veo mucho, eh, me tomé el palo simbólico). Cené con las históricas y casi no hablé, a ninguna se le ocurrió preguntarme nada. Es un efecto de este viaje y admito que lo estoy disfrutando. Como si hubiera dejado el narcisismo en México. Por otro lado, le huyo al programa maratónico. Ahora estoy tirada en la cama sin hijos y podría producirme un café pero no tengo ganas. Un poco de estar conmigo misma me sienta bien (aunque en Mex tengo exceso de esa actividad), necesitaría hacer una siesta.

Si los precios no me resultaran tan exorbitantes entendería todavía menos qué hago viviendo en otro país. Gusto de los horarios argentinos, la gente, las costumbres, etcétera. A pesar de que todo me resulta bastante ajeno y sorprendente después de tantos años. La mayoría de las conversaciones que escucho por la calle versan sobre dónde pasa y con quién Navidad el sujeto parlante y algún problema familiar concomitante. Y la informalidad que se maneja en todos los ámbitos es pasmosa. Pero la balanza da positivo y yo soy de acá. Mi vida es México es mentira.

Sí, lo dije.

En fin, voy a leer el libro que me regaló Santi que me copa y tal vez llame a Fer para ver por dónde anda y tomarnos un coffe.

Así las cosas, guys.

se necesita con suma urgencia

Que alguien nos invite a y/o preste quinta, casa, campo, casa en la playa o lo que sea con pasto y pile. Bs As con hijos y sin aire libre en diciembre es MORTAL. Me había olvidado. Más factores tremendo de mala onda y mezquindad de los que prefiero ni pensar. En fin.

Así las cosas.

martes, 20 de diciembre de 2011

bs as zona neutral

Porque no tengo mucho para decir. Porque me dedico a vivir sin grandes emociones. Porque el balance lo haré en unos días si es que lo hago. Porque tal vez me entregue a no ser nada porque tal vez es lo único que puedo hacer. Porque lo familiar y lo ajeno se mezclan aunque no podría decir que se vuelve siniestro. Porque fui a ver el bicho de Neto al espacio Faena, porque comí en Oui oui, en Voulez Bar, en lo de Emi y Celi, en lo de Fer, porque vi amigos sin parar y no trabajé nada. Porque no logro que mi compu tenga internet en lo de mi suegro a pesar de que mi madre me compró un cable ad hoc.

Estoy una vez más en un locutorio, lugar al que vengo mucho más seguido de lo recomendable pero no me queda otra opción. Ahora voy a pasar por el chino a comprar unas cosas para hacer un postre. Debería contestar unos mails que me quedaron colgados y en algún momento debería tener un plan.

Pero los planes siempre me salen mal. Qué pena, ¿no?

En fin. Todo lo otro me lo guardo. No hay nada importante pero acá el pudor parece tener un mínimo lugar. También por ahí me tire a leer un rato.

En fin, chicos.
Así las cosas.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Bs As me llueve

Espero a Flory en la casa de padres. Los grandes miran una de la saga de La pantera rosa (la alive, marido le regaló hace unos anios la caja a padre y están copados tirados en la cama), Milo está en el piso, con una munieca, tapado con una frazada naranja, muerto de suenio. Llueve.
A la maniana desayuné con Santi en Scuzzi y no nos dio el tiempo para nada. Tocamos un cuarto de los temas posibles. Ayer estuve semi moribunda en la cama toda la maniana después de vomitar cuatro veces. Pasé la tarde con Joy, tiradas en los sillones de lo de mi suegro. Después pasé a saludar a mi abuela que estaba con mi hermich, padre y mis 3 hijos en un café Martínez sobre Pueyrredón. A sus 100 aniso está en el esplendor. Impresionante. A la noche fui a la presentation del libro de Anita con mis hermich y mi cuniadit, después cenamos en El desnivel con todo el grupete feminino del kinder. Estuvo diver. Gusto de ventilarme y conocer gente nueva.

A la noche tengo encuentro de la divi (????????????). Suena tremendo pero son los amigos, nada de ETs que no veo hace 15 anios. Bueh.

Marido está en San Pablo. No voy a hablar de los sentimientos contradictorios que me despierta Bs As. Sería reiterativo y redundante. Pero es así. Sí voy a decir que no puedo creer lo que son los precios. Es objetivo. Y que la lluvia en México me chupa un huevo y acá me angustia de una forma indescriptible.

El tema de tener a los chicos encerrados y sin amigos no ayuda a mi bienestar general. Pero no me quejo. De todas maneras estoy contenta. Y bastante tranquila. Sin seguidilla de planes que no me dejan respirar. No es vida. Milo es un sol. Los otros dos se ponen más nervios.

Está por llegar Flory. Alegría!!!!!!!!

Así las cosas, chicos.
Contradictorias.

lunes, 12 de diciembre de 2011

muy cerca

El avión sale a las 7 y cacho. La realidad es que ni siquiera vi los boletos electrónicos. Salimos hiper temprano porque es el día de la Virgen de Guadalupe y llegar al aeropuerto será el infierno. Prefiero no pensar. Los chicos no fueron a la escuela. Coco lee Gaturro al lado mío, los más chicos juegan a algo arriba. Cada año llevamos menos juguetes. Este creo que ninguno. Liquidé el tema regalos para toodaaaaaaa la familia. Son 7 sobrinos en total, 6 hermanos, padres, madre, abuela. Llevo el bolso lleno de ropa y juguetes para Ciro que nace en marzo.

Llegamos mañana a las 10 y cacho, marido el miércoles temprano (6am, ponele) se va a San Pablo. Regresa el viernes a la noche. Así es mi vida, lo sabemos. Igual estaré en Bs As, con familia cerca, amigos y calor. Me apena no ir al mar. Tenía muuuuuuuchas ganas de oler la costa Atlántica. Debería decirle a marido que nos rajemos para Navidad, tres días, a cualquier lado. Pero él no es de coparse con esas ideas y tampoco tenemos a dónde ir. Debe estar todo bookeado. Igual, se lo voy a tirar  camino al airport.

Estoy tranquila y contenta. Viví el findex muy en el presente. Me divertí el sábado a la noche aunque hubiera querido baila y endrogarme más. Ayer charlamos de cosas que me dan dolor de panza con Diego R pero conozco mi lucha y con mucho trabajo entendí que uno no es el barrio en el que vive ni el colegio al que van tus hijos. La búsqueda de la identidad va más allá y es personal. Es un camino árido que yo transito pisando espinas. A veces la llevo mejor que otras. No sé bien quién soy ni dónde podría ser quien quiero ser pero intuyo que no es acá, las circunstancias no lo permitieron. Mientras, agradezco la salud. Posta. El amor. Mis hijos. Que el rompernos el orto de sus frutos. Y otros etcéteras. Puedo viajar a Buenos Aires para ver a la gente que quiero. Es mucho también.

Compré un test de embarazo porque tenía 10 días de atraso. Las peores fantasías de tejidos regenerados, abortos, llantos y desilusión por suerte no pasaron a mayores. Me indispuse mientras me hacía la prueba. Qué problemón horrible hubiera sido.

Y no mucho más, eh. No llevo compu. Un plomo pero tengo que llevar otra que me encaja marido y no está el horno para negarse a los bollos. Por decirlo de alguna manera.

En fin, guys.
Los veo por ahí, por las calles porteñas, caminando en ojotas. Soy la gordich blancuzca que usa mucho vestidito. Ahora que lo pienso, ponerme traje de baño sería una de las peores ideas del mundo. Gracias hipotiroidismo por tanto...

Más en fin.
Y más así las cosas!

domingo, 11 de diciembre de 2011

sismo, baby, sismo

Estaba meando con la puerta abierta, en el toilette de abajo, mientras Diego seguía mirando La piel que habito. De repente le digo: che, está temblando."Uh, sí" contestó sin ponerle pausa a la peli. Seguía meando cuando apareció Silvia, asustadísima, diciendo que se estaba moviendo. Ahora, si pasa algo más grave nos morimos seguro (contamos con la gracia de que acá no se cae nada porque vivimos sobre piedra). Coco estaba convencido de que Roberta le estaba moviendo la cama. Milo dormía en el sillón con nosotros y Tita al rato bajó llorando desconsolada, con terror a que volviera a temblar. 6.7 no es poca cosa. Por suerte no pasó nada en ningún lado. Cuando madre llamó casi me desmayo. Había olvidado el temblor, salíamos para una cena y pensé que había pasado algo ahí. Teníamos dos eventos así que nos quedamos dos horas y dos horas. Estuvieron muy bien las dos. Fumé una seca de la pipa de siempre y me pegó perfecto, el mínimo coloque para no padecer el frío. La dieta se fue a la mierda hace mucho. Ya volveré al redil. Las chicas me hicieron notar que estaba con un humor de mierda sin comer dulces: tienen razón. No había relacionado dieta y depresión pero creo que es cierto.

Hice mi valija. Guardé los regalos. Ahora viene Mariana, tenco que bañarme y salir para evento. Marido no viene, tiene cosas que hacer antes de viajar. Estoy acostumbrada, lo sabemos.

Por lo demás: nada. Ah, La piel que habito me resultó perturbadora. Muy. Está muy bien hecha. De todas maneras, no sé si me gustó. A veces me pasa, tardo en entender qué es lo que pienso.

Bueno, chicos. Mucho evento findeañero y poco de todo lo demás. O nada.

Ah, asumió Cristina. No lo vi. El viernes fui al Auditorio a que marido no me diera pelota (hizo el Streaming de Julieta), estuve con los M, charlé con Maxi y nos dormirmos tarde. Había tenido las dos posadas. En la oficial (o sea, en la que estuve toda la tarde) me hablaron poco, yo no tuve ninguna intención de ser simpática (ya no, demasiados años de remk), estuvo aburrida, Tita no se divirtió y no puedo destacar nada. Después lo pasé a buscar a Coco y todas estaban emocionadísimas con mi presencia. Parece que no aparecer por mucho tiempo tiene ese efecto. Rarísimo. Ahí estaban todas fumando tabaco y con dos botellas de ron muy significativas. El tráfico de vuelta fue un infierno. A la mañana me hablaron tan demasiado bien de mi hijo mayor en la escuela que casi me pongo a llorar. Marido no fue, obviamente, pero le mandé mensaje diciéndole que debía estar orgulloso. Funciona poco.

En fin.
Así de fútiles las cosas.

jueves, 8 de diciembre de 2011

cansada

Anduve de acá para allá, llegué temprano al nuevo centro comercial, segura de poder conseguir un café para reponer fuerzas después de los 45 minutos matadores de spinning (no pude empezarla a tiempo porque el pibito se puso a desayunar tarde y tuve que dejarlo en la guardería) pero todos los negocios (bah, uno no que es donde compré el café horrible) abren a las 11am. Di unas vueltas, arreglé unos temas por teléfono y finalmente ataqué el tema regalos. Caminando por los pasillos lujos de la tienda pensé que un día me gustaría poder ir de compras con presupuesto ilimitado. Nunca pienso en el consumo hasta que estoy ahí y encuentro que tiene algo tentador. Liquidé una buena parte, me quedan cuatro que serán comprados mañana. Comí en Polanco con un examigo. Busqué a los varones y fui a lo de Luli, en donde estaba Tita. Chusmeteamos en el pasto y suspendí el dentista por exceso de tráfico. Llegué y partí a Costco para ver si había algo de lo que me falta pero nada valía la pena. Mañana entrevista de mitad de año con las maestras de Simón, posada de Tita, Julieta Venegas en el auditorio a la noche porque marido hace streaming, el sábado cena y fiesta y así el findex. En algún momento tengo que armar las valijas y no tengo palabras para describir la hueva que me da.

