domingo, 31 de mayo de 2009

mala leche

En los últimos años nos encontramos con mucha gente chota y sin palabra. Tengo la convicción de que las cosas buenas vuelven y las malas también. Pero igual, es horrible.

Por el resto, también choto. Un fin de semana de mierda, cansancio, peleas, gritos, encierro, lluvia.

El bebuch mejor, dejar la lechuga, el tomate, la cebolla, los lácteos, funciona. También cualquier dulce por la dieta. Es obvio que la felicidad, en estas condiciones es prácticamente imposible.

Creeme, la coyuntura se puede poner compliqueti.

Y encima, es domingo.

Así de beiyon las cosas.

viernes, 29 de mayo de 2009

semana difícil

El bebé era un santo y ni se lo escuchaba. Eso se terminó, su aparato digestivo parece tener problemas varios y no tenemos mucha paz, sobre todo, durante el día. La noche, no quiero decir mucho, es bastante pacífica. Excepto que el día hoy empezó a las seis de la mañana y eso no nos gusta, en lo más mínimo. Pobre, muchos dolores, chillidos, caras de molestias, nervios, etcétera. Me da mucha pena. Y yo también. Nunca más probé un lácteo, ahora dejé la lechuga, dejaré el tomate, le doy medicación, no tomo café ni como chocolate (porque estoy a dieta, básicamente) y nada parece surtir efecto. Yo ya sabía que durante las primeras tres semanas todo fluye y después se complica pero...¿tanto?

En fin. Un poco cansada, agobiada de mis ir y venir en busca de hijos y comida, de mi vida social escasa, de mis actividades casi nulas. Ayer no pude ni trabajar. No da esta vida. Me quiero volver. Quiero caminar por la calle, llevar a mis hijos a su pediatra, tener más tiempo durante el día, a mí mamá cerca.

En un rato viene la depiladora, la situación no da para más, una cosa son diez kilos de más y otra ser un mono. Impresentable.

Después, sacar antes de la escuela a Tita y llevar a los dos más chicos a vacunar. Buscar a Simi y venir a casa. Una joda loca.

Te querés matar.

Y así entre un llanto y el otro, una teta y la otra, una tarea y la otra, se te va la vida.

Así de aburridísimas y rutinarias las cosas.

jueves, 28 de mayo de 2009

achanchada yo también

Me levanté con todos después de haber tenido una noche medianamente soportable (marido se quejó en reiteradas oportunidades de dolor de dientes), desayuné, terminé de armar lunch para after school y me volví a la cama. Dormí de ocho y pico a once y media con bebé en la cama. Nos despertábamos, le encajaba una teta en cualquier posición y seguíamos durmiendo. Todo muy hippie. Lo escribo y me dan ganas de volverme a la cama. Cuando finalmente amanecí, me cambié, lo alimenté un poco más y me fui con Graciela al City a comprar unos víveres. Caminar, caminar. En un mes adelgacé 12kg, quedan 10 para volver a ser lo que era y me quedan 2 más. Hago dieta estricta y recuperé las esperanzas en cuanto a volver a ser yo.

Me tengo que ir a comer. Y a buscar niños.

Así las cosas.

es increíble (cumplemes)

Diez meses después de echarte un polvo, tenés esto:

miércoles, 27 de mayo de 2009

chochan lechero


Cuando tu tercer hijo al mes es esta bola tan adorable, es imposible no darle besos todo el tiempo (aunque los últimos dos días fueron bastante complicados, eso sí, a la noche se portó como un rey).

Puerperio: le acabo de llorar a Diego, hace diez meses que no hago nada sin hijos. Estoy harta. Harta. Los amo pero me cansé de tanta exclusividad.

me cuelgo con los comentarios, perdón!

A la familia de Bimbo, lamentablemente no la conozco. Muchas veces pienso que debe estar bueno tener amigos ricos, con casas de fin de semana y esas cosas, que te inviten a pasar unos días. No tenemos ninguno.

En las escuelas privadas pagás una fortuna y te largan a los pibes a las dos de la tarde, dos y media a más tardar. En algunos hay actividades extracurriculares que pueden estar o no incluidos en la colegiatura pero no son obligatorios. Simón tiene fútbol (chotísimo) dos veces por semana y sale a las cuatro.

No me acuerdo qué más leí que era una pregunta, soy medio desastre.

Hoy.

Tuve insomnio. Completamente despierta de una cuarenta a cinco y veinte. No pegué un ojo, leí un rato en el baño y después pensé. Muchas cosas pensé porque claro, tuve mucho tiempo.

Unas de las cosas fue que la lucha, los problemas, el salir adelante es un poco la sal de la vida, triste pero real. Al menos en nuestro caso.

Hice ejercicios del tipo pensamiento positivo, repetí muchas veces algo que necesitamos que suceda, confiando en que va a resultar.

También concluí, a raíz de una pregunta que me hicieron el fin de semana (¿cambia mucho de dos a tres hijos?) que el humano está hecho de pares (dos ojos, dos orejas, dos manos, etc, etc) por lo cual cuando tenés a tu segundo hijo es como completar el par pero cuando llega el tercero se produce un desequilibrio mayor, es algo así como antinatural y ya no sabés cómo hacerle. Claro que también pensé que biológicamente las hembras humanas estamos preparadas para tener muchas más crías de las que tenemos, si nos atuviéramos a los ciclos naturales, tendríamos una caterva por lo cual, todo lo que estoy diciendo es absolutamente arbitrario y, si se quiere, cultural. O netamente subjetivo.

Conclusión: después de ir al super a comprar verdura y de, finalmente, ir al Registro Civil a anotar a Camilo y buscar niños, estoy realmente agotada. Lo esperable: va a llover.

Mi vida social: casi nula. Un poco aburrida, la verdad. Nadie nunca me invita a ningún lado. Quiero ir a comer sin hijos o a merendar o a algo!

Pero nada.

En fin.

Así las cosas. Aburridas.

martes, 26 de mayo de 2009

mmmmmm

Sigue el sol, hace mucho calor y no llueve. Comí con suegra, la dejé en la oficina de Diego, busqué niños, llevé a tenis, alimenté, busqué de tenis, hice merienda, laburé, llevé a pasear bebé e hijo mayor y acá estoy de nuevo.

Y así se va la vida y yo pienso: Buenos Aires, Buenos Aires.

No sé qué bicho me picó. ¿Será que extraño caminar? ¿O que extraño ser flaca como era ahí?

¿O deseo que los chicos vayan todo el día al colegio y no tener que ir y venir tanto?

Todo puede ser.

En fin.

Así de extrañosas las cosas.

ya no me causa ninguna gracia

Ser una gorda. Mi hijo, en cambio, es un gordo divino y saludable. Crece como un chanchito y ya cumple un mes, me resulta increíble. Por lo demás, hay sol. Camilo durmió pésimo, me levanté y fui a comprarle las medicinas para el reflujo, no sé si dan resultado, ahora se queja semi dormido al lado mío.

No sé qué quiero. Me hago preguntas ridículas pero válidas, supongo. Pienso que hay que empezar de nuevo. Acá. O allá. Ojalá cambiáramos de escenario. Aunque por ahora, imposible. La realidad es que nuestra estadía acá no rindió muchos frutos, medio triste. Medio triste resignar para no saber qué.

Igual, no estoy bajón. No sé por qué escribo así, supongo que por aburrida. Quisiera un poco de libertad, que los chicos estén de vacaciones, no tener horarios. Algo. Algo que me saque de esta rutina infame!

Y volver a ser yo y usar mi ropa porque como no estoy acostumbrada a ser una gorda, me pruebo cosas que me tengo que sacar de inmediato porque, claro, es obvio, no me entran.

En fin.

Así las cosas.

lunes, 25 de mayo de 2009

definitivamente

Hoy quisiera estar en Buenos Aires...

Que los chicos vayan todo el día a la escuela, poder caminar, tomar café con mi mamá, visitar a mis abuelos, tener a mis hermanos y amigos cerca.

Hoy, que está gris y nublado y no me pasa nada particularmente malo, pienso: ¿qué mierda hago acá?

