miércoles, 30 de noviembre de 2011

sueles encontrarme en cualquier lugar y ya lo sabes, nada es casualidad

El silencio no es tiempo perdido.

¿Cómo se puede tener tanto sueño?

Leí primero El libro perdido de Heinrich Böll cuya autora me lo regaló el lunes y, oh grata sorpresa, me atrapó y encantó. Son una serie de relatos protagonizados por diferentes mujeres que van encontrando el libro por casualidad. Le sentí un aire a Keegan. Después seguí con Acerca de Roderer, marido cuasi me obligó a leerlo y como es cortito y chiquito, le hice caso y lo terminé mientras él dormía. A marido le molesta que yo lea, hace movimientos bruscos que me entorpecen, se me tira encima, ronca (eso ya no es a conciencia, claro) y detesta que no le preste el cien por ciento de mi atención. Después retomé por un par de páginas El coraje de la verdad.

Apagué la luz añorando los cornalitos fritos que pescábamos con el abuelo en el muelle de Pinamar, los morenitos de Fanny, su torta de manzanas con crema batida, las mermeladas caseras y la vajilla inglesa que me espera, embalada, en algún rincón de la casa de madre. La sensación de seguridad que da la familia de origen, el pasto y las flores que cortaba la abuela, con una dedicación envidiable y una capelina enorme que le tapaba la cara junto a sus anteojos de mosca moderna. El olor a mar del Atlántico sur no tiene nada que ver con el del Pacífico Norte. La amplitud de las playas. El viento. El espesor de la arena que primero pela los pies y después se va oscureciendo a medida que se hace soportable. Las carpas y los personajes del verano. El parador. La inocencia.

También extraño Bs As. Ganas de hacer yo las mermeladas, como en mi casa de Seguí, de ciruelas y duraznos. Soy buena con las conservas al nivel del mar. Ayer, después de mucho tiempo, hice una pasta con verduras y todos los integrantes de la familia se los devoraron con gusto. A veces recupero el toque, en todos los sentidos.

Los chicos no tuvieron escuela por lo cual fuimos los 4 al super. Arrastré mi humanidad complicada por unos dolores de panza inhumanos, mientras Simi llevaba el carrito, pagué el agua y completé el trámite del pasaporte de Milo. Llegamos temprano, trabajé arduamente mientras tomaba un té para intentar conseguir algo de temperatura y ahora haré lo mismo pero en la cama. Supongo que haré una mini siesta. Y también veré si llevo a los pibitos a ver Los muppets. Mail de Xime, por ahí viene hoy, plan de cine cancelado. Estoy en jogging, sin bañarme y no creo que vaya a hacerlo tampoco. Sentirse mal es lo peor del mundo. Mi aparato digestivo me da problemas continuamente pero este dolor no lo sentía hace años.

En fin, chicos.
La memoria: esa estampa indeleble.
Así las cosas.

martes, 29 de noviembre de 2011

sobre cuestiones generacionales

Tendría que contar todo lo que pasó pero tampoco hay nada importante. La vida.

Venía pensando en que hay ciertos nombres insoslayables en la historia sexual/sentimental de cualquier mujer que haya nacido entre el 75 y el 80: Diego, Santiago y Nicolás, sin lugar a dudas. Pablo y Martín. Tomás, Fernando, Andrés, Gabriel, Mariano. No recuerdo por qué se me ocurrió, parada sobre la banqueta del vestuario del club,  mirándome al espejo en ropa interior.

El domingo a la noche vimos una peli sobre un adolescente. La nostalgia de tener 18 y todas las decisiones por delante me duró hasta el día siguiente, cuando sentí en el cuerpo la angustia y el desasosiego de ver al chico que te gusta (uno de larga data o uno que conociste una noche) besarse con otra que, en el mejor de los casos podía ser una desconocida y en el peor, una amiga. También esa noche abracé la almohada pensando en el término "lust". Qué bien suena en inglés. Es una palabra que me encanta. No así "lujuria" que suena burda y trillada. Pero a la vez me remite a "Las joyas" de Baudelaire, que también leí por primera vez en el 95/96. Sobra decir que es un poema hermoso.

Por lo demás, marido ayer buscó a los chicos en el cole a las 5.15pm y se vinieron todos para casa. Su presencia me da estabilidad. El garche también me sosega, parece que soy lo que le sigue a básica.

No tuve tiempo y entendí que es lo mejor que te puede pasar en la vida pero es difícil producir esa situación. Al menos para mí.

Y no mucho más.
Tengo unas cosich que hacer, nada particularmente relevante. Después de comer viene panza. Ah, sí, siempre tengo una nota pendiente. Eso está bien.

En fin, chicos.
Así las cosas.

sábado, 26 de noviembre de 2011

aish

Tantas cosas.

El dolor de brazos desalienta la escritura. Ayer marido se esfumó todo el día. Llamé al celu de mi hermano a las 6.30pm y ya estaba borracho (marido no kinder). A las 9.30pm volví a llamar a hermano y me dijo que marido venía para acá en un tono raro. Cuando bajé para dejar la puerta abierta y de casualidad llegó la camioneta que lo traía, entendí todo: un grandulón ahogado, que no podía ni mantenerse parado, hediendo a tequila, riéndose ante mi enojo. Instintos asesinos. Dificultad para dormir. Lucha campal (one way) y una pésima noche. Amanecí con él, igual de hediondo, diciéndome "esta semana te falta pito". Dios mío. Después leo que es el día no sé qué contra la violencia de género. Sobame la sutileza. Después siguió: "si tuvieras tetas serías una bomba" (?????????) y la cerecita de la torta fue "sos una gorda con onda". Sí, eso aplica como causal de divorcio y no, no fue en contexto de una queja mía sobre kilos ni nada parecido FUE ESPONTÁNEO.

En fin.

Lo dejé, pensaba hacer zumba pero preferí darle duro a la patinadora por 55 minutos. Tengo que aprovechar las rachas de energía. Después tuvimos un largo periplo, marido suspendió el programa que había armado de comida en lo de los R para hacer el corredor Roma Condesa, peor idea con muchos niños, imposible. Fue bastante tortuoso, antes además tuve que buscar a Tita en lo de los R que se había quedado a dormir, pasé a buscar a marido y kinder, fuimos a la dentista porque se le había roto el paladar que le pusieron a mi hija el lunes, de ahí a Tecamachalco a buscar a Coco que se había ido a dormir a la casa de un amigo y recién bajar, lo que dado el tráfico llevó más de una hora. El infierno.

Cuánto hipster en la Roma. Pensé en cuando marido y yo teníamos solo un hijo, vivíamos en Palermo, paséabamos por Palermo y éramos jóvenes y cancheros. Ahora agradezco ser una madre suburbana, solo quería irme del conglomerado de arties bicicleteros. Yo ya no soy yo.

