domingo, 31 de julio de 2011

dominguismo extremo

Suena Pink Floyd en llamas en los parlantes Bosé. Bueno, ahora suena algo distinto que eligió el shuffle. No gusta. La despertada no fue del todo happy, marido todavía olía a alcohol y me sentí un poco desamparada.

La noche estuvo genial. Marido se puso todas las pilas del mundo e hizo un tapeo en mil tiempos. Comí muy de más pero sobre todo del pastel de coco de Mer. Zarpado. Platos: salmorejo, tortillas de papas y un carpaccio de pulpo y tapenade de aceitunas negras que trajeron Lu y Diego. Después espárragos con jamón serrano, langostinos, pulpo con una salsa de piñones y otra de aglio e olio. Y después de bajar con porro, se manducaron (no sé en qué hueco) el foie con tostada de pan negro rústico y mermelada de frutos del bosque. Estaban todos muy empcionados y creo que bastante borrachos (Mer no consumió nada, no sé cómo nos soportó al resto). Marido después del foie no podía ni hablar. Posta. Patinoso y con los dientes violáceos, asentía sin entender. Yo no bebí. Pero al dulce de leche y coco le entré sin reservas (fue el monchi). No dejamos nada de casi nada (un cacho de tortilla y nada más, un público de lujo). No sé qué vamos a hacer. Siento esta orfandad con la que empecé. Estoy en pijama, nos habremos dormido a las 3am y yo a las 7 ya estaba trayéndome a Milo al cuarto y a partir de las 9 no dormí más así que te manejo un destroyed.

Bueh: eso. Sin planes en el frente, un dominguismo terrible (tal es así que suena Soda). Me estarían sobrando tres hijos aproximadamente. Ah y extraño que Domitila esté en la ciudad.

Así las cosas.

sábado, 30 de julio de 2011

in memoriam

De otra buena chica judía.
Me empecé a hacer este peinado un par de días antes de que Amy se muriera. Tenemos un estilo parecido solo que yo le llevaba 15 kilos y 6 años.

R.I.P. Amy Winehouse.

sábado tarde lluvia

Uf, entré a casa y me dio dolor de cabeza. Hija logra quemarme en el mismo momento en que la veo. Son luchas que quisiera no padecer. Empecé un poco torcido el día. Demasiado encierro me pega mal. A la noche fuimos a Japanika, un pseudo japo (bueno, japo meets mex, sabemos) que queda en zona. Marido estaba amorosísimo. Como nunca. De repente le agarran ráfagas en las que me dice preciosa, sos hermosa, te amo, cada dos minutos y yo me pregunto qué onda. Pero no ahondo porque es mejor no buscar causas. Después me quedé dormida con Historias extraordinarias, lo que me deja en un lugar dudoso. No sé por qué podría estar tan cansada. A la tarde, después de que bajé al final a Polanco (la llamé a Lu en el camino y le pedí que me lo mandara ella desde la office) y más tarde pasó Xime y nos cagamos de risa. Y no mucho más. Intentaremos otro día. Marido, que en un primer momento era reacio, estaba copadísimo mientras yo me hundía arriba suyo. Amanecí bien y me fui hastiando con el correr de las horas. Marido no me soportó (él estaba un touch pesuti, eh) y me fui al club sola a hacer un rato de máquina (ya eran las 12) y al sauna. Marido fue al super con hijos para comprar los ingredientes para la cena de hoy. Una vez más: tapas. Un poco lo de siempre. Le pedí de salir, una vez más, porque el sububio me está ahogando (la paradoja del verde asfixiándote) y los chicos estaba un poco reticentes así que los dejamos con Laura haciendo unos fideos y con la consigna de hornear unos muffins. Comimos en Rosetta, marido primero un carpaccio de res y después un sandwich de roast beef y yo unos ñoquis de papa con hongos salvajes que estaban ricos pero un poco vulgares. Me da la sensación de que es un restó que no vale lo que cuesta pero todo bien. Después caminamos hacia Delirio para cafecito, le advertí a marido que no pensaba mojarme para buscar el coche y me dijo que iba él y es lo que tuvo que hacer porque justo se largó con todo así que se empapó, me odió y me pasó a buscar un buen rato después.

Ahora cocina y yo debería escribir pero me voy a pintar las uñas primero y a tirar a leer después (no leo de verdad cosas en papel hace muchas semanas). Me cambiaré y customizaré un poco la casa (me olvidé de comprar flores, malísimo). Y mañana quisiera llevar a los chicos al zoo que está cerca de las pirámides, veremos.

Sigo gordich y con pocas ganas de dieta (muy gordich, eh). Ya me pondré las pilas el lunes.

Así las cosas, chicos.

viernes, 29 de julio de 2011

Taller Vir


Vayan!!!!!!!!!!!!!

sobre un montón de cosas juntas

Intenso buen humor, contentez. Cuasi irreconocible. Pero tengo motivos. Aunque los motivos son tan lábiles para el caso de lo bueno como de los malo. Hice una hora de ejercicio. Después sauna. Una conocida, amiga de otra conocida, entró y me dijo que estaba en el gym pero que muy en mi mundo. Sí, bailo en las máquinas, en la mía y no soy muy proclive a socializar. Ahora: en concha te hablo de lo lindo. De repente mi vi escuchando sobre un crucero en Canadá, de Disney (no entendí bien), sobre problemas con los hijos y kilos, mientras chivaba como un cerdo en pelotas. Y al rato me peinaba y me encremaba la cara también en consch y pensé que no se puede ser tan impúdica. Bueno: sí.

Tengo que buscar a los chicos en el curso de verano y después bajar a la Condesa a devolver una cosa de trabajo, bajón. Debería pasar por el super a comprar pan (compré poco y me olvidé de los nuestros). Mis hijos son tan nerds como yo y aman el curso de verano. Madre me mandaba a El pez que pez y yo era fan. Cuando no lo podían pagar, lo pagaba mi abuelo pero yo tenía que ir sí o sí al a colonia. La verdad es que nunca fui una nena ni linda ni particularmente carismática pero sí creo que nerdamente entusiasta. Creo. Y se ve que bastante sociable a pesar de la fobia (no sé bien, todo muy contradictorio). La cuestión es que me recontra copaba ir y a mis hijos mayores también (Coco se re quejó y pretendió rebelarse y ahora es el que más contento está). Y yo me alegro, hay algo de la normalidad me que sienta. Es como si a pesar de que somos una manga de friks sin control, tenemos un espacio de contacto con el mundo sano y natural. Es difícil de explicar. Lo peor es que no somos gente talentosa. Supongo que no tiene importancia.

Ayer vino Mer y le tiré todo mi rollo sobre los principios básicos del matrimonio con hijos.

1. Creo positivamente que hablar en la pareja no conduce a nada bueno
2. No hay que romperle los huevos a los maridos
3. Hay que coger lo más posible (hablamos de no menos de 2 veces por semana, mínimo)
4. Y algunos otros etecéteras que ahora no recuerdo.


En fin. Qué días más improductivos. Intentaré ponerme media pila. Sigo teniendo mails pendientes. Pido perdón por esa vía. Los quiero a todos.

Así las cosas, chicos.
Besich!

jueves, 28 de julio de 2011

con los pajaritos volados


¿cómo andamos?

Estoy contenta, coachie me tiró una buenísima para mi visita porteña y me re buen humoré. Vengo del endodoncista, terminó lo que me hizo así que copado parece que todo sale bien. Antes hice 45 de elíptica, sigo gordich pero me siento diosa (??). Bueno, no pero no gorda fea sino gorda sexy. Marido me da poca pelota y le hice mini recrimitation. Garchar no es dar bola. Así que iremos a cenar mañana, supongo. Por lo demás, ayer fue un día de pleno encierro, chat y laburo, Luzma se fue al concierto y yo me quedé cuidando kids (sí, vivo en el mundo del revés) pero todo bien, ya pasó. En un rato viene Mer a comer. Estoy sin trabajo hasta nuevo aviso pero siempre algo sale (esperamos) y no falta mucho para que me vaya. Ya me da vergüenza decir que me voy de viaje, es cualquiera. Pero está genial. Casi no recibo mails, ¿viste que los mails vienen como el laburo, por rachas? Al menos para mí. Y no mucho más, eh. A ver si me pongo las pilas y leo. Y escribo. Y el deporte ahí va. Y los chicos también (a ver qué program les invento para el findex) y tengo unos mails pendientes de contestar. Y pedir un par de turnos médicos más y hoy viene la arquitecta y de repente me entusiasmo porque veo que cuando terminemos esta, deberíamos buscar una casa en BA y en algún momento, lo sé internamente, volveremos. Pero no en el corto plazo.

Eso es medio todo. Sin demasiados sentimientos. Cierta paz (cuando garcho estoy en mi piel, soy muy básica).

Así las cosas, chiquitines.
Sin mayores novedades.

miércoles, 27 de julio de 2011

los hijos

Ayer estaba haciendo unos trámites y al pasar al lado de una mujer con su bebé recién nacido me dio una punzada de celos. A veces, muy de vez en cuando y no sé a raíz de qué, siento esa oleada melancólica por el fin de mi ciclo reproductivo. Pensar que no voy a tener nunca más un hijo me da una pena infitina que no se relaciona con la realidad. Sabemos todos y por demás, que no tengo ninguna intención de empezar de nuevo, que no tengo paciencia, que mi frase de cabecera es "yo no nací para esto" pero a la vez sé positivamente que los hijos son luz. El nacimiento de mis hijos es lo más increíble que me pasó en la vida, la sensación de tener un cacho de adn tuyo y de alguien a quien querés en tus brazos, ese cachorro indefenso que depende al cien de vos, no se compara con nada. Parir y dar la teta son cosas que me gustan mucho. De verdad. Y que no me van a pasar más y no hay manera de que eso no me hunda en una melancolía vaporosa.

Es así. Punto. Ya me pasó. Ya tengo un montón de hijos, seguramente más que el promedio de los que me rodean. Y me dan ganas de llorar. Yo, que respeto mucho la decisión de no tener hijos, a la vez pienso que es una experiencia alucinante que te da otra densidad. Obvio que todo lo que viene después es duro y hay que descentrarse y olvidarse de muchas cosas que también están buenas y son importantes. Son días, eh. Mañana por ahí vuelvo a pensar que en mi vida debería haberme reproducido. Pero hoy, bueno, hoy quisiera que todo esto no hubiera terminado.

