martes, 31 de marzo de 2009

y ahora...

Estoy hecha goma, obviamente. Volví a la cama a las tres y media, Diego también se despertó, hacía calor y los dos estamos oprimidos. Le dije de prender la tele y me quedé viendo Girls of the playboy mansion. Funcionó, lo terminé de ver y me quedé dormida. Apagué la tele y seguí de largo hasta las siete. Vino Simón llorando, no nos quería decir qué le pasaba, estaba angustiado, no la está pasando bien y me da mucha pena. Ninguno la está pasando bien. Estamos aburridos y cansados y hastiados y aplastados y no sabemos bien qué hacer. Irse de vacaciones sería un gran plan pero por razones obvias, no podemos. El viernes empiezan las vacaciones, yo llevaré a los chicos y la panza al club a que naden. No mucho más que eso. Ya no puedo. La medicación me saca las contracciones y también las ganas de todo. Me da mucha taquicardia. Sumado al sueño por dormir mal, no son una buena combinación. Quiero dormir pero: tengo que trabajar y a las once viene la depiladora.

Espero que baje el calor, ayer fue insoportable, no tengo el recuerdo de haber sentido tanto desde que vivo acá y ya van a ser cuatro años y medio.

Qué tedio.

Claro. Entonces: así de tediosas las cosas.

mñsgrn

Son más de las dos de la mañana y hace rato que no puedo dormir. Opresión en el pecho. Incomodidad en todo el cuerpo. Hastío. No sé bien a qué se debe. ¿será la novela que leí ayer que me dejó perturbada? ¿la realidad cotidiana? ¿la decisión sobre el seguro? Escucho un ruido fuertísimo muy cerca. Me estaba imaginando lo peor pero ya entendí: Antonio. El hamster hace ejercicio de noche y pareciera que están transportando cosas dentro de mi casa. Escucho el ronquido de Diego desde donde estoy. Indigestión, demasiadas porquerías en casa de Lisa. No quiero hacer nada. Quiero dormir. Todavía no quiero que nazca el bebé. Me asusta todo. Somos demasiados.

En fin.

Así de angustiosas y tempraneras las cosas.

lunes, 30 de marzo de 2009

mi gran baby shower mexicano

Nunca hubiera pensado que un baby shower podía estar tan bueno. De hecho, no es una costumbre a la que estemos habituados en el sur, ni mucho menos, y hasta ayer pensaba que era medio una pelotudez. Pero me encantó (o estoy vieja y pelotuda o son las hormonas o me estoy poniendo cursi sólo porque sí). Las chicas armaron todo en un toque, todas llevaron comida y regalos. Los abrí uno a uno, emocionada y además de que todos estaban buenísimos, no se repitieron. Recibí una mantita de algodón, una toallita, un conejo cuelga chupones, pañales RN, un conjunto de ropa para dentro de unos meses, unas mamilas y una cajita llena de medias cancheras. Además, una caja de recuerdos de época para que el bebé sepa en qué andaba el mundo cuando nació. Todo divino. Hoy tengo uno plazuelístico que me armó Lisa, buena onda la verdad.

Fue un muy buen finde, me dejó medio de cama (hoy tuve que hacer una siesta mañanera porque no podía arrancar) pero la pasé súper y hormonal o no, siempre es lindo sentirse querida.

En fin, así de sentimentaloides las cosas.

domingo, 29 de marzo de 2009

aunque

Siendo las nueve y treinta y ocho, mi familia ya se fue al club. Yo, me voy al rato a lo de Xime. Ayer también fui al club, cuidé a Tita mientras chapoteaba y después se la dejamos a Pau para poder ir a visitar el Santa Teresa (yo nunca había ido y siempre mejor conocer al menos el camino para llegar a parir). La buena noticia es que ahora dejan entrar niños, en visitas muy cortas pero visitas al fin. Es un lugar pequeño y luminoso. Casi me pongo a llorar en el cunero, viendo a los bebés tan chiquititos. No lo pude creer. Y la sala de parto me dio un poco de cosa, la verdad es que atravesar todo de nuevo me da bastante fiaca pero esperemos que sea tan poco traumático como los anteriores. Después, los dos solos, nos fuimos a comer a un lugar lindo que hay por ahí. Charlamos. Bah, yo hablo y él responde con monosílabos. Igual estuvo bueno. Él piensa que es "reflexivo" y que "escucha". Yo, me abstengo de decir lo que pienso. Volvimos a casa esperanzados de ver el partido. No, claro que no. Increíblemente no lo daban. Creo que lo hacen a propósito. En los miles de canales que tenemos de deporte pasan cualquier partido, pero cualquiera cualquiera. Eso sí, con la cantidad de argentinos viviendo acá, el primer encuentro oficial de Maradona como técnico, no lo dan. Vergonzoso. Entonces, pasamos a buscar a Tita por lo de Pau- que ya nos odiaba porque Bianca no había dormido y estaba agotada la pobre- y partimos hacia Cuajimalpa a buscar a Simi. Cuando estamos en la puerta del edificio donde vive compañerito, suena el celular y mamá de otro me avisa que ¿qué creer? Recién están saliendo de ahí, llegarán en una hora. ¿WTH? Esperamos una hora en un Starbucks. Y volvimos.