Ahora marido hace pizzas y salmorejo porque viene el contingente argentino a cenar como despedida. Estoy agotada. Quisiera descansar pero voy a tener que ocuparme en breve de bañar pibitos.

En realidad, quería escribir para hablar bien de Pau. El jueves skypeamos casi una hora hasta que tuve que salir a llevar a los kids a tenis. Creo que no hay mucha gente como ella, así de buena (sí, es BUENA, con todas las letras), poco enroscada, honesta, directa, generosa. Todavía me pregunto cómo sobrellevo su ausencia. Recordé los momentos en los que me entregué al llanto intenso en su presencia, cosa que hago solo con marido y en casos extremos (cuando me dijo gorda me puse a llorar como si tuviera 5), lamentando mi basurismo o mis problemas matrimoniales. También pensé que en el debe y haber de lágrimas me aventaja por unos cuantos decilitros. Si las paredes de la cocina de mi casa hablaran dirían que es, de verdad, una de las personas más tolerantes que hay sobre la faz de la tierra. Bueno, es un brevísimo y no fiel panegírico pero peor es nada.

Por lo demás, terminé El mapa y el territorio y me gustó mucho. La insistencia con la falta de sentido es desoladora y realista.

Y no mucho más.
Los pibes escuchan música en volumen altísimo. Todo muy pop: te hablo de Julieta Venegas y Siete, un pibe que canta una canción pegajosísima que se llama Yo tengo tu amor. Si la escuchás no se te va más de la capocha. ¿En qué me convertí? En esto.

Así las cosich.

viernes, 25 de noviembre de 2011

labios compartidos


mmmmmmmmmmm

Quería postear una foto de mis labios con sus dos granos pero Blogger no me deja. DOS GRANOS, uno abajo y otro arriba: un atentado poderoso contra el buen gusto.

Estoy de buenas. O casi buenas. El cuerpo me responde mejor, hice 45 minutos de patinadora, ayer trabajé, horneé mil galletas para el picnic de la plazuela de hoy, fui a la dentista con los kids pero volví porque no tiene la buena costumbre de ser puntual, ni siquiera de llamar para avisar. Su desbole está empezando a hacer que la deteste y piense en cambiar de dentista. No podés ser tan poco profesional. Después de que los chicos cenaran, escuchamos La canción del jardinero, de María Elena Walsh y me puse a llorar. Creo que no ando del todo bien, hormonalmente hablando. A mi favor voy a decir que usamos ese tema con otra letra cuando terminé preescolar. Soy una persona sensible.

Marido llegó antes de las 8pm pero no tenía ganas de tirarle la buena. El enojo atávico por el abandono y un montón de otros etcéteras históricos a veces aflora y no tengo ganas de remarla. Además, estoy terminando El mapa y el territorio y no tenía ganas de soltarlo. A las 10pm estaba durmiendo. Leí dos horas seguidas. Copadísima. Pocos autores tienen el don de conjugar la buena prosa (pongamos que una buena traducción aunque sea castiza) y el entretenimiento.

Hoy se fue antes de las 7am. Como todos los días. Mañana termina la rutina carcelera. Veremos si nos soportamos después de tanto desencuentro. Qué difícil es la familia. ¿Por qué nadie lo dice? Gusto de pensarla como un sistema complejo, con reglas propias. A todo esto, cuando la gente hablaba de los "terrible two" yo solía pensar que eran pseu retrasados. Jamás, con ninguno de mis dos hijos anteriores, había padecido ningún trastorno particular en el lapso de sus dos años, ni siquiera había oído nombrar el asunto. Bueno: puede pasar. Camilo es divino, habla sin parar, es dulce y tiene unos ojos impresionantes. Pero... oh my gosh. Qué difícil podés ser, pibito. Todo es no, todo hay que negociarlo, toda acción es compleja y le trae dudas y uno tira algo y se queda expectante, a ver cómo lo va a recibir.

Decime que se termina. Plischu.

Y no mucho más. Ahhh, el próximo que confunda los reclamos maritales con mi frustración profesional, se liga una toma de algún arte marcial. Chicossssssssssss, pavadas no.

En fin.
Ah, sí, viene amigo de Simi, hacemos picinic en la plazuela y marido tendrá fin de rodaje en Tlauac. Yo saldría a beber y endrograrme pero linka... Me quedaré en casa leyendo o mirando peli, as always.

Así las cosas, chiquitines.

jueves, 24 de noviembre de 2011

en el plano de la realidad (o mientras en Ciudad Gótica)

Cené sushi con las chicas, me reí, me quejé y todos los etcéteras que hace uno con sus amigas mujeres. Claro que además me clavé 4mil rollitos diversos, ricos y solo me abstuve del postre.

Hice media hora de elíptica. Puse 40 minutos pero no aguanté, en parte por el cansancio, en parte porque mi ipod estaba descargado y la música del iphone es un desastre.

En el sauna pensé que los desgarros narcisistas tardan mucho en sanar si es que sanan algún día. Este creo que es el año en el que más horrible y desagraciada me sentí en toda mi vida (¿será posible?). De todas maneras, como los sentimientos son incontrastable, nunca lo sabremos.

La soledad socaba las relaciones, las certezas, las ganas de ... Bs As es un mal plan para mí con hijos. No hay aire libre habilitado, no tengo ayuda, marido se va siempre a las 10 de la mañana corriendo, no me ayuda en nada y solo me genera tensión cuando se le ocurre hacer un plan chino sin considerar que tengo tres pibitos a mi entero cargo. Esa es la historia de mi vida y saberlo me llena los ojos de lágrimas. Qué desamparo y agotamiento.

Por lo demás, tengo que trabajar. Me duele todo. Sigo extenuada. Y no hay zanahoria dado que las vacaciones porteñas como bien dije son más bien un karma. Quisiera que alguien viniera a cuidarme un rato. Madre ya lo hizo dos días. Esa es un poco mi cuota anual.

En fin.
Así las cosas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

sobre la dictadura de la felicidad o el poder de la asociación libre

El concepto no es mío, lo tiró Flory hace un tiempo aunque también podría haber sido Santi, si es que no lo hizo. Qué significantes intensos "felicidad", "amor", "realización" para significados evanescentes. Lo que me mortifica de mi propia oscuridad es la no subyacencia de un genio creador legitimante. Una pena. Aunque, en términos intelectuales, el sufrimiento es muchas veces más productivo que la "alegría". Mi formación teórica está hecha de retazos deshilachados y deslucidos. Pero qué importancia tiene, al final, como todo es la nada misma.

Entre otras cosas: conciencia extrema del ser, banal por cierto. Y una subjetividad vaciada. 