Así las cosas.
Un poco irremediables.

fiaca mal

Marido se me tira encima cuando estoy todavía blandita, con una de las patas afuera (duermo así, tapada pero con una pierna que "sale a respirar"), me llena de besos medio trash, yo dormito, se baña, se cambia y yo le digo vení, tirate encima. Estoy convencida de que el amor marital se resume en esos pequeños momentos de intimidad feroz (no sexual). Dos segundos después la cama está plagada de hijos que vienen corriendo a instarlarse. Son muchos. Los miro y me sorprendo. Ayer pensaba en el aborto. Algún día nos parecerá ridículo que  las mujeres no podamos disponer libremente de nuestros cuerpos, al igual que de drogarnos a voluntad. Siempre pienso en que dos veces estuve expuesta a la posiblidad de abortar y las dos veces no lo hice. Preferí tener un hijo a los 24 años que pasar por esa situación y un poco pesó la ilegalidad, aunque supongo que pesaron mucho más otros factores. De hecho, marido recién desayunando me dijo que lo que más aprecia de mí es lo sabía que fui al elegirlo (???). Igual: yo también lo creo. Una madurez muy inusual para los 23 años.

Llegué a eso de las 10.30pm un poco golpeada por el choque con mis propias limitaciones, en taxi porque mi camio estaba inundada. Algún problema con el quemacocos que tengo que ir a resolver a la Chrysler y me parece lo menos. También tengo que pagar el agua, hacer una mega compra de super, llevar a los chicos al curso de verano y trabajar. Y a la noche podría salir pero marido le dijo a Luzma que fuera a ver el show que hace por lo cual me toca cuidar a los chicos yo. Y eso que no creo que vaya a tener otra salida hasta septiembre. No comments.

Por lo demás, no sé. No mucho. Un poco aburrida. Las emociones fuertes se me estarían escapando. Soy bastante impopular en esta ciudad. ¿Cómo sería en Bs As? ¿Qué haría? ¿Cómo sería mi vida? Todo es lejano y desdibujado y solo puedo pensar en los seis días de vacaciones que voy a pasar en un par de semanas.

En fin, chicos.
Así las cosas.

martes, 26 de julio de 2011

contractureiton

Tengo el cuello hiper adolorido. Y la sensación se extiende desde el fin de la cabeza hasta los omóplatos. Estaba en el baño, ayer a la noche, y de repente zas, sentí cómo se hacía una cadena de nudos. No habría motivos aparentes. Igual voy a hacer gym y voy a meterme al sauna para ver si me ayuda. Estoy libre después de muchos días pero no me copa. Igual, cosas que hacer. Además de las intelectuales, pagar la multa que me hicieron ayer porque me metí mal en una salida e hice media cuadrita contramano y justo apareció una patrulla que tenía muchas ganas de que les diera una mordida pero me hice la cívica y les dije que me hicieran la multa y ahora tengo que ir a buscar mi licencia y a pagar una fortuna. Pero es lo que corresponde. Punto. Volvía con Milo y Tita de Santa Fe. Fuimos al centro comercial a ver unas zapas y unas botas de lluvia para mí pero no encontramos nada, en cambio sí nos compramos un vestidito cada una. Después reí un rato con coachie en el chat e intercambié unas líneas con Flora y me fui con el Coco a ver la última de Harry Potter, es decir, la última oportunidad de hacer ese programa que nos recontra copa a los dos. No compramos nada, nos empapamos cuando nos metimos en el auto porque llovía a mares y nos abrazamos (bah, lo abracé y le di la mano) en gran parte de la peli porque le daba un touch de miedo. En cualquier momento el pibe va a tener que abrazarme a mí porque es gigante. Aunque soy un ser tirando a frío y distante, abrazo mucho a mis hijos y les digo todo el tiempo que los amo. Mi relación con Tita es un poco compli pero no solo porque es mi hija mujer sino porque tiene una personalidad que choca al cien con la mía. Sufro mucho con la necedad. Si te explico algo que tiene una lógica clara, espero que lo entiendas. Punto. Ya sos grande. Bueno: no funciona.

Y no mucho más, creo. Marido se mal copa con la ropa interior cache pero bueno, si después de diez años querés seguir garchando y querés que te bambolee unos flecos rosas, te lo hago: lo mínimo.

A la tarde voy a la Roma. Intentaré ver a Domi antes o después del curso porque ya se va a Bs As. A mí me quedan unas semanas pero también pasa rápido. Me vestiré y al rato llevaré a los chicos al curso de verano que, por suerte, les copó. Bien por eso.

En fin, chicos.
Así de chatas, llovidas y pedestres las cosas.

lunes, 25 de julio de 2011

el punto de fuga

Ahí está, siempre. Omnipresente aunque a veces soterrado. Agazapado. El objeto móvil, accesorio, conyuntural, varía al compás de la búsqueda, la necesidad. La lucidez deja de ser una virtud para ser un castigo. El pragmatismo, el único compañero posible, suple las falencias, previene las caídas. Saber, entender, someterse al propio juicio pero nunca actuar en consecuencia. Ser puro acto. El otro no tiene peso. O uno muy relativo. El mecanismo, la puesta en práctica del método recurrente, conocido. El sufrimiento concomitante fuera de escala. El hastío. La repetición. La comedia.

Siempre estoy dormida, cansada, con ganas de acostarme. Los chicos se duermen tarde, Milo tarda horas en caer y tengo que quedarme acostada al lado de su cuna para prevenir que venga a dormir al lado de mi cama. Inversión de roles constante. Son vacaciones. Me cuesta tenerlos todo el día encima, no salir, tener poca vida social. No estar en Bs as, en un sentido. En otro saber que es liberador. Marido se levantó temprano, me mimó, me dijo "estás linda así gordita" y se fue a trabajar. Está ocupado. En un ratito voy a llevar a los chicos al club para que empiecen el curso de verano, Milo se va a quedar llorando como todos los días, podría llevarlo y que se quede en la guardería pero de solo nombrar la palabra, grita "guardería NO". Es difícil el pendorcho, creo que los últimos hijos de tres no son nada llevaderos. A la vez es carismático y dulce.

También padezco un poco el suburbio. Quisiera a llevar a los chicos a pasear por algo cultural (acepto propuestas), tengo que pedir turnos en médicos varios y cosas por el estilo. Y trabajar (que siempre me salva).

Bueno, ahora llora Milo porque se golpeó con no sé qué jugando con sus hermanos. Coco es el hermano más divino del mundo, lo cuida y lo consuela.

En fin, chicos.

domingo, 24 de julio de 2011

todos necesitamos algo en qué creer

Yo, por ejemplo, en las relaciones trascendentes. No creo tener que definirlas. Todos sabemos. Es domingo, llueve, mi hijo menor grita y pensé que iba a poder escribir algo pero no. Estoy demasiado acumuladamente cansada.
Así las cosas.

sueño

Suena Amy pero de casualidad, marido compró un dvd ayer en Miles sin saber que se había muerto. Pobre piba. Se me caen los ojos, me acosté a las 12 y cacho, a las 3 y pico un mosquito me volvió loca, a las 6 Camilo empezó a gritar como un loco y a las 7 llegó marido, divino, con regalitos, cariñoso y por fin, después de dos semanas garchamos. Por favor, qué mal me había estado haciendo la abstinecia. Me trajo ropa interior de sex shop, medio cualquier.

Una charla con la Shama y otra posterior con Ezequiel me hicieron bien. Eze vino temprano, nos tiramos en los sillones, después hizo un lenguado al horno, comimos ensalada, tomamos coki, charlamos mucho y después jugamos al Boogle y nos dormimos tempras. Bah, yo. Él está diciendo que se desveló leyendo poesía mexicana joven.

Ahora nos vamos a ir todos al club.
Nos cambiamos y salimos.
Uh, no lo publiqué. Ya hice 45 de patinadora, fui al sauna, me bañé, me encremé y ahora me tomo un jugo de naranja en la cafetería del club dispuesta a trabajar.

El amor es un subject difícil.

Así las cosas.

sábado, 23 de julio de 2011

¿qué va a pasar con esto?

Estoy agotada. De verdad. Me duele el cuerpo, se me cierran los ojos pero no puedo abandonar la computadora porque tengo trabajo pendiente. Hace muchos años que no trabajaba tanto. Trabajo los fines de semana, en las vacaciones, en los aeropuertos. Posiblemente no debería haber aceptado este pero lo hice igual. Está bien, me gusta mucho trabajar. Es de las cosas que más me gustan en la vida, a decir verdad. Pero no está marido, es sábado, ayer estuve 8 horas dándole duro y parejo, después fui a tomar algo al Félix con Domi y Gaby (no ingerí nada de alcohol no solo por el tema coche sino por el tema kilaje, muchísimo más importante). La pasé bien. Tardé un poco en dormirme y a las 6am empecé a despertarme y a las 9 ya estaba arriba. Como está solo Luzma me dedico a ayudarla con las cosas de la casa, hago la cama, guardo la ropa, saco la mesa. Nos cambiamos y nos fuimos con los mayores al club. Pensé que iban a poder nadar pero hay un airecito fresco que ya no da mucho para pile. Eso sí: el cielo está celeste límpido, lindo. Hice más de 50 minutos de elíptica y podría haber seguido. El ipod entiende del tema y me acompaña. Después nos fuimos con Tita a bañar. Pienso poco estos días, supongo que por la falta de tiempo. Igual, me acompaña una sutil y constante bronca silenciosa que no me hace para nada bien. De lo poco que pienso, el highlight es este: quiero dejar la línea de fuego. Quiero dejar de ser una sobreadaptada super cope, quiero estar linda, no quiero vehmencia ni beligerancia extrema. A ver cómo me sale. Ah, soy un chancho pero...desde ayer adelgacé un kilo así que me tengo fe. Es hinchazón además de gordura.

Tengo que ir a comer con los chicos. A la tarde los llevaré a patinar sobre hielo y a la noche no haré nada más que dormir. Creo que ni peli puedo encarar. Es mucha la soledad pero no me altera, qué raro. Hago planes para Bs As, son tan pocas noches que tengo que repartirlas. Espero que lo familiar me permita poner en práctica mis programas. Dudas.

No puedo desarrollar nada. Se me cierran los ojos, mis hijos me presionan para que vaya a la mesa. Necesito vacaciones de otro tipo. Creo que necesito mar. MAR.

En fin, chicos.
Así las cosas.

viernes, 22 de julio de 2011

acá estoy

Quemada. Mal. Trabajé demasiadas horas, demasiado intensamente, para ser demasiado mal paga. Uf. Pero bueno, es lo que hay. Además: ¿qué pretendía cuando elegí estudiar Letras? Nada, no pensé en eso. Ilusa. Ahora voy a irme a tirar un rato. Me duele mucho la cabeza. No sé si saldremos con Tila, espero que sí porque necesito ventilar. Marido en Bs As. Estaba con el kinder en la oficina. Ayer vio a hermich y a la mañana hablé con ella, tenemos transimisión de pensamiento grosso, ayer me dormí pensando en que la iba a llamar hoy (solo que siempre está conectada). Igual el descanso va a ser corto, tengo que entregar trabajo urgente entre lunes y martes. Por favorrrrrrrrrr, no doy. Encima tengo un impulso ordenador fanático, quiero agarrar una bolsa y tirar y/o regalar todo. Detesto que se acumulen porquerías. La casa es un asco.