Distráigome con todo. Estoy agotada pero al rato me vienen a buscar para ir a cenar sushi por Palmas.

Es loco como relaciones intensas pueden diluirse hasta desaparecer. Todos los sabemos y a todos nos pasó pero igual no deja de sorprenderme.

Hace un par de días que no pienso: bien ahí.
Bueh. Nada. Eso. Poco. Tiempo de descuento.
Así las cosas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿y?

La verdad es que estos días de silencio repunté, la vida tomó otro color, pasaron muchas cosas buenas, estoy alegre, contenta, pilas...

Nah, mentira.

Ayer les decía a Xime y a MP que si antes me sentía lechuguita ahora me convertí en el humus en el que crece el vegetal. Al fondo del pozo, a la vuelta, si le ponés voluntad podrás encontrarme. No es grave. Es como un alivio también. Ya no espero nada de mí ni de la vida. Ok: es esto. Ni trascendencia, ni diversión, ni cosas importantes. Esto. El lento transcurrir de una existencia cualquiera. Banal. Vacía. Como cualquier otra. ¿Por qué habría de ser de otra forma? La gran revelación es que no hay ningún motivo por el cual las cosas fueran a ser distintas. Ni talento, ni una garra feroz, ni un golpe de suerte. Perdí el mojo. No en la vida, en la cual posiblemente nunca lo haya tenido, sino para mí misma. Al final, lo único importante. No me caliento.

Antes de dormirme pensé algo en relación al plano simbólico, una estupidez porque en definitiva es el único que cuenta. Ayer Vir dijo algo así como "tenés que ver cómo opera tu deseo" y yo le contesté que ya no tengo deseo. Y sobame el lacanismo. También le dije que a veces una quiere que le digan que es linda e inteligente. Marido a veces lo hace pero a fuerza de iterar, los conceptos pierden sentido.

Por otro lado, marido gruñe. Encantada te explicaría el porqué si lo supiera. El fin de año, por más convención que sea, acarrea sentimientos adversos.

Detesto la Navidad, los regalos, viajar, me estreso mucho. Ir a Bs As de visita con mis hijos es realmente desalentador. Necesito que pase algo que me borre de pronto. Y sabemos que no va a suceder. Todo lo que parecía bueno en agosto ahora fue una estela de ilusión.

Ah y también el sincericidio sobre la maternidad y la ineptitud. Ni querés saber.

De todos modos, entre tanta grisura, hay un resquicio de humanidad. A veces siento que Camilo vino a darme una lección. Posta. No quiero ser cursi me da vahídos. Pero el pibito me permite ser alguien mejor. Una madre mejor, digamos, si es que eso es posible.

Cuando nacieron mis dos hijos mayores yo no tenía madres de mi edad alrededor. Era sola. Entonces, básicamente, crié a Coco con los preceptos que yo creía que habían usado conmigo o que había escuchado en algún lado. Bah, ya ni sé. Pero era un general. Sin mala onda, eh. Un milico natural. El pibito estaba en el huevo, no a upa. Y ahí se quedaba. Y un poco había que dejarlo llorar. Y ni a ganchos nunca jamás podía pasarse a nuestra cama. NEVER. Y después se tenía que dormir sí o sí en su cama. Pasara lo que pasase. Y también hacer la siesta. Se me iba la vida en llevar a cabo todos estos preceptos inamovibles. La rutina era ordenada pero compleja porque no había lugar para lo inesperado, lo que básicamente me hacía sufrir porque yo quería un robot y tenía un hijo. Luchaba para que durmiera, nunca comía nada fuera de lo que debía, se bañaba a la misma hora. Etcétera, etcétera. Y nadie me contradecía tampoco, eh. Marido era peor que yo.

Con Tita nos ablandamos levemente. Solo lo mínimo indispensable para sobrevivir a la coyuntura de tener dos pibitos en un país desconocido, sin amigos ni familia.

Y acá estamos con Milo, sabiendo que nada importa. El pibito se duerme donde quiere, cuando quiere. No lo perseguimos ni lo volvemos a poner en la cama como hacíamos con el primero. Bueno, jamás lo acostamos en su cama, de hecho, ni lo intentamos. Claro que yo lo único que quería con Simi es que se durmiera para poder sentirme un rato yo misma de nuevo, a los 24, 25, 26 años te pasa eso. Ahora me asumí como madre, me gusta que mis hijos estén conmigo y sé que algún día el pibito se va a ir a dormir solo a su cama porque no va a querer dormir más en el sillón ni va a pedir lechita a los gritos ni tampoco va a hablar de esta forma tan graciosa y adorable en la que lo hace. Y la ternura que me provoca por momentos me hace sentir otra persona. También es cierto que sé lo rápido que pasa todo y que es el último y todas las mamadas que uno escucha y piensa "qué mina pelotuda" pero al final, como todas la perogrulladas, tienen la fuerza de la "verdad".

Nunca mejor aplicado el mejor tarde que nunca.

No, con los otros sigo siendo estricta, sí. Pero también tienen otra edad y hay que hacer la tarea, bañarse, lavarse los dientes y esas cosas. De todas maneras, estoy más blanda.

Y de todas maneras, todos los días en algún momento  me pregunto por qué los humanos insistimos con eso de que los hijos son lo mejor que te pasa en la vida.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Este findex pensé por primera vez en dejar de escribir acá. Lo pensé seriamente, no como una amenaza interna sino como un deseo legítimo de pasar a otra cosa. Pero no sé a qué cosa. De hecho, hoy entendí que no tengo ambición ni grandes anhelos. Este año terminaron de drenarse. Y no creo que vuelvan. Tal vez el para siempre alcance a este blog. O tal vez no. Por ahora voy a comer algo y pasaré a buscar el regalo de mi vástago menor para que se puedan emitir los pasajes a Bs As. Finalmente sí pasamos año nuevo ahí. Las cosas cambian con una velocidad vertiginosa. Nah, mentira.

En fin.
Así las cosas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

con el corazón afligido

Con diciembre llega, quieras o no, el tiempo de balace. El año da positivo, hace un rato, llevando a Milo a la guardería, pensé que hubo un par de meses de plenitud como pocas veces sentí en mi vida. Por suerte pude recordarlo. Esa tranquilidad de estar donde sentís qué querés estar, con quién querés estar y haciendo lo que querés hacer. Duró poco. Sé que estoy con quién quiero estar pero ni hago ni vivo donde quisiera. Ni modo, tampoco sé si las otras opciones me darían felicidad.

Hoy me siento poquita cosa. Y no está bueno.

Ayer hizo mucho frío. Tomé litros de chai con leche y mucho sucaryl (sí, lo sigo importando) en el tazón azul enorme. Me mudé del sillón de la sala de tele al futón del estudio, es levemente menos congelante y tiene más luz. Tengo mucho de mi trabajo mal remunerado. Si fuera otra haría lo que se supone que puedo pero no tengo pilas ni partner y por eso me resulta impensable. La fobia siempre me resultó paralizante. Sí, tuve muchos hijos porque nunca supe qué hacer. Es tremendo pero es real: las cosas como son.

Igual esos pibitos son grossos. Y marido... ayer, después de coger, pensé otra vez que no me quiero morir porque no quiero dejar de estar con él, abrazada en la cama, sintiendo que es el hombre de mi vida. Claro que son destellos pero valen la pena. Antes fuimos al teatro en Coyoacán. Salí a las 5.45pm de casa, pasé a buscarlo por la oficina, llegamos pasadas las 7.30, era a las 8 y llegamos a casa, después de dos horas de función, a las 11pm. Es por eso que no puedo tener un vida cultural lógica: queda del otro lado de la ciudad y me es impensable hacer esto seguido. Fuimos porque actúa una compa del taller. Está bien, le sobra media hora pero la puesta es buena y las actuaciones también. Una comedia pasatista de la Compañía Nacional de Teatro. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que ahí filmamos una de las primeras cosas que hicimos con la produ. Antes había sido la escuela de cine ruso. Ahora: por qué a los actores de teatro les copa tanto desnudarse en el escenario y refregarse es un misterio. Las tetas y los pitos al aire no tienen mayor sentido y sin embargo, ahí están, a pesar del frío.

Y no mucho más. Junté la ropa para Ciro, nuestro próximo sobri, y la metí en un bolso enorme junto con libritos y juguetes que tengo desde que nació Simi. Pasaron demasiados años. Casi una década de maternidad. Mañana tenemos el picnic del cole en medio de las montañas. Juro que no entiendo por qué carajo lo hacen en esta época del año. Allí estaremos comiendo quesadillas. Ayer Silvia y los chicos hicieron brownies y galletas mientras yo trabajaba y hoy debería pasar a comprar manteca para hacer un pastel de zanahorias. Tengo una paja estructural.

En fin. Ahora un té y después trabajo.
Así las cosas.

jueves, 1 de diciembre de 2011

los hechos

Pasé el día horizontal, única forma de no llorar del dolor. Primero dormí, después me levanté, comí con los chicos, Xime y las niñas, y después volví a la cama con ella, las dos metidas debajo del edredón, vestidas, como si tuviéramos 15. Hacía mucho frío, tomamos té, charlamos y después trabajamos en esa misma condición, cada una en su asunto.

Después de baños y cenas de niños, volví a la cama, pasó Carmen 15minutos y también se metió conmigo en la cama. Todo un delirio. Mientras me contaba sobre su vida en DC y pasábamos revista a otra gente, me di cuenta de cómo este fue el año en el que se desarmó mi estructura acá: Lisa se fue, Carmen se fue, Pau se fue, mucha gente que durante muchos años fue mi entorno y ya no está más. La famosa resiliencia de mierda.

Creo que estoy un poco estresada por exceso de trabajo y de responsabilidades en general. Marido trabaja mucho también. Y la pastilla no debe estar haciendo demasiado efecto porque hoy me levanté con mucho esfuerzo a las 6.35am, volví a la cama y recién a las 9.30 pasadas pude volver a levantarme. Soy una morsa agotada. Y nada de ejercicio (entre panza e hipo t).

Y no mucho más. Los boletos a Bs As no aparecen. Eso me estresa, claro. Ya tengo muchas ganas de ir, de ver familia, amigos, de caminar y de que haga calor. Necesito calor y sol que pegue fuerte. Esta vez no mandé mails ni armé agenda. Será lo que tenga que ser.

Bueno, me pongo a laburar, esto no da para más.
Así las cosas, chicos.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

sueles encontrarme en cualquier lugar y ya lo sabes, nada es casualidad

El silencio no es tiempo perdido.

¿Cómo se puede tener tanto sueño?

Leí primero El libro perdido de Heinrich Böll cuya autora me lo regaló el lunes y, oh grata sorpresa, me atrapó y encantó. Son una serie de relatos protagonizados por diferentes mujeres que van encontrando el libro por casualidad. Le sentí un aire a Keegan. Después seguí con Acerca de Roderer, marido cuasi me obligó a leerlo y como es cortito y chiquito, le hice caso y lo terminé mientras él dormía. A marido le molesta que yo lea, hace movimientos bruscos que me entorpecen, se me tira encima, ronca (eso ya no es a conciencia, claro) y detesta que no le preste el cien por ciento de mi atención. Después retomé por un par de páginas El coraje de la verdad.