¿Hay algo más burgués que la felicidad? Apuesto a que no.

Pero todo venía a que en el sauna pensé que había un ray of light en mi existencia. Porque sí (porque en esta vida no puedo vivir más de un día entero sin ti) y los recuerdos saltaron de inmediato a un cumple de Fer (creo que el de 21, en el 98) que festejó en el dpto de Juan, su primer novio, que quedaba en Caballito, creo que sobre Avenida La plata. Juan era pampeano. Alguien, tampoco sé quién (¿Martín?), le regaló a Fer ese disco. En su momento lo sentí rupturista, al menos en el camino de la propia Madonna.

De ahí salté a una noche, en ese mismo departamento, en el que Fer se quejó de los ruidos salvajes que estábamos haciendo con un amigo de Juan del cual no tengo ni la más mínima idea del nombre. Nico era otro, uno que vivía en Italia, con el que pasé una mañana cerca de la casa de mis padres. Oh, promiscuidad juvenil, qué lejana estás.

Y mientras manejaba, yendo a buscar al chiquitín a la guarde, pensé que nunca jamás sentí un ápice de culpa por disfrutar del sexo libremente. Más siempre fue mejor. Gracias padres por tan divino tesoro. ¿O será una condición innata? La ligereza, digo.

Por lo demás, fui al super, no hice gym, decidí después de 10 años ponerme las pilas y encarar Kung Fu en el 2012. Lo único que puedo decir bueno de mí es que suelo poner en práctica  que me propongo (en un alto porcentaje) de ahí a que continue, es otro precio.

En fin, chicos.
Así las cosas!

JODEME

Escribí un post largo y concentrado y se BORRÓ. ¿Qué es esto, blogger? No hay resto: me escuchaste.

Bueh: después lo intento de nuevo.

Malísimo.

martes, 22 de noviembre de 2011

necesito enchufarme a 220

Bajón de energía total. A las 9pm apagué la luz y presumo que cinco minutos después ya estaba durmiendo. A las 11 y cacho llegaron marido y kinder que se habían ido a cenar después de rodar. Sí, necesitaría un marido suplente pero no estaría saliendo a buscarlo. Hoy se fueron antes de las 7am. Por lo menos se ocupa de despachar a Coco (bueno no, se fue antes que él). A las 8am me levanté pero solo arrastrada por la noción de deber. Hubiera dormido un par de horas más. Hubiera hecho bien. Llevé a Milo y tuve intención de hacer 40 de elíptica pero a los 10 me bajé. Dolor de todo. Sauna y baño. Llegué, desayuné y acá estoy. Tengo que trabajar. No sé con qué resto. Y después tengo que salir a trabajar. Volvería a la cama. Tengo ganas de llorar.

No es queja.
Otra vez: no hay pensamientos. No logro siquiera contestar un mail. Es total y completamente físico.

Por otro lado: soñé que una conocida venía a casa a vivir y se iba porque yo no le daba bola. Me desperté pésimo. Es cierto, de tanto estar sola me desacostumbré a los humanos. O sea, alterno un poco socialmente pero después me es más fácil estar sola en mi casa, en silencio. Creo que todo igual es parte de lo mismo. Algo no psicológico. Devuélvanme mi yo. Plischu: es malo pero conocido.

De todas maneras, la coyuntura me convirtió en esto. Sin casi salir del suburbio. Hablando con personas lo mínimo indispensable. Sería muy capaz de vivir aislada y sola.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

pasándola mal

Son períodos. No tuve un buen domingo. Un buen findex en general, te diría. Aunque a la noche tuvimos un cumple y la pasé bien. Me divertí. Hubiera bailado pero marido tenía que estar hoy 7am en la oficina a pesar de que es feriado.

Siento una pesadez física. Sueño eterno. Por ahí es el hipo T. Estuvimos intercambiando impresiones sobre el tema con Flora y me hizo reír mucho preguntando si dentro de unos años estaremos hablando de implantes de cadera. Tremendo.

Llevé a los chicos a ver Happy feet. Está muy bien hecha. Es simple. Y corta.  Aunque demasiado cursi. Me quedé dormida los últimos minutos. Profundamente. Eran las 11am. Ahora hacen donitas de un juego con Feli y Manu. Están pasando un momento muy rompe huevos. Supongo que es concomitante a mi malestar.

Quiero que me entreguen el premio remo. Marido no va a ser porque estamos en fase de desencuentro total. La soledad y el cansancio atentan contra el amor.

Tuve que volver. Es todo cierto pero: recordé que a las 6.30am, antes de irse, mi marido me toqueteó muy certeramente. Es raro despertar a esa hora con una mano en la concha, en el lugar justo. Inesperado. Y extraño. Fueron unos segundos. Dijo algo y se fue.

No hice ejercicio. Tampoco me bañé.
No tengo grandes reflexiones. O sí. ¿Y me las guardo? No. No tengo.

Hace poco alguien me dijo que se sentía insignificante. Creo que va perfecto con mi estado actual. El problema es que no estoy segura de querer ser significante. El grado cero de la voluntad. Y la vida intelectual. Y todos los etcéteras que te puedas imaginar.

Y sin embargo, me siento menos escracho. Ponele que es buena.

Quisiera salir a caminar por Bs As. Tomarme un café. Ver una buena peli en el Malba. Y otros etcéteras. Cosas que hace 7 años no pasan. No sabés el ruido que me está haciendo este aniversario.

En fin. Creo que voy a trabajar. Debería.
Así las cosas.

viernes, 18 de noviembre de 2011

flojita y cooperando

Es notable lo mucho más amena, agradable, inteligente y divertida que soy cuando el interlocutor que tengo enfrente está realmente interesado en mí. Siento un efecto porteño extraño: son pocos los que quieren saber de tus sentimientos, tu historia, tus anhelos. La mayoría quiere hablar de "temas" o, en el mejor de los casos, prefiere ser escuchado. A mí, en cambio, me interpelan los humanos y sus lados B. Si yo no fuera yo pero me encontrara conmigo lo único que estaría esperando es que le contara "la verdad". El behind the scene. Bueno: puede fallar. No despierto curiosidad. Supongo que, como todo, no tiene importancia.

Ayer coachie me dijo: "vos no vas a volver nunca, ¿no?". Casi me desmayo. De verdad, no sé cuán capaz soy de ser feliz en medio de la hostilidad de Buenos Aires. Para insertarte en el mundo hay que estar bien parado, entender que no te puede importar lo que piensa el otro. Y a pesar de que parezca (si es que lo parece) que soy prescindente,  lo único que me importa realmente son las relaciones humanas. Sobre eso me interpeló Miri también vía mail: sí, creo en el amor. Claro. Profundamente. Es en lo único en lo que creo. En el amor y en los afectos. Pero el amor es un conjunto de afinidades que se dan entre humanos, una chispa que puedo explicar pero que no se relaciona con la fe. 