Me voy, estoy tarde.

sábado, 28 de marzo de 2009

¿es verdaderamente posible? o es pura energía malgastada

Me bañaba y pensaba, además de que tengo que comprar crema de enjuague (no logro que me suene natural decir acondicionador) que la vida un poco apesta. Es decir, no pensaba eso, pensaba en que en realidad lo de la familia feliz y armoniosa, la plenitud, la contentez y la paz es una quimera.

Pongamos un caso del tipo: el marido es el sostén económico de la familia, ya tienen dos hijos y van a tener un tercero, él está presionado, trabaja 13 horas al día todos los días para mantener una estructura cada vez mayor. Ella genera ingresos ínfimos que no aportan realmente pero se ocupa de la casa, de que los chicos estén sanos, hagan deporte, les vaya bien en la escuela, coman bien, tengan amigos, no se angustien, tengan la ropa que necesitan, no se aburran, etcétera. Además, es la única que propone hacer programas culturales o de entretenimiento para toda la familia y a veces, con gran esfuerzo, lo logra. Ambos juntan rencor por uno u otro motivo. Ya casi no hacen vida social, hablan sólo de trabajo, no salen, no van al cine, ni al teatro ni a cenar ni a nada. Él piensa que ella es una rompe huevos, que lo presiona, que no lo entiende, que él hace todo lo que ella dice, que le da todos los gustos y ella no se da cuenta. Ella piensa que él está mal, que la responsabiliza por cosas que nada tienen que ver con ella, que ni siquiera tiene conciencia de su estado y que la escucha cuando le dice que para ella el orden es importante y él sigue trayendo porquerías todos los días de su vida. Él piensa que ella es una exagerada, que se sólo se queja, que no hace nada, que no se da cuenta de que su realidad es mucho peor. Gran parte del tiempo en que están juntos tienen las computadoras enfrente o la televisión o ambas. La incomunicación es casi total, ella ya no quiere luchar, ya no tiene energía, hay una pared y una respuesta que es siempre la misma: ¿y vos?, él piensa que eso es lo normal y que ella le dice cualquier cosa. Y así más o menos con todo, todo el tiempo. Eso cuando están bien, cuando están mal se gritan y se maltratan y él la insulta y ella se vuelve loca de impotencia y pareciera que en algún momento todo va a terminar en un verdadero desastre.

Claro que hay días en que quieren creer, suele ser cuando hay sol y hacen deporte, y comen rico, hacen algún programa cultural, no se pelean, los chicos están de buen humor, ven películas y duermen bien.

El matrimonio seguramente es una institución fallida pero algo debe tener para que muchos lo sigamos eligiendo.

viernes, 27 de marzo de 2009

uish

Pasé una noche pésima, me desperté antes de las dos con contracciones y malestar general. El bebé con mucho hipo y yo, angustia. Intenté tranquilizarme, fui al baño, busqué agua. Después de más de una hora, decidí prender la tele. No sé qué vi pero sirvió, a las cuatro me quedé dormida. Horrible. Ahora tengo que llamar al médico. A ver si vuelvo a la medicación. No me siento bien. Y tengo mucho por delante. Acabo de mandar un informe de un libro que no se terminaba más. Agotador. Tengo que ir a la editorial, buscar a Roberta, a Simón y llevarlo a los bolos de Interlomas. Me canso de pensarlo. Me duele el coxis. Mucho. Desayuné de más. El jugo de naranjas es indigesto. Hay sol. El clima está hermoso últimamente. Roberta está angustiada y de mal humor, la llegada del hermano no le sienta. Ayer volvieron a las ocho de la noche. A las cinco y media Diego me dijo que estaban saliendo. No, claro que no puedo confiar. No mucho más. Ir a la clínica a reservar, urge. No compramos el mueble ni lo vimos ni nada. No me da el cuero. Tengo otro libro por leer. Y mucho cansancio.

Así las cosas. Voy a llamar a Mario.

jueves, 26 de marzo de 2009

la satisfacción de estar haciendo lo correcto

Pido un capuchino, tardan años en antenderme, le pongo dos sobre de Splenda, tomo un poco y lo paso a un vaso de fom. Lisa estaría indignada. No traje libro, debería estar trabajando, hice una siesta antes de salir. Roberta se quedó con Diego, me enteré tarde y pasé por ella, estaban comiendo lejos. No pedir favores. Debería usar mi libretita, me olvido de todo. Llevo mi café a la cancha de tenis. A la cancha no. A las gradas que hay fuera de la cancha. Mi hijo mayor está en su clase, lo veo pegarle, mejoró bastante. Aunque más lo veo juntar pelotas. El setenta por ciento de la clase consiste en que junten las pelotas. No estoy de acuerdo pero no digo nada. Drive, revés, bolea. Pienso que es la primera vez en siete años que siento que estoy en el lugar correcto. El hiato entre el deseo y lo que uno efectivamente hace es siempre causante de infelicidad. Me siento plena. No creo que tener que estar haciendo nada más. Nunca pasé tanto tiempo con mis hijos ni tan comprometida. Me queda ayudar a Simón a hacer la tarea. La luna. No es que me guste pero lo tomo como lo que es: mi deber en este momento. Llegamos, Jose se fue al super con su amiga. Buscamos características de la luna. Voy al baño. Sangre. Me asusta. Pienso que puedo parir en cualquier momento y que al bebé le falta un golpecito de horno. Además, no tengo nada preparado. Me cuido. No camino, no cargo, no nada. Para que todo salga bien. En fin. Tengo que trabajar, estoy retrasada. Mañana más, una nueva tarea. Me parece que está bien. Cambiar, crecer.