Apagué la luz añorando los cornalitos fritos que pescábamos con el abuelo en el muelle de Pinamar, los morenitos de Fanny, su torta de manzanas con crema batida, las mermeladas caseras y la vajilla inglesa que me espera, embalada, en algún rincón de la casa de madre. La sensación de seguridad que da la familia de origen, el pasto y las flores que cortaba la abuela, con una dedicación envidiable y una capelina enorme que le tapaba la cara junto a sus anteojos de mosca moderna. El olor a mar del Atlántico sur no tiene nada que ver con el del Pacífico Norte. La amplitud de las playas. El viento. El espesor de la arena que primero pela los pies y después se va oscureciendo a medida que se hace soportable. Las carpas y los personajes del verano. El parador. La inocencia.

También extraño Bs As. Ganas de hacer yo las mermeladas, como en mi casa de Seguí, de ciruelas y duraznos. Soy buena con las conservas al nivel del mar. Ayer, después de mucho tiempo, hice una pasta con verduras y todos los integrantes de la familia se los devoraron con gusto. A veces recupero el toque, en todos los sentidos.

Los chicos no tuvieron escuela por lo cual fuimos los 4 al super. Arrastré mi humanidad complicada por unos dolores de panza inhumanos, mientras Simi llevaba el carrito, pagué el agua y completé el trámite del pasaporte de Milo. Llegamos temprano, trabajé arduamente mientras tomaba un té para intentar conseguir algo de temperatura y ahora haré lo mismo pero en la cama. Supongo que haré una mini siesta. Y también veré si llevo a los pibitos a ver Los muppets. Mail de Xime, por ahí viene hoy, plan de cine cancelado. Estoy en jogging, sin bañarme y no creo que vaya a hacerlo tampoco. Sentirse mal es lo peor del mundo. Mi aparato digestivo me da problemas continuamente pero este dolor no lo sentía hace años.

En fin, chicos.
La memoria: esa estampa indeleble.
Así las cosas.

martes, 29 de noviembre de 2011

sobre cuestiones generacionales

Tendría que contar todo lo que pasó pero tampoco hay nada importante. La vida.

Venía pensando en que hay ciertos nombres insoslayables en la historia sexual/sentimental de cualquier mujer que haya nacido entre el 75 y el 80: Diego, Santiago y Nicolás, sin lugar a dudas. Pablo y Martín. Tomás, Fernando, Andrés, Gabriel, Mariano. No recuerdo por qué se me ocurrió, parada sobre la banqueta del vestuario del club,  mirándome al espejo en ropa interior.

El domingo a la noche vimos una peli sobre un adolescente. La nostalgia de tener 18 y todas las decisiones por delante me duró hasta el día siguiente, cuando sentí en el cuerpo la angustia y el desasosiego de ver al chico que te gusta (uno de larga data o uno que conociste una noche) besarse con otra que, en el mejor de los casos podía ser una desconocida y en el peor, una amiga. También esa noche abracé la almohada pensando en el término "lust". Qué bien suena en inglés. Es una palabra que me encanta. No así "lujuria" que suena burda y trillada. Pero a la vez me remite a "Las joyas" de Baudelaire, que también leí por primera vez en el 95/96. Sobra decir que es un poema hermoso.

Por lo demás, marido ayer buscó a los chicos en el cole a las 5.15pm y se vinieron todos para casa. Su presencia me da estabilidad. El garche también me sosega, parece que soy lo que le sigue a básica.

No tuve tiempo y entendí que es lo mejor que te puede pasar en la vida pero es difícil producir esa situación. Al menos para mí.

Y no mucho más.
Tengo unas cosich que hacer, nada particularmente relevante. Después de comer viene panza. Ah, sí, siempre tengo una nota pendiente. Eso está bien.

En fin, chicos.
Así las cosas.

sábado, 26 de noviembre de 2011

aish

Tantas cosas.

El dolor de brazos desalienta la escritura. Ayer marido se esfumó todo el día. Llamé al celu de mi hermano a las 6.30pm y ya estaba borracho (marido no kinder). A las 9.30pm volví a llamar a hermano y me dijo que marido venía para acá en un tono raro. Cuando bajé para dejar la puerta abierta y de casualidad llegó la camioneta que lo traía, entendí todo: un grandulón ahogado, que no podía ni mantenerse parado, hediendo a tequila, riéndose ante mi enojo. Instintos asesinos. Dificultad para dormir. Lucha campal (one way) y una pésima noche. Amanecí con él, igual de hediondo, diciéndome "esta semana te falta pito". Dios mío. Después leo que es el día no sé qué contra la violencia de género. Sobame la sutileza. Después siguió: "si tuvieras tetas serías una bomba" (?????????) y la cerecita de la torta fue "sos una gorda con onda". Sí, eso aplica como causal de divorcio y no, no fue en contexto de una queja mía sobre kilos ni nada parecido FUE ESPONTÁNEO.

En fin.

Lo dejé, pensaba hacer zumba pero preferí darle duro a la patinadora por 55 minutos. Tengo que aprovechar las rachas de energía. Después tuvimos un largo periplo, marido suspendió el programa que había armado de comida en lo de los R para hacer el corredor Roma Condesa, peor idea con muchos niños, imposible. Fue bastante tortuoso, antes además tuve que buscar a Tita en lo de los R que se había quedado a dormir, pasé a buscar a marido y kinder, fuimos a la dentista porque se le había roto el paladar que le pusieron a mi hija el lunes, de ahí a Tecamachalco a buscar a Coco que se había ido a dormir a la casa de un amigo y recién bajar, lo que dado el tráfico llevó más de una hora. El infierno.

Cuánto hipster en la Roma. Pensé en cuando marido y yo teníamos solo un hijo, vivíamos en Palermo, paséabamos por Palermo y éramos jóvenes y cancheros. Ahora agradezco ser una madre suburbana, solo quería irme del conglomerado de arties bicicleteros. Yo ya no soy yo.

Ahora marido hace pizzas y salmorejo porque viene el contingente argentino a cenar como despedida. Estoy agotada. Quisiera descansar pero voy a tener que ocuparme en breve de bañar pibitos.

En realidad, quería escribir para hablar bien de Pau. El jueves skypeamos casi una hora hasta que tuve que salir a llevar a los kids a tenis. Creo que no hay mucha gente como ella, así de buena (sí, es BUENA, con todas las letras), poco enroscada, honesta, directa, generosa. Todavía me pregunto cómo sobrellevo su ausencia. Recordé los momentos en los que me entregué al llanto intenso en su presencia, cosa que hago solo con marido y en casos extremos (cuando me dijo gorda me puse a llorar como si tuviera 5), lamentando mi basurismo o mis problemas matrimoniales. También pensé que en el debe y haber de lágrimas me aventaja por unos cuantos decilitros. Si las paredes de la cocina de mi casa hablaran dirían que es, de verdad, una de las personas más tolerantes que hay sobre la faz de la tierra. Bueno, es un brevísimo y no fiel panegírico pero peor es nada.

Por lo demás, terminé El mapa y el territorio y me gustó mucho. La insistencia con la falta de sentido es desoladora y realista.

Y no mucho más.
Los pibes escuchan música en volumen altísimo. Todo muy pop: te hablo de Julieta Venegas y Siete, un pibe que canta una canción pegajosísima que se llama Yo tengo tu amor. Si la escuchás no se te va más de la capocha. ¿En qué me convertí? En esto.

Así las cosich.

viernes, 25 de noviembre de 2011

labios compartidos


mmmmmmmmmmm

Quería postear una foto de mis labios con sus dos granos pero Blogger no me deja. DOS GRANOS, uno abajo y otro arriba: un atentado poderoso contra el buen gusto.

Estoy de buenas. O casi buenas. El cuerpo me responde mejor, hice 45 minutos de patinadora, ayer trabajé, horneé mil galletas para el picnic de la plazuela de hoy, fui a la dentista con los kids pero volví porque no tiene la buena costumbre de ser puntual, ni siquiera de llamar para avisar. Su desbole está empezando a hacer que la deteste y piense en cambiar de dentista. No podés ser tan poco profesional. Después de que los chicos cenaran, escuchamos La canción del jardinero, de María Elena Walsh y me puse a llorar. Creo que no ando del todo bien, hormonalmente hablando. A mi favor voy a decir que usamos ese tema con otra letra cuando terminé preescolar. Soy una persona sensible.

Marido llegó antes de las 8pm pero no tenía ganas de tirarle la buena. El enojo atávico por el abandono y un montón de otros etcéteras históricos a veces aflora y no tengo ganas de remarla. Además, estoy terminando El mapa y el territorio y no tenía ganas de soltarlo. A las 10pm estaba durmiendo. Leí dos horas seguidas. Copadísima. Pocos autores tienen el don de conjugar la buena prosa (pongamos que una buena traducción aunque sea castiza) y el entretenimiento.

Hoy se fue antes de las 7am. Como todos los días. Mañana termina la rutina carcelera. Veremos si nos soportamos después de tanto desencuentro. Qué difícil es la familia. ¿Por qué nadie lo dice? Gusto de pensarla como un sistema complejo, con reglas propias. A todo esto, cuando la gente hablaba de los "terrible two" yo solía pensar que eran pseu retrasados. Jamás, con ninguno de mis dos hijos anteriores, había padecido ningún trastorno particular en el lapso de sus dos años, ni siquiera había oído nombrar el asunto. Bueno: puede pasar. Camilo es divino, habla sin parar, es dulce y tiene unos ojos impresionantes. Pero... oh my gosh. Qué difícil podés ser, pibito. Todo es no, todo hay que negociarlo, toda acción es compleja y le trae dudas y uno tira algo y se queda expectante, a ver cómo lo va a recibir.

Decime que se termina. Plischu.

Y no mucho más. Ahhh, el próximo que confunda los reclamos maritales con mi frustración profesional, se liga una toma de algún arte marcial. Chicossssssssssss, pavadas no.

En fin.
Ah, sí, viene amigo de Simi, hacemos picinic en la plazuela y marido tendrá fin de rodaje en Tlauac. Yo saldría a beber y endrograrme pero linka... Me quedaré en casa leyendo o mirando peli, as always.

Así las cosas, chiquitines.

jueves, 24 de noviembre de 2011

en el plano de la realidad (o mientras en Ciudad Gótica)

Cené sushi con las chicas, me reí, me quejé y todos los etcéteras que hace uno con sus amigas mujeres. Claro que además me clavé 4mil rollitos diversos, ricos y solo me abstuve del postre.

Hice media hora de elíptica. Puse 40 minutos pero no aguanté, en parte por el cansancio, en parte porque mi ipod estaba descargado y la música del iphone es un desastre.

En el sauna pensé que los desgarros narcisistas tardan mucho en sanar si es que sanan algún día. Este creo que es el año en el que más horrible y desagraciada me sentí en toda mi vida (¿será posible?). De todas maneras, como los sentimientos son incontrastable, nunca lo sabremos.

La soledad socaba las relaciones, las certezas, las ganas de ... Bs As es un mal plan para mí con hijos. No hay aire libre habilitado, no tengo ayuda, marido se va siempre a las 10 de la mañana corriendo, no me ayuda en nada y solo me genera tensión cuando se le ocurre hacer un plan chino sin considerar que tengo tres pibitos a mi entero cargo. Esa es la historia de mi vida y saberlo me llena los ojos de lágrimas. Qué desamparo y agotamiento.

