sábado, 31 de diciembre de 2011

ni unidos ni dominados/ 2012

Que haya salud y trabajo.
Y que la fuerza nos acompañe.
Feliz año.


martes, 27 de diciembre de 2011

2011

En la misma cama y con la misma ropa que ayer, lagarteo sin culpa y con un poco de calor. La suciedad que me acompaña es pomposa. Desayuné con Vir y Male en Voulez Bar y comí con la Shama en el mismo espacio. Mi madre había almorzado allí también con colega más joven. Fui con la ropa de gym fluo y el pelo asqueroso, todavía ahumado del día anterior. No tengo vergüenza.

Debería bañarme ya para encontrarme en un rato con mi marido. Acá nos llevamos bastante como el orto pero la realidad es que no hay que pedirle ni al matrimonio ni al cónyuge algo que no es.

Este fue un buen año. Pude ser feliz de una forma que no conocía durante una buena parte. En mi vida tengo dos flancos flojos y uno es más fácil de solucionar que el otro. Y hay un hecho objetivo que no puedo resolver y que es el motivo de que este blog exista.

Pero no me quejo. Al contrario, agradezco. Pasaron casi todas cosas buenas. Y espero que sigan pasando. Faltan unos días para que termine el año pero siento que esto se precipita al igual que mi vuelta a México. No tengo nada de ganas de volver. Hoy le lloré a mi marido. Infructuosamente, claro. Como debe ser.

Por ahora, excepto por una lealtad ridícula, este espacio no tiene razón de ser. Ya volverá a tener. Siento cierta epifanía existencial que se extiende. Ya entendí, ahora resta vivir. El escepticismo no es fácil pero es lo único a lo que puedo aspirar. Las relaciones humanas como el verdadero sentido de la vida. Los hijos. Los amigos. La familia extendida. Y en algún momento las ganas de que se arme algo laboral que me de alegría. Aunque tal vez no pase nunca.

Seamos en paz. Terminemos bien el año. Querámonos. Seamos gente buena leche. E intentemos ser felices con lo que hay y ponerle alegría a la adversidad.

Ah, y si alguno es 0 positivo o negativo en cuanto a grupo sanguíneo deje un comment para ir a donar a Fundaleu. Mañana iré a ver si mis plaquetas sirven.

Así las cosas, chicos.
Peace & Love.

lunes, 26 de diciembre de 2011

poco para decir

Estoy echada en la misma cama en la que pasé la tarde. Dormimos la siesta y retozamos con mi hijo menor durante las últimas cuatro horas. ¿O más? Me tomé la tarde y creo que será así hasta que me vaya. Ya no tengo tantos programas. Uno porque no se dan. Dos porque no los produzco. Estoy con fiaca. Quisiera ir a pasear con marido alguno de estos días.
Navidad apesta. Ni voy a hablar de la propia porque no vale la pena. Ayer pasamos el día con mis hermanos. Cenamos todos en lo de padres. Los chicos se quedaron a dormir ahí, hoy fueron a la pile y al Paseo Alcorta. Quisiera llevarlos al famoso museo del Centro Cultural Recoleta, voy a ver si lo logro alguno de estos días. También quiero ir al Tigre. Salí poco a comer afuera. Tampoco tengo ganas de seguir comiendo. A la mañana fui al super. Es tremendo cómo uno se acostumbra a todo rápidamente. Aunque sigue sorprendiéndome cómo fue que me acostumbré a vivir en Mex. Hoy a la noche tenemos asadito que hace P, mañana cena bloxxamor, el miércoles cena por el cumple de Cris y jueves y viernes no sé. Creo que salí todas las noches. Bueno, sí: salí todas las noches. Para eso vengo en diciembre. Creo que está siendo una de las estadias más largas desde que llegué. Sigo con el perfil bajo. Padres no se rescatan y me tratan como si fuera joven y me pudieran decir cualquier cosa. Les gusta mucho resaltar las virtudes de los demás en comparación con "malo" mío. Así me criaron. Una cosa horrible a la cual estoy acostumbrada. Yo no lo hago. No hay que mirar para afuera, a lo sumo hay que mejorar lo de adentro.