Así las cosas. Plena y miserable a la vez. Sí, eso existe.

...

Pasan cosas graves. Todo parece tambalearse. Falta de equilibrio y de sostén. Para todos. Difícil. Impensable. Agotador. Inmanejable.

Al imbécil que deja comentarios desagradables le pido por favor que se abstenga. Me pudrió la cabeza. ¿Para qué pierdes el tiempo? Es lamentable que el mundo esté lleno de idiotas.

Después, nada. Cansada del tráfico imposible. Me olvido de todo, todo me sale mal. No tengo energía ni resto ni red.

En fin.

Así de oscuras las cosas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

hacía mucho que no me pasaba

Estar lejana y seca, no sentir, no querer, no nada. Ver cómo el otro hace cosas con las cuales no estás de acuerdo, ser acusada y señalada como la causante de, ver su falta de consideración, etcétera, te convierte en una extraña. No suelo ser yo la que me enojo, siempre sufro y pienso que me van a dejar de querer. Ya no me importa. Creo ser demasiado buena y demasiado compañera. Estoy sin energía. Me falta el aire, ni siquiera tengo pilas para trabajar. Hice jugo para el desayuno y ya agoté las reservas energéticas del día. Ahora debería bañarme e ir al super en un rato. Me cuesta respirar. Estoy cansada. Pienso que el bebé va a nacer en cualquier momento, estoy incómoda, me cuesta dormir, no descanso. Me siento sola y triste. No quiero hacer nada. Reptar. Pero hoy no puedo, los chicos salen temprano. Me duele el cuerpo. Pendientes. Una pena que todo se pueda arruinar tan fácilmente. Lamentable.

Así de grises las cosas, a pesar del sol.

martes, 24 de marzo de 2009

más sola que kung fu

Si a la única persona que tengo para pedirle un favor no me lo hace, es obvio que me pregunto intensamente qué hago viviendo acá. Manejé dos horas por reloj para llegar a ningún lado, Simón perdió la clase de tenis, Roberta se quedó dormida, yo me siento pésimo y para colmo está por llover.

Si sigo así, voy a parir manejando.

noche de terror

Fue muy muy mala. Los porqués no importan. Cuando Diego se durmió, me interné con una maratón de Sex & the city que me ayudó a pasar las contracciones. Cuando se terminó, me dormí. Acabo de levantarme de la cama, a las once, desayuné (no había ni cenado ni desayunado con los chicos a las siete y media) y acá estoy, con una novela en la compu para leer y muy poca energía para nada.

Pau está de viaje. Eso quiere decir que no tengo con quién hablar. A la noche tuve un sueño: me peleaba con alguien que fue bastante amiga, estaba en un recital o algo así, ella estaba con sus amigas nuevas y yo no paraba de decirle cosas que me habían molestado, no llegaba a nada. Me desperté completamente transpirada y con taquicardia.

Los chicos salen tarde de las escuela, tengo tiempo de descansar un rato más e intentar recuperarme. Hoy empieza la semana 33. Ayer a la noche nació Olivia, la hija de Analois. Quisiera estar ahí. A veces México puede ser muy triste. Otras, no.

Así las cosas.

Quebrada.

lunes, 23 de marzo de 2009

¿es necesario?

Me decido por fin, hablo con la de las fundas, me dice que tengo que pasar por el local a pagar, voy, pregunto por ella, conversamos sobre el tema, por una desavenencia se acerca la sub gerente, se nota que quiere charlar, habla del embarazo, hago comentarios simpáticos, etcétera. Pero de repente, Hilaria, así se llama la que arma los presupuestos, tira: yo no la reconocí, es que era tan delgadita. Sí, me sobran 20 kilos, ya lo sabemos pero no me reconociste porque hace dos años y medio que no voy y si es por gorda, lo podés dejar pasar. En fin. No, no me ofendí para nada, no es mi estilo pero me pregunto si es estrictamente necesario escuchar esa clase de comentarios.

Venía muy contenta, de repente me alegró mucho tener otro hijo, me abrió un camino de luz, no sé, raro...hasta que mi hija hizo un escándalo inaguantable porque le cortamos la chuleta de cerdo y la quería cortar ella. Es capaz de arruinarte el día con cualquier cosa. Ya habíamos luchado porque no quería ir a la escuela y después se quejó cuando la busqué porque no la dejé a comer. Difícil.

En fin. Me malhumora mucho tener que hacer la tarea con Simón, si le tengo que dictar características de Jupiter en inglés, algo está fallando (el sentido común de la maestra, seguro).

