viernes, 25 de noviembre de 2011

mmmmmmmmmmm

Quería postear una foto de mis labios con sus dos granos pero Blogger no me deja. DOS GRANOS, uno abajo y otro arriba: un atentado poderoso contra el buen gusto.

Estoy de buenas. O casi buenas. El cuerpo me responde mejor, hice 45 minutos de patinadora, ayer trabajé, horneé mil galletas para el picnic de la plazuela de hoy, fui a la dentista con los kids pero volví porque no tiene la buena costumbre de ser puntual, ni siquiera de llamar para avisar. Su desbole está empezando a hacer que la deteste y piense en cambiar de dentista. No podés ser tan poco profesional. Después de que los chicos cenaran, escuchamos La canción del jardinero, de María Elena Walsh y me puse a llorar. Creo que no ando del todo bien, hormonalmente hablando. A mi favor voy a decir que usamos ese tema con otra letra cuando terminé preescolar. Soy una persona sensible.

Marido llegó antes de las 8pm pero no tenía ganas de tirarle la buena. El enojo atávico por el abandono y un montón de otros etcéteras históricos a veces aflora y no tengo ganas de remarla. Además, estoy terminando El mapa y el territorio y no tenía ganas de soltarlo. A las 10pm estaba durmiendo. Leí dos horas seguidas. Copadísima. Pocos autores tienen el don de conjugar la buena prosa (pongamos que una buena traducción aunque sea castiza) y el entretenimiento.

Hoy se fue antes de las 7am. Como todos los días. Mañana termina la rutina carcelera. Veremos si nos soportamos después de tanto desencuentro. Qué difícil es la familia. ¿Por qué nadie lo dice? Gusto de pensarla como un sistema complejo, con reglas propias. A todo esto, cuando la gente hablaba de los "terrible two" yo solía pensar que eran pseu retrasados. Jamás, con ninguno de mis dos hijos anteriores, había padecido ningún trastorno particular en el lapso de sus dos años, ni siquiera había oído nombrar el asunto. Bueno: puede pasar. Camilo es divino, habla sin parar, es dulce y tiene unos ojos impresionantes. Pero... oh my gosh. Qué difícil podés ser, pibito. Todo es no, todo hay que negociarlo, toda acción es compleja y le trae dudas y uno tira algo y se queda expectante, a ver cómo lo va a recibir.

Decime que se termina. Plischu.

Y no mucho más. Ahhh, el próximo que confunda los reclamos maritales con mi frustración profesional, se liga una toma de algún arte marcial. Chicossssssssssss, pavadas no.

En fin.
Ah, sí, viene amigo de Simi, hacemos picinic en la plazuela y marido tendrá fin de rodaje en Tlauac. Yo saldría a beber y endrograrme pero linka... Me quedaré en casa leyendo o mirando peli, as always.

Así las cosas, chiquitines.

1 comentario:

Flor dijo...

Hola, me llamo Flor, encantada de leerte. Esta es la primera vez que estoy en tu blog (me lo acaba de pasar una amiga que estuvo en el tema de blogosfera nosebienque), leyendo, me aguante de escribirte hasta este post, donde mencionas tu llanto durante la cancion del jardinero, la escucho seguido, se la canto a mi hija, pero si, a mi tambien (muchas veces) me da ganas de llorar, me da bajon, mas la parte que dice "que mis pies tienen raiz" la puta madre que lo pario. soy argentina, viviendo en Belgica, y estoy re podrida del frio y del cielo gris, podrida mal. En fin, la hice re larga, me puse pesada me parece, me voy. Sigo leyendote, me copa.Saludos grises y frios, perdon, es lo que hay.