Ayer: nada. Bueno, en realidad fui al super, pero antes pasé por los negocios del Magnocentro, me probé unas cositas (??) pero no me compré nada, no encontré traje de baño para Tita (le urge) pero sí un cardigan verde seco en super liquidación para el Coco. También me sigue el impulso consumista, al parecer. En Walmart compré dos pavadas y gasté una fortuna, parece que hay una curva inflacionaria importante, sobre todo en los productos frescos y las harinas. No sé, me dio esa sensación, no leí diarios para informarme. Ni medio especializados. Después comí el sushi de la bandejita que adquirí (eso re barato) y me dormí a eso de las 10.30pm.

A la mañana fui al gym, hice 40 de elíptica (voy entrando en ritmo de a poco) y después una larga sesión de beauty en el vestuario. Lo necesitaba con suma urgencia. Y después trabajé hasta las 2.30pm, busqué a Giulia y a Pancho en el club nuevamente (a Walter lo están operando de una apendicitis en este momento, pobre) y me los traje a casa a que comiéramos todos. Así que el trabajo fue con ruido de niños de fondo. Por suerte ahora los mayores se fueron a lo de Lisa y Camilo está con Luzma (el intento de sacarle los pañales fue un fracaso estrepitoso así que tendré que esperar un tiempo más). Estoy en calzas....no sé ni por qué. Ah sí, mejor ni desarrollo.

Bueno guys.
Así als cosas.
Besich.

jueves, 21 de julio de 2011

el regreso

Se me parte la cabeza. Está por caer una tormenta y el avión aterrizó a las 2.40pm exacto. Sentí un momento de alegría de haber vuelto pero ni bien pisé tierra se me esfumó. El tipo de migraciones terminó de arruinarme esa proto alegría desubicada. Loco, ¿por qué me maltratás? ¿Así recibís a tus compatriotas, idiota? Mau estaba afuera así que cargué valijas pero como no te dejan sacar los carritos, le tuve que pedir a un señor que me las llevara a la camioneta. Cuánto tercermundimos manejamos, por favor. Qué choque cultural, qué dolor de capocha, cuánta soledad.

Al bebé ayer a la noche le agarró un ataque de angu y sueño y no paraba de llorar y yo quería llorar con él. Era la 1am y nos teníamos que despertar a las 5 y todo era un poco cuesta arriba pero no pasó a mayores. Partimos 5.30 en un taxi, todo fluyó. tomaron un poco de las leches que después tuvimos que tirar porque los malditos gringos no te las dejan subir, comieron galletas y el bebé se durmió al toque mientras yo desarrollaba el concepto de (no) novios/as. Estaba un poco dormida pero tendría dos acepciones casi contrapuestas:

*aquellas personas que tienen una relación de mucha intimidad sin intercambio sexual.
*aquelas personas que tienen intercambio sexual y cierta intimidad pero no hay compromisos.

Sí, te bato fruta.

Me sigue el dolor, creo que empeora. Mi marido y yo estamos conectados al skype pero no nos vemos ¿querrá decir algo?

Luzma tiene que llegar.  Llamaron Pau y Jorge en el medio, me chatió Lau. Me siento rara.

Los chicos se portaron hiper bien, son medio genios, la verdad. Ahora los dejo mirar un rato de tele para que relajen. Cuando llegue Luzma iré con mi dolor de cabeza al super a hacer aunque sea una mini compra porque no tenemos leche. La casa está un poco desodernada. Dejé todo el equipaje intacto, no tengo fueras. Creo que me voy a dormir a las 8pm. Milo habla sin parar. Estos últimos días vi todo lo que no quiero repetir de mi historia. Sí, tardé nueve años, algunos somos de procesos lentos. En fin.

Sigo mañana, chicos.

Así las cosas.

miércoles, 20 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 7

Y esto, como todo, está llegando a su fin. Madre y Pau cocinan (yo soy la lacra que de repente me rescato y lavo algún plato y/o utensilio, igual Giorgio me gana siempre en lacrez) un pescado con unas papas rústicas (eso, obviamente, viene por el lado de madre). A la mañana me avisaron (por mi pregunta) que la entrega del laburo puede ser el lunes (era hoy el deadline) así que estuve quedándome hasta tarde al recontra pedo pero BUEH, ya fue. Hoy a la mañana nos fuimos con Milo, padres y Pau al museo de Indianápolis, es grande y lindo y tiene algunas cosas interesantes aunque viniendo del Prado y habiendo ido a tantos museos en mi vida, un poco paso rápido. De todas maneras, el cuadro alusivo de Ker-Xavier Roussel me encantó (lo tendría contentísima en mi casa). Hacía mucho mucho calor. De ahí nos fuimos al downtown y comimos en un lugarcete bastante mediocre en cuestión alimenticia pero agradable. Cada vez que estamos con padres se habla mucho de política. No en el almuerzo pero sí en el desayuno, ponele. Yo, bueno, tengo fama de vehemente...creo que lo soy. Aunque también puedo ser encantadora (???). Ahí sí que pareciera ser la única que lo cree. Pasamos por una juguetería progre y padre le regaló un juguete a Milo, una suerte de cortadora de pasto, bah, un coso que hace ruido y tiene colores que no estaría soltando y viene a demostrar que no solo gusta de jugar a cocinar (aunque a las 7am empezó a gritar: mi cocina, mi cocina, dormido; si el pibe no se vuelve Adriá, estamos al horno con papas). Después padre y Pau llevaron a los kinder a la pile mientras yo hacía el equipaje y madre fue pero volvió arastrándose por la temperatura y la baja presión. Estoy teniendo unos dolores de cabeza infames pero no me quejo en la vida real. Bah, intento no quejarme de nada, believe it or not. La verdad es que Pau es la mejor anfitriona del mundo a todo nivel. Fueron unas vacaciones muy sentadoras y no tengo palabras de agradecimiento. Ahora ya tengo la cabeza en BA y en septiembre, cuando se me termine la joda viajera, veré qué onda.

En fin, volvemos en breve a la programación habitual. A las 8.10am sale el avión, por lo cual tenemos que estar dos horas antes (plomazo total) y salir de acá a las 5 y cacho. Viajar sola con los tres es un beishon pero ni modo, política de no complain. Fui con padres a CVS a comprar unas lechitas, unas galles, una coca y madre me compró unas cremas (a veces me compra unas carísimas pero a mí no me da para ver ese gasto...me quedé con ganas de un camisón bien de putita pero todo no se puede; fue un viaje de ser muy hija).

Bueno, guys. Los veo tomorrow.
Así las cosich.

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 6

Estoy muy cansada, chicos. Ayer me quedé trabajando hasta las 3am y después no me podía dormir y tuve frío y me golpeé la rodilla con la cama y el bebé dormía conmigo y me dio miedo de que se cayera. La casa es un caso, no tuve tiempo de ayudar a ordenar. Ahora debería seguir revisando pero tampoco tengo más fuerzas, es la 1.35am y no doy más. Fuimos a una playita dentro de un lago pero fue un toque un fiasco, el agua sucia, el pasto mal, y todo un poco así. El Coco fue el único que disfrutó de los grandes porque había una resbaladilla gigante alejada pero las nenas no pudieron ir porque tenías que hacer un swimming test y no era para ellas. Comimos sandwichitos (los nuestros de focaccia, brotes, aguacate, queso y así) y nos vinimos temprano. Padres se llevaron a Tita y a Bianca a hacer unas cosas pero las pendorchas no pararon de pelearse en todo el puto día. Esto se está terminando. Mañana tendré que laburar y hacer el equipaje y volveré el jueves a mi vida cotidiana (y alienación).

Estoy contenta porque voy a Bs As (alone) del 19 al 25 de agosto para el cumple 100 de mi abuela. Extraño a marido que pareciera estar varado en San Pablo pero que no me chatea (problemas con AA, falta de tripulación: ???).

Y no mucho más, la verdad es que los B se pasaron como anfitriones. La convivencia fue excelente y padres se portan bien, madre hizo un risotto para la cena (para mí arroz con hongos no es comida pero bueh...son concepciones) y las horas se pasan en paz. Cierta paz que se termina, en realidad.

Por lo demás: pienso relativamente poco. Teorizamos bastante con Pau sentadas en el coche o afuera, fumándonos el ciga del día, sintiendo el calor infame, sobre la vida y el matrimonio. Hay que tener mucha paciencia, chicos. Apechugar. No sé quién nos vendió la idea romántica de la familia, de la maternidad/paternidad, etcétera. La realidad es que cuando nace tu primer hijo se te cae una soledad terrible (en la mayoría de los casos), se generan muchos conflictos de pareja, las mujeres detestan un poco a los maridos porque conservan la libertad que una perdió, los maridos se rayan pero eso no está naturalizado en el discurso progre. Las mujeres podemos tener depresiones postparto y cosas así pero nadie habla de los trastornos masculinos. En fin. Mucha charla. I love her, always.

Me voy a dormir. Milo ronca tirado en el piso. Barouh da vueltas y el resto ya se acostó hace un rato (Giorgio hace poquito, se quedó laburando en su estudio).

En fin.

Así las cosas.

martes, 19 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 5

Son las 12.55, todos los nenes siguen despiertos, no da. Estoy cansada, tengo que trabajar, fue un día largo e intenso y recién acabamos de terminar de cenar y de juntar todo. Básicamente hice pilates con Pau en su Studio, después fuimos al super, nos bañamos, fuimos con padres a comer a un lugar rico de pescados (shrimps y crab cake y cosas por el estilo), compramos unas bermudas para Milo, pasamos por acá a buscar a los mayores que se habían quedado, después fuimos de compras (oops, la austeridad quedó en la franja al sur del río Colorado), con madre adquirimos unas cositas en Gap (bueno, yo solo un pantalón de hiper rebaja) y una promo de ropa interior en Victoria´s Secret (todos sabemos de mi debilidad por las bombis estridentes), los camisones eran muy caros pero de repente, con la edad, gusto de unos de seda super putones (jamás tuve pero quisiera tener). Después nos encontramos con Pau que se había ido con las nenas a un lugar de juegos infame. Después vinimos y estuvimos acá (yo trabajando), cenamos y ahora sí los chicos ya están acostados (excepto Bianca y Camilo que están en cualquiera).

En la foto estamos en el playground del mall, yo soy exacta a mis antepasadas rusas (judías, claro) en todos los sentidos. Pau es como mi hermana, de otros padres, obviamente. Pero es la persona con la que menos conflicto tuve en toda mi vida y siempre con bastante convivencia. Estoy espantosa pero amerita poner foto.