En fin.
Ah, el sábado, echada en una hamaca mirando unos pinos sentí una placidez indescriptible. Parece que puedo encontrar la paz en esta ciudad. Bienvenida sea.

Así las cosas, chicos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

el extraño encanto de pasarla tan bien

Ahora que todo tomó su ritmo, acomodarme puede que me lleve demasiados días para la estadía total, soy más feliz. Caminaba desde el dpto que rentó mi hna en Thames y Charcas de vuelta hacia mi zona (lo hice en los dos sentidos) entendí que en cada programa que hago la paso bomba. Es imposible que recupere todo lo que hice desde que llegué pero ayer, por ej, comí con Feli después de cuatro o cinco años de no vernos y fue como si nos hubiéramos encontrado la semana pasada por última vez. Después paseé con madre por Palermo para comprar mi regalo, vine acá a estar con el pequeño, pedí un taxi temprano porque el cielo encapotado vaticinaba el apocalípsis climático por lo cual llegué temprano a EC, charlando con el taxista de intimidades como solo en Bs As puede suceder. También me dijo que estaba bárbara para tener 3 hijos y lo amé. Por cierto, mis hijos no están tan contentos. Todo bien con la colonia pero el resto del tiempo se pelean, me odian (sobre todo Coco) y no la estoy llevando demasiado bien (claro que tampoco los veo mucho, eh, me tomé el palo simbólico). Cené con las históricas y casi no hablé, a ninguna se le ocurrió preguntarme nada. Es un efecto de este viaje y admito que lo estoy disfrutando. Como si hubiera dejado el narcisismo en México. Por otro lado, le huyo al programa maratónico. Ahora estoy tirada en la cama sin hijos y podría producirme un café pero no tengo ganas. Un poco de estar conmigo misma me sienta bien (aunque en Mex tengo exceso de esa actividad), necesitaría hacer una siesta.

Si los precios no me resultaran tan exorbitantes entendería todavía menos qué hago viviendo en otro país. Gusto de los horarios argentinos, la gente, las costumbres, etcétera. A pesar de que todo me resulta bastante ajeno y sorprendente después de tantos años. La mayoría de las conversaciones que escucho por la calle versan sobre dónde pasa y con quién Navidad el sujeto parlante y algún problema familiar concomitante. Y la informalidad que se maneja en todos los ámbitos es pasmosa. Pero la balanza da positivo y yo soy de acá. Mi vida es México es mentira.

Sí, lo dije.

En fin, voy a leer el libro que me regaló Santi que me copa y tal vez llame a Fer para ver por dónde anda y tomarnos un coffe.

Así las cosas, guys.

se necesita con suma urgencia

Que alguien nos invite a y/o preste quinta, casa, campo, casa en la playa o lo que sea con pasto y pile. Bs As con hijos y sin aire libre en diciembre es MORTAL. Me había olvidado. Más factores tremendo de mala onda y mezquindad de los que prefiero ni pensar. En fin.

Así las cosas.

martes, 20 de diciembre de 2011

bs as zona neutral

Porque no tengo mucho para decir. Porque me dedico a vivir sin grandes emociones. Porque el balance lo haré en unos días si es que lo hago. Porque tal vez me entregue a no ser nada porque tal vez es lo único que puedo hacer. Porque lo familiar y lo ajeno se mezclan aunque no podría decir que se vuelve siniestro. Porque fui a ver el bicho de Neto al espacio Faena, porque comí en Oui oui, en Voulez Bar, en lo de Emi y Celi, en lo de Fer, porque vi amigos sin parar y no trabajé nada. Porque no logro que mi compu tenga internet en lo de mi suegro a pesar de que mi madre me compró un cable ad hoc.

Estoy una vez más en un locutorio, lugar al que vengo mucho más seguido de lo recomendable pero no me queda otra opción. Ahora voy a pasar por el chino a comprar unas cosas para hacer un postre. Debería contestar unos mails que me quedaron colgados y en algún momento debería tener un plan.