Así las cosas. Tarde de lunes.

lunes

¿Qué se le puede pedir a un lunes? Nada, seguramente. Yo no le pido nada. Estoy en camisón, en la sala de tele, escribiendo. La leche me cae mal pero sigo tomando en el desayuno. No sé por qué. Ni por qué me cae mal ni por qué insisto. La casa sigue desquiciada, hacer orden muchas veces es peor, claro, cuando no terminás. Pero avanzamos mucho, sólo queda hacer el orden de lo ordenado. Tengo que dedicarme a los papeles, ahora tomaré fuerzas y lo haré. Hacer llamados, mandar mails. Paja.

El finde se pasó. Así, sin más. Me pregunto si antes teníamos más vida social, si salíamos, creo que sí. Debería releer. Ahora, nos dormimos temprano y ni soñamos en hacer planes. Ni los tenemos ni los buscamos. Claro, antes también hacíamos cenas en casa. Y asados los domingos. Y cosas así. Ahora: paja. También. Estamos agotados y no queremos lola. Ayer teníamos toda la intención de ir a la Lagunilla pero se truncó. Así, sin más. Diego se fue temprano al club con los chicos, jugó al tenis, Tita nadó y cuando a la una y media estábamos listos para bajar, nos dimos cuenta de que no era un buen plan para los chicos, cansados y fastidiosos iba a ser un gran problema. El sábado iremos solos, o lo intentaremos. Simi tiene un cumple y a Tita la dejaremos con Jose. No pasa nada. Esta semana ocuparse de cosas. Muchas cosas. Entonces, fuimos a comprar pelis, conseguimos unas diez, contando la de los chicos. Siempre compramos en cantidad. Yo no quería hacer kilombo en casa, cocinar, ensuciar, desplegar, un plomo. Igual, acá arriba no hay nada tentador, dimos una vuelta y nos desalentó. Entramos al city, Diego con antojo de pulpo, yo diciendo que no, que es bardo. Compra el pulpo y un pedazo de pez espada. Yo compro una ensalada de surimi ya preparada. Tardamos una hora y media en comer, se llenó la casa de humo (porque usó la plancha para asar las papas y el animal, después de hervirlo). Los chicos comieron dos bocados y ya no querían, obviamente, el pescado no les gustó (yo no lo probé) y la cara de orto de uno y otro de los integrantes de la pareja fue importante. Él me considera una rompehuevos y yo un egoísta. Hubiéramos bajada a cualquier lugarcito. En fin. Los chicos miraron pelis y nosotros también. Se pasó la tarde, nos acostamos temprano. Me agarró angustia antes de dormir, hace mucho que no me pasaba. Tipo ataque que no te deja respirar. Abrí la ventana. Me dormí. No descansé, la panza ya me pesa mucho. Me tiran los músculos, espero que me quede todo en su lugar. No sé qué onda con el tercero, temo las consecuencias. Y no mucho más Chatié con Haidu, skypié con Maros y padres. Y así empieza la rueda otra vez. Por suerte en breve vacaciones de niños, eso libera un poco. Gastaremos el club.

¿Pensar? No, para nada. No pienso ni leo demasiado. No sé, no tengo reflexiones. Sólo me aburro un poco, la rutina, la falta de vida social y esas cosas. Por lo demás, lo importante está perfecto.

Así las cosas.

sábado, 21 de marzo de 2009

orden total

A eso nos dedicamos esta tarde. A la mañana fuimos al club, los chicos nadaron, pasé por el city con Tita, compramos unos bifes, rúcula, coca y unas galletas.

Tiré todos los apuntes de la facu. Todos. Pensar que los traje desde Argentina, kilos de papel de los cuales no retuve nada. Tiramos todo lo que pudimos y todavía falta. Cajas y bolsas de papeles y papeles por sobre todas las cosas. Me siento liberada. Amo tirar. Los placares quedaron despejados. Diego cambia el escritorio, de un tablón pasamos a algo casi peor pero bueno, ya mejorará. Queda mucho trabajo por hacer.

Mientras comíamos nos dimos cuenta de que somos felices. Roberta puso un disco de Piñon fijo. Me dio nostalgia de Buenos Aires, de cuando éramos tres, de cuando Simi era un bebé. Poder decir que sos feliz, un sábado cualquiera es casi un milagro. Nos gustan los milagros. En fin. Voy a tirarme en el sillón a esperar que empiece Mad men. No compramos películas así que esta es la única opción. Podría ser peor.

Así de despojadas las cosas.

primavera

Me gusta que empiece la primavera, que haga calor, que haya sol, que no llueva. Es una buena época para México, excepto por la sequía. De todas maneras, de repente llueve extemporáneamente y está bien. Ayer, médico. Todo bien, ya casi pesa dos kilos, en un mes más o menos estará naciendo, un poquito más pero no mucho. Nunca llego a término, menos ahora. Soy un chancho, eso me super deprime, pero bueno, ya está ahora sólo queda esperar y después ponerse las pilas. No muchas opciones. No hicimos nada, yo soy un desastre y mi marido es peor. Cine finalmente no. A Simón lo trajeron casi a las nueve de la noche del cumpleaños. Yo me colgué con skype, Diego haciendo cosas de laburo, al pedo. Estoy existencialmente aburrida pero no puedo hacer mucho. No logré hablar con la de las fundas, el lunes urgente. No solucioné lo del seguro,el lunes urgente. Tengo que llevar a Tita al pediatra. el lunes urgente. Tenemos que hacer lo del mueble. Mañana urgente. Aunque también ganas de ir a Antropología. Hay que elegir. También urgente ordenar el estudio. Espero que sea hoy. Y comprar pelis (en HBO no dan nada, ya vimos todo, un plomo) y en el cine tampoco dan nada tentador.