En fin, chicos.
Así las cosas.

domingo, 17 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Chicago/ Indianápolis

Quiero regalar a mis hijos. Los dos menores me rompen los huevos acá abajo, en la sala de tele de lo de Pau. Llegamos hace una hora y media aprox. de Chicago con padres, que rentaron una van en la que fuimos super cómodos. Los chicos se portaron super bien todo el camino pero claro, en algún momento la sobreadaptación se paga. Y con padres en zona creo que todo es un poco peor. Tengo los pies agujereados por las ojotas nuevas. Con agujeros reales, dolorosos. Estoy gorda como no estaba desde fines de los noventa, una cosa infame. Pero ya adelgazaré cuando vuelva a mi vida normal, el ejercicio, etcétera. Ayer hicimos día completo en el Acuario. Está bueno pero el show de delfines es vergonzoso, si tanto quieren respetar a los animales, no hagan ningún entrenamiento pero el espectáculo es inexistente. Soy bastante amiga de los peces en general, el fondo marino me parece alucinante. Había una sección especial de Jellies muy muy genial. Me rompen la cabeza. Comimos porquerías ahí adentro, los gringos no se rescatan nunca, después caminamos hasta un starbuck para que pudieran conectar sus iphones 4 al wi fi y ver el partido de Argentina. De ahí de vuelta al estacionamiento para ir al hotel. Marido juntó sus cosas, se dio una ducha y fuimos todos a comer a un restó italiano en donde nos llenamos de pan, pastas y tiramisú, marido nos dejó en el hotel (hizo un raid terrible de manejar hasta Indianápolis de noche solo, a las 8am tomarse avión, bajar en Dallas, conectar para llegar al df, estar un par de horas, volver al aeropuerto, tomarse un vuelo a Bs As- a donde debe estar por despegar-, de ahí ir a Aeroparque, tomarse vuelo a San Pablo, y después volver a Bs As al día siguiente). Los chicos y yo nos dormimos en seguida, nos despertamos con el llamado de madre pero seguimos un rato más, después el Coco se bañó con Milo (amo tener hijo grande que ayuda), Tita se bañó sola, yo terminé de hacer el equipaje, me bañé y bajamos a desayunar en una cafetería infecta y cara del Lobby. Pau bajó bastante después, la puntualidad no es lo suyo. Terminé de cerrar todo y bajamos a hacer el check out que tardó 30 segundos, una señorita lo hizo con un ipad sin ningún problema. Pensaba caminar hasta el hotel de padres pero no nos dio el tiempo así que fueron solo unas cuadras y después un taxi los cuatro. De repente me vi con mis tres hijos sola en Chicago y todo me pareció cualquiera.

(me duele mucho la cabeza, Milo sigue dando vueltas por acá)

Caminamos hasta el hotel de padres desde el Gap de Michigan, padre se quedó con los dos mayores y madre y yo fuimos a otro Urban en donde fui obsequiada con otro vestidet, una cartera linda y un pañuelo de seda que me copó. No vimos nada más porque hacía mucho calor y madre sufre de baja presión. Después caminamos hasta un Bakery Corner en donde habíamos quedado en encontrarnos con los B. Comimos algo, caminamos hasta el Avis para retirar el coche (todo es un touch compli, eh, el equipaje ya lo habíamos cargado en la camio de los B a la mañana, padres se pelean y todo me hace acordar a principios de los 90, cuando era plenamente hija), después tuve que llevar el tema GPS, que perdía la señal cada dos por tres y se complicaba con los detours y cuatro horas después de haber salido y dos paradas en baños y compra de leche, finalmente llegamos a la casa de los chicos. Ellos salieron después porque querían aprovechar el día y todavía no llegaron. No tengo pijama ni cepillo de dientes porque quedó en su coche. Garrón. Acá hicimos algo de cenar liviano y me voy a poner a laburar recién mañana porque ahora no puedo más. Esto de ser madre múltiple e hija a la vez me dejó de cama.

Ah, sí, Chicago. La ciudad es increíblemente hermosa, los espacios públicos están muy aprovechados, no conocimos nada canchero ni de verdad pero de todas maneras, me da la sensación de que es una ciudad que no vibra. Me gusta sentir el latido de las ciudad, pienso en el DF y tiene ese sentimiento de tu tun tu tun. Bs As obvio, NY ni te cuento, Madrid ni hablar.

Bueno, chicos. Mañana tengo que volver al yugo y pasear con padres y hacer cosas de madre. Fueron unos días bastante increíbles a pesar de que marido no me quiso, gusto de desconectar para conectar. Si pudiera vivir así, sería todo mucho mejor. Pero no me sale. Soy desconectada y adicta a internet. Es una tristísima realidad.

Así las cosas.

viernes, 15 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Chicago

No puedo más, creo que nunca en mi vida caminé tanto (tal vez en el camino del Inca), me duelen los pies y la espalda. Caminamos primero hasta el Planetario (yo mucho no lo vi, me sentía mal así que me tomé un coffe y me quedé recostada en una mesa de la cafetería), de ahí caminamos hasta el Milenium Park, tuvimos que esperar para comer, llegaron los B desde Indianápolis, caminamos sin Tita hasta el Navy Piper, paseamos por ahí, nos sentamos en un bench, yo dormité, después caminamos hasta el hotel de padres, que llegaron a la tarde, de ahí caminamos por la Michigan, entramos a Gap, madre hizo compras para los niños y en total no sé cuántas fueron pero te diría que cerca de las 1000 millas. La ciudad es muy linda, marido tiene la peor, los chicos se portan considerablemente bien, destesto la comida gringa, US me parece muy caro (sobre todo lo alimenticio), el clima es cuasi ideal. Ah, ni bien salimos del hotel se me rompieron las ojotas y marido, es un gesto heroico, se sacó las suyas y me las dios, caminando hasta justo antes de comer DESCALZO, en momentos por el piso que quemaba. Me gustaría mostrarles el mapa del recorrido que hicimos, pero para que se den una idea, recorrimos de sur a norte casi todo el mapita que agarramos en el hotel (ponele que es la zona del downtown aunque no estoy segura). Y no, no hicimos el tour arquitectónico ni sé si lo haremos, somos unos turistas desprolijos. Ah 2, cenamos con padres y nos volvimos en un taxi. Tengo ampollas en ambos pies (negras, a pesar de que me acabo de que me los acabo de lavar profusamente).

En fin, chicos.
Así las cosas.
Reventadas.

jueves, 14 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Chicago

¡Quisimos madrugar pero no lo logramos, tenemos cansancio acumulado y dormimos mucho y bien. Profundo. Camilo da vueltas pero al final cae al lado mío, en el piso (todos los días duerme en el piso, no sé qué efectos veremos en unos años), con una almohada, su oso amarillo y tapado con una mantita (taparte mami, habla como el orto pero no para). Largamos con la orientación del GPS (mi marido se mete en la camita EN TRAJE DE BAÑO), que te lleva por el camino gratuita y al parecer, largo. Tardamos tres horas en llegar pero llegamos sin contratiempos. El Hyatt Regency zafa, la zona se supone que está buena aunque no hay un solo lugar en el que comer o hacer compras en un par de millas a la redonda. Dejamos el coche a un par de cuadras para evitar las tarifas hoteleras, subimos a dejar la pequeña maleta y empezamos a caminar a pesar de que la recepcionista dijo que no había Urban a walking distance. Es un poco cierto pero a nosotros nos copa caminar por todo lo que no caminamos durante el año. Yo soy fana desde siempre, eh. En Bs As hacía caminando todo lo que podía y es, por lejos, lo que más extraño de mi vida ahí. Le dimos duro por Michigan, pasamos por un mini super, compramos unas vituallas y mil quinientas cuadras después llegamos a los parques (estoy mareada) y nos sentamos en unas mesas con sombrillas a hacer picnic (pan, queso, fiambres y unos pepinillos; de postre, manzanas). Los gringos no están tan civilizados como debieran. En la carretera manejan como el orto, camiones gigantes van por el carril izquierdo, coches que te rebasan por el derecho, no respetan el límite de velocidad y las mesas estas estaban con candado para que no se las robaran (???). Después de la comida, seguimos caminando, nos metimos en el Millennium Park y alucinamos. Todo es hermoso pero el pabellón de Getty no tiene control, es increíble e imponente. No nos quedamos a ver el espectáculo que había después, lo haremos mañana con padres y los B. Antes los chicos se habían mojado en unos chorros que salen de unas torres de ladrillos transparentes (uno tiene la imagen de una cara, bastante genial), Camilo se malcopó y se sentó en el agua, también quiso mojar la cabeza así qeu tuvimos que llevarlo en pañal y sueter. Lo peor es que después de pasear por unos jardines con unas flores alucinantes, metieron las patitas en una suerte de fuente de madera y el pibe se tiró o se cayó y terminó más mojado todavía. Cualquiera. Por suerte a unas cuadras había un Old Navy y como necesitaba pijamas, terminó enpijamado a las 6pm. Compramos unas cositas ahí y después nos dejamos ser en Urban. Es el único lugar en el mundo en el que marido y yo nos volvemos consumistas. Yo me compraría un poco todo. Hace más de diez años que me visto ahí y no me canso. A todo esto ya era bastante tarde. Salimos a las 3pm del hotel y salimos de las tiendas (también pasamos por Forever 21 pero fui discreta) siendo casi las 8. Hicimos el (largo) camino de vuelta caminando, pasamos por una farmacia a comprar un par de cosas y terminamos en un bar cero para niños comiendo unas ensaladas bastante desastrosas pero todo bien, estábamos agotados pero de buen humor. Marido no me habla o me habla lo mínimo indispensable y con una onda lejana pero es una etapa, las vacaciones suelen ser así y yo lo entiendo. Pienso que no podremos viajar mucho más con esta prole ridícula que tenemos, todo es imposible pero por ahora lo disfrutamos. Mañana iremos al planetario y a la tarde no sé bien qué con los B.
Ordené todo un poco, marido y niños fueron a buscar hielos para las vituallas porque no se estaría estilando el "frigobar" y solo puedo pensar en dormir, me duelen las piernas como hacia mucho no.
En fin, chicos.
Así las cosas.
¡En la ciudad de los vientos!

miércoles, 13 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 4

Qué cansancio. No, chicos, no les voy a contar nada emocionante. En Indianápolis, con mis tres hijos, los B, las dos pequeñas y marido, no puede pasar mucho. Bah, nunca pasa mucho y lo que pasa diver no lo cuento acá, obvio.
Ayer a la noche todos los pendorchines se quedaron hasta tarde. Es decir, no se durmieron antes que nosotros. Pau hizo el salmón al roquefort con espárragos y después choco. Nadie se rescata pero yo no mido 1.80 como los otros tres adultos, soy un hongo obeso. Dormimos hasta las 9.15am, desayunamos, yo laburé, nos cambiamos y recién al mediodía salimos para el Children´s museum y su fama de ser el más grande do mundo. No es cerca, recorrimos gran parte de Main Street y vimos las típicas mansiones de Indiana y muuuchas iglesias. Cuando llegamos Pau se dio cuenta de que no había llevado billetera, Jorge le sacó foto a su ID pero la deigor del mostrador (en US hay demasiados gordos muy gordos y la comida lleva a eso, los detesto por no ponerse media pila) no quería aflojar hasta que interceptamos a un supervisor altísimo que logró que lo aceptaran como muestra de que es miembro del museo. Nosotros pagamos la entrada y pasamos unas cuantas horas viendo cosas de niños. Muchas horas, para ser sincera. En el salón de Barbie (nada es educativo del todo en este país o, al menos, en esta ciudad) nos quedamos un buen tiempo y en el de Dora ni hablar. Yo manejo cierta paz, finalmente, la paz del desconecte aunque me siento muy sola, de esa soledad basal, la soledad de la multitud. Marido sigue lejos, lejísimos, como en otras épocas. Hace mucho que no nos pasaba pero la enorme diferencia es que antes me alteraba y ahora me pasa cuasi desapercibido. Volvimos, Pau pasó a comprar Lemon pie (no soporta no darse alegrías gastronómicas), merendamos, marido se fue a pasear con Milo, Pau se llevó a los otros a la pile y yo me quedé trabajando. Por suerte avancé bastante. Mañana partimos nosotros a Chicago y el viernes nos encontramos allá. Hotwire nos tiró el mismo hotel, de casualidad. Cuando volvieron de nadar, Pau, Barouh y yo salimos a pasear y marido entretanto prendió un fuego y hace unas colitas. Son las 10.15pm y sigue en eso, también hizo una puré y yo voy a alinear una ensalada verde con una vinagreta rica. Sí, es una maratón alimenticia. Giorgio sube de hacer su rutina en el basement con mis hijos mayores. El bebé tiene arranques locos pero en términos generales es un sol, simpático y dulce.
En fin.
Mucho cansancio.
Así las cosas.