Pero los planes siempre me salen mal. Qué pena, ¿no?

En fin. Todo lo otro me lo guardo. No hay nada importante pero acá el pudor parece tener un mínimo lugar. También por ahí me tire a leer un rato.

En fin, chicos.
Así las cosas.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Bs As me llueve

Espero a Flory en la casa de padres. Los grandes miran una de la saga de La pantera rosa (la alive, marido le regaló hace unos anios la caja a padre y están copados tirados en la cama), Milo está en el piso, con una munieca, tapado con una frazada naranja, muerto de suenio. Llueve.
A la maniana desayuné con Santi en Scuzzi y no nos dio el tiempo para nada. Tocamos un cuarto de los temas posibles. Ayer estuve semi moribunda en la cama toda la maniana después de vomitar cuatro veces. Pasé la tarde con Joy, tiradas en los sillones de lo de mi suegro. Después pasé a saludar a mi abuela que estaba con mi hermich, padre y mis 3 hijos en un café Martínez sobre Pueyrredón. A sus 100 aniso está en el esplendor. Impresionante. A la noche fui a la presentation del libro de Anita con mis hermich y mi cuniadit, después cenamos en El desnivel con todo el grupete feminino del kinder. Estuvo diver. Gusto de ventilarme y conocer gente nueva.

A la noche tengo encuentro de la divi (????????????). Suena tremendo pero son los amigos, nada de ETs que no veo hace 15 anios. Bueh.

Marido está en San Pablo. No voy a hablar de los sentimientos contradictorios que me despierta Bs As. Sería reiterativo y redundante. Pero es así. Sí voy a decir que no puedo creer lo que son los precios. Es objetivo. Y que la lluvia en México me chupa un huevo y acá me angustia de una forma indescriptible.

El tema de tener a los chicos encerrados y sin amigos no ayuda a mi bienestar general. Pero no me quejo. De todas maneras estoy contenta. Y bastante tranquila. Sin seguidilla de planes que no me dejan respirar. No es vida. Milo es un sol. Los otros dos se ponen más nervios.

Está por llegar Flory. Alegría!!!!!!!!

Así las cosas, chicos.
Contradictorias.

lunes, 12 de diciembre de 2011

muy cerca

El avión sale a las 7 y cacho. La realidad es que ni siquiera vi los boletos electrónicos. Salimos hiper temprano porque es el día de la Virgen de Guadalupe y llegar al aeropuerto será el infierno. Prefiero no pensar. Los chicos no fueron a la escuela. Coco lee Gaturro al lado mío, los más chicos juegan a algo arriba. Cada año llevamos menos juguetes. Este creo que ninguno. Liquidé el tema regalos para toodaaaaaaa la familia. Son 7 sobrinos en total, 6 hermanos, padres, madre, abuela. Llevo el bolso lleno de ropa y juguetes para Ciro que nace en marzo.

Llegamos mañana a las 10 y cacho, marido el miércoles temprano (6am, ponele) se va a San Pablo. Regresa el viernes a la noche. Así es mi vida, lo sabemos. Igual estaré en Bs As, con familia cerca, amigos y calor. Me apena no ir al mar. Tenía muuuuuuuchas ganas de oler la costa Atlántica. Debería decirle a marido que nos rajemos para Navidad, tres días, a cualquier lado. Pero él no es de coparse con esas ideas y tampoco tenemos a dónde ir. Debe estar todo bookeado. Igual, se lo voy a tirar  camino al airport.

Estoy tranquila y contenta. Viví el findex muy en el presente. Me divertí el sábado a la noche aunque hubiera querido baila y endrogarme más. Ayer charlamos de cosas que me dan dolor de panza con Diego R pero conozco mi lucha y con mucho trabajo entendí que uno no es el barrio en el que vive ni el colegio al que van tus hijos. La búsqueda de la identidad va más allá y es personal. Es un camino árido que yo transito pisando espinas. A veces la llevo mejor que otras. No sé bien quién soy ni dónde podría ser quien quiero ser pero intuyo que no es acá, las circunstancias no lo permitieron. Mientras, agradezco la salud. Posta. El amor. Mis hijos. Que el rompernos el orto de sus frutos. Y otros etcéteras. Puedo viajar a Buenos Aires para ver a la gente que quiero. Es mucho también.