Marido e hijos se fueron al club. Yo ahora voy, al rato. Así pueden nadar.

Pensé esta semana. Soy conservadora. Desde que tengo dieciocho años me pinto las uñas del mismo color, puede variar levemente pero siempre es colorado. Nunca me pinté las uñas claritas y nunca lo haré. O nada o fuerte. En una época también alterné con el violeta, hace como mil años, en otra vida. Cuando usaba aros usaba uno solo, ahora no uso ninguno. Suelo conservar los amigos, pueden pasar, sumarse, irse pero conservo los de siempre. Veo a mi alrededor gente que se hace amigos intensamente y después, cuando consigue otros, los desecha. No deja de sorprenderme pero lo naturalicé. Extraño tener un grupo de amigas. El mío está casi disuelto. Extraño el grupo heterogéneo, de solteras, casadas, sin, con hijos. Extraño la juventud y hacer programas, bailar y tomarme unos tragos. Estar embaraza, para mí, es un clavo. Quiero estar flaca, fumar, hacer deporte, salir, ir a la playa, trabajar, sentirme bien. Quiero ser yo. Me lleva unos meses pero tengo confianza. Ya volverá.

Por lo demás, nada.

Así de rutinarias las cosas.

viernes, 20 de marzo de 2009

...

En el sueño mataba personas con una ametralladora, primero tenía una pistola pero prefería pasar al arma larga. Era en una librería y entre los asesinados había un bebé de cinco meses. Iba a la cárcel. Fue largo y se siguió desarrollando. La cuota de angustia era mucho menor a la esperada para un caso semejante. No importan las interpretaciones, pasaron de moda. Eso sí: no dejo de sorprenderme. Mi inconciente está muy activo y cualquierista.

Me voy a Polanco.

Así de perturbadas las cosas.

uff, el suburbio

Hay una muestra de cine noruego en la cineteca. La cineteca queda lejos de mi casa. MUY. Una pena, estas son las cosas que me desalientan de vivir en una ciudad tan grande y con la cultura tan concentrada en una zona (y lejos de mi casa).

Triste.

yo también me aburro de mí misma

Me dormí antes de las diez de la noche, Diego llegó super tempranos, nos echamos en el sillón a ver nada (la televisión es imposible, verdaderamente, y nos quedamos sin pelis...). De verdad no podía más y tuve sueños espantosos aunque, raramente, no me producían angustia. Los chicos están mega madrugadores, supongo que por la luz, acercándonos a la primavera y antes de que cambie el horario, a las seis ya empieza a ser de día. Simón se pasó a la cama a la noche y cuando le dije que se fuera me tiró un: sos mala. Enojadísimo. Igual, se fue. Somos dos. La sensación se acrecienta con el paso de los días. Ya nos incomodamos el uno al otro. Seguimos sin nombre. No trabajar es horrible. A los duraznos les están saliendo hojitas, hace un par de semanas que están hermosos, florecidos y sin verde. Se ven desde mi venta y son un placer. Me teñiré el pelo con la tintura avellana, sigo tri color, y no mucho más. Simi tiene cumpleaños por lo cual estoy exenta de buscarlo y a las cuatro tengo médico. A la noche me gustaría ir al cine. Y no tenemos ningún otro plan para el finde. Malísimo. Eso sí: quiero ir a la lagunilla y al museo de antropología. Temprano. Los chicos quieren ir al teatro. El problema es el horario: doce y media un sábado o domingo no es precisamente buena hora. Y no mucho más.

Me aburro.

Así las cosas.

jueves, 19 de marzo de 2009

agotada

De la nada misma, claro. Desayuné mucho y rico con las señoras, estuvo muy ameno y el tiempo pasó volando. A eso de las dos lo busqué a Diego en la produ y lo acompañé a comer, comí pan sin sentido, comida no porque el desayuno había sido más que copioso. Estuvo bien nuestra comida conjunta, me acompañó a buscar a Tita en un taxi porque había dejado el auto en su colegio y de ahí lo llevamos de vuelta a la oficina. Buscamos a Simón y partimos para el clun. Simón tenis, Tita ballet (si es que se puede llamar así). Volvimos, tarea y ahora juegan en el parque. De ocho y cuarto a cinco y medi estuve fuera de casa, me arastro...me sentí bien todo el día y eso está genial pero se me terminan muy rápido las pilas.

En fin. Así las cosas.