Por lo demás, tengo que trabajar. Me duele todo. Sigo extenuada. Y no hay zanahoria dado que las vacaciones porteñas como bien dije son más bien un karma. Quisiera que alguien viniera a cuidarme un rato. Madre ya lo hizo dos días. Esa es un poco mi cuota anual.

En fin.
Así las cosas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

sobre la dictadura de la felicidad o el poder de la asociación libre

El concepto no es mío, lo tiró Flory hace un tiempo aunque también podría haber sido Santi, si es que no lo hizo. Qué significantes intensos "felicidad", "amor", "realización" para significados evanescentes. Lo que me mortifica de mi propia oscuridad es la no subyacencia de un genio creador legitimante. Una pena. Aunque, en términos intelectuales, el sufrimiento es muchas veces más productivo que la "alegría". Mi formación teórica está hecha de retazos deshilachados y deslucidos. Pero qué importancia tiene, al final, como todo es la nada misma.

Entre otras cosas: conciencia extrema del ser, banal por cierto. Y una subjetividad vaciada. 

¿Hay algo más burgués que la felicidad? Apuesto a que no.

Pero todo venía a que en el sauna pensé que había un ray of light en mi existencia. Porque sí (porque en esta vida no puedo vivir más de un día entero sin ti) y los recuerdos saltaron de inmediato a un cumple de Fer (creo que el de 21, en el 98) que festejó en el dpto de Juan, su primer novio, que quedaba en Caballito, creo que sobre Avenida La plata. Juan era pampeano. Alguien, tampoco sé quién (¿Martín?), le regaló a Fer ese disco. En su momento lo sentí rupturista, al menos en el camino de la propia Madonna.

De ahí salté a una noche, en ese mismo departamento, en el que Fer se quejó de los ruidos salvajes que estábamos haciendo con un amigo de Juan del cual no tengo ni la más mínima idea del nombre. Nico era otro, uno que vivía en Italia, con el que pasé una mañana cerca de la casa de mis padres. Oh, promiscuidad juvenil, qué lejana estás.

Y mientras manejaba, yendo a buscar al chiquitín a la guarde, pensé que nunca jamás sentí un ápice de culpa por disfrutar del sexo libremente. Más siempre fue mejor. Gracias padres por tan divino tesoro. ¿O será una condición innata? La ligereza, digo.

Por lo demás, fui al super, no hice gym, decidí después de 10 años ponerme las pilas y encarar Kung Fu en el 2012. Lo único que puedo decir bueno de mí es que suelo poner en práctica  que me propongo (en un alto porcentaje) de ahí a que continue, es otro precio.

En fin, chicos.
Así las cosas!

JODEME

Escribí un post largo y concentrado y se BORRÓ. ¿Qué es esto, blogger? No hay resto: me escuchaste.

Bueh: después lo intento de nuevo.

Malísimo.

martes, 22 de noviembre de 2011

necesito enchufarme a 220

Bajón de energía total. A las 9pm apagué la luz y presumo que cinco minutos después ya estaba durmiendo. A las 11 y cacho llegaron marido y kinder que se habían ido a cenar después de rodar. Sí, necesitaría un marido suplente pero no estaría saliendo a buscarlo. Hoy se fueron antes de las 7am. Por lo menos se ocupa de despachar a Coco (bueno no, se fue antes que él). A las 8am me levanté pero solo arrastrada por la noción de deber. Hubiera dormido un par de horas más. Hubiera hecho bien. Llevé a Milo y tuve intención de hacer 40 de elíptica pero a los 10 me bajé. Dolor de todo. Sauna y baño. Llegué, desayuné y acá estoy. Tengo que trabajar. No sé con qué resto. Y después tengo que salir a trabajar. Volvería a la cama. Tengo ganas de llorar.

No es queja.
Otra vez: no hay pensamientos. No logro siquiera contestar un mail. Es total y completamente físico.

Por otro lado: soñé que una conocida venía a casa a vivir y se iba porque yo no le daba bola. Me desperté pésimo. Es cierto, de tanto estar sola me desacostumbré a los humanos. O sea, alterno un poco socialmente pero después me es más fácil estar sola en mi casa, en silencio. Creo que todo igual es parte de lo mismo. Algo no psicológico. Devuélvanme mi yo. Plischu: es malo pero conocido.

De todas maneras, la coyuntura me convirtió en esto. Sin casi salir del suburbio. Hablando con personas lo mínimo indispensable. Sería muy capaz de vivir aislada y sola.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

pasándola mal

Son períodos. No tuve un buen domingo. Un buen findex en general, te diría. Aunque a la noche tuvimos un cumple y la pasé bien. Me divertí. Hubiera bailado pero marido tenía que estar hoy 7am en la oficina a pesar de que es feriado.

Siento una pesadez física. Sueño eterno. Por ahí es el hipo T. Estuvimos intercambiando impresiones sobre el tema con Flora y me hizo reír mucho preguntando si dentro de unos años estaremos hablando de implantes de cadera. Tremendo.

Llevé a los chicos a ver Happy feet. Está muy bien hecha. Es simple. Y corta.  Aunque demasiado cursi. Me quedé dormida los últimos minutos. Profundamente. Eran las 11am. Ahora hacen donitas de un juego con Feli y Manu. Están pasando un momento muy rompe huevos. Supongo que es concomitante a mi malestar.

Quiero que me entreguen el premio remo. Marido no va a ser porque estamos en fase de desencuentro total. La soledad y el cansancio atentan contra el amor.

Tuve que volver. Es todo cierto pero: recordé que a las 6.30am, antes de irse, mi marido me toqueteó muy certeramente. Es raro despertar a esa hora con una mano en la concha, en el lugar justo. Inesperado. Y extraño. Fueron unos segundos. Dijo algo y se fue.

No hice ejercicio. Tampoco me bañé.
No tengo grandes reflexiones. O sí. ¿Y me las guardo? No. No tengo.

Hace poco alguien me dijo que se sentía insignificante. Creo que va perfecto con mi estado actual. El problema es que no estoy segura de querer ser significante. El grado cero de la voluntad. Y la vida intelectual. Y todos los etcéteras que te puedas imaginar.

Y sin embargo, me siento menos escracho. Ponele que es buena.

Quisiera salir a caminar por Bs As. Tomarme un café. Ver una buena peli en el Malba. Y otros etcéteras. Cosas que hace 7 años no pasan. No sabés el ruido que me está haciendo este aniversario.

En fin. Creo que voy a trabajar. Debería.
Así las cosas.

viernes, 18 de noviembre de 2011

flojita y cooperando

Es notable lo mucho más amena, agradable, inteligente y divertida que soy cuando el interlocutor que tengo enfrente está realmente interesado en mí. Siento un efecto porteño extraño: son pocos los que quieren saber de tus sentimientos, tu historia, tus anhelos. La mayoría quiere hablar de "temas" o, en el mejor de los casos, prefiere ser escuchado. A mí, en cambio, me interpelan los humanos y sus lados B. Si yo no fuera yo pero me encontrara conmigo lo único que estaría esperando es que le contara "la verdad". El behind the scene. Bueno: puede fallar. No despierto curiosidad. Supongo que, como todo, no tiene importancia.

Ayer coachie me dijo: "vos no vas a volver nunca, ¿no?". Casi me desmayo. De verdad, no sé cuán capaz soy de ser feliz en medio de la hostilidad de Buenos Aires. Para insertarte en el mundo hay que estar bien parado, entender que no te puede importar lo que piensa el otro. Y a pesar de que parezca (si es que lo parece) que soy prescindente,  lo único que me importa realmente son las relaciones humanas. Sobre eso me interpeló Miri también vía mail: sí, creo en el amor. Claro. Profundamente. Es en lo único en lo que creo. En el amor y en los afectos. Pero el amor es un conjunto de afinidades que se dan entre humanos, una chispa que puedo explicar pero que no se relaciona con la fe. 

También pensé que 7 años de exilio generaron una capa. A veces resulto impenetrable. ¿O es parte de mi escencia? Es raro porque con algunas personas tengo una inmediatez sorprendente y con otras... bueno.

Algo que no soporto es que me digan qué hacer. Es más fuerte que yo. Desde chiquita lidio pésimo con las "sugerencias" y las críticas. Madre gusta mucho de echármelo en cara: "a vos no se te puede decir nada". Y: no. Por eso no se lo hago a los demás. Excepto a hijos y a veces a marido, momento en el que me detesta. ¿Alguien es más permeable a las críticas y las indicaciones?

Y ni te cuento sobre fallas y frustraciones. Nací sin el don de la perseverancia. Entiendo mi personalidad cuando recuerdo llorar agachada sobre la banqueta, pifiándola en un dictado rítmico en la clase de piano. Tenía entre 7 y 8 años. Es EL punto flojo.

Ojo que tengo alguna virtud, eh.

Alguna.

En fin.
Así las cosas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

como si fueran las 3am

Y ni siquiera son las 10pm. Bajé porque si no escribo, exploto.

Leí durante una hora y media el libro de H (olvidé aclarar que me lo regaló el kindi por mi cumple). Santi tiene razón, es magistral. Solo dice, de una manera certera, lo que todos pensamos ¿o no?

Hay una lucha interna que no logro expresar. La ingenuidad en todos los ámbitos me sorprende y desanima. El hastío me gana. Siento que voy a marchitarme de verdad en esta vida gris. Gasto bits y bits en ventanas de chat (el único medio en el que realmente estoy siendo yo últimamente) intentando explicar que en esta ciudad no tengo posibilidad de cambiar las cosas. El tedio burgués me avergüenza. El cinismo pierde fuerza en el fango de la mediocridad.

Ya no sé quién soy.

Hubo un tiempo en el que quise creer. Te juro. Sin nombre (dios nunca fue convincente) tenía la esperanza del pensamiento mágico. Duró poco. Veo a los humanos como mamíferos perdidos en su propia autoconciencia. Animalitos evolucionados que, sin embargo, tardan más que ningún otro en lograr los objetivos más básicos. Por eso, al final, los instintos primarios son los que más me interesan.

La nada gana cada una de las batallas.

Vuelvo a la cama. A leer. La tos de mi hijo menor es una alteración fuerte del equilibrio nocturno. La cama está fría con el lado izquierdo desocupado. Es difícil explicar que el entusiasmo no existe. Que los casilleros están vaciados. Que pensás en tu vida, en la vida, y te saltan las lágrimas. Después: todo sigue.

En fin.
Así las cosas.

todo pasa en la cabeza

Hablo poco. Es raro porque en sociedad soy hiper expansiva. Pero en mi vida cotidiana tiendo a ser callada. Pusieron una clase de spinning a las 9am. Llegué 9.15, la vi y me metí. Hace dos años que no hacía. Fue ultra pop. El problema fue aguantar mi imagen voluminosa los 45 minutos frente al espejo. No gusto de lo que veo y ahora sí hago dieta. Excepto el martes en el cumple de Lu, tuve un comportamiento ejemplar. Pero no se nota. Maldito hipotiroidismo, te odio.

Estoy ideológicamente en contra a la obsesión por la belleza y el cuerpo. Detesto la lucha contra el paso del tiempo, no es que me guste ver el propio deterioro, soy humana y a nadie le es agradable: pero es la vida. Son las marcas de la experiencia que quedan inscritas en la piel. Ahora: sé por experiencia propia que uno puede luchar contra la debilidad de los kilos. Estoy a favor de lo que implica voluntad. El sendentarismo es tan noventas que asusta. Ahora que el cuerpo no responde, la lucha es encarnizada. Y voy perdiendo.