No, no es nada personal con la ciudad, soy yo.

quisiera que fuera feriado, acá también

Pero no, claro. Nos levantamos, nos vestimos todos, desayunamos y salimos los cinco, yo con Lito en el rebozo. Tenemos que registrarlo pero obviamente, nos faltó algo: el comprobante de domicilio y el contrato de arrendamiento. Un plomo. Volveremos mañana con todas las copias correspondientes. Después, acompañé a Diego a llevar a Tita a la escuela, quería presumir a su hermano. Pero casi no hubo público, una pena. Fui a la oficina, esperé un taxi y me vine con el bebuch. Ahora escuchamos 12 Segundos de Drexler, el se mueve medio a lo loco en el bebe seat y yo retraso el momento de ponerme a laburar. Ya es inminente. Mi suegra hace algo arriba. Me pongo media pila, tengo que avanzar.

Así las cosas. Con delay.

domingo, 24 de mayo de 2009

yo quisiera

Lucrar con mi personalidad ridícula.

Tener una sit com.

Por ejemplo.

Sí, soy una psico........

hoy

Tuve que reprimir instintos asesinos. Hace años que no sentía semejante enojo contra alguien que no fuera mi marido.

Hice 40 minutos de aeróbico.

Un rato de frontón con la raqueta nueva.

Hueva en el club con las chicas.

Hice ceviche.

Fuimos a ver una camioneta espantosa al suburbio espantoso. Desearía poder transportarme en bicicleta.

Me dio el sol, tengo un rojo furioso en la parte superior de las tetas.

Me deprimí porque me siguen sobrando los mismos 12 kilos que hace dos semanas. Y dejé completamente los postres.

Me reí con mail de amiga. Me alegré.

No leí los diarios. Lavé platos, lavé ropita, hice camas, junté juguetes, ordené en general y me falta bañar niños, bebé, armar lunch para mañana y juntar papeles para ir a inscribir a Camilo (todavía no tiene ningún documento oficial- oops-).

Y no mucho más, son las seis en punto, voy a tirarme a leer y ver que mi pequeño bebé esté tranquilo, en las últimas horas morfó sin parar. Yo sigo sin ingerir lácteos, la vida es triste y la balanza no se apiada. Malísimo.

En fin.

Así las cosas. Domingueras.

sábado, 23 de mayo de 2009

fotich


oprimida

Me levanté y me fui angustiando con el transcurrir de las horas. A eso de las ocho menos cuarto le pedí a Jose que se hiciera cargo del bebuch, le pasé un pañal y las toallitas y se quedaron con los hermanos. A las nueve y cacho vinieron todos, Camilo tenía hambre. Le di de comer con todos alrededor, y bajamos a desayunar. Diego había llegado a las cuatro de la mañana porque el avión que lo traía tuvo un problema y se tuvo que quedar horas en Panamá. Después de unos cuantos buenos días, me volvió el agobio, la sensación de que todo me sobra, que hasta yo sobro, ganas de hacerme chiquitita y desaparecer. Angustia que se vuelve fastidio. Encima, los chicos se pusieron a pintar, Simón tiene un concurso, Diego puso música, Grace se puso a cocinar una carne a la cacerola y Diego un gazpacho y yo me quedé bollando, Camilo dormía tranquilo también en la cocina. La imagen era perfecta y sin embargo yo...

En fin. Ahora, Camilo está conmigo en el estudio, ya me bañé, me cambié, lo cambié, miré la carne cómo iba (debería ir a apagarla para que no se pegue, soy un desastre cuidando comida propia y ajena en el fuego). El resto de la tropa fue a hacer unas compras y no tenemos mayor programa para el finde. Tal vez paseemos mañana, sería una buena opción, nadie nos invita a ningún lado y nosotros tampoco invitamos a nadie estos días. Igual mañana podemos armar una comida en casa.

Así las cosas. Nubladas.

viernes, 22 de mayo de 2009

ya entendí, con delay

A Camilo, siguiendo la lógica del apodo de la hermana, deberíamos decirle Lito.

Coco, Tita y Lito. No sé cuál es más hijo de puta. Eso sí, peor el padre que le quiere decir: Cacho.

No tenemos control.

ando ganas de...

No, mentira, no ando ganas de nada. Estoy, para variar, cansada. Pero de buenas, eh, de buenas...Ayer no mucho, no hice nada en especial, estuve en casa, con hijos, aletargada, con suegra, comimos algo y a dormir. Me acosté a las nueve y treinta y cinco, leí y a las diez ya estaba dormida. Lo de los lácteos funciona, Camilo no lloró más. Excepto hoy, mientras volvíamos de caminata a Walmart, le agarró un llanto repentino, fuerte y que no paraba. Igual, las causas parecían distintas al reflujo. Y no mucho más, estuve en la cama hasta después de las diez, después, la caminata, comprar carne, volver, bañarme rápido y salir para buscar a Tita. Ni siquiera me senté en la compu hasta ahora. Simón tiene cumpleaños y lo llevó una mamá, a mí me toca ir a buscar, creo que hice mal negocio, pésimo. En un rato merienda en lo de Xime. Pensaba aprovechar estas dos horitas para laburar pero me parece que me voy a la cumi un rato. Me arastrooo...


A la noche llega Diego. Todo parece fluir por estos días. Qué extraño.

En fin. Así las cosas. Tranquilas.

jueves, 21 de mayo de 2009

novedades

Ayer llegó Graciela. A la noche. Todo bien, nos queremos. Es rara la relación que entablás con la familia viviendo afuera, son experiencias que nada tienen que ver con la diaria del país de origen, todo es en concentrado. Y a pesar de que es un poco antinatural, a mí me gusta vivir con la familia, como antes, como en otras épocas del mundo. Estoy segura de que no todo fue para mejor.

En lo que a los integrantes atañe, Camilo parece tener reflujo, come y regurgita y llora, cada día un poco más. Hablé con el médico: medicación y dejar los lácteos (sí, como con Tita). Lo de la medicación lo dejaré supeditado al éxito del abandono de los lácteos por las próximas 24 horas. Si funciona, no lo intoxicaremos con sustancias, no es mi estilo. Sí, un plomo pero dada la poca fuerza de voluntad, espero que la restricción láctea me ayude con los kilos, con Roberta funcionó. La dieta se restringe a lo básico y convengamos que la vida si leche, queso y yogur es bastante triste. Sobre todo por lo del queso. El pequeño además del reflujo, tiene dos hermanos. Roberta en este mismo momento está encima, diciéndole Camilito, Cami, con un cantito que no ceja. Y Simón cada vez que lo tiene cerca, lo llena de besos. Nunca más acertado: hay amores que enferman. Igual, dos divinos.

Ayer durmió conmigo, primer hijo que duerme adedrede en mi cama. Me dormí pensando en todo lo que haría distinto si Simón y Tita volvieran a nacer. Mucho, creeme. Y también si pudiera ser distinta ahora, lo sería. No es ni falsa modestia ni tenerme en baja estima como madre, es, simplemente, realismo. Y soy una convencida de que tener autocrítica es completamente necesario. Indispensable, te diría. Y no mucho más. Ya tengo que buscar al Coco en tenis, venir, ver que haga la tarea y quiere participar en un concurso de pintura o semejante, por lo cual tengo que buscar una buena hoja para que pinte. Lo bueno: tengo trabajo. Siempre te salva un poco la cabeza.

En fin.

Así las cosas.

miércoles, 20 de mayo de 2009

take a walk on the wild side

El título es completamente exagerado. Pero hoy, después de mucho tiempo, me sentí yo. Con unas calzas, una remera grande que se me caía y dejaba el hombro al descubierto, un rodete y mis doce kilos de más, fui al super. De muy buen humor. Y bailé, como hago siempre que estoy de buen humor y todo me chupa un huevo, las personas se vuelven sombras y siento el reflector sólo alumbrándome a mí. Y cuando salía, con la cabeza en alto y la espalda derecha, altiva a pesar de ser un escracho, un tipo en una camioneta me miró, dos segundos fueron, las miradas que se cruzan. No, claro que no era un galán (aunque en el breve paneo parecía bastante decente) pero eso no era lo importante, casi casi lo persigo para agradecerle, para hacerme sentir, después de meses, años, una chica, no una madre, no una esposa, no una hija, no la nada misma sino un cacho de carne. Sí, es re posible que el pibe ni me haya registrado pero viste como es esto: actitud y capocha. No importa, yo me lo creí. Y fue reconfortante.