Compré un test de embarazo porque tenía 10 días de atraso. Las peores fantasías de tejidos regenerados, abortos, llantos y desilusión por suerte no pasaron a mayores. Me indispuse mientras me hacía la prueba. Qué problemón horrible hubiera sido.

Y no mucho más, eh. No llevo compu. Un plomo pero tengo que llevar otra que me encaja marido y no está el horno para negarse a los bollos. Por decirlo de alguna manera.

En fin, guys.
Los veo por ahí, por las calles porteñas, caminando en ojotas. Soy la gordich blancuzca que usa mucho vestidito. Ahora que lo pienso, ponerme traje de baño sería una de las peores ideas del mundo. Gracias hipotiroidismo por tanto...

Más en fin.
Y más así las cosas!

domingo, 11 de diciembre de 2011

sismo, baby, sismo

Estaba meando con la puerta abierta, en el toilette de abajo, mientras Diego seguía mirando La piel que habito. De repente le digo: che, está temblando."Uh, sí" contestó sin ponerle pausa a la peli. Seguía meando cuando apareció Silvia, asustadísima, diciendo que se estaba moviendo. Ahora, si pasa algo más grave nos morimos seguro (contamos con la gracia de que acá no se cae nada porque vivimos sobre piedra). Coco estaba convencido de que Roberta le estaba moviendo la cama. Milo dormía en el sillón con nosotros y Tita al rato bajó llorando desconsolada, con terror a que volviera a temblar. 6.7 no es poca cosa. Por suerte no pasó nada en ningún lado. Cuando madre llamó casi me desmayo. Había olvidado el temblor, salíamos para una cena y pensé que había pasado algo ahí. Teníamos dos eventos así que nos quedamos dos horas y dos horas. Estuvieron muy bien las dos. Fumé una seca de la pipa de siempre y me pegó perfecto, el mínimo coloque para no padecer el frío. La dieta se fue a la mierda hace mucho. Ya volveré al redil. Las chicas me hicieron notar que estaba con un humor de mierda sin comer dulces: tienen razón. No había relacionado dieta y depresión pero creo que es cierto.

Hice mi valija. Guardé los regalos. Ahora viene Mariana, tenco que bañarme y salir para evento. Marido no viene, tiene cosas que hacer antes de viajar. Estoy acostumbrada, lo sabemos.

Por lo demás: nada. Ah, La piel que habito me resultó perturbadora. Muy. Está muy bien hecha. De todas maneras, no sé si me gustó. A veces me pasa, tardo en entender qué es lo que pienso.

Bueno, chicos. Mucho evento findeañero y poco de todo lo demás. O nada.

Ah, asumió Cristina. No lo vi. El viernes fui al Auditorio a que marido no me diera pelota (hizo el Streaming de Julieta), estuve con los M, charlé con Maxi y nos dormirmos tarde. Había tenido las dos posadas. En la oficial (o sea, en la que estuve toda la tarde) me hablaron poco, yo no tuve ninguna intención de ser simpática (ya no, demasiados años de remk), estuvo aburrida, Tita no se divirtió y no puedo destacar nada. Después lo pasé a buscar a Coco y todas estaban emocionadísimas con mi presencia. Parece que no aparecer por mucho tiempo tiene ese efecto. Rarísimo. Ahí estaban todas fumando tabaco y con dos botellas de ron muy significativas. El tráfico de vuelta fue un infierno. A la mañana me hablaron tan demasiado bien de mi hijo mayor en la escuela que casi me pongo a llorar. Marido no fue, obviamente, pero le mandé mensaje diciéndole que debía estar orgulloso. Funciona poco.