Cuando terminó una de las compañeras (éramos tres en total) dijo que parecía Barney, toda de morado. La de mi izquierda, con su remera rosa, acotó que ella parecía Rosita fresita... no iba a decir nada pero no aguanté y tiré la obvia: yo parezco Gargamel, toda vestida de negro. Tremendo.

Eso sí: me duelen las piernas con intensidad. No puedo pensar demasiado. Dormí bien. Marido a mi lado genera cierto sosiego. Di unas vueltas mientras él roncaba pensando que el amor opera como legitimación. Son días en los que pienso que posiblemente "todo todo esto, todo esto fue un error". Pero él no. Saqué una foto ridícula, yo en ropa interior y él en remera naranja y pantalón de pijama, en el baño, con una luz muy renacentista. Sería perfecta para un reality de gordos, le dije. Creo que no se rió.

Empecé El mapa y el territorio de Houllebecq. Puede que sea demasiado cáustico para mí. A veces siento que conmigo sobro.

El día está horrible. El frío asoma. La casa avanza. Tengo los mismos pendientes de siempre. El más importante y que no puedo resolver hasta el 24: el pasaporte del pequeño mal portado. Hoy ya fue a la guarde, a ver cómo vuelve.

En fin.
Me pongo a trabajar.

Pocas novedades por el frente.
Así las cosas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

otra vez estoy donde no debo

Es que me acosté un poco después de las 12 pero no podía dormirme así que di vueltas y vueltas pensando cosas tristes. Cosas como que me siento lejos de un montón de gente a la que quiero mucho pero que ya no me quiere. Replicar la incomodidad que sentía a los 17 es ridículo pero es real: en Perica me sentía demasiado rocker y en Cemento demasiado concheta. Bueno: lo mismo.

Por lo demás, tuve un día pésimo de encierro. A la única humana adulta que vi fue a Silvia. Marido sigue enclaustrado en el Centro Ceremonial Otomí. Llega hoy a la noche, es el cumple 31 del kinder así que le tendremos un pastelito.

Lo único bueno de tener un día horriblemente melancólico, deleznable, es que cuando vas a una cena llena de minas te recontra cagás de risa como si no hubieras salido en años.

Tengo que ir al super. El pibito no fue a la escuela porque sigue con mocos y tosió mucho de noche.

Bueh: me colgué MAL. Tengo trabajo atrasado (ayer no hice nada porque me quedé escribiendo como una posesa), cosas extracurriculares, hijitos que hay que buscar en after. En fin.

Me voy corriendo.

La isla a la que llega mi barco por lo general es ideológicamente lejana. Yo no soy fácil. Tengo muchos problemitas, lo sé. Pero sufro infinitamente.

Así las cosas.

martes, 15 de noviembre de 2011

no debería estar acá

Tengo mucho trabajo atrasado y voluntad nula. Nulísima.
Desganada sobrevivo. Quisiera tener que ir 4 horas a una oficina y que me digan qué hacer. Si no, quisiera tirarme en la cama a vegetar. La energía solo me dio para los 45 minutos de patinadora. Claro que en algún momento de la madrugada cambié a Milo porque Silvia se había olvidado de ponerle el pañal de la noche. El pibito tiene una tos infame. Y un carácter de mierda.

Lo acosté conmigo. Y a las 6.35am ya estaban todos despiertos. Simón se quejó porque tuvimos poco tiempo. Camilo decidió que quería cambiarse y yo ya no lucho. Al rato se fue el grande y los dos pequeños empezaron a pelearse. Un plomo. Igual volví a dormirme profundamente porque, después me acordé, anoche me clavé un advil pm. Es buena idea a las 11.30pm, muy mala cuando a las 8.30am no podés despegarte del colchón.

De marido sé muy poco porque está incomunicado. Siento tristeza y vacío. Fuertes, sólidos. Enclavados en el medio del pecho, con poco ánimo de irse. Qué pena no poder disfrutar de la vida. Creo que es la soledad. Cuando estoy entretenida me olvido.

En fin.
A trabajar señores, soy una mujer grande.

Así las cosas.

lunes, 14 de noviembre de 2011

volver a empezar una y otra vez

Cuesta entrar en sintonía. Este fue el año de los paréntesis. Los viajes, las visitas, los eventos, las emociones atentan contra la estabilidad cotidiana. Sin todo esto, igual, no sé cómo hubiera sobrevivido. La tensa calma no es para mí: soy más del sacudón emocional.

Tardé mucho en escribir una nota. Ralentada me cuesta. Hice 50 minutos de elíptica. Se hizo más corto porque me crucé con Tere y después me llamó Panza. El ejercicio me salva. Después sauna y baño. Ahora esperar a que lleguen los mayores, comer y bajar. Tengo muchos pendientes por la ciudad.

Coco llegó extrañándome. Hace mucho que no lo veía así, me abrazó fuerte y largo y quiso que me quedara con él en la cama así me contaba el minuto a minuto. Medio dormida solo atiné a decir ahá, uh y uf pero me emocioné por su cercanía. Es un cachorro todavía y a pesar de su gigantismo físico quiere que lo mime y lo cuide, me pide a la mañana que le ate los cordones y yo me siento bastante ridícula agachándome a los pies de semejante grandulón pero... lo hago. Obviamente.

De marido no sé nada. El miércoles volverán a la noche, le tendré un regalo y un pastel al kinder porque es su cumple. Sí, como madre es psicoanalista veraneaban en febrero. Tremendo. Si se hubiera hecho cargo de la feria judicial de padre hubiéramos nacido en octubre (como mi hermich, mi otra hermana es de septiembre... pero claro, con ellas no compartimos madre).

Ayer compramos los electrodomésticos para la cocina nueva. También nos encontramos con la arqui a quien queremos mucho más de lo que los clientes suelen querer a los arquitectos. Va a quedar espectacular. Me pone contenta.

Y yo: nada. No sé. No tengo ganas de nada. No tengo fuerzas de hacer más cosas de las que hago. Es una lucha que no tengo ganas de librar.

Emoción es limpiar y lustrar tus Dr Marteens del 96 y tener un par de calzados "nuevo".

Lo que no conté del viaje es que marido se dedicó a coquetear en MI CARA. A los dos (Vicente y el susodicho) les dije que eran dos cuarentones patéticos pero aunque me reía y lo exorcicé contándolo, no está bueno: estoy presenteeeeeeeeeeeeeee, controlate.

En fin: pibes que se dejan ser. Como casi todos los pibes.

Bueno chicos, así las cosas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

crónica de un viaje con marido

cont.

Entonces me bañé, me cambié, maquillé y bajamos demasiado temprano. Había que pasar a retirar la entrada por una mesa que todavía no estaba habilitada, tampoco la de entrega de medallas a los nominados ni el espacio para la foto. Después de dar vueltas un rato finalmente logramos pasar por todo eso para después entrar al cocktel en el que, como bien dijo un conocido ganador de muchos Grammy, es donde podés "hangear". Mi mood era antisocial-fóbico por lo cual pedí un trago que no pude tomar (mi cuerpo no soporta ni el alcohol ni el tabaco), me acodé en una mesita alta en la cual todos dejaban sus bebidas y vi como marido iba y venía de acá para allá y de allá para acá mientras se tomaba una cantidad ridícula de cervezas heladas. Finalmente pasamos a las mesas, después de un tiempo que se me hizo eterno. Comí media panera en tiempo récord y no quise interactuar con ninguno de los otros comensales. Uno era un cantautor peruano a quien no conocía pero parece que es muy famoso, una diseñadora gráfica nominada por mejor arte de tapa y el manager de no sé qué artista que después tocó. La comida estaba muy rica, algo de mar (no tan bueno), una carne que se deshacía deliciosa con unos acompañamientos medio étnicos latinos (no me acuerdo bien qué pero guardé en algún lado el menú que te daban) y un postre increíble, muy rico y muy bomba que terminó de destruirme. Marido iba y venía, borracho, no sé bien a donde porque todo el mundo se quedaba en su lugar. Después de cenar apareció Shakira, que era la homenajeada como persona del año, y empezaron a pasar diferentes artistas que versionaban sus temas según el género al que pertenecían. Algunos: Alejandra Guzmán con la de La quinta estación, Cristian Castro con Vicentico, Jorge Drexler, Franco De Vita y un montón más, incluyendo al padre de la piba, que lloraba sin parar, para mi gusto un poco forzadamente. A ella no la vi de cerca. Nuestra mesa era de las de atrás y después me contaron que contractó seguridad para que rodeara la suya. Todo cualquiera. El show igual estuvo entretenido, después había unas fiestas a las que marido pensaba ir pero en los últimos temas SE QUEDÓ DORMIDO EN LA SILLA y solo podía pensar en irse a la cama, estuvo tocándome el orto todo el camino (bastante largo) hasta la habitación, lo que me malhumoró bastante. Sus borracheras me fastidian, debo confesarlo. Nos dormimos temprano, amanecimos también temprano y bastante frescos por este temita de que parece que te largan oxígeno en las habitaciones y nos fuimos a pasear a la calle. Llegamos hasta el mall en taxi, compramos vestido y zapatos para mí al mejor estilo Pretty Woman, un par de cositas más y volvimos caminando, casi corriendo porque a la 1pm ya teníamos que estar listos. Nos bañamos, nos vestimos, perfumamos y bajamos hacia la alfombra verde. Tuve que caminar descalza porque los tacazos que adquirí son divinos pero me estaban rompiendo los pies y había que dar una vuelta de lo menos glamourosa que te puedas imaginar. Hay una foto de marido en la revista Quien, parece actor, estaba hiper buen mozo, a decir verdad. Pasamos por la alfombra rápido, yo me quedé a un costado mientras los fotografiaban y por fin llegamos al mismo salón de la noche anterior en donde se hacía la ceremonia. Esa era la que no se televisaba. El premio de marido fue el último, no me agradeció en lo personal (posta que hace 10 años espero que el pibe tire un "gracias Juli" pero para que voy a tener que seguir esperando) pero igual me alegré mucho y sentí un orgullo enorme por su triunfo. Nos fuimos a comer con Chente y un conocido de él al mismo restó pésimo del día anterior, subimos a hacer un refresh y tuvimos que volver a bajar para ahora sí ir a la ceremonia televisada. Teníamos unos asientos bien ubicados, marido saludó a medio latam y después del primer bloque apareció Piero (sí, Piero, el de Mi viejo) a sentarse con un amigo al lado nuestro. Lo que más le agradezco es que me haya festejado todos mis chistes con esa intensidad. La ceremonia dura 3 horas y no gusto de ninguno de los artistas pero algunos números son bastante impresionantes. El mainstream es así: farolero. Cuando terminó (como es un programa de tele hay muchos cortes en el medio) bajamos al after party en donde me atasqué con finger food y así me fui dejando a marido un rato más. Cuando subió ya me había dado una larga ducha de agua cuasi hirviendo y estaba en pijama, usando el ipad. Le dije que se fuera tranquilo a la fiesta y que si se le hacía tarde me avisara. La noche no es para mí y menos si no es con amigos y hay que caminar con unos tacos imposibles. A las 10pm estaba durmiendo, contenta y relajada. Al día siguiente no tuvimos tiempo de hacer nada más que desayunar con Vicente, una vez más en el único restó al que fuimos. Y de ahí a tomar el avión, viajar apretujados y después hacer colas y esperar en el aeropuerto para todo (marido me dijo que soy una malcriada porque me fastidié porque no vino Mau a buscarnos: no, soy práctica, un viernes a la noche el tema taxi está complicadísimo). En casa nos esperaban madre con hijos menores y el kinder que vino a una filmación. Coco se fue a acampar y todavía no llegó. Marido se fue con kinder al Centro Ceremonial Otomí y vuelven recién el miércoles, madre partió para el aeropuerto hace un buen rato, Milo ronca en el sillón y Tita juega en la compu pero ni bien termine el post voy a darle la cena y acostaré a ambos.