Y es que ya venía pensando: qué bueno que no tomo ni me drogo...no, qué bueno no, sé por qué lo hago: odio perder el control. Y ahí sí, el wild side, porque a mí me puede resultar muy fácil olvidarme de que soy madre, esposa, etcétera, etcétera y batir cualquiera. Potencialmente, claro. Tampoco sé si tendría partenaire a esta altura del partido. No pienso comprobarlo. Pero pensar es gratis y las distancias son largas. Manejar mucho tiene consecuencias.

Y sí, así de verborrágicas las cosas.

a no ahuevarse, a pesar del clima

Simón termina de hacer la tarea, Roberta dibuja y repite Monte Himala, Monte Himalaya sin parar, poniendo nervioso al hermano. Ahora, tira un vaso de agua de limón. El corazón le salió perfecto. Ahora limpia el líquido derramado. Tiempo real. Simón guarda los lápices en el cajón y el cuaderno en su mochila. Yo estoy terminando, finalmente, el libro del dictamen. Igual, quería escribir otra cosa. Quería recordarme todo lo que tengo pendiente por conocer en México. Por ejemplo, la Villa, el Colegio de San Ildefonso, llevar a los chicos al museo de Antropología, ir a la Marquesa. Y más cosas que ahora no recuerdo. Es difícil mover con tanta gente pero hay que hacerlo. El tema es la lluvia, la ciudad agradece pero el espíritu no. Se acabó el tiempo, es hora de acostar niños, leer cuento y poner música. Gracias a Xime y al pediatra, volvió la música al hogar. Último momento: el corazón lo había dibujado Jose.

Estoy con una fiaca atroz y todavía me falta bañar al más pequeño. Silencioso, duerme en su huevo. Estoy loca de amor por ese bicho, presumo que es la edad. La maternidad tardía se toma de otra forma, creeme. Con los otros dos era más desaprensiva, más desentendida y más liberada. Ahora parezco una abuelita. Igual, lo disfruto más. Ahora, no me estoy perdiendo de nada, hago lo que me corresponde. Son raros los sentimientos hacia los hijos, la vida sin ellos presumo que es mucho más fácil y cómoda y a la vez, también presumo que carece todavía más de sentido. Qué importa, yo ya los tengo.

A veces siento que no soy la única sorprendida por ser una fábrica de hijos (eso me puso mi primo en el FB, sos una fábrica de hijos -hermosos agregó él pero eso no viene al caso-).

Igual mi preocupación del día es haber comido mucho y muy de más. Falta de fuerza de voluntad. Me odio. Ojalá mañana esté lindo, como hoy, que salimos con Milo a dar la vuelta al perro en nuestra cárcel verde. Un poco de aire y ejercicio nos hace bien a los dos.

En fin. Hora de leer. Hora de dejar la compu y bajar al mundo real.

Así las cosas. Chatas y llovidas.

releo y pienso

El puerperio me estupidizó aún más.

Sólo me queda pedir perdón. Y no, no sé cuánto va a durar. Esperemos que poco.

dormir despierta

Reina la paz en el hogar. Diego partió a eso de las cinco de la mañana para el aeropuerto, los chicos se fueron en taxi con Jose a sus respectivas escuelas y yo estoy con Camilo, en la cama (acaba empezar a quejarse con bastante intensidad). Está tan divino.

Dormí muy salteado y por eso lo de dormir despierta. Me levanté cada dos horas a alimentar al pequeño bicho. Cuando se fue Diego pude ver que en la cama también estaba Tita así que al rato me traje a Milo y dormimos los tres juntos hasta las siete y cacho. Desayunamos y ahora, soledad. Me da pena que marido se haya ido, tuvimos dos días de amor. Ayer, igual, me enojé. Siempre hace lo mismo: cuando se tiene que ir de viaje y salir muy temprano, llega bien tarde y se pone a dar vueltas y vueltas en lugar de ser expeditivo y hacer la valija pensando bien. Le dicto qué llevar, me arrastré para buscarle la maleta correcta (estaba en la bodega, bien al fondo), le saqué tres calzoncillos, le armé el neceser y le dije las prendas necesarias. También le descongelé una pechuga de pollo, le calenté unos zuccinis y un cacho de la tarta del día anterior, le armé una bandeja y se lo dejé todo listo para que sólo tuviera que calentarla. Así y todo, nos dormimos tarde. Y, como dije, casi no dormimos.

Como el pequeño antes de tener hambre cada dos horas tiró más de tres, me empezó a brotar leche en cantidad y aproveché y llené una mamila. Soy una vaca lechera. Y es lo menos sexy que te puedas imaginar. Por suerte marido intentaba imprimir boarding pass de web checking en el estudio (le llevó como una hora y no sé si lo logró).

Quiero ir a caminar pero está muy feo, tengo que esperar a que venga Jose para dejarle al pequeño. También voy a ir al super, sola. Milo se quedará un rato más en casa por primera vez. Tengo tantos pendientes que no resolví...Cuando venga Diego nos tenemos que poner las pilas.

Hoy, cumpleaños de nuevo. Hueva. Total. Cansancio. Pero le pongo onda, eh. Mucha onda.

Así las cosas.

martes, 19 de mayo de 2009

prueba superada

Buscamos a los chicos, con Jose y Milo, claro. Después, vinimos a casa, le di de comer, los chicos se cambiaron y nos fuimos a las fiesta. Los tres solos. Había mucho ruido en el salón así que dejé al bebu, completamente dormido, en la casa de Flor. No se despertó para nada. Estuvo cuatro horas sin comer, durmiendo con el chupón puesto, como un bebé grande. Le acabo de dar una teta y le falta la otra, más tarde lo bañaré. Diego tiene que hacer su valija porque se va mañana super temprano. La salida con los dos, a pesar de que cuando nos fuimos llovía, fue todo un éxito. Con el cansancio y todo. Eso sí, no pude trabajar. Mañana me pondré las pilas. También tengo que ir al super. Lo dejaré a Camilo con Jose. A la noche llega Graciela. También tenemos cumpleaños pero enfrente de casa.

Voy a alimentar al pequeño y a ver qué cenan los mayores. Me falta poner música y leer cuento. El día puede ser muy largo. O no.

destroy

Camilo estuvo despierto casi tres horas, el pobre come y regurgita y se ve que se siente como el orto. Yo no podía más pero tengo una única virtud y es no perder la paciencia con los bebés. Recién cuando empiezan a tomar conciencia y forma de persona me vuelvo intolerante. Ahora, me lo tomo como lo que es: un período. No sé si se debió a la Coca Ligth, al brócoli o, como dice Lisa, a mi estado de ánimo. Tiene la teoría de que cuando uno no anda bien, la leche no es la misma. Podría tener un viso de realidad en tanto que todo se pudrió cuando se fue mi madre pero ¿qué hago? Esta soy yo. En fin. Pobre, malísimo. Y agotador. De todas maneras, me levanté a las diez y media. Chau caminata (el clima no está muy inspirador tampoco) y chau casi todo, la mañana así no rinde en lo más mínimo. Le di de comer, lo ubiqué abajo con Jose y me bañé. Depresión verse al espejo con 12 kgs de más. Horrible. Ni modo. Acabo de desayunar un cacho de yogur (el tema calcio, no consumo leche si no) y un pedazo del pan negro más hipocalórico que hay en el mercado con una feta de queso. Se me hizo un poco tarde, la verdad.

Ayer.

Hice dos tartas mientras Lisa me platicaba. La de brócoli me salió espantosa (tengo que concentrarme) y la de tomatitos cherry, mozzarella y hongos creo que estaba mejor, no la comí. De todas maneras, acompañada con una buena ensalada (conseguí un mezclum más que decente y una caja con rúcula) es una comida como las de antes, las que le hacía a Diego en Buenos Aires (claro que con masa casera, por mi falta de procesadora, me veo obligada a comprar un hojaldre que no es nada rico).

Después.

Coger sienta bien. El sexo es salud y es muy necesario. Meses sin garchar. Eso sí, nunca más en mi vida voy a volver a tomar pastillas anticonceptivas. Más de seis años de no ser yo, de perder las ganas. Y encima, fallan. Pero bueno, etapa terminada.

Antes, meterse a las nueve menos cuarto en la cama, leer un libro que mi padre ya me había adelantado que estaba muy mal escrito (o mal traducido, pienso yo) pero que te atrapa: la vida de la "joven homosexual" de Freud. Diego, mientras, con su compu.