También pensé que 7 años de exilio generaron una capa. A veces resulto impenetrable. ¿O es parte de mi escencia? Es raro porque con algunas personas tengo una inmediatez sorprendente y con otras... bueno.

Algo que no soporto es que me digan qué hacer. Es más fuerte que yo. Desde chiquita lidio pésimo con las "sugerencias" y las críticas. Madre gusta mucho de echármelo en cara: "a vos no se te puede decir nada". Y: no. Por eso no se lo hago a los demás. Excepto a hijos y a veces a marido, momento en el que me detesta. ¿Alguien es más permeable a las críticas y las indicaciones?

Y ni te cuento sobre fallas y frustraciones. Nací sin el don de la perseverancia. Entiendo mi personalidad cuando recuerdo llorar agachada sobre la banqueta, pifiándola en un dictado rítmico en la clase de piano. Tenía entre 7 y 8 años. Es EL punto flojo.

Ojo que tengo alguna virtud, eh.

Alguna.

En fin.
Así las cosas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

como si fueran las 3am

Y ni siquiera son las 10pm. Bajé porque si no escribo, exploto.

Leí durante una hora y media el libro de H (olvidé aclarar que me lo regaló el kindi por mi cumple). Santi tiene razón, es magistral. Solo dice, de una manera certera, lo que todos pensamos ¿o no?

Hay una lucha interna que no logro expresar. La ingenuidad en todos los ámbitos me sorprende y desanima. El hastío me gana. Siento que voy a marchitarme de verdad en esta vida gris. Gasto bits y bits en ventanas de chat (el único medio en el que realmente estoy siendo yo últimamente) intentando explicar que en esta ciudad no tengo posibilidad de cambiar las cosas. El tedio burgués me avergüenza. El cinismo pierde fuerza en el fango de la mediocridad.

Ya no sé quién soy.

Hubo un tiempo en el que quise creer. Te juro. Sin nombre (dios nunca fue convincente) tenía la esperanza del pensamiento mágico. Duró poco. Veo a los humanos como mamíferos perdidos en su propia autoconciencia. Animalitos evolucionados que, sin embargo, tardan más que ningún otro en lograr los objetivos más básicos. Por eso, al final, los instintos primarios son los que más me interesan.

La nada gana cada una de las batallas.

Vuelvo a la cama. A leer. La tos de mi hijo menor es una alteración fuerte del equilibrio nocturno. La cama está fría con el lado izquierdo desocupado. Es difícil explicar que el entusiasmo no existe. Que los casilleros están vaciados. Que pensás en tu vida, en la vida, y te saltan las lágrimas. Después: todo sigue.

En fin.
Así las cosas.

todo pasa en la cabeza

Hablo poco. Es raro porque en sociedad soy hiper expansiva. Pero en mi vida cotidiana tiendo a ser callada. Pusieron una clase de spinning a las 9am. Llegué 9.15, la vi y me metí. Hace dos años que no hacía. Fue ultra pop. El problema fue aguantar mi imagen voluminosa los 45 minutos frente al espejo. No gusto de lo que veo y ahora sí hago dieta. Excepto el martes en el cumple de Lu, tuve un comportamiento ejemplar. Pero no se nota. Maldito hipotiroidismo, te odio.

Estoy ideológicamente en contra a la obsesión por la belleza y el cuerpo. Detesto la lucha contra el paso del tiempo, no es que me guste ver el propio deterioro, soy humana y a nadie le es agradable: pero es la vida. Son las marcas de la experiencia que quedan inscritas en la piel. Ahora: sé por experiencia propia que uno puede luchar contra la debilidad de los kilos. Estoy a favor de lo que implica voluntad. El sendentarismo es tan noventas que asusta. Ahora que el cuerpo no responde, la lucha es encarnizada. Y voy perdiendo.

Cuando terminó una de las compañeras (éramos tres en total) dijo que parecía Barney, toda de morado. La de mi izquierda, con su remera rosa, acotó que ella parecía Rosita fresita... no iba a decir nada pero no aguanté y tiré la obvia: yo parezco Gargamel, toda vestida de negro. Tremendo.

Eso sí: me duelen las piernas con intensidad. No puedo pensar demasiado. Dormí bien. Marido a mi lado genera cierto sosiego. Di unas vueltas mientras él roncaba pensando que el amor opera como legitimación. Son días en los que pienso que posiblemente "todo todo esto, todo esto fue un error". Pero él no. Saqué una foto ridícula, yo en ropa interior y él en remera naranja y pantalón de pijama, en el baño, con una luz muy renacentista. Sería perfecta para un reality de gordos, le dije. Creo que no se rió.

Empecé El mapa y el territorio de Houllebecq. Puede que sea demasiado cáustico para mí. A veces siento que conmigo sobro.

El día está horrible. El frío asoma. La casa avanza. Tengo los mismos pendientes de siempre. El más importante y que no puedo resolver hasta el 24: el pasaporte del pequeño mal portado. Hoy ya fue a la guarde, a ver cómo vuelve.

En fin.
Me pongo a trabajar.

Pocas novedades por el frente.
Así las cosas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

otra vez estoy donde no debo

Es que me acosté un poco después de las 12 pero no podía dormirme así que di vueltas y vueltas pensando cosas tristes. Cosas como que me siento lejos de un montón de gente a la que quiero mucho pero que ya no me quiere. Replicar la incomodidad que sentía a los 17 es ridículo pero es real: en Perica me sentía demasiado rocker y en Cemento demasiado concheta. Bueno: lo mismo.

Por lo demás, tuve un día pésimo de encierro. A la única humana adulta que vi fue a Silvia. Marido sigue enclaustrado en el Centro Ceremonial Otomí. Llega hoy a la noche, es el cumple 31 del kinder así que le tendremos un pastelito.

Lo único bueno de tener un día horriblemente melancólico, deleznable, es que cuando vas a una cena llena de minas te recontra cagás de risa como si no hubieras salido en años.

Tengo que ir al super. El pibito no fue a la escuela porque sigue con mocos y tosió mucho de noche.

Bueh: me colgué MAL. Tengo trabajo atrasado (ayer no hice nada porque me quedé escribiendo como una posesa), cosas extracurriculares, hijitos que hay que buscar en after. En fin.

Me voy corriendo.

La isla a la que llega mi barco por lo general es ideológicamente lejana. Yo no soy fácil. Tengo muchos problemitas, lo sé. Pero sufro infinitamente.