Comer, dormir, pasear, trabajar.

martes, 12 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 3

Terminamos de merendar tostadas con mermelada. Son las 7pm y hay mucha luz. Y muchos niños. Igual, tuve un día sin demasiados kids alrededor así que no puedo quejarme. Ahora hacen todos ejercicio con Giorgio en el basement, un nuevo programa con no sé qué video. Pau y yo nos fumamos un ciga afuera, en la terraza, hablando sobre crianza (yo era buena excepto que Tita se frustra y se angustia y que Milo hace lo que se le cantan los huevos). Tengo que laburar, estoy con delay. Haremos un salmón con ensalada para la noche y mañana tenemos programa del Museo de los niños y pic nic en el lago. Tendríamos que organizar Chicago. Nosotros nos vamos el jueves y marido tiene que volverse antes.

A la mañana, después de bookear el hotel en hotwire, salimos a caminar con Pau y el Barouh pero nos zarpamos con la distancia bajo el sol rajante y casi matamos al perro. A tal punto que tuvimos que llamar a marido para que nos viniera a buscar, sin darnos cuenta de que estábamos exactamente a la vuelta. Cualquiera. Para nosotras fue una caminata excelente. Fluimos. Después nos bañamos (como no anda la ducha del cuarto de abajo, nos bañamos juntas en la doble del mega baño de Pau, como si fuera el club) y fuimos con marido y los dos pequeños a Broad Ripple, un pequeño centro pseudo bohemio pero parece que no muy diurno porque casi todos los restó estaban cerrados y después de arrastrarnos por el calor unas cuadras, terminamos comiendo en una sucursal del mismo lugar que ayer. Me clavé una crab cake que me copa. Milo comió un montón de huevo, Pau un crepe gigante de pollo y marido una hamburguesa sofi. De ahí partimos solos (bah, con baby) a un mall y aprovechamos ofertas de Gap, nada de más de nueve dólares. Igual había poco. Y nos volvimos. Los chicos habían quedado con Araceli, mexicana de Aguascalientes que vive acá. Marido y Pau llevaron a los chicos a la pile y yo aproveché para laburar, lo mismo que seguiré haciendo ahora. Acepto encantada sugerencias sobre Chicago (gracias estudiante crónica por la tuya, perdón que nunca contesto los mails). No estoy muy conectada, de hecho, bastante poco. Casi no recibo mails y no uso el iphone así que funciona como detox. Lo que más me gusta de los viajes es que es un puro presente, algo que a mí suele costarme sobremanera. Por cierto, no leí ni una sola línea que no sea por trabajo.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 11 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 2

Hace demasiado calor. El afuera es un horno tal que los chicos volvieron de la pileta porque no se aguantaba. Pau hace unos panqueques (ya sabemos que Pau es la persona más alta y flaca que tengo entre mis amistades) mientras yo se supone que me siento con la compu para trabajar. Marido se quedó trabajando, Pau dejó a Mila en el daycare y después nos fuimos con los cuatro chicos (Milo, Tita, Coco y Bianqui) a una suerte de mall abierto (más bien una calle con tiendas). Compré ropa de batalla en Old Navy y en Children´s place y me di cuenta de que no puedo ser más austera, me dio mucha alegría comprarme dos pares de ojotas con plataformas que es lo único que uso en verano. Detesto las sandalias con toda la fuerza de mi corazón. Como no entramos todos en la camioneta y como no existen los taxis (los chicos viven en Carmel que es como una especie de Pilar pero abierto y pseudo farmer, con algunas casas con caballos), Pau se fue con las nenas a buscar a marido y yo me quedé con mis varones primero en un playground y después en el restó francés (Petite Choud) porque el calor apretaba. Cuando llegaron comimos sopas y ensaldas, todo rico y fresco y después nos subimos todos en la camio (aunque está recontra prohibido) para ir al rent-a-car. No había coche así que de nuevo a a mucharse hasta un Trhify donde por fin conseguimos vehículo. Pau se fue con los grandes a tomar helado, buscar a Mila y a la pile y nosotros nos llevamos a Milo, cuasi derretido, a Target. Un poco nos colgamos, obvio, compramos unas sábanas, un molde para hacer cupcakes, pizzas, unos discos marido, un GPS, una ropa de gym para mí (??) y alguna otra cosa más que no recuerdo. Carmel es lindo, cuidado, nuevo y muy gringo. Marido dijo algo ayer que es muy atinado, el problema de los gringos es que no tienen corazón. Y la velocidad. Cuando la máxima es 30millas por hora te querés cortar un pie. Soy muy tercermundista, es verdad, pero el tema me supera. Marido va a hacer unas pizzas a la noche y miraremos el partido para sufrir. Yo trabajaré este rato, muerta de calor como estoy (creo que vamos a tener que bajar un poco la temperatura del aire). Ah sí, los chicos se portan bastante mal (bueno, son chicos, ya sabés pero yo con el calor me pongo peor). 

¿Querés saber de mí? Acá, medio golpeada anímicamente. No sé, me miro al espejo y lo que veo no está bueno. Los años son lo peor. Y los kilos ni te cuento. No, yo me abstengo de los panqueques pero igual, la falta de deporte me mata. Mañana caminaría pero la cantidad de grados Farenheit es extrema.

En fin.
Ah, mi relación con el mundo está siendo bastante mala. Pero todo bien. Marido me habla, no mucho pero me habla.
Así las cosas.

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 1

A las 2.15am sonó el despertador, había despertado una vez cada media hora desde las 10pm. Transpirada. Así que me bañé aunque no era el plan. Llegamos rápido, los chicos durmieron vestidos y se despertaron bien. Aunque nos obligaron a ir cuatro horas antes, el mostrador de AA no abrió hasta las 4am. El avión salía 6.17, había un contigente de adolescentes jewish que se iban a un summer camp en Boston, eran miles. Hasta las 5 no abre el club Centurion de Amex ni casi ningún bar. Tomamos un café con leche y dos croissants en un barcito chico con pinta de cubano. Caminamos kilómetros para que le sellaran el FM3 a Simón (tampoco abría hasta las 5, una cosa rarísima) y finalmente embarcamos a los gritos con marido, odiándonos de la manera más vil. Un estrés. El viaje es corto, dos horas de vuelo en un avión chiquito para llegar a Dallas y su aeropuerto gigante (si no es el más grande del mundo, debe andar por ahí), pasar por tres interrogatorios de migración y esperar casi cuatro horas para hacer la conexión. Como AA solo te da algo de tomar, éramos una familia hambrienta. Buscamos lo más sano que podíamos ingerir y compramos unos sandwiches (el mío capresse), fruta fresca y yogur. Después trabajé un rato mientras los niños daban vueltas (o jugaban con el ipad o escuchaban música en el ipod) y Camilo desplegaba todos sus juguetes rosa de cocinar. Una soldado con pinta de regresar a su casa después de un servicio intenso me miraba con cara rara. Después, cuando resucité para comprar café, caminó atrás mío y escuché cómo un gordo wasp le decís "Thank you for your service" y ella le contestaba "Thank you". Los gringos son tan gringos que parecen una parodia de sí mismos pero hay algo que es cierto y es que todo funciona. Pau tiene razón al decir que los admira, en un punto, claro. A mí toda la apología individualista y de ser un "winner" y esas mierdas me dan ganas de vomitar.
El encuentro con los chicos fue como si no hubiera pasado ni un día. Llegamos a la casa que es divina, enorme, llena de cuertos y muy americana. Como dijo Simi: una mansión. Después de comer como cerdos, nos cambiamos y llevamos a los chicos a la pileta que está a 50mts. Volvimos, bañamos prole y los hombres tiraron unos cortes de carne a la parrilla y marido preparó unas papas. A las diez no podíamos más pero Milo no se rendía, chillaba porque le cerré la puerta del cuarto y no paraba. Tiene demasiada determinación.
Quisiera que la hostilidad del mundo me dejara un rato de paz. No te comuniques conmigo excepto que sea para hacerme sentir bien. Mil gracias.
Marido me habla lo mínimo indispensable.
Nos vamos de compras.
Así las cosas.

sábado, 9 de julio de 2011

chau df, hola vacaciones familiares

No creas que estoy taaaaan copada. El día se me está haciendo chicle y esto recién empieza. Pensé seriamente en ser una runaway mother pero acá sigo, esperando que pasen las horas para hacer un viaje fatal, saliendo a las 6.17am y teniendo que estar en el aeropuerto tres horas antes porque en México no hay web check in de AA. Matame. Camilo NO PARA de llorar y no entiendo por qué. Ah sí, quiere tomarse una de las leches para el avión. La vida es tortuosa, man. Y así van a ser once días y marido se vuelve antes y se va a a San Pablo y a Buenos Aires por lo cual me toca el viaje del infierno de vuelta sola. Una joya.

Igual, ponele que dejo la queja y digo: uy, qué copado que nos vamos, que genial que vamos a ver a Pau & co, que vamos a conocer Chicago y que vamos a ver a padres. Ponele que no tengo un pésimo día, que no me estoy por indisponer justo ahora, que no llovió como si fuera el fin del mundo y que tampoco granizó ni que me abstuve de hacer ejercicio y solo fui al sauna (estoy adoptando las nuevas reglas de la RAE). Tampoco que la siesta me cayó mal ni que me duele la cabeza.