Nada.

me voy temprano

Simón me pregunta por qué me vestí (también me bañé). Claro, hace meses que no me arreglo tan temprano, tengo un desayuno...no, de trabajo no, eso no me pasa. Un desayuno con señoras, madres, mujeres. Me voy, tengo que llevar a Tita a la escuela porque es a pocas cuadras. No más novedades, a Diego le duele una muela, se quejó de cosas vagas y diversas antes de dormir pero luego la noche fue plácida. Yo me siento bien. Sí, bien, no tengo más mocos, no tengo contracciones y no estoy tomando ninguna medicación. Después de meses, me siento bien de verdad. Obviamente me pesa la panza de siete meses y medio. Parece que el ombligo en cualquier momento se sale (nunca me pasó) y ya estamos en la cuenta regresiva. El clima está hermoso, mi vida social de repente se activa, la semana que viene tendré posiblemente algo de trabajo (espero) y no mucho más. La vida se pasa.

Así las cosas.

miércoles, 18 de marzo de 2009

...

Hoy, leyendo cosas (ando por ahí yendo de blog en blog) pienso: aguante el onanismo, el de verdad a full, pero el onanismo intelectual, qué paja.

Sí, así de redundantes las cosas.

sobre las conversaciones de alrededor

Ojalá fueran sobre "la realidad". A eso no se llega ni a palos. Si son sobre temas políticos y ando con ganas, no tengo ningún problema en decir lo que pienso- suele ser mi especialidad y cada vez creo que tengo menos amigos por lo mismo-, el problema es que suelen ser sobre la nada misma y muchas veces ni si quiera me tienen como participante.

Por dar un ejemplo.

Señora clasemediera típica, con amor por las camionetas y los atuendos estridentes, tirada en una reposera en el club quien, además, es vecina y manda a los hijos la misma escuela que yo pero a otra sede (cada vez que la escuela me desalienta se me representa este ser y el desaliento se acentúa) le dice a otra similar pero con varios kilos menos y sin remera de BEBE bordada con strass cosas como estas:

-nosotros somos muy cinófilos (sic)
-llevé a mis hijos a ver la película El niño con el pijama de rayas, el pediatra me recomendó que los llevara porque tiene mucho mensaje
-sí, es dura pero no se ve lo que pasa en los centros de concentración

Escuché algunas pavadas más pero me deprimí tanto que decidí cuidar a mi hija, que chapoteaba en la alberca, desde más lejos y así no seguir exponiéndome.

Yo sé que es esta zona, lo sé perfectamente, sé que el sur es otra cosa y no culpo a nadie más que a mí por someterme a semejantes pelotudeces.

Con respecto a México, conozco a la perfección la tasa de homicidios, la hiperinformación (que muchas veces desinforma) es mi especialidad pero de todas maneras, por motivos que no vienen al caso explicar, me siento más segura acá que allá. Además, hay una realidad innegable que es el peso de los acontecimientos del entorno suelen pesarnos más cuando somos locales.

(y que me gusta vivir en departamento y que me dan miedo las casas pero más miedo me da que mi marido me pregunte si quiero vivir en un country (?!) y yo me pregunto: ¿qué nos pasó, qué nos pasó?)

En fin. Dejaré el tono beligerante y los temas espinosos para volver a mis miserias personales de siempre.

Así las cosas.

cosas que detesto

La impuntualidad, me saca de quicio, me parece la peor falta de respeto, un acto de soberbia inadmisible y signo de estupidez. Pero lo que más me molesta es cuando la gente, en lugar de pedir disculpas (sí, tengo un temich con el perdón) lo justifica diciendo que es así, que nunca se llega puntual, que el margen de error es lo establecido, etcétera, etcétera. Si vas a llegar quince minutos tarde, citame quince minutos después, hacerme esperar no es una opción válida. Yo soy cumplo los horarios a rajatabla. De verdad, no lo soporto. El esnobismo, la pretensión, la inmadurez y la impostación, también me malhumoran. Después de los veinte años si te seguís comportando así, tenés problemas. Bueno, la falta de generosidad a todo nivel también me saca. La mezquindad en todos sus formatos. Hoy estoy belicosa, a veces me pasa. Lo relaciono con los kilos extra, me siento una gorda resentida. Aunque todo lo anterior es completamente real y cada vez tengo menos tolerancia. En fin. Mejor me voy a leer a Cheever la hora que tengo hasta partir.

Ahhh, bueno, y la gente que habla todo el tiempo de "la inseguridad" como tema primordial, de la pena de muerte, de los asaltos. Detesto el enano que no puedo controlar y que se contagia del miedo logrando que se me vayan las ganas de volver (no sólo por eso, obviamente). Los medios argentinos están plagados de cosas inverosímiles. Los "famosos" salen a decir cualquier pelotudez y los millones de fachos sueltos y agazapados salen gloriosos a sumarse. Es un bajón lo que pasa en nuestros países, un bajón devengado de la decadencia de la educación, de la salud, de la desintegración social, de años de caída libre, décadas, de la dictadura, del menemismo, del delaruismo, del populismo K (ahora dicen que si pierden las elecciones se tienen que ir, un asomo de sensatez por algún lado, ¡por favor! cuál es el plan, ¿llamar a Duhalde?). México no anda mejor, la distribución de la riqueza fue siempre injusta, "la gente", ese colectivo tan vago como efectivo, la pasó mal por los siglos de los siglos. La diferencia es que no hay pasado glorioso para añorar, como tan caro nos es a los argentinos. Podría seguir, y seguir pero no viene al caso. Me indigno sola, alienada frente a mi computadora, cada vez más encerrada y sin interlocutores. Me deprime mucho la realidad sesgada en la que me muevo, el medio tan chato y las conversaciones que escucho a mi alrededor, cada vez que asomo de mi bunker. Pero no tengo mucha opción. Me adapto, me achato y me achancho. Y sobrevivo. Y ni siquiera la paso bien. Me aburro. Pero ni modo.