Así las cosas.

martes, 15 de noviembre de 2011

no debería estar acá

Tengo mucho trabajo atrasado y voluntad nula. Nulísima.
Desganada sobrevivo. Quisiera tener que ir 4 horas a una oficina y que me digan qué hacer. Si no, quisiera tirarme en la cama a vegetar. La energía solo me dio para los 45 minutos de patinadora. Claro que en algún momento de la madrugada cambié a Milo porque Silvia se había olvidado de ponerle el pañal de la noche. El pibito tiene una tos infame. Y un carácter de mierda.

Lo acosté conmigo. Y a las 6.35am ya estaban todos despiertos. Simón se quejó porque tuvimos poco tiempo. Camilo decidió que quería cambiarse y yo ya no lucho. Al rato se fue el grande y los dos pequeños empezaron a pelearse. Un plomo. Igual volví a dormirme profundamente porque, después me acordé, anoche me clavé un advil pm. Es buena idea a las 11.30pm, muy mala cuando a las 8.30am no podés despegarte del colchón.

De marido sé muy poco porque está incomunicado. Siento tristeza y vacío. Fuertes, sólidos. Enclavados en el medio del pecho, con poco ánimo de irse. Qué pena no poder disfrutar de la vida. Creo que es la soledad. Cuando estoy entretenida me olvido.

En fin.
A trabajar señores, soy una mujer grande.

Así las cosas.

lunes, 14 de noviembre de 2011

volver a empezar una y otra vez

Cuesta entrar en sintonía. Este fue el año de los paréntesis. Los viajes, las visitas, los eventos, las emociones atentan contra la estabilidad cotidiana. Sin todo esto, igual, no sé cómo hubiera sobrevivido. La tensa calma no es para mí: soy más del sacudón emocional.

Tardé mucho en escribir una nota. Ralentada me cuesta. Hice 50 minutos de elíptica. Se hizo más corto porque me crucé con Tere y después me llamó Panza. El ejercicio me salva. Después sauna y baño. Ahora esperar a que lleguen los mayores, comer y bajar. Tengo muchos pendientes por la ciudad.

Coco llegó extrañándome. Hace mucho que no lo veía así, me abrazó fuerte y largo y quiso que me quedara con él en la cama así me contaba el minuto a minuto. Medio dormida solo atiné a decir ahá, uh y uf pero me emocioné por su cercanía. Es un cachorro todavía y a pesar de su gigantismo físico quiere que lo mime y lo cuide, me pide a la mañana que le ate los cordones y yo me siento bastante ridícula agachándome a los pies de semejante grandulón pero... lo hago. Obviamente.

De marido no sé nada. El miércoles volverán a la noche, le tendré un regalo y un pastel al kinder porque es su cumple. Sí, como madre es psicoanalista veraneaban en febrero. Tremendo. Si se hubiera hecho cargo de la feria judicial de padre hubiéramos nacido en octubre (como mi hermich, mi otra hermana es de septiembre... pero claro, con ellas no compartimos madre).

Ayer compramos los electrodomésticos para la cocina nueva. También nos encontramos con la arqui a quien queremos mucho más de lo que los clientes suelen querer a los arquitectos. Va a quedar espectacular. Me pone contenta.

Y yo: nada. No sé. No tengo ganas de nada. No tengo fuerzas de hacer más cosas de las que hago. Es una lucha que no tengo ganas de librar.

Emoción es limpiar y lustrar tus Dr Marteens del 96 y tener un par de calzados "nuevo".

Lo que no conté del viaje es que marido se dedicó a coquetear en MI CARA. A los dos (Vicente y el susodicho) les dije que eran dos cuarentones patéticos pero aunque me reía y lo exorcicé contándolo, no está bueno: estoy presenteeeeeeeeeeeeeee, controlate.

En fin: pibes que se dejan ser. Como casi todos los pibes.

Bueno chicos, así las cosas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

crónica de un viaje con marido

cont.

Entonces me bañé, me cambié, maquillé y bajamos demasiado temprano. Había que pasar a retirar la entrada por una mesa que todavía no estaba habilitada, tampoco la de entrega de medallas a los nominados ni el espacio para la foto. Después de dar vueltas un rato finalmente logramos pasar por todo eso para después entrar al cocktel en el que, como bien dijo un conocido ganador de muchos Grammy, es donde podés "hangear". Mi mood era antisocial-fóbico por lo cual pedí un trago que no pude tomar (mi cuerpo no soporta ni el alcohol ni el tabaco), me acodé en una mesita alta en la cual todos dejaban sus bebidas y vi como marido iba y venía de acá para allá y de allá para acá mientras se tomaba una cantidad ridícula de cervezas heladas. Finalmente pasamos a las mesas, después de un tiempo que se me hizo eterno. Comí media panera en tiempo récord y no quise interactuar con ninguno de los otros comensales. Uno era un cantautor peruano a quien no conocía pero parece que es muy famoso, una diseñadora gráfica nominada por mejor arte de tapa y el manager de no sé qué artista que después tocó. La comida estaba muy rica, algo de mar (no tan bueno), una carne que se deshacía deliciosa con unos acompañamientos medio étnicos latinos (no me acuerdo bien qué pero guardé en algún lado el menú que te daban) y un postre increíble, muy rico y muy bomba que terminó de destruirme. Marido iba y venía, borracho, no sé bien a donde porque todo el mundo se quedaba en su lugar. Después de cenar apareció Shakira, que era la homenajeada como persona del año, y empezaron a pasar diferentes artistas que versionaban sus temas según el género al que pertenecían. Algunos: Alejandra Guzmán con la de La quinta estación, Cristian Castro con Vicentico, Jorge Drexler, Franco De Vita y un montón más, incluyendo al padre de la piba, que lloraba sin parar, para mi gusto un poco forzadamente. A ella no la vi de cerca. Nuestra mesa era de las de atrás y después me contaron que contractó seguridad para que rodeara la suya. Todo cualquiera. El show igual estuvo entretenido, después había unas fiestas a las que marido pensaba ir pero en los últimos temas SE QUEDÓ DORMIDO EN LA SILLA y solo podía pensar en irse a la cama, estuvo tocándome el orto todo el camino (bastante largo) hasta la habitación, lo que me malhumoró bastante. Sus borracheras me fastidian, debo confesarlo. Nos dormimos temprano, amanecimos también temprano y bastante frescos por este temita de que parece que te largan oxígeno en las habitaciones y nos fuimos a pasear a la calle. Llegamos hasta el mall en taxi, compramos vestido y zapatos para mí al mejor estilo Pretty Woman, un par de cositas más y volvimos caminando, casi corriendo porque a la 1pm ya teníamos que estar listos. Nos bañamos, nos vestimos, perfumamos y bajamos hacia la alfombra verde. Tuve que caminar descalza porque los tacazos que adquirí son divinos pero me estaban rompiendo los pies y había que dar una vuelta de lo menos glamourosa que te puedas imaginar. Hay una foto de marido en la revista Quien, parece actor, estaba hiper buen mozo, a decir verdad. Pasamos por la alfombra rápido, yo me quedé a un costado mientras los fotografiaban y por fin llegamos al mismo salón de la noche anterior en donde se hacía la ceremonia. Esa era la que no se televisaba. El premio de marido fue el último, no me agradeció en lo personal (posta que hace 10 años espero que el pibe tire un "gracias Juli" pero para que voy a tener que seguir esperando) pero igual me alegré mucho y sentí un orgullo enorme por su triunfo. Nos fuimos a comer con Chente y un conocido de él al mismo restó pésimo del día anterior, subimos a hacer un refresh y tuvimos que volver a bajar para ahora sí ir a la ceremonia televisada. Teníamos unos asientos bien ubicados, marido saludó a medio latam y después del primer bloque apareció Piero (sí, Piero, el de Mi viejo) a sentarse con un amigo al lado nuestro. Lo que más le agradezco es que me haya festejado todos mis chistes con esa intensidad. La ceremonia dura 3 horas y no gusto de ninguno de los artistas pero algunos números son bastante impresionantes. El mainstream es así: farolero. Cuando terminó (como es un programa de tele hay muchos cortes en el medio) bajamos al after party en donde me atasqué con finger food y así me fui dejando a marido un rato más. Cuando subió ya me había dado una larga ducha de agua cuasi hirviendo y estaba en pijama, usando el ipad. Le dije que se fuera tranquilo a la fiesta y que si se le hacía tarde me avisara. La noche no es para mí y menos si no es con amigos y hay que caminar con unos tacos imposibles. A las 10pm estaba durmiendo, contenta y relajada. Al día siguiente no tuvimos tiempo de hacer nada más que desayunar con Vicente, una vez más en el único restó al que fuimos. Y de ahí a tomar el avión, viajar apretujados y después hacer colas y esperar en el aeropuerto para todo (marido me dijo que soy una malcriada porque me fastidié porque no vino Mau a buscarnos: no, soy práctica, un viernes a la noche el tema taxi está complicadísimo). En casa nos esperaban madre con hijos menores y el kinder que vino a una filmación. Coco se fue a acampar y todavía no llegó. Marido se fue con kinder al Centro Ceremonial Otomí y vuelven recién el miércoles, madre partió para el aeropuerto hace un buen rato, Milo ronca en el sillón y Tita juega en la compu pero ni bien termine el post voy a darle la cena y acostaré a ambos.