Trabajé un rato a la mañana y ahora por ahí haga lo mismo para avanzar porque tengo deadline. Iremos a comer pizza porque en casa no hay absolutamente nada, soy muy efectiva para vaciar heladeras. Y alacenas.

Marido va a cortarse el pelo. Por un lado mejor porque está indigno pero por el otro, va a dejar el baño sucio y me hiper deprime que la casa quede desordenada. Uf. Los vuelos nocturnos son todo. Los diurnos son la morchi.

Bueno, chicos, los veo ahí.
Así las cosas.

pasada pasada pasada

Es evidente que a mí nada me saca el hambre porque ni bien entré, siendo la 1.15am, me abalancé sobre el pastel de vainilla y dulce de leche que trajo Mer y también le entré al panqué de plátano de Guille. Sí, soy cualquiera. Estoy cansada y la perspectiva de tener que hacer las valijas mañana me desalienta, es la primera vez en años que no tengo listo el equipaje dos días antes. Acabo de terminar Las pequeñas virtudes y ya dije que todo el mundo debería leerlo. Gran recomendación de Santi. Enorme libro. Increíble ensayo que le da nombre.

Pensaba, mientras bajaba a buscar la compu al comedor, que soy benévola con las miserias de los otros pero hay ciertos rasgos que no soporto ni perdono y uno de los principales es la ingratitud. Habla muy mal de las personas no reconocer lo que los demás hacen por vos. Perder la perspectiva es patético. También detesto a quienes se relacionan con los otros por motivos espúreos, principalmente el interés. A veces me pongo moralista, claro, pero está bien. Hay principios que gusto de defender, yo que soy tan flexible en casi todos los aspectos.

Por lo demás, pasé por la escuela a buscar calificaciones y útiles para  el año que viene (mi hijo mayor es muy genio y terminó el año increíblemente bien), fui a comprar unas cosas a Polanco, me tomé un green tea cream del cual eliminé la cream y me sentí una genia, trabajé con todos mis hijos dando vueltas por ahí y después vinieron Mer, Guille y Lucila a tomar el té. Sumábamos bastantes niños casi todos míos. Después manejé hasta la office donde había arrachera de avestruz. La gente se fue temprano y nos aglutinamos los mismos que ayer más Tuchi y su chica. Eze se puso todas las pilas y armó un fuego increíble, lamentablemente las piezas cárnicas no le hacían honor. Marido bebió mucho más de lo que debía y a la vuelta hice una amenaza, algo que no hacía desde el 2003, aprox. Es que no da. Pero no desarrollaremos. Cuando se fueron los de siempre nos quedamos con Tuchi &co charlando y ahora marido duerme boca arriba, me dejó un programa pedorro de Cnn de fondo. Yo intentaré hacer lo mismo y mañana haré lo posible por ir al club aunque debo trabajar intensamente.

En fin.
Así las cosas, chicos.

viernes, 8 de julio de 2011

a veces uno se olvida

Entre Domi y yo armamos la salida. Qué pilas somos, le digo. Nos amamos y frotamos nuestra cabeza por el hombro de la otra. Pasé a buscarla, salió en estado de shock por llanto intenso de beboncha, me tira opciones, todas parecen posibles: dientes, panchu, angus de los 8 meses (digo yo). No importa. Los bebés lloran pero se les pasa. Vamos al Félix, nos tienen la mesa que reservó, es chiquita e incómoda pero está afuera, está bien. Llega Ezequiel, con su estampa un poco enferma, desanimada, diría que la altura no le hace bien. Después cae Andrés F preguntando por marido que es quien "le inventó" el programa. Le decimos que no, que fuimos nosotras pero escuchar no es su fuerte. Marido manda mensaje de que ya aterrizó y que está en camino, yo contesto "genial". Llega Ana, es amiga de una amiga y vive acá hace dos semanas, no se conocen. Somos una mesa ecléctica y se intensifica cuando llega Adanowsky con una amiga. Pido un mojito y después, teniendo en cuenta que me tocará manejar, no bebo más. Creo que eso me alcanza para entonarme. Los temas no fluyen del todo hasta que hablamos de la foto. LA foto del día en la que una trola tiene semen esparcido por la cara y el pecho. Ahí hay declaraciones fuertes. No de mi parte, no estoy en ese mood. Perdemos a dos integrantes de la mesa, después se va Eze y el resto decidimos pasar por fiesta en la que está Caterina, amiga de Domi. Nos lleva el chofer que mueve a Andrés por la ciudad. Lugar lindo en la Anzures, gente linda, cerveza gratis, demasiada luz. Pero está bien. Lo que no está bien es sufrir los embates de alguien a quien ves de vez en cuando y ahora pensás que no querés ver más. Yo no puedo relacionarme así, la gente a la que no le intereso me hace siempre sentir en falta. La hostilidad me desarma. No gusto. Bs As en carne viva, pienso. Los 90, el esnobismo y la frivolidad en su máxima expresión disfrazadas de cultura y saber. Por favor, rescatarse.

En fin. A las 2am estábamos durmiendo, marido reventado, en otro mundo, jamás salta a defenderme ni se da demasiada cuenta. Marido y yo podemos orbitar en diferentes galaxias durante demasiado tiempo. Esta noche encima asado en la productora, creo que por ahí me lo salteo, no sé, quiero leer o mirar una peli y no aguantar el regreso de la era de la boludez disfrazada de profundidad. Además: no entendés nada.

Tengo 500 cosas que hacer, si no me apuro no llego.
Así las cosas, chicos.

jueves, 7 de julio de 2011

vida de madre

¿Cuál puede ser el peor programa para un humano después de asuntos relacionados con muerte o enfermedad? Tarde que implique todas las madres de la generación del colegio de alguno de tus hijos y si de esa generación no conocés a ninguna, todo puede ser peor. Decidí llevar a Tita sólo porque yo estoy cero integrada y ella, bueno, ella no sé bien. Era cara la entrada por persona (lo mismo niños que adultos) por lo cual decidí que iríamos solas. Le pedí a la room mother (la única con la que tengo una semi comunicación fluida vía mail) si por favor no la podía llevar ella porque yo tenía (no) psico y cambiar el turno es cuasi imposible.

Trabajé, chatié y boludié en camisón hasta las 12pm que tuve que salir corriendo a bañarme. No pienso bien. O, mejor dicho, no pienso. Si voy a terreno enemigo, con madres que me desprecian ¿por qué me pongo remera animal print semi transparente con corpiño rosa fluo abajo? Ni hablar del jean y las botas duras. En fin.

Me despedí de Bárbara vaya uno a saber por cuánto tiempo. Se ve que no confía mucho en mi entereza porque no quiso cobrarme la sesión, o piensa que mi angustia y melancolía van a reverdecer en breve o me tiene mucho aprecio y decidió perdonármela...no creo. Ella se va a Escandinavia y yo a US. Yo vuelvo antes que ella pero no agendamos cita: me siento entera y ella asiente y dice que tengo una buena y ridícula vida. La queremos.

Salí despejada y lista para enfrentar la hostilidad que básicamente consiste en indiferencia. Cómo hubiera querido no ir. Pero ahí estaba con todas esas caras que ni siquiera me miran. Alguna, la más periférica y solitaria, me saluda con buena onda. Me rescató Lore, la maestra del año pasado que me quiere y me cuenta sus historias de soltera de cuarenti: le pone mucha garra. Después se nos sentó al lado una venezolana nueva que...habló sin parar y sin importarle que ninguna le contestara. Yo presté atención sólo porque no me sale hacer otra cosa pero era realmente impresionante. Nos contó toda su vida y casi no respiró. Buena onda pero agotadora, debo confesarlo. No tuve que hacer mucho esfuerzo para convencer a Tita de irnos, comí muy de más, toda la ropa me aprieta y mientras le entraba cerdamente a un pastel se me acercó una madre de las secas y hostiles a pedirme el teléfono de laprofesoradepiano pero antes no se evitó el comentario: "ah, te caché con el pastel". ¿Por qué no te matás? Las vi a todas con sus mega frapuchinos cremosos que cruzaron de Starbucks y, por cierto, no hicieron un ofrecimiento general.

Después no mucho más. Corregí unas cosas, chatié un rato, sufrí el segundo tiempo del partido y leí antes de dormirme temprano. Fue una noche fatal, Tita se quedó conmigo y después lo traje a Milo y, para variar, me volvió loca. Ese nene necesita educación.

En fin, guys.
Así las cosas.
Ah: amaneció horrible y hoy llevo a los chicos a ver Cars 2 y voy a intentar volver al ejercicio después de milenios.

miércoles, 6 de julio de 2011

con espasmos estomacales

El antibiótico me destruye el aparato digestivo. Ayer hablamos largo y tendido sobre los problemas gástricos con Eze. Recordarlos es como hacer presente toda mi locura. Empezaron a los dieciseís con un nivel de intensidad que me hizo rozar la desesperación. Ahora estoy mucho mejor, hace unos años, aunque claro que el temita vómitos no era de lo más copado y nunca llamé al gastroenterólogo para que me dijera qué hacer. Suelo no tomar medicación, soy reacia a ingerir fármacos y en el caso digestivo estoy segura de que es mucho más útil analizarse que meterse cualquier porquería. En fin. Ahora siento cómo se deshizo la capa entérica y los químicos se comen a mi muy lábil pared estomacal (o algo semejante).

Ayer trabajé, me entristecí (creo que por el horror vacui y cierta soledad ridícula), después vino Xime, comimos milanesas con ensalada y hablamos de la vida, como siempre. Gusto de sentarnos en el sillón a que pensemos juntas. La soledad era el tópico de ayer y usó un término para la pareja que ya había usado alguien más el día anterior, lo que no deja de sorprenderme. Dijo: la pareja es un espejo. Creo que después dijo que es algo así como un espejo deformado pero el sintagma coincidía. Hace tantos años que soy con alguien más (jamás nos separamos ni un día, no hicimos la amenaza de no estar juntos ni por horas, sólo fueron separaciones físicas por viajes) que no sé bien qué significa la soledad pero sí entiendo, cuando marido no viene, que tenés que ser muy fuerte y muy autárquico para aguantarlo. No es mi caso. Cuando se hace de noche y sé que va a venir marido, puedo descentrarme de mi propia cabeza para conectarme con él. Creo que si no, sería psico. De verdad. Ya bastante me cuesta salirme con toda esta gente alrededor, no quiero ni pensar qué pasaría si no la tuviera. Cuando se fue Xime me preparé,  pasé por la oficina a buscar unas impresiones, fui al curso y estuvo bueno aunque tuve que manejar bajo una cortina de agua infame, peligrosa, como no me había pasado nunca. Lo llamé a marido para comentarle pero no me atendió. Después, una vez ahí, se había inundado la puerta y tuve que hundir las patitas en 30cms de agua. Un beishon total. Estuve toda la clase descalza, medio muerta de frío (bueno, no mucho). Siempre soy díscola. Acá más. Siempre desentono porque hago comentarios y/o planteos o cuestionamientos. Aprender a callarme la boca no debería ser mi meta.