Por lo demás. No mucho. En breve me voy con Jose y Milo a buscar a los chicos, volví a manejar después de tres semanas y concluí que la vida sería bastante más agradable de no tener que usar tanto el auto, no lo extrañé en lo más mínimo. Tengo que terminar un libro y después, cumpleaños. Mañana tenemos otro y el viernes Simi tiene uno en una pileta (había sido cancelado por la Influenza, tema del cual me olvidé completamente).

Mañana marido se va a Colombia y llega suegra.

En fin.

Así las cosas.

lunes, 18 de mayo de 2009

el momento de la razón, no llega

No tengo perspectiva crítica. Estoy, entonces, completamente a-crítica y tiendo a echarle a la culpa a la maternidad. Más de siete años de exculparme por la misma razón, claro que multiplicada. No soy capaz de pensar. Pensar de verdad. Me pierdo, me espanto, me alejo. Hace años, desde que llegué a México, soy incapaz de leer un texto que no sea literatura completo, en realidad, abandono a la primera página. Leo, a veces, columnas de opinión (oops) y textos críticos de sumplementos culturales (más ooops). Se me escapan los intertextos, generalmente y a duras penas logro entender lo que están diciendo (si no es bien básico). Los textos sobre literatura me aburren sobremanera, por lo general. Me suele interesar más "la gente" o "los personajes".

Qué pienso en estos momentos: un poco en la tristeza de la ya no procreación. Escucho muy frecuentemente mujeres que se ligan sin más, sin problemas y como una liberación. No deja de sorprenderme. Yo, que no quiero tener más hijos, le escapo a esa solución y me entristezco sabiendo que nunca más voy a pasar por un embarazo (por más espantoso que me parezca el estado, soy humana). Mi cinismo no llega a tanto.

Últimamente escribo como si fuera Heidi. ¿Dónde estoy? Algunos rasgos psicóticos se me cuelan en acciones mailísticas, en ideas ridículas que llevo a la práctica, sabemos, siempre lo supimos, que mi super yo vino fallado.

Por lo demás, paz en el hogar. Camilo se queja a mis pies, mis hijos andan por ahí. Aman a su hermano, lo llenan de besos y abrazos y pelean por ir con él en el auto y cargarlo, la hostilidad pasa por otro lado y yo me alegro. Somos los padres los que tenemos la culpa. De todas maneras, están bastante tranquilos y adorables. Y enormes.

Y yo, vieja y gorda.

En lo que me convertí...dios mío.

lo verdaderamente malo

Llegaron los cólicos a nuestra vida (era obvio que tanta paz no iba a durar) y yo, a pesar de hacer dieta, no adelgacé un sólo gramo en toda la semana. Malísimo.

no me da ni el tiempo ni la cabeza, sabelo

Me levanté pensando ¿qué hice? Así, sin signos de exclamación, una duda sorda y real. ¿En qué me metí? No me da para esto, yo de verdad no quería tener hijos y ahora vivo cual ama de casa del suburbio, lavo ropita, corto calabacitas, pico ajo, salgo con la carreola, me baño, duermo una hora más porque no me alcanzó, claro que no y me siento a trabajar a las once y cuarto. Pero suena el teléfono y tengo que echar porras y decir, dale para adelante, está todo bien. No tengo resto. Marido angustiado, muchas cosas, nada interesante y toda la responsabilidad sobre él más los nervios que siempre le aparecen antes de un viaje (viaje que seguramente no traiga frutos, como suele suceder). El sentir que no me da la vida no está bueno pero a la vez intento recordad los días en los que me sentía al pedo, aburrida y sin objetivos. Prefiero estar sobre pasada y no ahuevada. Aunque desearía con toda mi alma no tener que ir a buscar a mis hijos al colegio.

Ayer volvió Diego del club y a mí se me había ocurrido salir, para orearse, distraerse, reencontrarse. La primera salida familiar solos los cinco, la primera ida de Camilo a la ciudad. Bañé y vestí hijos y a mí misma y cuando llega le propongo. Recibo una respuesta seca y mala onda. Lloro, me quiero matar, lo odio. Le digo todo lo que pienso. Su desconsideración, etcétera. Ahora me da pena, él también es humano y sufre y yo...a veces soy mala y nerviosa. En fin.

Tita no se quería levantar, todo difícil y la mañana demasiado gris, increíblemente gris e inesperada y pareciera que va a estar así por un buen rato. ¿Qué onda?

Bueno, finalmente fuimos a la feria de diseño de la Condesa, me compré un bucito colorinche como para imprimirle un toque de onda a mi vida y comimos en un puestito de ahí. Somos muchos y es difícil mover pero fue una salida corta y agradable y me gustaría que lo hiciéramos un poco más seguido. También me dieron ganas de vivir en la civilización y aunque sé que no lo vamos a hacer, me dio un poco de cosa tener tan poco contacto con la vida real.

En fin. Tengo que laburar sí o sí, media pila.

Mi hijo acaba de agarrar el chupón, buena medida, eso y la música romántica (no Cristian Castro sino Chopin y esa movida).

Bueno, chicos.

Así las cosas. Compliqueti.

domingo, 17 de mayo de 2009

¿Y, cómo vas?

Mirá, más o menos. No estoy pasándola genial pero tampoco estoy angustiada, a veces, un poco triste. Ayer a la mañana fui al super con mi papá y Camilo. No nos llevamos muy bien en este viaje (con mi papá, obviamente, con el bebé por suerte tenemos una excelente relación, es con quien mejor me llevo en este momento, a decir verdad), hicimos la compra, fue la primer salida de Camilo a un lugar público y después de dejar las vituallas en el auto, cruzamos caminando al Starbucks que está en el centro comercial de enfrente. Cuando volvíamos, mi padre se dio cuenta de que no tenía las llaves del auto (único juego porque la copia no sé a quién se le perdió), estábamos seguros de que la habría dejado puesta pero llegamos y no estaba, desesperación. Vuelta a Starbucks, nada, servicio al cliente, nada, llamo a Diego que me pone la peor voz y me dice que ahora viene (estaba en el club con los chicos). Cuando ya todo parecía perdido y un bardo (mi papá a la una y media tenía que salir para el aeropuerto y eran las doce y cacho), se acercó un pibito a decir que las había encontrado, lo quise matar, si pasa eso o dejás la llave donde está o la llevás a servicio al cliente pero nunca, NUNCA, te la llevás...en fin, obviamente no lo putié, le dijimos gracias y nos vinimos para casa. Después de que mi padre se fuera, preparamos algo de comer, lo pusimos en una bandeja (tipo atún, tomates secos, guacamole, tostadas de maíz, palmitos y unas salchichitas para los niños) y nos fuimos a la sala de tele a ver el partido de Del Potro. A eso de las cuatro y pico fuimos a lo de María, era el cumpleaños de Felicitas y nos quedamos ahí mientras los niños jugaban. Yo comí unos chipas a pesar de mi dieta pero me mantuve incólumne ante los dulces. Después Diego se enojó conmigo y con Simón (todo esto me pone muy mal) y estuvo enculado toda la noche, hizo pizzas (yo no quería, quería yo hacer unas tartas rápidas pero contra el deseo de Diego es imposible luchar, igual le salieron ricas) y vinieron Marian y Jorge y Pau a terminar de ver Lost, nos vimos los últimos cuatro capítulos (los habíamos acumulado para verlos así, de un saque) y se fueron como a la una y media. No dormí nada, Camilo tenía dolores de panza y me pasé la noche de acá para allá (antes había dormido perfecto). A las diez menos diez irrumpió Diego diciéndome que se iba al club y que me dejaba los chicos. Ahora los tres están en mi cuarto, los mayores miran Laberinto (no pudimos hacer andar el DVD de la sala de tele) y Milo duerme (eso espero). Yo me tomé un café y me hice un bowl con frutas, yogur y granola y voy a ir a tirarme con ellos. Acaba de salir un poco el sol, en cuando pueda levantar campamento, voy a salir a caminar pero no creo que ir sola con los tres sea la mejor idea.

En esas ando. Sola y no reina para nada la paz.

Pero ni modo.