Hola vida real: no te extrañé nada.

La conclusión es que amo a marido. También me parece un genio total pero eso es desde siempre. Sigue siendo, más de diez años después, mi mejor plan. Nos reíamos, nos divertimos, nos entendemos y nos peleamos lo mínimo indispensable. Somos equipo y contra eso no hay nada.

Ayer fue mi cumple. Lo pasé muy tranquila, con la gente que quería estar, rodeada de mi familia (nunca pasa que están los de origen) y hoy se cumple 7 años de vida en México: una eternidad.

El saldo de todo es muy positivo aunque el hipotiroidismo me tuvo un toque tirada y que no sé si volveré a ser tan expansiva como siempre, en el viaje estuve retraída. Igual: me cabe. No tengo ganas de agradarle a todo el mundo, ni mucho menos.

En fin chicos, acá estoy de vuelta, por un mes nomás porque el 12 parto con los kids a Buenos Aires.

Y sí: así las cosas. Buenas.

sábado, 12 de noviembre de 2011

crónica de un viaje con marido

En este preciso momento mi duda más importante es cómo fue que se me ocurrió reproducirme. Es un misterio absoluto. Bueh, no, fue un verdadero accidente pero... después seguí.

Llegamos ayer a la noche, bah, eran las 7.10pm pero entre migraciones, el equipaje que tardó mil años y que Mau no nos fue a buscar y la cola del taxi era eterna, llegamos después de las 9.30 a casa. Madre, kinder e hijos menores nos esperaban para cenar. Un lomo al horno sellado con hierbas, papas rotas y antes, salmón ahumado con un queso con ciboulette. Los chicos estuvieron bárbaro y mi madre parece haberla pasado bien.

A ver el viaje. No tuve tiempo de escribir y el Ipad tampoco ayuda. Pero sobre todo el tiempo. Escurridizo, evasivo, me la pasé corriendo de acá para allá de la mano de marido (literalmente). Pasamos un día en LA. Paramos en un hotelito boutique en pleno Hollywood, el Hollywood Roosevelt Hotel, caminamos mil cuadras, intentamos ir a Santa Monica en bus y corriendo uno se me cayó el tel y el vidrio se rompió en mil pedazos: ese no nos llevaba. Esperamos mucho y finalmente nos tomamos un taxi carísimo. No tuvimos tiempo de pasear por la Promenade porque teníamos hambre y después venía Vicente y estuvimos una hora y media para llegar a Universal city, esperar ahí (hablé horas con Roxana, la guardia que trabajaba ahí hace 15 años, puedo contarte vida, situación sentimental, aspiraciones, estudios, hijos y otros etcéteras). Después pasamos por la casa, muy californiana linda, de un conocido de los chicos de Mtv. Ya todos son ex... De ahí nos fuimos al Soho House, un club exclusivo de la industria que está en varias ciudades. El lugar es muy lindo, hay que reconocerlo (la terraza da a toda la ciudad, el ambiente es de muy buen gusto) pero su concepto es una mierda, sus precios exorbitantes y mi interés nulo. Estuve con cara de orto queriendo matar a marido y a Chente pero finalmente logramos huir (es un lugar al que van Denzel Washington, Christina Aguilera y ese tipo de celebrities; no tengo ni la más puta idea de si había alguna porque realmente no miré: sobame el estrellato). De ahí directo a comer una pizza por mi antojo y mi malhumor. Y a la cama.