Hola vida real: no te extrañé nada.

La conclusión es que amo a marido. También me parece un genio total pero eso es desde siempre. Sigue siendo, más de diez años después, mi mejor plan. Nos reíamos, nos divertimos, nos entendemos y nos peleamos lo mínimo indispensable. Somos equipo y contra eso no hay nada.

Ayer fue mi cumple. Lo pasé muy tranquila, con la gente que quería estar, rodeada de mi familia (nunca pasa que están los de origen) y hoy se cumple 7 años de vida en México: una eternidad.

El saldo de todo es muy positivo aunque el hipotiroidismo me tuvo un toque tirada y que no sé si volveré a ser tan expansiva como siempre, en el viaje estuve retraída. Igual: me cabe. No tengo ganas de agradarle a todo el mundo, ni mucho menos.

En fin chicos, acá estoy de vuelta, por un mes nomás porque el 12 parto con los kids a Buenos Aires.

Y sí: así las cosas. Buenas.

sábado, 12 de noviembre de 2011

crónica de un viaje con marido

En este preciso momento mi duda más importante es cómo fue que se me ocurrió reproducirme. Es un misterio absoluto. Bueh, no, fue un verdadero accidente pero... después seguí.

Llegamos ayer a la noche, bah, eran las 7.10pm pero entre migraciones, el equipaje que tardó mil años y que Mau no nos fue a buscar y la cola del taxi era eterna, llegamos después de las 9.30 a casa. Madre, kinder e hijos menores nos esperaban para cenar. Un lomo al horno sellado con hierbas, papas rotas y antes, salmón ahumado con un queso con ciboulette. Los chicos estuvieron bárbaro y mi madre parece haberla pasado bien.

A ver el viaje. No tuve tiempo de escribir y el Ipad tampoco ayuda. Pero sobre todo el tiempo. Escurridizo, evasivo, me la pasé corriendo de acá para allá de la mano de marido (literalmente). Pasamos un día en LA. Paramos en un hotelito boutique en pleno Hollywood, el Hollywood Roosevelt Hotel, caminamos mil cuadras, intentamos ir a Santa Monica en bus y corriendo uno se me cayó el tel y el vidrio se rompió en mil pedazos: ese no nos llevaba. Esperamos mucho y finalmente nos tomamos un taxi carísimo. No tuvimos tiempo de pasear por la Promenade porque teníamos hambre y después venía Vicente y estuvimos una hora y media para llegar a Universal city, esperar ahí (hablé horas con Roxana, la guardia que trabajaba ahí hace 15 años, puedo contarte vida, situación sentimental, aspiraciones, estudios, hijos y otros etcéteras). Después pasamos por la casa, muy californiana linda, de un conocido de los chicos de Mtv. Ya todos son ex... De ahí nos fuimos al Soho House, un club exclusivo de la industria que está en varias ciudades. El lugar es muy lindo, hay que reconocerlo (la terraza da a toda la ciudad, el ambiente es de muy buen gusto) pero su concepto es una mierda, sus precios exorbitantes y mi interés nulo. Estuve con cara de orto queriendo matar a marido y a Chente pero finalmente logramos huir (es un lugar al que van Denzel Washington, Christina Aguilera y ese tipo de celebrities; no tengo ni la más puta idea de si había alguna porque realmente no miré: sobame el estrellato). De ahí directo a comer una pizza por mi antojo y mi malhumor. Y a la cama.

A las 7am salimos en coche hacia LA. Dormí todo el camino echada atrás como una adolescente. Desayunamos unas mierdas gringas en el camino que me cayeron pésimo y seguí durmiendo. Detesto a los gringos con toda mi alma. Su comida, su falta de sangre en las venas, su alienación e individualismo apestan. Entramos del desierto a la ciudad que es como un gran, enorme decorado monumental espantoso y nos dirigimos directo al Mandalay Bay, con toda su doradez encandilando nuestros ojos. El evento era ahí mismo. No llegamos al brunch ni a la entrega del premio a la trayectoria a Les Luthiers, Rubén Rada y Feliciano pero... todo no se puede. Dejamos nuestros petates y fuimos a devolver el coche. En todos los ámbitos hay maquinitas para apostar, es muy llamativo. A mí jugar (por la tan grande posibilidad de perder) me tienta cero. De ahí nos fuimos a pasear con marido por el hotel, es enorme y tiene tiendas y restoranes adentro y todo el tiempo parece de noche, comimos mal y caro en uno llamado Red, White & Blue y mientras marido se quedaba para una junta, yo salí a caminar por ahí, creyéndole que el mall al que me mandaba era cerca. Tomé el tram, un trencito que va del Mandalay al Excalibur (un hotel con temátiva de haditas, no entré para verlo porque la sola idea de adultos entusiasmados con esa estupidez me espanta), que también pasa por el Luxor (imitación de una pirámide egipcia que te dan ganas de hacerte el harakiri). Caminé ya con la tarde volviéndose noche (oscurece llamativamente temprano) y con la presión de estar a las 5pm en el hotel (salí poco antes de las 4) para cambiarme y estar lista a las 6, a la gala homenaje a Shakira como persona del año. En el camino me compré un yogur con frutos del bosque y granola y cuando llegué al mall me tuve que volver corriendo, estresada. Marido ya se estaba bañando...

continuará.


viernes, 11 de noviembre de 2011

fotich


Para la ceremonia de la noche me recogí el pelo. Marido salió guapísimo en una foto de la revista Quien. Y sí, se ganó el Grammy nomás, muy grossamente. En cuanto pueda hago relato pero madre está todavía in town y mañana cumplo 34. Muchas emociones juntas, chicos.

Así las cosas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

qué estrés

Sin tiempo escribo peor aún que de costumbre. Ayer fue un desastre, no puse nada de lo que quería poner. Pero quería estar con los chicos aunque tengo los cables pelados. Salimos al parque a que los grandes anduvieran en bici. Milo se queja de todo, lloriquea y hace payasadas. Es un nene rarísimo, mucha casa, mucha monería y mucho capricho. Es tierno e insopor a la vez. Después comimos en lo de Paola y Ramiro de lo más agradable pero esta vez fueron los dos varones los mal portados. Después me di cuenta de que el pobre Coco no tiene con quién jugar. Es razonable que se aburra, siempre está con nenes ultra chiquitos. Volvimos temprano, me ocupé de lunchs y demás, leí diarios y después pusimos una peli canadiense bastante mala y marido no quiso terminarla. Yo soy más tolerante.

Despaché a Coco, hice valija, llevé a Milo, me bañé en el club, me hice las manos en la peluquería (creo pasaron dos años y medio desde la última vez), depilaciones varias, compritas en el super, lista de tels para madre, ahora busco a Milo, lo dejo en casa y me voy al Centro Comercial Santa Fe a buscar botas y ver precios de electrodomésticos. A las 4.10pm tengo que buscar a los grandes en el cole y hacer ronda.

Este viaje me pegó estresada. Madre llega mañana temprano pero no la vemos porque nuestro avión sale a las 7am. Creo que ya dejé todo más o menos listo pero nunca se sabe. El milagro de irme sola con marido se repite un año después. Ahora todo está un poco más ordenado, al menos no pareciera que me vaya a quedar sin nana justo ahora. Silvia está acá, firme junto al pueblo.

Por lo demás, mi ánimo sigue ahí, los kilos hiper firmes en mi cuerpo y yo con poca voluntad de hacer verdaderos esfuerzos. Deprimente la gordura. Y no mucho más.

En fin, chicos.
Así las cosas... corriendo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

so long

El jueves a la noche vinieron Domi, Aracely y Acacia a casa por falta de luz. El jueves bajamos con Domi a buscar vestidos para mí y algunas cosas que faltaban y nos trajimos a Ramona. La parte en la que manejé con la pequeña Yorkshire en mi regazo no tiene despedicio y quedó inmortalizada. Si no fuera porque no la tengo y porque la cara hipotiroidea que me estaría afectando es indigna, postearía la foto. Después fuimos a Costco, yo llevé y traje niños y a la noche comimos pizza. Al final no miramos peli como era el plan.

Gusto de la comunidad. Saca la sensación de desamparo con la que suelo vivir, esa soledad pesada e inexorable. Ayer nos levantamos y salía rápido hacia zumba. Hice solo una hora para poder llegar al Palacio de Hierro a ver electrodomésticos y después a la muestre de Ron Mueck. Dejamos el coche en la oficina, caminamos hasta la tienda departamental, el pequeño se portó como el orto (incluyendo llanto a los gritos tirado en el piso). Mi paciencia anda en niveles bajísimo por hormonas varias. Lloro, grito, me calmo, todo el en el término de pocos minutos. Para que los niños no se impacientaran desde el comienzo, en lugar de caminar hasta el metro Polanco, nos tomamos un taxi. Hicimos dos estaciones por la línea esa (creo que es la azul) hasta Tacuba y después agarramos la de Tacubaya para bajarnos en el sótano. El plan era pasear como turistas, que los chicos conocieran el metro y nos sufrir por el estacionamiento en el centro. Cuando llegaos el tren estaba lleno en la estación, parado. Decidimos esperar al próximo sentándonos en el andén (en el piso) pero este no avanzaba. Marido fue a preguntar y le dijeron que "andaba lento". Ese fue todo el desarrollo. A marido le pareció buena idea entonces meternos adentro de un vagón y esperar a que arrancara. Según él estaba saliendo cada media hora por lo que el peor escenario implicaba 10 minutos de espera. Estábamos realmente aplastados los cinco, esperanzados hasta que nos dimos cuenta de que no daba, era posible que ese tren no arrancara más. Salios a la superficie en el medio de un tianguis en el que la superpoblación se hace patente. Todos esperaban taxi. Primero marido quiso seguir con el plan. Cruzamos la calle y encontró un taxi de sitio que pretendía cobrarnos 120 pesos para llevarnos al Zócalo. Me negué y a la cuadra nos bajamos. Los chicos se quejaban, un poco angustiados ya, y el cielo se cubría de nubes grises que anunciaban lluvia. Atravesamos el tianguis hacia el otro lado, pensando en caminar para salir del meollo hasta que encontramos un taxi salvador que se desocupada y nos subimos corriendo. Marido pretendía seguir con el programa pero el señor lo hizo desistir y volvimos a la oficina de donde habíamos salido. Agarramos el coche, fuimos a comer a un lugar espantoso, paseamos por una tienda de muebles y volvimos a casa.

Le encajé toda la prole a la pobre Domi que se quedó de institutriz exigente. Se quedaron pintando, hubo un par de llamados pero después parece que logró ponerlos en caja. Nostros nos perdimos camino al Palacio de los deportes pero al final llegamos. Tocaron dos bandas antes de Los decadentes... marido primero se portó como un patán, busqué un baño (la sala de la produ no tiene) y cuando salí, el pibe se había ido. Me quedé en un rincón semi llorosa (estoy en extremo sensible) y decidí que si tardaba 10 minutos más pedía que la camioneta me llevara a casa pero se rescató y vino a buscarme. Igual, medio que cada uno hace la suya. Yo vi un cacho en el sillón atrás del equipo de sonido y otro cacho al costado del escenario al lado de Carca, quien no subió con los otros Babas a tocar. Aguanté dos segundos en el green room. La decadencia del rock no es para mí.