No hay a dónde correr.

Perdón el desliz, eh. En el próximo post volvemos al tono habitual.

Así de decadentes las cosas.

los hijos y las crisis

Mis hijos tienden a nacer en años complicados mundial o familiarmente hablando.

Simón nació en enero del 2002 y no creo que deba explicar el kilombo que era Argentina. Yo mucha cuenta no me daba. De nada. Era pendeja, tenía un bebé, un departamento, mi marido un trabajo con un buen sueldo. Sufrí mucho diciembre del 2001 pero después entré en planeta bebé y las hormonas se encargaron de anularme.

Roberta nació en febrero del 2005. Mi marido la pasaba como el orto en el trabajo hasta que terminó de quedarse sin. Vivíamos en un país que no es el nuestro, beba chiquita, familia lejos, etcétera. Ahí no pude hacerme la boluda, sufrí mucho y no tengo un buen recuerdo de ese año, pobre hija mía.

El aún sin nombre (es otro tema que me niego a tratar) nacerá este 2009. El mundo un día parece caerse a pedazos irremediablemente y al día siguiente pareciera levantar cabeza (o al menos es lo que transmite Cnn cosa que entiendo que no es del todo confiable pero es lo que consumo).

Hoy Jose cumple 20. Acabamos de desayunar todos juntos e iremos a comer a donde ella elija. A la noche irá al cine con su amiga Flor. No le compré regalo, hace dos meses le regalamos el ipod.

Diego cayó con el virus maldito pero como es muy irresponsable y no entiende razones, se compró un antibiótico. Detesto que en este país te vendan todo sin receta, claro que lleva a la automedicación. No le entra eso de que los virus se curan solos, que es un proceso y que hay que aguantar. Me saca. Aunque ya no discuto. Muchas cosas dando vueltas.

Yo le hablo a Antonio y Simón piensa que estoy loca. Para eso son las mascotas, pienso, pero no se lo digo. Está difícil y llorón y no sé qué le pasa, me agota la paciencia.

Sólo quedan 6 semanas de embarazo. Ahora sí que el tiempo está volando. Ya pasó la mitad de marzo y yo sin darme cuenta.

Tengo que ir al Super. Y no mucho más. No soy lo suficientemente disciplinada, ni mucho menos. Hago agua.

Así las cosas.

martes, 17 de marzo de 2009

quiero llorar

Me siento sola, sola, sola. No hablo por teléfono, no chateo, mi marido no me llama y cuando lo llamo me corta o me contesta mal. Son casi las ocho, ya quiero terminar el día de una buena vez. Un plomo todo.

harta de tanta estupidez

Como tengo una hora y media de espera en el club, decido, con muy buen criterio, depilarme las cejas en el interín. Siempre me depilo ahí, aunque los odio, me queda muy cómodo. Le pido a la señorita de turno que no se pase, que no me saque más que lo que sobra. Huele a chivo, me pone su axila muy cerca de mi nariz. Demasiado. Siento que algo no anda bien, le repito que no me saque más de lo estipulado. Me dice que no. Le pido que me muestre y oh no, no y no, me sacaste la mitad de una ceja, gorda. Lo peor es que me lo niega, me dice que no, que están las dos iguales. Estas cosas me brotan, mal. Gorda, me dejás como el ojete, deforme y encima lo negás. Son cosas de esta cultura que no entiendo. Pedime perdón y listo. Tres veces le dije hasta que lo admitió. Obviamente no pagué pero cuando me quise quejar con el encargado otra vez me tuve que enfrentar a la cantinela de no, pero si están iguales. Me despiertan instintos asesinos. Vivo en el lugar equivocado, lo sé. Soy yo. Pero te quiero ir a rapar las cejas. ¿Entendés?

No, claro que no entendés y pedir disculpas no es lo tuyo, pedazo de estúpido. No es la primera vez que tenemos problemas y todo por insistir.

En fin. Eso. No tenía bastante con ser obesa que ahora además, tengo una ceja deforme.

Así de infames las cosas.

y todo lo demás también

Ayer tocó Radiohead en esta ciudad. No sé hace cuánto que no pongo un disco de ellos (suelo no poner ningún disco en ningún lado, desde que vivo con Diego y dejé de tener mi cuarto con mi equipo de música, mi escritorio, mis discos, mi computadora y mis libros, no pude volver a poner discos, necesito un espacio reducido para hacerlos, como a veces en el auto). Creo que Kid A me lo regaló Lean para mi cumpleaños en el año 2000. Podría haber sido otro año, también. Debe haber sido el mismo en el cual yo le regalé la entrada para ver a Keith Jarret. Buenísimo ese concierto en no me acuerdo qué teatro. Ahora, no escucho ni Radio Head (excepto cuando lo pasan por la radio) ni Jarret. Debo decir que ambos solían gustarme mucho a pesar de lo divergente del género.