A las 7am salimos en coche hacia LA. Dormí todo el camino echada atrás como una adolescente. Desayunamos unas mierdas gringas en el camino que me cayeron pésimo y seguí durmiendo. Detesto a los gringos con toda mi alma. Su comida, su falta de sangre en las venas, su alienación e individualismo apestan. Entramos del desierto a la ciudad que es como un gran, enorme decorado monumental espantoso y nos dirigimos directo al Mandalay Bay, con toda su doradez encandilando nuestros ojos. El evento era ahí mismo. No llegamos al brunch ni a la entrega del premio a la trayectoria a Les Luthiers, Rubén Rada y Feliciano pero... todo no se puede. Dejamos nuestros petates y fuimos a devolver el coche. En todos los ámbitos hay maquinitas para apostar, es muy llamativo. A mí jugar (por la tan grande posibilidad de perder) me tienta cero. De ahí nos fuimos a pasear con marido por el hotel, es enorme y tiene tiendas y restoranes adentro y todo el tiempo parece de noche, comimos mal y caro en uno llamado Red, White & Blue y mientras marido se quedaba para una junta, yo salí a caminar por ahí, creyéndole que el mall al que me mandaba era cerca. Tomé el tram, un trencito que va del Mandalay al Excalibur (un hotel con temátiva de haditas, no entré para verlo porque la sola idea de adultos entusiasmados con esa estupidez me espanta), que también pasa por el Luxor (imitación de una pirámide egipcia que te dan ganas de hacerte el harakiri). Caminé ya con la tarde volviéndose noche (oscurece llamativamente temprano) y con la presión de estar a las 5pm en el hotel (salí poco antes de las 4) para cambiarme y estar lista a las 6, a la gala homenaje a Shakira como persona del año. En el camino me compré un yogur con frutos del bosque y granola y cuando llegué al mall me tuve que volver corriendo, estresada. Marido ya se estaba bañando...

continuará.


viernes, 11 de noviembre de 2011

fotich


Para la ceremonia de la noche me recogí el pelo. Marido salió guapísimo en una foto de la revista Quien. Y sí, se ganó el Grammy nomás, muy grossamente. En cuanto pueda hago relato pero madre está todavía in town y mañana cumplo 34. Muchas emociones juntas, chicos.

Así las cosas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

qué estrés

Sin tiempo escribo peor aún que de costumbre. Ayer fue un desastre, no puse nada de lo que quería poner. Pero quería estar con los chicos aunque tengo los cables pelados. Salimos al parque a que los grandes anduvieran en bici. Milo se queja de todo, lloriquea y hace payasadas. Es un nene rarísimo, mucha casa, mucha monería y mucho capricho. Es tierno e insopor a la vez. Después comimos en lo de Paola y Ramiro de lo más agradable pero esta vez fueron los dos varones los mal portados. Después me di cuenta de que el pobre Coco no tiene con quién jugar. Es razonable que se aburra, siempre está con nenes ultra chiquitos. Volvimos temprano, me ocupé de lunchs y demás, leí diarios y después pusimos una peli canadiense bastante mala y marido no quiso terminarla. Yo soy más tolerante.

Despaché a Coco, hice valija, llevé a Milo, me bañé en el club, me hice las manos en la peluquería (creo pasaron dos años y medio desde la última vez), depilaciones varias, compritas en el super, lista de tels para madre, ahora busco a Milo, lo dejo en casa y me voy al Centro Comercial Santa Fe a buscar botas y ver precios de electrodomésticos. A las 4.10pm tengo que buscar a los grandes en el cole y hacer ronda.

Este viaje me pegó estresada. Madre llega mañana temprano pero no la vemos porque nuestro avión sale a las 7am. Creo que ya dejé todo más o menos listo pero nunca se sabe. El milagro de irme sola con marido se repite un año después. Ahora todo está un poco más ordenado, al menos no pareciera que me vaya a quedar sin nana justo ahora. Silvia está acá, firme junto al pueblo.

Por lo demás, mi ánimo sigue ahí, los kilos hiper firmes en mi cuerpo y yo con poca voluntad de hacer verdaderos esfuerzos. Deprimente la gordura. Y no mucho más.

En fin, chicos.
Así las cosas... corriendo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

so long

El jueves a la noche vinieron Domi, Aracely y Acacia a casa por falta de luz. El jueves bajamos con Domi a buscar vestidos para mí y algunas cosas que faltaban y nos trajimos a Ramona. La parte en la que manejé con la pequeña Yorkshire en mi regazo no tiene despedicio y quedó inmortalizada. Si no fuera porque no la tengo y porque la cara hipotiroidea que me estaría afectando es indigna, postearía la foto. Después fuimos a Costco, yo llevé y traje niños y a la noche comimos pizza. Al final no miramos peli como era el plan.

Gusto de la comunidad. Saca la sensación de desamparo con la que suelo vivir, esa soledad pesada e inexorable. Ayer nos levantamos y salía rápido hacia zumba. Hice solo una hora para poder llegar al Palacio de Hierro a ver electrodomésticos y después a la muestre de Ron Mueck. Dejamos el coche en la oficina, caminamos hasta la tienda departamental, el pequeño se portó como el orto (incluyendo llanto a los gritos tirado en el piso). Mi paciencia anda en niveles bajísimo por hormonas varias. Lloro, grito, me calmo, todo el en el término de pocos minutos. Para que los niños no se impacientaran desde el comienzo, en lugar de caminar hasta el metro Polanco, nos tomamos un taxi. Hicimos dos estaciones por la línea esa (creo que es la azul) hasta Tacuba y después agarramos la de Tacubaya para bajarnos en el sótano. El plan era pasear como turistas, que los chicos conocieran el metro y nos sufrir por el estacionamiento en el centro. Cuando llegaos el tren estaba lleno en la estación, parado. Decidimos esperar al próximo sentándonos en el andén (en el piso) pero este no avanzaba. Marido fue a preguntar y le dijeron que "andaba lento". Ese fue todo el desarrollo. A marido le pareció buena idea entonces meternos adentro de un vagón y esperar a que arrancara. Según él estaba saliendo cada media hora por lo que el peor escenario implicaba 10 minutos de espera. Estábamos realmente aplastados los cinco, esperanzados hasta que nos dimos cuenta de que no daba, era posible que ese tren no arrancara más. Salios a la superficie en el medio de un tianguis en el que la superpoblación se hace patente. Todos esperaban taxi. Primero marido quiso seguir con el plan. Cruzamos la calle y encontró un taxi de sitio que pretendía cobrarnos 120 pesos para llevarnos al Zócalo. Me negué y a la cuadra nos bajamos. Los chicos se quejaban, un poco angustiados ya, y el cielo se cubría de nubes grises que anunciaban lluvia. Atravesamos el tianguis hacia el otro lado, pensando en caminar para salir del meollo hasta que encontramos un taxi salvador que se desocupada y nos subimos corriendo. Marido pretendía seguir con el programa pero el señor lo hizo desistir y volvimos a la oficina de donde habíamos salido. Agarramos el coche, fuimos a comer a un lugar espantoso, paseamos por una tienda de muebles y volvimos a casa.