Bueh. Tengo que ir a hacer tareas de madre. Esto no da para más. 

Así las cosas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

el clima es perfecto

Es una pena no poder disfrutar de este otoño espectacular. El cielo límpido, el aire fresco pero agradable, el sol tibio. Los días se pasan como si nada. Como si transcurrir fuera la esencia del ser humano. A veces pienso que no nací para esto y otras creo que, al final, es lo más cercano a mi naturaleza. El abandono interior y exterior. La falta de conexión. El desinterés del mundo. Hay un espacio al que nadie está llegando, no me doy cuenta de si es porque yo pongo una barrera o no hay voluntad exógena de franquear la barda. Como en todo, debe haber una conjunción de los dos factores.

Solo miramos películas malas. Quiero, necesito, exorto a las autoridades, a que se instaure una página para estrimear cine arte. Basta de solo Hollywood... ¿me escucharon?

Por lo demás, hice media hora de patinaje sobre la máquina, confiada en la clase de zumba pero al segundo tema no soporté ver mi propia gordura en el espejo por 55 minutos más y abandoné. Tengo problemas con los kilos de más. Es difícil verse así, deforme. Sobre todo con el viaje encima. El martes salimos hacia LA porque marido tiene una junta (marido está a pleno, me da la bola que me puede dar y le produzco una cierta tristeza pero eso es más o menos el matrimonio), pasearé por la Promenade, veré si compro algo (no creo pueda porque estoy sin fondos y porque descubrí, con un delay inexplicable, que solo puedo comprar con la convicción de la necesidad, es decir: necesito un par de botas, los chicos necesitan un suerte, un pantalón o lo que fuera; comprar por el mero hecho de comprar no existe en mi mente) y supongo que ese mismo día volaremos a Las Vegas. Todavía no sé qué me voy a poner. Se supone que mañana iré a lo de Domi y si no me va nada estoy en problemas (bueno, tengo el findex para intentar solucionarlo pero con este cuerpo que pegué está very complicated).

Y nada más. Marido se compró una mini novelita de Guillermo Martínez que empecé ayer (leí 3 páginas) y mi vida cultural está siendo semi nula. El sábado quiero ir al Colegio de San Ildefonso a ver la muestra de Ron Mueck. También pasaría por el mercado de San Juan aunque marido me desalentó por el temita de irnos de viaje. De todas maneras son 3 días... el viernes ya estamos acá y el sábado es mi cumple.

En fin. Hablando de cumples tengo que comprar dos regalos. Mis pendientes son un plomazo. Pero es lo que hay.

Ah, ayer no me bañé y fui a un asado en jogging por primera vez en mi vida. No conozco otro signo de depresión más contundente.

Así las cosas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

feriado

Amanecer temprano porque la luz se cuela por todas las aberturas pero sin tener que salir corriendo es más que agradable. Marido me abrazaba diciendo "quedate un ratito más" cuando le decía que tenía que irme al super. Drama nacional de los dos menores porque querían venir con nosotros. Una huída silenciosa después de un desayuno rápido mientras entraban a bañarse. Me quedé en jogging. Olvidé las leches que de  los ítems más importantes de la lista. Nunca me pasa. La presencia de marido me descolocó. De todas maneras: sigue siendo mi mejor programa. Gusto de estar con él. Claro que es tan poco que ni siquiera sé si es real. Pero intuyo que sí. Ahora skypea por trabajo aunque le pedí que por favor se tomara UN día. No hay caso. Siempre hay algo para hacer. Ahora es con Bs As. Difficult.

Ayer me sentí mustia y sin energía toda la tarde. Vino Xime y quería que le dijera qué me pasaba pero no tengo contenido. Es así: estoy apagada. No hay angustia ni explicación. No tengo energía ni motivación ni ganas de ... nada de nada de nada.

¿Cómo pasó que me colgué leyendo diarios? La realidad nacional -argentina- me descoloca. Intento entender pero no.

Por lo demás: familia. Demasiada. Y lejanía. Y extrañeza.

Así las cosas, guys. Así.

martes, 1 de noviembre de 2011

tanto y nada

Estoy prácticamente desempleada. Ya ni siquiera me angustia. Es algo dado contra lo que ahora no puedo luchar. De todas maneras, lo único que quisiera es una actividad de medio tiempo que no me deje espacio mental. ¿Cómo se me ocurrió estudiar Letras? Juro que no lo sé. O sí. Pero ya no importa.

Soy del tipo de persona que programa la máquina aeróbica para, por ej, hacer 30 minutos y cuando ve que pasaron 5 piensa: bueno, 1/6 menos. Y así. Ad infinitum. No tengo paz. Hice solo 35 en total, 10 de elíptica y 10 de patinadora. El domingo, mientras le daba duro, vi la última parte de un partido de rugby de México contra algún país centroamericano que no recuerdo. Lo que más me sorprendió es la tendencia de los rugbiers a tocarse el culo mutuamente. Supongo que al tenerlos grandes y parados no pueden evitar la tentación. O solo les copa.

Por lo demás: nada. Coco no quiso salir a pedir dulces así que fueron los menores con Silvia y Feli, Juana & Co. Detesto Halloween. Y todas las demás fiestas importadas de los gringos. Por lo general no soporto a los gringos tampoco. Ah, acabo de ver, también mientras hacía patinadora, que la entrega de los Latin Grammy Awards la transmite TNT en directo (?????). De todas formas no creo que marido vaya ser enfocado. Sigo obesa y sin ganas de vestirme para tener que ir a un evento así. Me estresa. Lo único rescatable de esta situación es que tengo unas tetas levemente más dignas.

En otro orden de cosas: a mí me hace sufrir mucho que no me quieran. A veces me doy cuenta de que no soy fácil, que soy dura y que me puedo poner áspera pero la mayor parte del tiempo considero que soy divina. Y llevadera.

En fin.
No mucho más. Ah, bueno, voy en unos minutos a firmar la escritura. Estuve una hora en el banco. Y no, no me da mayor felicidad. Sé que es lamentable. Pero es lo que hay.

Así las cosas, chicos.

lunes, 31 de octubre de 2011

el otoño

El pasto de la plazuela está tapizado de hojas secas. Ayer, cuando salimos a ver la casa con Cristina y Lalo y Domi cruzaron para hamacar a bebonch, sentí el otoño en toda su dimensión.

Hace días que me rondan ideas variadas. Desde la clase de zumba, en la que gorda y ridícula, intentaba seguir los pasos poco concentrada. ¿Cuánto cambiás con la edad? ¿Cuánto cambiás ideológicamente, en costrumbres, en general, después de unos años de pareja estable? ¿Qué permanece y qué no?

Las respuestas se las debo. Pensé que mi vida cambió radicalmente (como la de todos una vez que entrás en mood convivencia y reproducción) pero que no dio un vuelvo ni ideológico ni económico. Siempre fui e hice más o menos lo mismo en esos niveles.

Por lo demás: nada. NADA de verdad. La nada que nadea, sonríe, mira y se instala. Una nada como pocas veces vi. Ah, no, claro. Por ejemplo: me sobran SEIS KILOS justo cuando tengo que ir a LOS GRAMMY LATINOS. Cosas re copadas que me pasan, oh sí.

Ayer a la noche después de comer con Cristina y Domi y de ver el lento proceso de la remodelación de mi casa, no hice nada más. Ah sí, antes fui al club, hice 25 de patinadora y di las vueltas al parque con Guille que me permitió Camilo (ese pendorchito está en cualquiera, su capricho y su demanda no van conmigo) y a la noche vi una con Sara Jessica Parker. Mala, obviamente, pero no tan mala como las dos anteriores (creo). Si algún día me vuelvo ejecutiva (es tan probable que eso suceda como que nieve en Costa Rica) quiero vestirme como ella. Lo que sí me sorprendió: el tiempo pasa para todos, tiene las manos muy gastadas.

Después me fui a dormir con elgourmet. com. Ahora que decidí ser una persona semi normal que al menos prende la tele para conciliar el sueño, me siento distinto. Eso más la media pastilleca que me trago todas las mañanas. Duermo tantísimo mejor. Como hacía años que no me pasaba.

Ah ¿marido? No sé demasiado. Skypeamos 40 minutos ayer a la noche, quería charlarme mientras se preguntaba qué gardocha hacía todavía en Las Vegas. Lugar al que ya fue como tres veces y que tiene encanto menos diez.

Creo que estoy deprimida.

Creo que no quiero hacer nada al respecto. Vale deprimirse mientras no le rompas los huevos a los demás ¿no?

Puedo ser una depresiva silenciosa. Mientras no haya angustia, todo me parece tolerable.

En fin, chiquitines. Espero no haberlos desalentado para siempre.
Por último quiero decir que me está costando bastante pero creo que el proceso del año sirvió. El que no me quiere, allá él, podré vivir sin eso pero no voy a hacer ningún esfuerzo ni sentirme mal si alguien no quiere ser más mi amigo. Y la gente que se relaciona por interés debería arder de por vida en el infierno: es una bajeza imperdonable.

Ahora: así las cosas.

domingo, 30 de octubre de 2011

te devuelvo la hora que me estás regalando, mil gracias

Si el día de por sí es largo cuando estás sola con tus hijos por vez incalculable en el año, que te agreguen una más: resta. A las 6.40am vino Milo a pedirme su famosa lechita y cuando miré el reloj me sorprendí de que fuera tan temprano. Recién cuando vi la luz recordé que ayer me habían advertido sobre el cambio, mi teléfono lo hace automáticamente. Los pibes a las 6.30pm van a estar en la camuch, no tengo más resto.

Escribí en un mail que no tengo sentimientos los últimos días pero no es cierto. Ahora mismo me invade un vacío, una extrañeza, una falta. Acostumbrada a una cotideaneidad de repente la añoro. Extraño muchas cosas diversas a la vez: es mi sino.

El viernes a la noche vi Just Go Whit It. Ayer Friends With Benefits. Estoy amasando un Master en películas de mierda. De todas maneras, de la segunda puedo decir que su guión es mucho mejor que el de Amigos con derechos. Justin Timbarlake me parece horrible, actúa peor que un amateur y da vergüenza ajena. Pero Mila Kunis es mil veces más hermosa, sexy, graciosa y expresiva que el témpano de Natalie Portman. No estoy para cine de verdad. No estoy para nada. Mi hijo menor llora porque no puede comerse un dulce. Ya se comió no sé cuántos sin que me enterara, por Halloween proliferaron por la casa, que por cierto está roñosa. Les hice el desayuno, leí algunos diarios, los bañé, cambié, les hice ordenar y hacer las camas, skypeamos con padres y todavía no son ni las 10am. Después de cambiarme y armar bolso saldremos para el club. Más tarde comeremos por Polanco con Domi y Cristina.

Estoy levemente desasosegada.

Ayer el asado se mudó de sede, la pasamos bien, comimos rico.

Cuánta soledad. Marido vuelve mañana de Las Vegas. Creo que pasé más del 50% del año sola. Supongo que no es negocio vivir en otro país y que esta sea mi realidad pero ¿qué hago?

En fin.
Así las cosas.

sábado, 29 de octubre de 2011

parece un tatoo de saturno



Pero es el moretón que me hice el sábado pasado. 


Cualquiera.

viernes, 28 de octubre de 2011

...