En el medio me llamó marido (que no registra nada) para avisarme que nunca había logrado salir de Polanco. Se pasaron con Erica dos horas y media dando vueltas y perdieron el vuelo. Llegaron casi una hora después a cenar con Eze y conmigo a Mog. Al pobre le hice que me trajera unas medias secas que me salvaron la vida (a Eze, no a marido). Estuvo rico y agradable pero marido se ofendió porque no quise buscarlo en la oficina y subir con él. Un plomo. Así que llegó enojado pero yo ya estaba casi dormida y no escuché nada cuando se fue de madrugada. Nada de nada. Me levanté con Simi, me volví a la cama y acá estoy, dos horas y media después, todavía en camisón y con dolor de panza. Mejor me apuro. Pendientes.

Seguro que hay más pero no lo recuerdo.
En fin, chicos.
Así las cosas.
Final countdown.

martes, 5 de julio de 2011

No somos serios

Tengo un problema con la adultez: me parece poco creíble. Es decir, no la adultez sino nosotros siendo adultos. Veo a mis coetáneos haciendo vida de gente grande y pienso que es un juego. ¿Cómo llegamos acá? Se supone que todo es de verdad: tenemos hijos, casas, trabajos, responsabilidades, hipotecas, coches, proyectos, libros publicados, padres enfermos y, sin embargo, pienso que los adultos siguen siendo los otros, los padres. ¿Cuándo te hacés cargo? Mi marido por ejemplo, es una persona socialmente muy seria (excepto cuando se comporta como realmente es) desde que lo conocí. Siempre me pareció adulto, tal vez porque él tenía treinta y yo apenas veintitrés y en ese entonces no se pretendía que yo fuera "grande". Él se comporta como yo pienso que se comporta un adulto hasta que estamos solos y parece de catorce pero ese es otro tema. En cuanto a mí, sigo sintiéndome joven y de prueba, en un sentido. ¿Será porque empecé a jugar demasiado pronto? Porque a los veinticuatro estaba internada con amenazas de parto, con la televisión prendida viendo a Cavallo que anunciaba el corralito mientras negociaba la compra de mi departamento y la forma de sacarle la mayor ventaja. Y a los veinséis decidía tener otro hijo para que no se llevaran mucho y mudarme de país y vender mi casa e invertir el dinero. Ahora ya no quiero hacer nada, simplemente lo dejo a Diego que se ocupe de todo. Porque a los veintisiete empecé a administrar una empresa y me cansé para siempre. Pero no es eso, porque ni siquiera es personal. ¿O sí?

En fin. Me dormí pensando en eso, después de leer unas páginas de Las pequeñas virtudes, encontrado por Dalia antes de irse. Es un gran gran libro que si no leíste deberías leer. Hay un párrafo que tengo marcado desde que volví de Madrid y que me gustaría copiar pero el libro está arriba y yo estoy abajo, todavía en camisón de flores con un buzo a rayas naranja y rojo encima, obesa (marido me hizo comentario sobre la gordura y eso ya es grave), un poco mejor de la tos gracias al antibiótico que me recetó Flor (no sé por qué no lo empecé a tomar antes), en el silencio de la casa porque marido y Tita se fueron al colegio (marido la llevó para firmar un papel) y Milo duerme en el cuarto de Luzma (a las 5am empezó a gritar que quería que le pusiera un jean, la maternidad puede ser un infierno). Trabajaré un rato y después intentaré hacer ejercicio si me da (ayer la vueltita en bici por la zona me dejó de cama pero por lo escarpado del terreno) y si no, sólo me meteré al vapor. Después: cosas.

Marido se va a Jalisco por dos días, lo voy a extrañar. Se llevó la mochila que le trajeron Mai y Gas y hace años que no lo veía tan feliz. Somos gente muy fácil.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Aun mocosas.

lunes, 4 de julio de 2011

una suburbana tarde gris de lunes

Hace horas que trabajo. Estuve en camisón hasta la mañana y aunque me rescaté bañándome, por primera vez en mucho tiempo, me puse calzas, remera de Mickey y pantuflas de chancho. Están mis tres hijos y dos adolescentes en la casa. El sol sigue sin salir. El antibiótico me dio acidez y a falta de deporte no me pega bien. Soy mi propia matrix, oh sí. Marido trabaja y no me llama. Podría decir que la soledad me pesa pero no sería del todo cierto. Hay algo de esto a lo que no puedo escapar. Ya cambiará.

Por lo demás, ayer marido hizo un lomo a la parrilla y unas papas rotas o rústicas al horno. Vinieron los A, comimos y vegetamos al son de la lluvia copiosa exterior y después, ya solos, miramos Limitless, pochoclera y con inserts demasiado grasas pero que me gustó (e interpeló, mal que me pese pero no voy a desarrollar). Espero que el antibiótico haga efecto porque no soporto más esta situación. El cuerpo pesa y duele. Creo que marido mañana se va a Guadalajara y vuelve el miércoles o el jueves. Ya se respira aire vacacional, los chicos vuelven temprano de la escuela y concomitantemente, en la casa todo se normalizó ahora que ya no está Dalia.

No leo más que por trabajo. Estoy quemada. Se acerca el viaje. Falta terminar cosas. Floto en la densidad de mi neurosis pero con cierta paz. A no pensar, diría mi hermich.

A no pensar.

Así las cosas.

Unas vacaciones en Brasil

Cuando mi hermano nació yo tenía tres años y cuatro días. Durante un par de semanas, entre el segundo piso de Luis María Campos, lleno de militares, en donde salía a mirar el tren pasar y donde casi me ahogo con un caramelo Fizz (y fue la mujer de un general la que salvó mi vida) y el segundo piso D más sórdido pero más compartimentado, vivimos en la casa de mis abuelos. La infancia es, para mí, un cúmulo de postales. Quisiera poder recordar la interacción con mis padres, mi manera de actuar, de jugar, cómo me trataban ellos y cómo reaccionaba yo pero son sólo imágenes cada vez más volcadas al sepia, sin sonido (excepto por unos poco momentos malos, de gritos y peleas) y sin movimiento.
La casa nueva quedaba en Canning 3020, en una de las torres azules, tan paradigmáticas de la zona, llena de departamentos de techos bajos y vidas tristes. O no. Tenía tres dormitorios, dos baños completos, living comedor, cocina y cuarto de servicio. Eso en cien metros cuadrados implica una sola cosa: compresión. Diego y yo dormíamos en el cuarto grande, que primero estuvo pintado de azul y después de bordó, las dos veces laqueado. De un lado estaba el cuarto de mis papás y del otro el de mis hermanas. El de las chicas era rosa y tenía una cama con otra abajo, un escritorio de caña y vidrio y algún estante. Teníamos una sola tele sobre una mesita con ruedas que iba pasando de una habitación a la otra. Mis hermanas venían algunos días, no sé cuántos ni cuales, pero para mí eran importantes. Marce nos hacía lavar dientes y pies y tomar pastilla de fluor. Justo el día antes de que yo empezara la primaria, ella volvió de Israel, había ido realmente a recoger naranjas a un Kibutz y  condimentó la emoción con un poster de los Pitufos, unos chocolates y algún otro regalo que ya no recuerdo. Ella tenía dieciséis y empezaba quinto año, la habían adelantado uno porque cumple en septiembre pero me lleva diez. Ale, las mañanas que estaba durante ese año, me llevaba corriendo, agarrándome de la mochila para ir más rápido, hasta mi escuela que quedaba a una cuadra para después tomarse el colectivo hasta el Castelli. Yo estaba en primero y ella en séptimo. Cuando se quedaban a dormir, nos metíamos los cuatro en su cuarto a mirar Chip, patrulla motorizada. De postre comíamos chocolate para taza, que yo mojaba en el té o café de alguno de los grandes y solíamos cantar en la sobremesa. Hubo noches buenas y noches malas. Los ríos subterráneos eran de mucha tensión y complejidad.

El verano siguiente, el verano del 85, cuando ya había cumplido siete años, mis padres decidieron abandonar las clásicas vacaciones en Pinamar y se decidieron por Canasvieiras, Florianópolis, Brasil. Salimos una mañana temprano, los seis montados en el Falcon gris, dispuestos a la aventura (algo que mis padres no ponían demasiado en práctica). No duró mucho. A la altura de la fábrica de Ford, en la Panamericana, el auto se quedó. Por más que hice fuerza para que mis poderes funcionaran, por más que intenté invocar a dios o a cualquier ser superior, no hubo nada qué hacer. Tuvimos que volvernos a casa. El coche se ve que no podía aguantar ese trajín y terminamos tomándonos un avión (el segundo que me tomaba a conciencia, el otro había sido para ir a Pinamar, vía Villa Gesell, cuando Diego recién había nacido) lo que debe haber resultado un agujero terrible en la nada próspera economía familiar. Salimos desde aeroparque y llegamos a Porto Alegre. Los recuerdos que tengo son de lluvia. Tormentas tropicales casi todo el tiempo, el mar picado, mis hermanas escuchando Viudas e Hijas de Roque Enroll en un walkman sony amarillo waterproof (mis hermanas tenían gadgest modernos por parte de madre) y yo aprendiendo las letras que nunca más olvidé. También recuerdo a los amigos de mi hermana Marcela, todos varones que pasaron por casa, creo que a disgusto de mis padres, y que para mí eran una suerte de marcianos aunque ya desde entonces me causaban cierta perturbación. Si las vacaciones no venían geniales por culpa del exceso de lluvia, se terminaron de arruinar cuando de Buenos Aires llegaron malas noticias: mi abuela Eugenia estaba muy mal. Creo que fue la úlcera además de la pérdida de memoria. ¿O sólo estaba ida? No lo sé pero los seis nos volvimos de urgencia en otro vuelo desde Porto Alegre. Recuerdo llamados desde el aeropuerto y después la casa de mi abuela, con muchos adultos preocupados y mi padre peléandose con su hermana por los años de los años. Las vacaciones terminaron así, abruptamente, y quedaron nubladas en mi memoria.

Unos días después, las chicas se fueron a Estados Unidos con la mamá y su marido. Nuestras vidas no eran del todo simétricas y a mí, a veces, me costaba entenderlo. Explicaba en el colegio con orgullo que tenía dos hermanas más grande pero también tenía que explicar que no compartíamos la misma madre y eso, a lo seis años, parece no tener demasiada lógica. Y las extrañaba. Volvieron cargadas de regalos: una pistola gris llena de luces para mi hermano, que duró sólo un par de horas, vasos llenos de collares del carnaval de New Orleans y un pasacassette portátil, el primero que había en mi casa, con el cual escuchamos a María Elena Walsh, los grandes éxitos de los Beatles y un disco de ruidos y ruiditos que por estos días apareció en mi mesa de trabajo. También grabábamos mucho en un cassette virgen y a mí me parecía magia.