En fin.
Así de fútiles las cosas.

jueves, 8 de diciembre de 2011

cansada

Anduve de acá para allá, llegué temprano al nuevo centro comercial, segura de poder conseguir un café para reponer fuerzas después de los 45 minutos matadores de spinning (no pude empezarla a tiempo porque el pibito se puso a desayunar tarde y tuve que dejarlo en la guardería) pero todos los negocios (bah, uno no que es donde compré el café horrible) abren a las 11am. Di unas vueltas, arreglé unos temas por teléfono y finalmente ataqué el tema regalos. Caminando por los pasillos lujos de la tienda pensé que un día me gustaría poder ir de compras con presupuesto ilimitado. Nunca pienso en el consumo hasta que estoy ahí y encuentro que tiene algo tentador. Liquidé una buena parte, me quedan cuatro que serán comprados mañana. Comí en Polanco con un examigo. Busqué a los varones y fui a lo de Luli, en donde estaba Tita. Chusmeteamos en el pasto y suspendí el dentista por exceso de tráfico. Llegué y partí a Costco para ver si había algo de lo que me falta pero nada valía la pena. Mañana entrevista de mitad de año con las maestras de Simón, posada de Tita, Julieta Venegas en el auditorio a la noche porque marido hace streaming, el sábado cena y fiesta y así el findex. En algún momento tengo que armar las valijas y no tengo palabras para describir la hueva que me da.

Distráigome con todo. Estoy agotada pero al rato me vienen a buscar para ir a cenar sushi por Palmas.

Es loco como relaciones intensas pueden diluirse hasta desaparecer. Todos los sabemos y a todos nos pasó pero igual no deja de sorprenderme.

Hace un par de días que no pienso: bien ahí.
Bueh. Nada. Eso. Poco. Tiempo de descuento.
Así las cosas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿y?

La verdad es que estos días de silencio repunté, la vida tomó otro color, pasaron muchas cosas buenas, estoy alegre, contenta, pilas...

Nah, mentira.

Ayer les decía a Xime y a MP que si antes me sentía lechuguita ahora me convertí en el humus en el que crece el vegetal. Al fondo del pozo, a la vuelta, si le ponés voluntad podrás encontrarme. No es grave. Es como un alivio también. Ya no espero nada de mí ni de la vida. Ok: es esto. Ni trascendencia, ni diversión, ni cosas importantes. Esto. El lento transcurrir de una existencia cualquiera. Banal. Vacía. Como cualquier otra. ¿Por qué habría de ser de otra forma? La gran revelación es que no hay ningún motivo por el cual las cosas fueran a ser distintas. Ni talento, ni una garra feroz, ni un golpe de suerte. Perdí el mojo. No en la vida, en la cual posiblemente nunca lo haya tenido, sino para mí misma. Al final, lo único importante. No me caliento.

Antes de dormirme pensé algo en relación al plano simbólico, una estupidez porque en definitiva es el único que cuenta. Ayer Vir dijo algo así como "tenés que ver cómo opera tu deseo" y yo le contesté que ya no tengo deseo. Y sobame el lacanismo. También le dije que a veces una quiere que le digan que es linda e inteligente. Marido a veces lo hace pero a fuerza de iterar, los conceptos pierden sentido.

Por otro lado, marido gruñe. Encantada te explicaría el porqué si lo supiera. El fin de año, por más convención que sea, acarrea sentimientos adversos.

Detesto la Navidad, los regalos, viajar, me estreso mucho. Ir a Bs As de visita con mis hijos es realmente desalentador. Necesito que pase algo que me borre de pronto. Y sabemos que no va a suceder. Todo lo que parecía bueno en agosto ahora fue una estela de ilusión.

Ah y también el sincericidio sobre la maternidad y la ineptitud. Ni querés saber.

De todos modos, entre tanta grisura, hay un resquicio de humanidad. A veces siento que Camilo vino a darme una lección. Posta. No quiero ser cursi me da vahídos. Pero el pibito me permite ser alguien mejor. Una madre mejor, digamos, si es que eso es posible.