Así las cosas.

sábado, 16 de mayo de 2009

no son mis mejores días

Para nada. Nerviosa. No sé si es hormonal o qué. Fue una mala semana. Bah, unos malos últimos días, por sobre todo. Mi mamá se fue ayer y me dio mucha tristeza. ¿Por qué vivo lejos de ellos? ¿Por qué mis hijos no tienen familia? ¿Por qué tengo que estar tan sola? Y tan gris todo. Gris plomo. Gris oscuro. Gris tormenta. La ciudad en la temporada de lluevias es muy gris. Camilo es un sol, tiene algunos dolores de panza que lo molestan un poco pero nada más. Sigue el idilio. Con marido no, es bastante mi culpa pero estoy muy intolerante y cuando esto pasa el exacerba todo lo que a mí me molesta sobremanera: el desorden. Parece a propósito. Deja TODO tirado. Todo. Sí, como un chico. Saca cosas y las va dejando por la casa, jamás las devuelve a su lugar. Y yo, me saco. MAL. Detesto esa actitud y siento que es pura desconsideración. Estoy agotada, tres hijos es demasiado y tengo muy poca ayuda. Más ahora que se fue mi madre, en pelotas.

En fin.

Roberta IN SO POR TA BLE. Llora, grita, capricho, tristeza. Pobre. Pero no la aguanto.

Así de sacadas las cosas.

jueves, 14 de mayo de 2009

beboncho y yo


En el estudio.

qué raro ser gorda

Nunca estuve tan gorda como ahora, ni cuando a los diecisiete volví obesa de Israel. Es rarísimo, me estoy super cuidando y sin embargo, no adelgazo. Teta y todo. Supongo que es por el sendetarismo. De ahora en más saldré todos los días a caminar con el bebich y espero adelgazar. Nunca pensé que me iba a quedar así. Hay sol, eso siempre es bueno. Los últimos dos días estuvieron completamente nublados. A la noche llovió. Eso está bien.

Bañé a Milo, me bañé yo, terminé el dictamen, lo alimenté en reiteradas oportunidades, hice el pastel de papa (no sé si estoy ralentada o siempre me lleva tanto tiempo, fue eterno) mientras escuchábamos Beatles for babies o alguno semejante. El médico me preguntó si le poníamos música y yo quería gritarle que a duras penas me acuerdo de cambiarle el pañal, macho, es el tercero. Pero me hizo sentir culpable. Ahora duerme en el bebeseat que me prestó Pau y se sacude como un loco, algo le cae mal.

En fin. En unos minutos llegará la manada y se va el día. Entre una cosa y la otra.

Año raro si los hay.
Un plomo para marido.
Así las cosas.

puérpera

Lloro mientras me tiño el pelo y termino de leer la novela para hacer el dictamen. Me llevó mucho tiempo porque es larga. Y lloro no sé bien por qué. Va a venir Pau a comer y voy a hacer un pastel de papa y a la tarde saldré a tomar un café para orearme de este encierro. Hoy saqué a Camilo a caminar en su carriola por primera vez, la vuelta al perro encerrados en el fraccionamiento, el único camino posible. Me costó dormirme. Los ruidos del bebé incómodo por sus gases o molestias no me dejan en paz, me lo traigo a la cama, a mi pecho, para que los dos estemos tranquilos. Él se duerme, a mí me cuesta más. Son las doce menos cuarto y tal vez entonces puedo conciliar el sueño. Me levanto una vez. Le doy la teta. Me vuelvo a dormir pero a las cuatro menos cuarto me despierto, lo alimento y no me duermo más. Pienso demasiado. Tengo sensaciones corporales raras, me desdoblo, me voy para abajo, me choco contra algo grande y redondo. Me angustio por los miles de trámites que tengo que hacer. Registrar a bebé, los pasaportes de los dos, el pasaporte español, hacerlos argentinos. ¿Volver? ¿Vale la pena soñar con eso? ¿A dónde vamos? Pensar que tres hijos es demasiado, que me equivoqué, que no puedo ni con dos ¿qué hice? Tan sola. Me siento. Ahora lo escucho, está arriba y yo en el estudio, es un divino, me lo como a besos, un sol. Pero.

Pero.

Mi vida es un gran pero.

Y lloro. Pero tengo que trabajar y bañarme y hacer el pastel de papas y alimentar a Milo.

Así las cosas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

no, no pasa nada sólo que...

Estoy tan cansada, de la diaria y de esta vida, conceptualmente. Harta, te diría. Cómo te explico. Una vida chata, completamente. Encerrada. Con un marido que se pasa la vida frente a la computadora, todo minuto que está libre, tiene la laptop encima. Una mierda. Es lo que hay. Eso y una queja constante sobre todo. Absolutamente todo. Estoy un poco triste porque se van mis papás, mi mamá sobre todo. Me voy a sentir tan sola...

Camilo está perfecto, su ictericia fisiológica es normal y se le va a ir sola. Todo el resto anda bien, aumentó 600 gramos en trece días y parece que eso es mucho. Yo no tengo demasiada idea a esta altura, no me acuerdo nada. Sólo me acuerdo que cuando nació Simón todo era más lindo, más paseandero, más fácil. Cuando nació Roberta fue todo un desastre, fui sola a la primera consulta con el pediatra y estuve sola todos os primeros meses. Tengo los peores momentos de esa época.

Ahora, ahora no sé. Estoy feliz con mi bebé. Los chicos están un poco complicados pero supongo que es normal. Simón volvió a ser él en el buen sentido y Tita volvió a ser ella, con el capricho, el cansancio, la queja y los escándalos de siempre.

Yo no salgo de casa. Hoy, una vez más, me quedé dormida a la mañana. Me desperté a las diez y veinte, me pasé de tres menos cuarto a siete menos cuarto completamente despierta, Milo molesto y yo con dolor de panza. Pensé que una noche así me iba a adelgazar pero no, para nada. La balanza sigue clavada y yo hago algo semejante a una dieta. No fui a caminar ni me teñí el pelo ni nada. Trabajé y a la tarde vinieron Xime y Pau. La semana que viene me da pavor, no sé cómo voy a hacer si sigo en este estado. Me angustia bastante. Y me ahoga. El encierro.

En fin. En esas estamos. Felices y tristes a la vez. Una paradoja posible.

Así las cosas.

martes, 12 de mayo de 2009

muuucho delay

Me desperté cansada pero queriendo ser productiva, hice unos ridículos abdominales en la cama y me tiré un rato pensando que a las nueve me levantaba, iba a caminar, me teñía el pelo y me ponía a laburar. Craso error, como siempre. A las once y veinte me levanté sobresaltada. No doy. El tema es que se me corren los horarios. Ayer me dormí a eso de las doce, claro, y hoy entonces la siesta matutina que, digamo las verdad, es muy reparadora pero me saca toda la mañana y ahora todo bien pero la semana qué viene...¿qué hago? A las doce cuarenta tengo que salir de casa y para entonces tenemos que tener la casa más o menos lista, me la llevaré a Jose para que me de una mano porque sacar a dos del coche para buscar a Simón, too much. Me encantaría ponerlos en transporte pero la escuela de Tita no tiene (la que encima queda más lejos) y ya que bajo me da lo mismo buscar a los dos. Como si esto fuera poco, las clases se extendieron hasta el 14 de julio. Te querés matar. No doy más de sólo pensarlo. Hoy a la tarde, pediatra. Ahora, urge trabajar. Atraso. Avanzo, soy efectiva pero...

Me puse un jean. El jean de los embarazos, es talle 30 Jazmín Chebar de cuando nació Tita, es el jean que uso cuando estoy deprimida (cuando estoy flaca y deprimida, ahora es lo único que me entra). El calor intenso parece haberse ido, al menos para mí que hace días que no salgo de casa. También me puse zapatos en lugar de las havainas que usé todo el último mes. Soy una shleper.

Y no mucho más, ayer Marian y Carmen a tomar el té. Marian se quedó a cenar, me encantan sus visitas.

En fin. A laburar.
Así las cosas.

Quería poner una foto de Milo vestido para salir y más amarillo que un Simpson (a ver qué nos dice el médico) pero no la puedo bajar del iphone...

lunes, 11 de mayo de 2009

parece que va a llover

Camilo se semi queja en su huevo, está a mis pies, en el estudio. Padres e hijos se fueron a pasear un rato, yo hago webeo después de trabajar lo más concentrada que alguien en mi estado puede estar. Ya me duelen las tetas por dos horas y media de no alimentar baby. Espero a que venga Marian, tomaremos un té aunque yo tengo que hacer dieta. Comeré alguna tostada con café con leche (creo que le cae mal al pobre pequeño pero algún gusto hay que darse, a mí también me cae un poco mal, para ser sincera).