Al año siguiente la mamá de mis hermanas se separó, se fue de la casona enorme de Belgrano R y mis hermanas vinieron a vivir con nosotros de manera permanente. Fueron tiempos duros. Una vez más tuvimos que mudarnos. Era un primer piso oscuro, a la calle, en Gallo y Charcas, pero tenía cuatro dormitorios y un patio. Mi cuarto era para mí sola y tenía un empapelado de pájaros en tonos rosas y salmón con el alcochado haciendo juego. Me parecía lo máximo. Las chicas tenían el cuarto grande, lila, con dos camas y un escritorio igual al que me compraron a mí, con muchos cajoncitos y de madera clara. Diego dormía en un cuarto que era casi un pasillo pero no tenía que soportarme. Nos alejamos del colegio y tuvieron que empezar a llevarnos en coche. Nos turnábamos con los vecinos que eran los hijos del encargado de El ladrillo, las empanadas fritas, y vivían en la casa de arriba. El padre críaba canarios y a mí todo el asunto de las empanadas y los pájaros me resultaba fascinante. Después empezamos a ir en el 188 y a volver caminando, doce cuadras larguísimas, atravesando el parque Las Heras y odiando al mundo. Pero para esa época mis hermanas ya se habían ido nuevamente y por algún motivo que nunca supe -tengo pocos recuerdos de esa época triste- dejaron de venir y casi no las veíamos.

Nunca volví a Florianópolis y no creo que vaya a hacerlo. El Falcon fue reemplazado por un Regatta azul que a mí me parecía el colmo de la modernidad. Mi abuela en un mes cumple 100 años. Mis padres se mudaron hace años a una casa para ellos solos y de postre comemos siempre cosas sofisticadas. A veces, cuando nos reunimos los cuatro en Buenos Aires, nos ponemos a cantar y me río como con nadie más me reí nunca en mi vida. Los amigos de mi hermana que antes eran grandes, ahora son contemporáneos. Mi papá y mi tía se amigaron hace ya mucho tiempo. Sigo pensando que tener muchos hermanos fue de lo mejor que me pasó en la vida.

domingo, 3 de julio de 2011

mañana de domingo

La garganta sigue siendo un rayador infame. Marido le muestra fotos a Luzma y a Coco de hace mil años (gusta mucho de hacer esas cosas y yo tengo poca paciencia para ver por vigésimo quinta vez lo mismo), terminamos de desayunar todos juntos (bueno, Milo rompe los huevos y habla y saca las ollas y no casi no come), Tita está en lo de Feli y Juana y ahora debería llamar para recuperarla. No, no hay sol una vez más pero ya casi estamos acostumbrados. También me duele el pecho.

Tengo que hacer algo: no sé si es la lluvia, el frío, el malestar físico o qué pero perdí toda la (muy poca) femeneidad que alguna vez supe tener. Soy un pibe. Se fue con los vestiditos que por el clima ya no da usar. Cenamos en lo de Mer y Teo. El departamento no puede ser más divino y ellos dos más agradables y tranquilos. Las pizzas le quedaron alucinantes (muy ricas pero con un estilo completamente al de marido que las hace rústicas y exuberantes, las de Teo eran perfectas, prolijas, redondas) que marido y yo comimos sin control (creo que me estoy por indisponer y soy unas aspireitor) y el postre de manzana y arándanos que hizo Mer también estaba deli. También estaban Fernando y Guille, Lucila y Diego y otro amigo solo, Maxi, que a los dos minutos de llegar se burló de que dije que era tranquila o semejante.  Nah, no se la dejé pasar.  Lo hago en contadas ocasiones pero debería cambiarlo.

No entiendo por qué nunca me vuelco al perfil bajo. Ni siquiera fumé porro ni tomé alcohol, le di duro y parejo a la Coki y nada más (Coca Light).  La pasé muy bien, hablamos de política y yo, como no me ubico, me encuentro enfrentándome siempre de igual a igual con los pibes, discutiendo. Las mujeres no suelen hacer eso. Ni sentarse como un chabón ni un montón de otras costumbres que debería abandonar.  Pero son detalles. Fue una buena noche que terminó temprano (Teo estaba agotado, creo que quería que nos fuéramos dos horas antes, pobre). Por cierto, tengo un extraño respeto por el peronismo de trinchera, el peronismo que defiende a los gordos, intendentes y punteros desde la autoconciencia y la legitimidad aunque claro que, por mi extracción socio cultural, me resulte nefasto. Ser peronista debe estar tan bueno como creer en dios.

Ahora Milo llora, creo que por exceso de sueño.

Ah: tengo whatsapp, marido, después de un año logró bajármelo. 

Ayer me quedé encerrada en casa, como todos los días. Trabajé, marido me hizo unos mejillones que compré hace unas semanas en Costco (no es lo ideal pero re zafaban), comimos solos porque los mayores estaba con amigos, intentamos terminar de ver Ligeramente embarazada (cuevana nos está traicionando semana a semana, es obvio que deberíamos pasarnos a Apple tv), tomamos té, comimos pastel (soso) de zanahoria que hizo Luzma y pasamos así la tarde lluviosa entre poco y menos. Marido y yo mucho juntos. Marido ultra cariñoso y buena onda. Y yo...bueno. Ya sabemos. Pero le amo.

Había pensando un montón de cosas. Tengo discusiones mentales sobre la condena a la burguesía y disquisisiones semejantes que de repente leés por ahí y sabés que en casi todos los casos es fake.

Leeré un rato más de diarios. Dería escribir, trabajar, hacer deporte no, ayer lo intenté y me bajé de la máquina al borde del paro cardíaco. Después me metí en el vapor para ver si me aflojaba la tos pero también casi muero, estaba demasiado fuerte.

Ya volverá algo menos pedestre. Ahora hay mocos en demasiados recovecos de mi ser. Estoy entregada a la vida burguesa y un poco plain pero también acarrea cierta paz que sé agradecer. Los enconos de la neurosis no enaltecen.

Así las cosas, guys.
Muy domingueras.

sábado, 2 de julio de 2011

INT. COCINA CASA. DíA

Sigue gris, me sigue el dolor de garganta con una intensidad ridícula para una semana, todos dan vueltas por acá, no hay música, terminamos de desayunar y quisiera ir a hace gym a pesar de sentirme mal. Lo necesito.

Acabo de terminar de leer el post explicatorio del nuevo blog de Ceci. Está en la lista de blogs, no necesito linkearlo. A veces parece que hablo de la vida real más de lo que lo hago. Quise dejarle un comentario de alegría por su nuevo blog pero no tiene. Te lo digo por acá. O después por tuiter o te mando un mail.

(Excursus, marido se me tira encima a toquetearme a pesar de que estoy semi sucia, en camisón y pasaron diez años: sé que soy afortunada).

Lo que quería decir es que Ceci me cae excelentemente bien. Es raro porque  pareciera que nuestros planetas orbitan en universos distintos (el mío a veces parece pertenecer a una galaxia desconocida, lo sé) pero hay algo de su forma de ver el mundo que me atrae, menos neurótico en la superficie, aunque creo que sólo en la superficie. Bueh, esta declaración es cualquiera pero este es mi blog y hago lo que quiero.

Por lo demás, laburé demasiadas horas y es lo que debería estar haciendo en este mismo momento. Hace mucho que no tengo tantos pendientes juntos. Ayer logramos ver el fuckin partido, finalmente, después de padecer la imposibilidad por un buen rato. Podríamos haberlo evitado. De todas maneras, que River haya caído a la B hace que todo parezca nimio o esperable. Sí, apoyo la moción de llamar a Pep Guardiola. Comimos pizzas que hizo marido, deja un par pre hechas en el freezer, el muy genius, y cayó Walter de sorpresa a familiear con nosotros. Después pusimos Ligeramente embarazada, que no habíamos visto pero se nos trabó así que tocó garchar.

En mi cabeza no pasa nada. La angustia por suerte se desdibujó y quedó el aburrimiento. Cuando escampa la tormenta queda esa sensación de desinterés. Quisiera estar en Bs As, comer en lo de mis viejos, ir al cumple de algún amigo (aunque en julio no toca niguno, claro, somos todos hijos del último cuatrimestre), o invitar a gente a casa a comer hidratos de carbono para combatir el frío. Nada de eso sucede. Trabajaré (plis que mi familia deje de insistir con Kings of Lion- más amor de marido), me bañaré, cocinaremos algo y a la noche iremos a lo de Mer, que muy divina me soportó a pesar de mi acto terrorista del martes. Soy mi peor enemiga, siempre.

En fin, chicos.
Así las cosas.

viernes, 1 de julio de 2011

chata y llovida

Y eso que no llueve. Estoy sola y encerrada desde que me levanté. Me bañé en el club, pasé a comprar biromes y por el banco y volví. Hice unos brownies que salieron maso y eso fue TODO.  Si psicotizo van a entender por qué, ¿no?

Así de anacoretas las cosas.

confesiones

¿Alguna vez conté que me gusta Joaquín Sabina? Seguro que sí. Es mi gran y creo que único guilty pleasure. Cuando yo tenía dieciocho y hermich veinticinco, dormíamos en el mismo cuarto. Hablábamos hasta tarde, compartíamos la ropa (todo muy noventas, mucho brillo y textura) y nos hacíamos compa. Ese verano ella se había ido de viaje con dos amigos varones al sur y uno la pretendía (no sé si teníamos exactamente esas edades ahora que pienso, debía ser un año antes) y le había grabado un compilado de Sabina (te hablo de un tdk de 90) con el que nos matábamos día tras día, pensando cada una en sus propias penas de amor (también le había hecho unas fotos grandes de ballenas o algo así que tuvimos sepultadas en el placard durante años). Creo que Ale después tuvo una historia trunca con el voluntarioso compilador pero el casette lo perdimos y a las dos nos dio mucha lástima. De verdad había sido una compañía invaluable en tiempos de tristeza. A mí sus letras rimosas y pegadizas me siguen tocando el corazón. 

En relación a esto, ayer volví a pensar, mientras manejaba bajo la lluvia, que si tuviera otra vida quisiera coparme bailando Chayanne en el after office, amar todos los programas de TELEFE, no leer más que revistas femeninas, soñar con ir a Disney y creer en dios. Estoy segura de que es el camino a la felicidad. A la noche se lo comenté a Flory y nos reímos mucho.

Por lo demás, en este preciso momento no llueve pero está gris desaliento, me sigue doliendo la garganta como si esto recién empezara, toso y siento que los pulmones son una caja de resonancia y no tengo más plan que ir a bañarme al club (para meterme en el vapor y ver si ayuda) y volver a trabajar todo el día. Flory dice que es culpa del eclipse (¿Eclipse de mar?) de esta noche lo que nos tiene así, bajas de energía, con la sensación de que la vida es sosa, de que todo tiene gusto a poco ¿será? Parece que mañana cambia todo (??). Qué falta de glamour general, pienso y también pienso que nada tiene demasiada importance.

En fin, guys.
Así de destiladas las cosas.