Sigo triste. Pero no hay que confundir tristeza con angustia. Ni con ingratitud. Fui al Instituto Nacional de Perinatología a ver a mi ginecólogo. Lo esperé 40 minutos parada afuera porque se había olvidado de mí y me dediqué a mirar a las pacientes y los acompañantes que entraban y salían. La salud pública mexicana no es gratuita. Es algo a lo que no termino de acostumbrarme. Pero sí es muy económica según los recursos, asistentes sociales (por lo que entendí por un comentario de Mario al paso) determinan cuánto podés pagar. Si no tenés turno no podés pasar. Dos policías se encargan de eso. Es muy extraño. Pero adentro es lugar es limpio, grande y agradable. Nada tiene que ver con un hospital público argentino. Vi muchas adolescentes embarazadas, lo que me partió el corazón. De todas maneras, las imágenes no eran desgarradoras. Eso sí: Mario tardó porque tuvo que internar a una paciente con Lupus. No iba desde agosto a la consulta porque el marido se había quedado sin trabajo. Todo fue a las corridas, al pasar, mientras caminábamos. Eso sí es dramático. De todas maneras confío ciegamente en él y sé que la embarazada va a estar bien. La culpa de clase no soluciona nada. Ni la enunciación de la misma. Pero es lo que sentí.

Aunque el hipotiroidismo sea una enfermedad ultra extendida y el mío sea leve, la idea de tomar medicación de por vida es, como mínimo, extraña.

Este fin de semana estoy sola otra vez. Pero en la semana me sentí tan sola que no cambia demasiado. Simi se fue temprano, con su máscara de diablo que compramos ayer en Walmart y un jogging. Por suerte empieza a chuparle un huevo (aunque nunca fue hiper fan de los disfraces). Se fue a una fiesta en Los encinos (una suerte de country camino a Toluca) y volverá tarde. Mientras esperaba el camión le dije que lo iba a extrañar. Es cierto. Los extraño cuando se van muchas horas, antes no me pasaba. Hay días en los que me pregunto cómo y por qué se me ocurrió reproducirme pero otros, de verdad, mis hijos son todo. Volví a la cama y lo pensé. Y también pensé que es insoportable escuchar hablar bien recurrentemente de los hijos ajenos. La idealización de las crías me torra sobremanera.

Por lo demás: nada. Ahora me iré con Tita, quien está disfrazada de diablita, con dos colas y los ojos pintados (medio deformemente porque a las 8am y tirada en la cama no soy una Regina Kuligovsi), a buscar a Milo a la guarde. Al rato viene Xime a comer con Robert y después plantel de madres a hacer picnic en el parque. Un halloween wannabe. Mis instintos lúdicos son nulos. Lo lamento, eh, no creas que no.

Extraño Buenos Aires. Extraño a madre. Extraño a hermanos. Extraño la calle. Y extraño tener una actividad outdoors.

Pero por ahora esto es lo que hay. Ni modo: así las cosas.

jueves, 27 de octubre de 2011

transitando el lado oscuro (también una vez más)

Pensé que nunca más iba a tener estos sentimientos. Qué desolación. Estrujada, intento no pensar pero no me sale. Es injusto por donde lo mires. Aunque yo no ayude. Es difícil todo. Y es increíble el que alguien no lo vea.

Vi un partido de Basquet entre Puerto Rico y México mientras hacía patinadora. ¿Por qué el fútbol será el deporte en equipo privilegiado? Elucubré algunas hipótesis que tienen que ver con reglas fáciles, una pelota cualquiera y la posibilidad de hacer un arco con facilidad... el rugby necesita de dos palos enormes, el baseball de una pelota y un bate, el basket dos aros y una superficie dura... Seguramente alguien lo debe haber estudiado.


En fin. Estoy muy triste y con pocas ganas de escribir. Creo que las relaciones unilaterales hay que abandonarlas. Me lo digo a mí misma. A veces lo entiendo y otras, la mayoría, no.

Así las cosas, chicos.

miércoles, 26 de octubre de 2011

en la época de las mandarinas

La luz y el aire, ya lo dije, son distintos. Y el olor. 

Por algún motivo extraño el despertador no sonó. A las 7am nos despertamos, marido saltó de la cama, dudó en llevarlo él o que lo llevara yo al Coco al cole (el camión ya se había ido) y ganó la opción uno. Por suerte. De todas maneras me levanté porque el nabo de mi hijo se olvidó la mochila (?) y salí descalza y sin abrigo a entregárselas. Después desayuné café con leche con una quesadilla, aguacate y frijol después de vestirme, llevé a Milo a la guarde, pasé por el club a bañarme y después al super. Gaby no me llamó para ver si al final sí quería que fuera. Le había suspendido pero me dio tiempo. Así que acá estoy.

La temporada de mandarinas empieza ahora y dura hasta febrero. Lo sé porque para el cumpleaños de los chicos lleno una frutera enorme de madera de mandarinas grandes y bien naranjas. Ahora no son tan dulces, tienen la piel muy pegada. Ayer hice un budín con unas que tenía en casa. Fue después de terminar Ocio y antes de buscar a los chicos para llevarlos al dentista. La receta decía que había que meter una entera en la procesadora (usé la licuadora porque mi procesadora es argentina y anda a 220). La próxima vez la voy a pelar, quedó demasiado amargo con toda esa cáscara, con pulpa, jugo y un poco de ralladura debería funcionar. También hice un pastel de calabaza y carne. El día naranja. La temporada de la calabaza es mucho más corta. Eso me entristece. Compré una grande para guardar y unos pedazos para comer en la semana. A todos nos encanta. De todas maneras, por esta zona no hay anco. No saben cómo lo extraño. La vida sin calabaza no es igual.

La dentista dijo dos cosas llamativas: 1. que la nariz y las orejas siguen creciendo de por vida. No es una buena noticia para mí. Lo único que podría alegrarme si tuviera mayor tamaño son las tetas. El resto siempre es mejor que disminuya. 2. "Eres más bien piernuda". Llevo casi siete años viviendo acá y soy incapaz de darme cuenta de qué me quiso decir. Es obvio que soy piernuda pero lo que no está claro es el signo de su comentario. No pareciera haber sido negativo. Ser piernuda en México no es necesariamente malo. Aunque no te sé decir con seguridad, eh.

Después de cenar todos juntos el pastel (a marido no le gustó pero para el resto fue un exitazo), vimos Crazy, Stupid, Love. Es mala pero entretenida. El guión tiene muchos problemas, es una buena idea de comedia romántica desperdiciada. A él le amo. No porque me parezca tan buen mozo pero me cae bien, banco a muerte que se esté convirtiendo en una estrella. Sobre todo porque su papel en Blue Valentine es excelente. Y en Drive también está muy bien. No, no hablo de Steve Carrell, obviamente.

Por lo demás, hoy es el cumple de beboncha así que ni bien lleguen los chicos del cole, parto con los dos menores hacia al Roma. Simi se queda acá con Xime. No tengo casi nada de trabajo y esta sensación de leve desperdicio es poco sentadora. Pero ni modo, es lo que hay.

El viernes voy a probar un par de recetas que se me ocurrieron (la variación de una y el budín nuevamente, supongo). A veces entro en fase Sara Key. O: asumo lo que soy.

En fin, guys!
Así las cosas.

chicos, mi look atrasa una década




Pero quiéranme igual.

martes, 25 de octubre de 2011

hola frío: nos das un poco de pereza

Y un día amanece con el aire distinto, más gélido, y hay también otra luz.

Dormí bien después de coger bien. Es matemático. A buen polvo, buen sueño.

No dejo de pensar en los kilos de más. Es algo superfluo pero que me altera, hacer dieta y no adelgazar genera una frustración indescriptible. Desde los 22 hasta los 30 años no tuve problemas de peso. Era flaca, comía poco, hacía ejercicio y me quejaba (un clásico) porque siempre sentía que me sobraban dos kilos. Ahora lo lamento. Con cinco arriba y sin dieta que valga, añoro las épocas de metabolismo normal. Es posible que sea a causa de un hipotiroidismo subclínico pero de todas maneras no sé si volveré a mi peso habitual. Queridos kilos, tengamos una convivencia en paz aunque los deteste.

Pasan cosas malas. Objetivas. Problemas. Pero pasamos tantos que ya no me asustan. Milo se niega a dejar los pañales. Es caprichoso y malcriado y no sé cuánto más aguantaré. Tampoco sé cómo llevar este encierro y soledad. En las reuniones suelo ser la que más tiempo lleva en México. ¿Cómo pasó?

Quiero estar en Buenos Aires, ir a la cena de cumple de Fer (20 cumpleaños de amigas), tomar café con mi mamá, caminar, estudiar. Etcétera. Mucho esfuerzo todo esto.

Por lo demás, voy a cambiarme, llevar a Milo a la guarde, ir al club, hacer ejercicio (sí o sí tengo que renovar el cancionero de mi ipod porque no da para más, llevamos casi 6 años juntos de lo mismo), bañarme, venir a trabajar... y así se pasa la vida mientras me marchito.

Las manos empiezan a entumecerse.

México no respeta las estaciones, hace frío o calor o llueve. Ahora toca frío. El 13 de diciembre estaré en Buenos Aires, voy relajada, sin demasiados planes, a vivir un poco. ¿Podré?

En fin, chicos: así las cosas.

lunes, 24 de octubre de 2011

con el desaliento en la piel (one more time)

Pasó mucho y no pasó nada en todos estos días. El lado oscuro de la fuerza acecha. Encuentra resquicios por donde colarse, lo dejamos a pesar de nosotros, somos débiles, somos humanos. La alegría de vivir se vuelve esquiva. ¿Cuánta gente me querrá? Siento que poca. Pienso: no tiene importancia. De todas maneras, vivo con ciertas convicciones, la primera: sé todo lo bueno que puedas siempre. Leyendo Ocio de Casas (no, nunca lo había leído, estaba en la mesita de luz de marido que mezcla Foucault, Nieztsche, Houbellec, Yuri Herrera, Casas y alguna otra cosa que me resultó, el conjunto, sorprendente) se me hizo carne la certeza de que la creencia ferviente en dios y el mal sexo van indefectiblemente de la mano.

El sábado fuimos con los chicos a lo de Eva y Nacho. Salvación de soledad completa, la hermana de Nacho, más amorosa imposible, se metió con Milo en la pile durante horas. Los grandes también nadaron pero ellos se arreglan solos, todos lo mimaron y lo malcriaron y él muy feliz de ser la mascotita. Llegamos a casa con él ya dormido y los otros también agotados. Coco se vino a mi cama porque Capitán América le dio miedo, ya dormía cuando gritó "mamá, mamá" y le dije que se pasara. Marido llegó temprano a la mañana sin avisarme, durmió intermitentemente hasta las 2pm. Coco se fue a lo de Dante y nosotros cuatro comimos en una parrilla por acá arriba, sin sobresaltos ni mayor alegría. En Argentina se votaba. Después me dediqué a leer tuiter, diarios y FB. A las 11pm estaba durmiendo.

El viernes tuvimos pizza, cineclub y una escena poco feliz entre marido y yo.
El sábado olvidé contar que Camilo caminaba hacia un arroyito en el que pensé que iba a caer, salí corriendo por el largo jardín y rodé en una suerte de bajadita, me levanté digna y seguí corriendo pero tengo un moretón infame, negro, en el muslo derecho, de costado. Patético.

Hay sol pero siento la grisura por dentro.

En fin, chicos.
Así de desoladas las cosas.