Pienso: me gustaría que las cosas fueran diferentes. No te digo de otro siglo, no hoy, pero hace diez años ni la computadora ni internet tenían el papel que tienen ahora. Al menos no en mi vida. Me gustaba más. Leía mucho. En papel. Y me dedicaba menos a pelotudear. Ahora, ahora soy un desastre.

En fin. Cansada y un poco gris por el clima. Jose sigue en casa pero somos muchos y hay mucho para hacer y la mañana se hace corta.

Mañana sí, mañana me tiño el pelo y hago ejercicio. Ambas cosas urgen. Hoy, bueno, hoy ya pasó.

Así las cosas.

creo que no puedo

O me quiero matar posta, esto no sé cómo se lleva. Milo empeoró su sueño y soy la culpable, ayer mucha gente, muchos gritos y entonces, a la noche, despertarse cada dos horas y los pañales que no aguantan por lo cual cambiarlo cada vez y destroy total y encima subir medio kilo (wtf?!) y levantarme hecha una zombi, bajar recién para el desayuno, por suerte el lunch ya lo había dejado listo y tomar algo y subir y alimentar de nuevo y después de platicar con padres quedarme dormida y a las once, uff, es tardísimo ya no camino ni me tiño ni nada, tengo dictámenes atrasados y la comida y eso que están mis viejos pero la semana que viene se termina y ¿CÓMO CARAJOS VOY A HACER? y me lo pregunto seriamente y me dan bastantes ganas de llorar.

En fin, no es sólo puerperio, es la realidad de que la vida con tres hijos, dos en edad escolar y un bebé recién nacido, en esta ciudad y sin transporte, puede ser verdaderamente angustiante.

MMMM.

Así las cosas.

domingo, 10 de mayo de 2009

madres

Hoy acá es el día de la MADRE, así con mayúsculas porque la mamá tiene un papel fundamental en el imaginario colectivo que yo, argentina como soy a pesar del pasaporte, no logro terminar de entender. Lo que sí entiendo es lo bien que me vino que mi madre estuviera aquí estas semanas, nunca sentí tan útil y necesaria la ayuda. Si dijera que la relación con mi madre fue fácil, mentiría pero si digo que ahora es una relación todo lo a-conflictiva que una relación madre e hija puede ser, estaría acercándome a la verdad. Por suerte. Costó pero lo logramos. Eso sí, ya saben, ella y el mundo gustan de decir mucho y todo el tiempo, todo lo que hago mal. Parece que casi todo. Qué pena.

Hoy estoy medio tristona. Ayer fue un día de mierda, me sentí de lo peor. Sola y arrepentida. Diego tuvo que llevar a Tita al hospital, junto con mi padre que había llegado esa misma mañana, porque le dolía mucho la cabeza y vomitó. No soy buenos síntomas para tener estos días. Afortunadamente no era más que la misma bacteria de la semana pasada, sólo le quedan tres días de antibióticos (que no le deben estar cayendo demasiado bien) y ya debería estar curada. Pero entonces la noche: a las dos menos diez se despertó Milo, comió. A las tres sonó el despertador para darle el Motrin a Tita, llanto, gritos de mi marido (hacia mí, completamente injustos), vuelta a la cama, Luego Milo con hambre nuevamente y al rato Tita con miedo, ir a su cama, quedarme con ella, buscar almohadón mío, dejárselo, volver a la cama para que no mucho después Milo con hambre nuevamente y todo mojado y cambiarlo y perder el despertador que se cayó detrás de la cama y escuchar cómo mi marido me dice que apague la luz del vestidor y querer desaparecer, llorar desconsoladamente en la oscuridad del baño, de la cama, pensar por qué, qué hice. Todo un proceso que duró hasta las seis y media de la mañana. A las nueve Milo con hambre nuevamente, hijos que vinieron a saludarme en mi día, con regalos que compró ayer a la noche marido, lo que ya sabía: raqueta de tenis y conjunto ad hoc (eso sí, tiene muchas esperanzas porque la remera es small y el short, medium).

Lo único bueno: ya voy 10 kg, me sobran 12 más los 2 de antes. Ojalá siguiera a este ritmo, 10 kilos en doce días haría que en un mes y medio esté espléndida, no lo creo. Por ahora, sigo con las babuchas que me trajo madre, ojotas y remeras amplias (no tengo demasiadas). Y tengo que teñirme urgente y depilarme en profundidad y trabajar, trabajar mucho y no me da la energía.

En fin.

Así de festejadas las cosas.

la solución

Muchas veces, tal vez hoy también, pienso que todo, todo se arregla con un buen polvo. Pena el puerperio.

sábado, 9 de mayo de 2009

tengo, tengo, tengo

Uff. Leer mucho. Me urgen, me apuran, me cuesta. Editar. Ponerle onda. No me sobra últimamente. Qué fue de mí, la pregunta del millón. Además, sueño. Milo se despertó a las cuatro, a las cinco y a las seis. Bueno, obviamente, no se durmió del todo. Después, a las ocho y veinte. Ahora, espero a que en un rato se despierte, darle la teta y salir a caminar. Marido e hijo mayor en el club. Ganas de regalar al pobre Coco, hace todo para que nos enojemos y no resultar insoportable. Me da mucha pena y a la vez me tiene mega ultra hiper recontra podrida mal. Madre e hija se fueron al super. Silencio en el hogar. Paz. Después de la teta, salir a caminar. Poca energía, mucha necesidad. Sobran 15 kilos, no olvidemos. Con el correr de los días, y la balanza estancada, empiezan a molestar más.

En fin.

Mucho sueño.

Así las cosas.

viernes, 8 de mayo de 2009

tengo problemitas

En medio de una epidemia que nos tuvo encerrados más de dos semanas, con ganas de contratar a una institutriz alemana que eduque a mis hijos sueño con volver a una vida un poco más rockera, miro Californications y me identifico con la hija del protagonista que tiene doce años. Además, sueño con tener mi programa de tele, entrevistar gente y que, por ejemplo, me regalen ropa. Y mientras tanto, me dedico a full a mi bebé, le doy la teta, lo baño, lo cuido, soy madre y esposa amante. El hiato de siempre que de repente parece una zanja gigante y a veces sólo un pequeño agujerito. A veces pienso que debería querer ser escritora pero ni eso, la verdad. Ni eso.

A mí no sé bien qué me interesa pero en este mismo momento lo único que quiero es fumarme un pucho con un buen vaso de Coki. Puede que lo haga y todo.

mi segunda salida

Acabo de llegar de Starbucks, fuimos con mi vieja a buscar la factura del taller mecánico (por cierto mi auto a pesar de la alineación y balanceo, no anda) y queda justo enfrente del Magno centro. María MUY amablemente se llevó a los chicos a lo de Flor, fue una suerte de milagro porque estaba a punto de regalarlos y el pequeño se quedó durmiendo con Jose después de una teta llenadora. Es un genio, tira tres horas desde que nació y no llora por nada. Estoy completamente enamorada y como le decía a mi madre, está claro que el puerperio- y la experiencia- hacen milagros, me soy una gorda y ni siquiera estoy particularmente preocupada. Otras cosas me tienen peor, mucho peor pero no es el tiempo de procesar nada, cuando la vida vuelva un poco a la normalidad, pensaremos.

Por lo demás, tengo MUCHO trabajo atrasado. Ganas de que todo esté más aceitado y esperanzas de que el lunes, las cosas mejores.

Y, en realidad, quería escribir sobre algo más pero no me acuerdo qué.

Así de distraídas las cosas.

muy mal humor y desamparo

No sé por qué carajos se me borran los post...

Me levanté cansada y triste. Muy triste y muy cansada, acumulado de ayer.