Le encajé toda la prole a la pobre Domi que se quedó de institutriz exigente. Se quedaron pintando, hubo un par de llamados pero después parece que logró ponerlos en caja. Nostros nos perdimos camino al Palacio de los deportes pero al final llegamos. Tocaron dos bandas antes de Los decadentes... marido primero se portó como un patán, busqué un baño (la sala de la produ no tiene) y cuando salí, el pibe se había ido. Me quedé en un rincón semi llorosa (estoy en extremo sensible) y decidí que si tardaba 10 minutos más pedía que la camioneta me llevara a casa pero se rescató y vino a buscarme. Igual, medio que cada uno hace la suya. Yo vi un cacho en el sillón atrás del equipo de sonido y otro cacho al costado del escenario al lado de Carca, quien no subió con los otros Babas a tocar. Aguanté dos segundos en el green room. La decadencia del rock no es para mí.

Bueh. Tengo que ir a hacer tareas de madre. Esto no da para más. 

Así las cosas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

el clima es perfecto

Es una pena no poder disfrutar de este otoño espectacular. El cielo límpido, el aire fresco pero agradable, el sol tibio. Los días se pasan como si nada. Como si transcurrir fuera la esencia del ser humano. A veces pienso que no nací para esto y otras creo que, al final, es lo más cercano a mi naturaleza. El abandono interior y exterior. La falta de conexión. El desinterés del mundo. Hay un espacio al que nadie está llegando, no me doy cuenta de si es porque yo pongo una barrera o no hay voluntad exógena de franquear la barda. Como en todo, debe haber una conjunción de los dos factores.

Solo miramos películas malas. Quiero, necesito, exorto a las autoridades, a que se instaure una página para estrimear cine arte. Basta de solo Hollywood... ¿me escucharon?

Por lo demás, hice media hora de patinaje sobre la máquina, confiada en la clase de zumba pero al segundo tema no soporté ver mi propia gordura en el espejo por 55 minutos más y abandoné. Tengo problemas con los kilos de más. Es difícil verse así, deforme. Sobre todo con el viaje encima. El martes salimos hacia LA porque marido tiene una junta (marido está a pleno, me da la bola que me puede dar y le produzco una cierta tristeza pero eso es más o menos el matrimonio), pasearé por la Promenade, veré si compro algo (no creo pueda porque estoy sin fondos y porque descubrí, con un delay inexplicable, que solo puedo comprar con la convicción de la necesidad, es decir: necesito un par de botas, los chicos necesitan un suerte, un pantalón o lo que fuera; comprar por el mero hecho de comprar no existe en mi mente) y supongo que ese mismo día volaremos a Las Vegas. Todavía no sé qué me voy a poner. Se supone que mañana iré a lo de Domi y si no me va nada estoy en problemas (bueno, tengo el findex para intentar solucionarlo pero con este cuerpo que pegué está very complicated).

Y nada más. Marido se compró una mini novelita de Guillermo Martínez que empecé ayer (leí 3 páginas) y mi vida cultural está siendo semi nula. El sábado quiero ir al Colegio de San Ildefonso a ver la muestra de Ron Mueck. También pasaría por el mercado de San Juan aunque marido me desalentó por el temita de irnos de viaje. De todas maneras son 3 días... el viernes ya estamos acá y el sábado es mi cumple.

En fin. Hablando de cumples tengo que comprar dos regalos. Mis pendientes son un plomazo. Pero es lo que hay.

Ah, ayer no me bañé y fui a un asado en jogging por primera vez en mi vida. No conozco otro signo de depresión más contundente.

Así las cosas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

feriado

Amanecer temprano porque la luz se cuela por todas las aberturas pero sin tener que salir corriendo es más que agradable. Marido me abrazaba diciendo "quedate un ratito más" cuando le decía que tenía que irme al super. Drama nacional de los dos menores porque querían venir con nosotros. Una huída silenciosa después de un desayuno rápido mientras entraban a bañarse. Me quedé en jogging. Olvidé las leches que de  los ítems más importantes de la lista. Nunca me pasa. La presencia de marido me descolocó. De todas maneras: sigue siendo mi mejor programa. Gusto de estar con él. Claro que es tan poco que ni siquiera sé si es real. Pero intuyo que sí. Ahora skypea por trabajo aunque le pedí que por favor se tomara UN día. No hay caso. Siempre hay algo para hacer. Ahora es con Bs As. Difficult.

Ayer me sentí mustia y sin energía toda la tarde. Vino Xime y quería que le dijera qué me pasaba pero no tengo contenido. Es así: estoy apagada. No hay angustia ni explicación. No tengo energía ni motivación ni ganas de ... nada de nada de nada.

¿Cómo pasó que me colgué leyendo diarios? La realidad nacional -argentina- me descoloca. Intento entender pero no.

Por lo demás: familia. Demasiada. Y lejanía. Y extrañeza.

Así las cosas, guys. Así.

martes, 1 de noviembre de 2011

tanto y nada

Estoy prácticamente desempleada. Ya ni siquiera me angustia. Es algo dado contra lo que ahora no puedo luchar. De todas maneras, lo único que quisiera es una actividad de medio tiempo que no me deje espacio mental. ¿Cómo se me ocurrió estudiar Letras? Juro que no lo sé. O sí. Pero ya no importa.

Soy del tipo de persona que programa la máquina aeróbica para, por ej, hacer 30 minutos y cuando ve que pasaron 5 piensa: bueno, 1/6 menos. Y así. Ad infinitum. No tengo paz. Hice solo 35 en total, 10 de elíptica y 10 de patinadora. El domingo, mientras le daba duro, vi la última parte de un partido de rugby de México contra algún país centroamericano que no recuerdo. Lo que más me sorprendió es la tendencia de los rugbiers a tocarse el culo mutuamente. Supongo que al tenerlos grandes y parados no pueden evitar la tentación. O solo les copa.

Por lo demás: nada. Coco no quiso salir a pedir dulces así que fueron los menores con Silvia y Feli, Juana & Co. Detesto Halloween. Y todas las demás fiestas importadas de los gringos. Por lo general no soporto a los gringos tampoco. Ah, acabo de ver, también mientras hacía patinadora, que la entrega de los Latin Grammy Awards la transmite TNT en directo (?????). De todas formas no creo que marido vaya ser enfocado. Sigo obesa y sin ganas de vestirme para tener que ir a un evento así. Me estresa. Lo único rescatable de esta situación es que tengo unas tetas levemente más dignas.

En otro orden de cosas: a mí me hace sufrir mucho que no me quieran. A veces me doy cuenta de que no soy fácil, que soy dura y que me puedo poner áspera pero la mayor parte del tiempo considero que soy divina. Y llevadera.

En fin.
No mucho más. Ah, bueno, voy en unos minutos a firmar la escritura. Estuve una hora en el banco. Y no, no me da mayor felicidad. Sé que es lamentable. Pero es lo que hay.

Así las cosas, chicos.