martes, 29 de noviembre de 2011

sobre cuestiones generacionales

Tendría que contar todo lo que pasó pero tampoco hay nada importante. La vida.

Venía pensando en que hay ciertos nombres insoslayables en la historia sexual/sentimental de cualquier mujer que haya nacido entre el 75 y el 80: Diego, Santiago y Nicolás, sin lugar a dudas. Pablo y Martín. Tomás, Fernando, Andrés, Gabriel, Mariano. No recuerdo por qué se me ocurrió, parada sobre la banqueta del vestuario del club,  mirándome al espejo en ropa interior.

El domingo a la noche vimos una peli sobre un adolescente. La nostalgia de tener 18 y todas las decisiones por delante me duró hasta el día siguiente, cuando sentí en el cuerpo la angustia y el desasosiego de ver al chico que te gusta (uno de larga data o uno que conociste una noche) besarse con otra que, en el mejor de los casos podía ser una desconocida y en el peor, una amiga. También esa noche abracé la almohada pensando en el término "lust". Qué bien suena en inglés. Es una palabra que me encanta. No así "lujuria" que suena burda y trillada. Pero a la vez me remite a "Las joyas" de Baudelaire, que también leí por primera vez en el 95/96. Sobra decir que es un poema hermoso.

Por lo demás, marido ayer buscó a los chicos en el cole a las 5.15pm y se vinieron todos para casa. Su presencia me da estabilidad. El garche también me sosega, parece que soy lo que le sigue a básica.

No tuve tiempo y entendí que es lo mejor que te puede pasar en la vida pero es difícil producir esa situación. Al menos para mí.

Y no mucho más.
Tengo unas cosich que hacer, nada particularmente relevante. Después de comer viene panza. Ah, sí, siempre tengo una nota pendiente. Eso está bien.

En fin, chicos.
Así las cosas.

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