En la soledad del hogar, me bañé, laburé, alimenté a Milo, mandé el informe, después llegaron todos, salí al parque, vinieron luego Marian y Paty, tomamos el té con madre, después vino Maia, luego Lau que vino a traer a Tita con los chicos y se quedaron, después Walter, al rato Diego y bastante más tarde Gass. Armé con la ayuda de madre una cena improvisada, mezcladito. Por suerte madre había hecho unas croquetas de papa, tenía un cacho de jamón serrano, tomatitos secos, corazones de alcachofas, unas tostadas sanísimas y algo más. Finalmente entre alimento de bebé y esas cosas, me dormí después de las doce y media. Mi marido, que siempre es tan considerado y buena onda, tuvo a bien enojarse porque no le gustó el tono en el que le pedí que cambiara a Camilo. Siempre lo mismo, si le pido porque no le gusta cómo se lo pido y si no, porque no le pido. Su mal humor y su falta absoluta de registro de las situaciones está en el mismo nivel de siempre y yo me siento profundamente triste y sola. Eso sí: acostumbrada.

Camilo duerme en el huevo y los chicos dan vueltas por ahí, pareciera que se terminó el tiempo suspendido y empieza la vida real. No sé cómo haré pero por lo menos volveremos a la normalidad.

Madre nos hizo unos regalos divinos, el baby también recibió los suyos ayer y mañana llega padre. El domingo es el día de la madre, a la mía no podré comprarle nada, dadas mis circunstancias, excepto que me vaya mañana en una escapada. Yo no quiero absolutamente nada, con 15 kilos de más, no dan ganas de recibir regalos, tampoco me haría ilusiones conociendo el paño, pero esta vez, mejor. Realmente no quiero nada y menos algo que no me interese.

En fin, así de amargadas las cosas.

de colgada no lo hice antes

Si vivís en Madrid también andá a la librería y si no, leé las reseñas que hace mi amigo Santiago acá.

jueves, 7 de mayo de 2009

volver a empezar

Como a Camilo se le cayó el cordón el martes, ayer nos aventuramos al universo del baño diario y le dimos el inicial. Me sentí una primeriza total, casi emocionada, sacándole fotos, con su toalla nueva y la bañaderita de siempre (la misma que usó Simi y que acá sigue, aunque creo que al Coco al principio lo bañábamos en la bacha del baño). No le encantó pero tampoco fue un escándalo, un baño rápido y reparador, después tomó un poco de teta y se torró plácido. La noche igual no estuvo tan relax, pintaron unos mocos medio molestos y a mí me costó dormirme en cada despertada. Ahora está a mis pies, en su huevo, envuelto en mantitas, en la sala de tele. Estamos él, Jose y yo. La paz. Tita se fue con Lau a su casa, a jugar con Giulia, se extrañaban mucho. Y mi mamá se fue con el Coco, María, Flor y toda la troupe al Antara, mi auto no anda, necesita mecánico. Malísimo.

Yo me fui un rato a Wal Mart también con María y las chicas, hice una vuelta rápida y me re perdí porque en una semana cambiaron todo de lugar, es también un recomienzo. Estoy en musculosa y jogging viejos, hecha un escracho, con un rodete y mis 15 kilos de más. ¿Volveré a ser flaca? Espero que sí. La gordura no me molesta hasta que me miro al espejo, raro eso de no sentirla...Igual, tengo hambre, desayuné a las ocho y siendo las dos menos cuarto, me cruje la panza.

La ciudad de a poco vuelve a la normalidad, la gente sale y hace su vida, algunos con barbijos, otros no, mucho gel con alcohol por todos lados. La semana que viene nos toca pediatra y después de eso, la inscripción en el registro civil, urge. Me mata saber que podría cambiarle el nombre, mi opción era Teodoro que me gusta más y me parece menos groncho y más original. No me cierra que un hijo mío se llame Camilo, me cuesta. Pero ya está, aunque no sea oficial ya no hay vuelta atrás.

Y no mucho más. Calor intenso, compré chupetes y tintura. Y agua y me debería haber comprado una Coca fría pero fue todo muy apurado. Me voy a hacer un sandwich de jamón de pavo, queso, tomatitos secos y aguacate y después de alimentar a mi cachorro y bañarme, intentaré trabajar.

En fin. Así de silenciosas las cosas.

miércoles, 6 de mayo de 2009

increíble que siga escribiendo

Dado que no salgo de casa hace ocho días y que mis hijos van por el décimo tercer día en casa (en realidad, se acaba de cortar porque Simi fue al súper con mi mamá), es obvio que novedades no hay. Diego volvió a la oficina y eso le mejora enormemente el humor y con razón, yo sigo sin dejar a Camilo. Bah, ayer fui un rato a lo de María, quien vive a cincuenta metros de mi casa y dejé al baby con mi madre. Como era de esperar, mi hijo es un santo hasta que me voy, no se durmió y tuve que volver a darle un tetazo reparador. Comí pretzels y tomé Coca Light y después de muchos meses me fumé un cigarrillo que me supo a liberación. Me gusta fumar de vez en cuando tanto como odio el olor y el hábito vuelto vicio. El resto del día nos lo pasamos con mi madre mirando Californications. Ella no puede creer a lo que la arrastro. En su vida vio pavada semejante y me lo recalca pero está tan enganchada como yo. Cuando era estudiante de Puan solía ver a mis padres como profesionales con pretensiones intelectuales truncadas. Mi padre con su participación en Derecho comparado, mi madre con sus actividades científicas psicoanalíticas y yo creyéndome la mamá de Tarzan porque iba a Filosofía y Letras y leía y leía textos difíciles y enroscados que, según yo, ellos no eran capaces de procesar. La vida me convirtió en un adoquín suburbano y mis padres siguieron sus caminos intelectuales con mucho más éxito y entusiasmo que yo y los admiro por ello. Además, criaron y mantuvieron a cuatro hijos conjugándolo con una vida profesional e intelectual. Quién pudiera.

En fin. Cuestión que a mí no me da la cabeza para nada más, leo de reojo Frío en Alaska de Matías Capelli que Vale tan amablemente me mandó y debo reconocer que me sorprendió lo bien que escribe un chico tan escandalosamente joven (para mí, claro, que ya son una triste veterana).

Por lo demás, Tita se va mejorando aunque tiene muchos mocos. Simón está completamente intratable, todos los celos que no le agarraron cuando nació su hermana, se le juntaron ahora. No hace caso, llora todo el tiempo angustiado, se desespera y siente que no lo queremos. Imposible. Camilo sigue siendo el bebé más bueno del mundo y mi marido ahí va, no tenemos mucho contacto. Ah, Milo, además, ya perdió el cordón por lo cual hoy le daremos su primer baño. Yo tengo que trabajar pero no me dan las neuronas y tengo que prepararme psicológicamente para la vuelta a clases porque no sé cómo la voy a afrontar (por suerte el sábado llega mi padre y toda la semana que viene ellos me darán una mano) pero la vida real se va a tornar complicada...

(Entre tanto chateo con Lau que está ya en Barcelona y me muero de la envidia, quiero playa y bici y vida cultural y estoy en las antípodas de todo eso).

Hace rato jugué a la lotería de oficios con Tita (está adicta, nos hace jugar todo el día), me quedé con ella mientras armaba rompecabezas (y me fastidié porque es vueltera y le da fiaca pensar) y ahora bajé un rato al estudio a estar sentada y sola unos minutos.

Entonces.

Así de rutinarias las cosas.

martes, 5 de mayo de 2009

pero la angustia...

Camilo es un verdadero sol, el nacimiento fue una felicidad y transmite una paz que pocas veces vi. La casa está linda, cambiamos la mesa del comedor, pusimos la que estaba en la sala de juntas de la oficina, previo relaqueado blanco, es enorme pero queda bien, la de mármol la pasamos a la cocina y finalmente hicimos el mueble de los chicos y pintamos de blanco los que ya teníamos de Simón que eran celeste y verde. Roberta ahí va con su angina, Simón está complicado pero tiene el don de que la gente lo quiera, todos los adoptan y si les resulta pesado, no me lo dicen. Mi madre me ayuda en todo y está con el mejor ánimo.

Pero.

Pero.

Angustia existencial.

Familiar.

Una sensación de no future que no puedo describir bien y tampoco quiero, ahondar en esos sentimientos no es productivo ni conducente y quiero ser agradecida en la vida. Debo.

Un poco tendrá que ver con la falta de proyectos, de cambios posibles. El mundo que es un kilombo. El calor (tengo muy relacionada la angustia existencial con el calor, no sé bien por qué).

En fin.