Cuando nacieron mis dos hijos mayores yo no tenía madres de mi edad alrededor. Era sola. Entonces, básicamente, crié a Coco con los preceptos que yo creía que habían usado conmigo o que había escuchado en algún lado. Bah, ya ni sé. Pero era un general. Sin mala onda, eh. Un milico natural. El pibito estaba en el huevo, no a upa. Y ahí se quedaba. Y un poco había que dejarlo llorar. Y ni a ganchos nunca jamás podía pasarse a nuestra cama. NEVER. Y después se tenía que dormir sí o sí en su cama. Pasara lo que pasase. Y también hacer la siesta. Se me iba la vida en llevar a cabo todos estos preceptos inamovibles. La rutina era ordenada pero compleja porque no había lugar para lo inesperado, lo que básicamente me hacía sufrir porque yo quería un robot y tenía un hijo. Luchaba para que durmiera, nunca comía nada fuera de lo que debía, se bañaba a la misma hora. Etcétera, etcétera. Y nadie me contradecía tampoco, eh. Marido era peor que yo.

Con Tita nos ablandamos levemente. Solo lo mínimo indispensable para sobrevivir a la coyuntura de tener dos pibitos en un país desconocido, sin amigos ni familia.

Y acá estamos con Milo, sabiendo que nada importa. El pibito se duerme donde quiere, cuando quiere. No lo perseguimos ni lo volvemos a poner en la cama como hacíamos con el primero. Bueno, jamás lo acostamos en su cama, de hecho, ni lo intentamos. Claro que yo lo único que quería con Simi es que se durmiera para poder sentirme un rato yo misma de nuevo, a los 24, 25, 26 años te pasa eso. Ahora me asumí como madre, me gusta que mis hijos estén conmigo y sé que algún día el pibito se va a ir a dormir solo a su cama porque no va a querer dormir más en el sillón ni va a pedir lechita a los gritos ni tampoco va a hablar de esta forma tan graciosa y adorable en la que lo hace. Y la ternura que me provoca por momentos me hace sentir otra persona. También es cierto que sé lo rápido que pasa todo y que es el último y todas las mamadas que uno escucha y piensa "qué mina pelotuda" pero al final, como todas la perogrulladas, tienen la fuerza de la "verdad".

Nunca mejor aplicado el mejor tarde que nunca.

No, con los otros sigo siendo estricta, sí. Pero también tienen otra edad y hay que hacer la tarea, bañarse, lavarse los dientes y esas cosas. De todas maneras, estoy más blanda.

Y de todas maneras, todos los días en algún momento  me pregunto por qué los humanos insistimos con eso de que los hijos son lo mejor que te pasa en la vida.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Este findex pensé por primera vez en dejar de escribir acá. Lo pensé seriamente, no como una amenaza interna sino como un deseo legítimo de pasar a otra cosa. Pero no sé a qué cosa. De hecho, hoy entendí que no tengo ambición ni grandes anhelos. Este año terminaron de drenarse. Y no creo que vuelvan. Tal vez el para siempre alcance a este blog. O tal vez no. Por ahora voy a comer algo y pasaré a buscar el regalo de mi vástago menor para que se puedan emitir los pasajes a Bs As. Finalmente sí pasamos año nuevo ahí. Las cosas cambian con una velocidad vertiginosa. Nah, mentira.

En fin.
Así las cosas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

con el corazón afligido

Con diciembre llega, quieras o no, el tiempo de balace. El año da positivo, hace un rato, llevando a Milo a la guardería, pensé que hubo un par de meses de plenitud como pocas veces sentí en mi vida. Por suerte pude recordarlo. Esa tranquilidad de estar donde sentís qué querés estar, con quién querés estar y haciendo lo que querés hacer. Duró poco. Sé que estoy con quién quiero estar pero ni hago ni vivo donde quisiera. Ni modo, tampoco sé si las otras opciones me darían felicidad.

Hoy me siento poquita cosa. Y no está bueno.