Ya salí a caminar, me crucé con una vecina que no veía hacía más de un año y sus cuatro hijos, caminamos juntas y ahora se llevó a Coco un rato. Yo me siento bien pero me duele mucho la pelvis, es la primera vez que me dura tanto un malestar después del parto, no sé si son los kilos de más, la edad o que es el tercero.

Todo puede ser.

Pareciera que el mundo necesita una dosis de alegría. ¿O sólo soy yo?

Así las cosas.

no pasó mucho

A la noche cenamos todos juntos. Simón, angustiado no se podía dormir, primero le leí el famoso cuento de la gorda fideos, marca registrada de mi padre hace muchos años. Me fui a la cama y seguía sin poder dormir, lloraba diciendo que estaba cansado...tuvimos un mal día, él enroscado y yo intolerante. Me tiré en su cama y le canté la misma canción de cuna que cuando era bebé, se quedó dormido finalmente y a mí me dejó el corazón un poco estrujado. Al rato yo también me quedé dormida.

Y hoy desayuno, Milo se despierta cada tres horas, no llora, no jode, no nada, come y duerme y me hace la vida muy sencilla, al menos él.

Veré si hoy sí salgo a caminar, ahora estoy cansada pero en una hora me toca teta y después arrancaré.

SIn más novedades desde la trinchera.

Así las cosas.

lunes, 4 de mayo de 2009

día largo

Está por llover. Pesado. Gris. Diego trabaja en el estudio, no pudo ir a la oficina porque dio asueto y le prestó la llaves a unos editores que se fueron a Cuernavaca. Hace días que está acá, ya no aguanta más. Mi madre se fue un rato a ver si se compraba un reloj, va tres veces por día a los mismos lugares de Interlomas. Yo, hace una semana que no salgo. Acabo de hacer galletas con Tita, no creo que salgan demasiado bien porque no le puse mucha onda, las hice porque estaba en el parque con Simón, yo platicaba con María y Roberta nos vio y se puso a llorar desconsoladamente al lado de la cuna de Milo. Él, duerme. Tita tiene una angina espantosa, con puntos blancos en la garganta y mucha fiebre. Todo el día en pijama mirando tele. Coco no puede con sigo mismo, no sabe estar solo y aburrido, me saca. Entonces, le di un chocolate e hicimos las galletas juntas, ahora mira Play House Disney. A la noche el baby se levanta cada tres horas, aprox. Ayer casi me explotan las tetas. Es mucho dolor junto. A la una y a las cuatro, creo, bajé y calenté agua, la puse en la bolsa con forma de estrella y un poco me alivió. La mañana fue agitada, Milo no se dormía, Tita volaba de fiebre y le dimos un baño con el cual revivió, por suerte, Simón daba vueltas, yo había hecho una siesta antes y pude afrontar todo con ánimo, armé la comida para todos (ensaladas, atún y pescado para los chicos) y después me tiré en la cama con mi vieja a mirar Californication. Tengo que laburar, mañana veré si arranco. Quiero salir a caminar, me sobran 14 kilos de los 22 que subí, sumados a los 2 que me sobraban antes, es un total de 16 kilos por bajar. Hay que tener paciencia, ni modo. Lo bueno es que me siento bien y no estoy deprimida, al bebé me lo morfo, se ríe todo el tiempo (aunque sea un reflejo te da la sensación de bebé feliz), casi no llora y me lo quiero comer. Los chicos ahí la llevan, queda una semana sin clases pero al menos tenemos fecha. Y así se va pasando. El viernes llegará mi viejo y no mucho más, no sé cuándo podré levantar mi encierro pero me lo tomo con calma.

Así de encerradas las cosas.

domingo, 3 de mayo de 2009

no soy tan multitasking

No puedo tan bien con todo. No porque esté estresada (sólo que me peleé ayer con Diego y eso no está bueno, ya se fue la paz que duró tres días enteros) sino porque me doy cuenta de que simplemente, no me da la cabeza. No puedo con los tres. No es sólo físico, es mental, es como si no me entraran. Supongo que se irá pasando con los días, o eso espero. No lo sentí cuando nació Tita, no sentí que no podía pensar en Simón. Ahora, en cambio, me siento casi como una primeriza. Embobada con mi bebé nuevo, en planeta pañal y sin poder conectar demasiado bien con mis otros hijos. Ni siquiera siento culpa. Es rarísimo. Pero se paga. Ayer Roberta volvió de estar en lo de Pau con 39.4 grados. Llamé al médico y le dimos tempra y un baño tibio (en ducha, la pobre porque no tenemos bañadera en ninguno de los cinco baños de la casa) y por suerte le bajó, durmió toda la noche y hoy se despertó con 37. Nada grave. Está bien de ánimo y con apetito, por suerte. Ahora miran Los Simpson (mis reglas en cuanto a consumo audiovisual, dadas las circunstancias, están obviamente más laxas), Diego se fue a jugar al tenis (milagrosamente abrieron el club pero no lo dejé que se bañara ahí, todo bien con la cancha al aire libre pero no excederse) y mi madre se está por ir al super a comprar pescado para hacer ceviche (comeremos eso más ensalada y ya).

A mí me están por explotar las tetas, tardó unos días pero llegó, son como piedras y ni siquiera me puedo sacar leche. No sé bien en qué me metí. Tres hijos es una multitud, lo sigo pensando aunque también pienso que mejor para ellos, se sentirán más acompañados en el futuro. O no.

Ayer también llegaron los muebles, me moví demasiado y no me sentí nada bien, muchos dolores. No es lo mismo parir a los veinti que a los treinti, definitivamente. Tengo postpartos demasiado buenos y me extralimito. Seré una gorda durante un par de meses pero confío en que bajaré todo, tengo facilidad tanto para subir como para bajar. Y la teta, claro.

En fin. Así las cosas.

sábado, 2 de mayo de 2009

según pasan los días

Fotich con delay.







Hoy ya me levanté alterada, no sé bien por qué. Milo se despertó cada tres horas a la noche y dentro de todo pude dormir, claro que cada despertada me lleva entre media y una hora. Tita no se sentía bien, vino a la cama y Diego, con algo de por medio, no reacciona. La llevé a su cama y me quedé con ella hasta que se durmió. Simi está pesado pero por suerte duerme bien. Se fueron a lo de Pau y Jorge a ver un partido de fútbol. Acaba de volver la luz después de más de tres horas de estar cortada. La gente ya no está tan paranoica y parece que circula un poco más, dice mi madre que siendo la una de la tarde, ya fue a tres super. Yo igual padezco del encierro correspondiente a una puérpera. Me duele mucho la cintura y a la noche me dolió mucho el útero. Me pinté las uñas, ordené, lavé ropita, me bañé, me fajé, llamé a Luz y Fuerza, leí y en un rato o cocinaremos algo (tenemos visitas a la hora del té) o comeremos y dormiremos una siesta.

viernes, 1 de mayo de 2009

el encierro

Ya van muchos días. Yo ahora no puedo salir para nada y no podría hacerlo aunque fueran circunstancias normales. La sensación es de incredulidad, las medidas parecieran exageradas en relación con la cantidad de enfermos. Nos mienten en algún sentido que no sabemos cuál es. De todas maneras, nos tienen completamente acorralados en nuestras casas, pienso que en algún momento, si este fuera otro país, la gente se estaría quejando en masa.

Yo.

Me siento bien aunque tengo algunos dolores de útero y de conchis, comprensiblemente.

Camilo come cada dos horas aproximadamente. A la noche, igual. A Simón no le cayó muy bien el hermano, por suerte todos estos días estuvo jugando en la plazuela sin parar y hoy se fue a lo de unos vecinos. No sé si en los próximos días tendrán programa. Tita se fue a jugar con Bianca. Nosotros intentamos ver pelis pero todas las que teníamos eran malísimas. Justo ahora estamos desabastecidos. A ver si mañana recibimos alguna visita, muy triste parir en estas circunstancias, nadie te viene a ver.

Roberta vino a la noche y se tiró a dormir en almohadones, al lado de la cuna de su hermano. No hubo forma de convencerla. Quedan muchos días por delante, me están despertando instintos asesinos.

Camilo es un sol. Pancho y buena onda. Pesó 2.850 kg y midió 49 cms. Yo soy una gorda tetona. Muy tetona.

Y así se pasa la vida. Entra la nada y la nada. Y ahora es en serio.

Algo raro pasa y no sabemos qué es.

Así las cosas.