Ayer hizo mucho frío. Tomé litros de chai con leche y mucho sucaryl (sí, lo sigo importando) en el tazón azul enorme. Me mudé del sillón de la sala de tele al futón del estudio, es levemente menos congelante y tiene más luz. Tengo mucho de mi trabajo mal remunerado. Si fuera otra haría lo que se supone que puedo pero no tengo pilas ni partner y por eso me resulta impensable. La fobia siempre me resultó paralizante. Sí, tuve muchos hijos porque nunca supe qué hacer. Es tremendo pero es real: las cosas como son.

Igual esos pibitos son grossos. Y marido... ayer, después de coger, pensé otra vez que no me quiero morir porque no quiero dejar de estar con él, abrazada en la cama, sintiendo que es el hombre de mi vida. Claro que son destellos pero valen la pena. Antes fuimos al teatro en Coyoacán. Salí a las 5.45pm de casa, pasé a buscarlo por la oficina, llegamos pasadas las 7.30, era a las 8 y llegamos a casa, después de dos horas de función, a las 11pm. Es por eso que no puedo tener un vida cultural lógica: queda del otro lado de la ciudad y me es impensable hacer esto seguido. Fuimos porque actúa una compa del taller. Está bien, le sobra media hora pero la puesta es buena y las actuaciones también. Una comedia pasatista de la Compañía Nacional de Teatro. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que ahí filmamos una de las primeras cosas que hicimos con la produ. Antes había sido la escuela de cine ruso. Ahora: por qué a los actores de teatro les copa tanto desnudarse en el escenario y refregarse es un misterio. Las tetas y los pitos al aire no tienen mayor sentido y sin embargo, ahí están, a pesar del frío.

Y no mucho más. Junté la ropa para Ciro, nuestro próximo sobri, y la metí en un bolso enorme junto con libritos y juguetes que tengo desde que nació Simi. Pasaron demasiados años. Casi una década de maternidad. Mañana tenemos el picnic del cole en medio de las montañas. Juro que no entiendo por qué carajo lo hacen en esta época del año. Allí estaremos comiendo quesadillas. Ayer Silvia y los chicos hicieron brownies y galletas mientras yo trabajaba y hoy debería pasar a comprar manteca para hacer un pastel de zanahorias. Tengo una paja estructural.

En fin. Ahora un té y después trabajo.
Así las cosas.

jueves, 1 de diciembre de 2011

los hechos

Pasé el día horizontal, única forma de no llorar del dolor. Primero dormí, después me levanté, comí con los chicos, Xime y las niñas, y después volví a la cama con ella, las dos metidas debajo del edredón, vestidas, como si tuviéramos 15. Hacía mucho frío, tomamos té, charlamos y después trabajamos en esa misma condición, cada una en su asunto.

Después de baños y cenas de niños, volví a la cama, pasó Carmen 15minutos y también se metió conmigo en la cama. Todo un delirio. Mientras me contaba sobre su vida en DC y pasábamos revista a otra gente, me di cuenta de cómo este fue el año en el que se desarmó mi estructura acá: Lisa se fue, Carmen se fue, Pau se fue, mucha gente que durante muchos años fue mi entorno y ya no está más. La famosa resiliencia de mierda.

Creo que estoy un poco estresada por exceso de trabajo y de responsabilidades en general. Marido trabaja mucho también. Y la pastilla no debe estar haciendo demasiado efecto porque hoy me levanté con mucho esfuerzo a las 6.35am, volví a la cama y recién a las 9.30 pasadas pude volver a levantarme. Soy una morsa agotada. Y nada de ejercicio (entre panza e hipo t).

Y no mucho más. Los boletos a Bs As no aparecen. Eso me estresa, claro. Ya tengo muchas ganas de ir, de ver familia, amigos, de caminar y de que haga calor. Necesito calor y sol que pegue fuerte. Esta vez no mandé mails ni armé agenda. Será lo que tenga que ser.

Bueno, me pongo a laburar, esto no da para más.
Así las cosas, chicos.