El sol no salió. Después del espectacular día de ayer, amaneció nublado. Y un poco fresco. Pasé la tarde mirando videos de VH1, esperando a que mi marido terminara de hacer unas cosas. Me odio por perder el tiempo así. Esperar suele ser para mí la peor forma de malgastar el tiempo, no porque lo bien use en otras circunstancias pero estar atada a los tiempos del otro me pone pésimo. Me malhumora. Igual, no me malhumoré, me entregué, mi cuota de enojo ya se había gastado en el club. Acosté a los chicos, Roberta se durmió a las cinco y media de la tarde, estaba agotada (según Diego se pasó a nuestra cama a eso de las once y él la llevó no sé a qué hora, yo nunca me enteré) y amaneció a las siete y veinte de hoy. Simón se bañó y cenó algo y después de eso, nosotros nos pusimos a ver El lector. Me gustó, aunque había leído el libro hace años y no me acordaba nada. También se ve que me perturbó porque soñé toda la noche con eso.

Pienso: no me gusta perder el control. De nada. Por eso, aunque no lo extrañe, dejar de trabajar fue una renuncia mucho más grande que el mero hecho de no ir a la oficina. En su momento no tuve opción pero cuando podría haber vuelto, preferí no hacerlo. A veces, es mejor relajar, aunque me haga sufrir. Por el mismo motivo no tomo alcohol. Y bien que hago, ahora, embarazada de siete meses por haber vomitado una pastilla, estoy muy convencida de que hago bien.

No tengo nada por delante. Casi no recibo mails. No tengo trabajo ni sé si lo tendré. No son buenas las perspectivas pero me lo tomo con calma. No me queda de otra. Quisiera poder hacer más cosas de la casa, como sacarle la pintura a un par de muebles y volver a pintarlos. No es lo que debo. Esperaré unas semanas más. Mañana se cumple la treinta y dos y así se vuela el tiempo. Y se acerca el parto.

¿Cómo haré?

No lo sé.

Le preparé el lunch a Simi, hoy after school. Le hice unos huevos revueltos a Tita, ayer casi no comió y después durmió demasiado. Ojalá sea una flaca consuetudinaria y no una eterna gordich traumada como yo. Qué mal la pasé, cómo me torturó mi madre (mucho y mal).

El día se extiende sin un fin claro. Lo bueno: es martes.

Así las cosas.

lunes, 16 de marzo de 2009

lunes puente

Simplemente es feriado. Y tuve un día sin demasiado para decir. Hubo mucho sol, fui al club después de meses, los chicos nadaron un largo rato, comimos mal y desincronizadamente. Diego siguió con el proyecto, los chicos van a mirar una peli y yo echo la hueva, marido va a trabajar. Ayer vimos Blindness, no me gustó nada. Y no mucho más. Más hueva. Total y absoluta. Relatos de Cheever y eso es más o menos todo. Mañana volvemos a nuestra aburrida y rutinaria programación habitual.

Así de feriadas las cosas.

domingo, 15 de marzo de 2009

lo que puede pasar

Vinieron a buscarme, yo estaba vestida, metida dentro de las sábanas semi dormida (sí, un ashco pero cero fuerzas de hacer la cama o buscar mantita o siquiera estirar un poco para no tocar con la ropa pero...). Bajamos a la condesa, comimos en restorán argentino hasta reventar (ahora me duele la panza, muy merecidamente). Pasamos rato largo en la Rosario Castellanos, sólo conseguí relatos de Cheever, caros pero no importa. Por una vez. Le leí libros a Roberta mientras Simón hacía lo propio acostado en las alfombras ad hoc. Diego daba vueltas. Compré, además, los dos regalos que necesito para próximos cumpleaños. Y volvimos. En el auto marido hace comentario que a mí me molesta. Reacciono mal. Él, al parecer, se enoja. O eso creo. Nunca más me dirigió la palabra. Yo, en lugar de leer, ojeo suplementos culturales y blogs afines, ahora iré a horizontalizar. Ellos, el resto de mi núcleo familiar, hacen el proyecto del espacio que urge entregar. Ni me meto. Siempre es para problemas. Mis opiniones molestan. O el modo en que las profieron. No me importa. Por una vez, no soy yo. Además, a mí todo me queda para el orto y me chupa un huevo: yo ya fui al colegio. Demasiados años. La educación formal dura una cantidad de años ridícula y yo no quiero reiterar todo tres veces más. No nací para eso. En lo más mínimo.

En fin. Me voy con mi acidez a otra parte.

Así las cosas.

domingo. interior. día.

Silencio en la casa. Sol espectacular afuera. Yo, en el sillón. Me encantaría estar en la cama, con la compu encima pero está descargada lo que implica que el cable no llega bien y la tengo que tener en una posición tan incómoda que neutraliza el placer de la horizontalidad. De todas maneras, no me concentro. No hice nada, una parte del desayuno, enjabonar tres cubiertos y buscar la ropa para que Diego le lleve a Tita al club. Estoy agitada y necesitaría dormir un rato más. Quería ir a la lagunilla pero suena a mal plan en este estado. Ayer, larveamos toda la mañana. Hitazo. En pijama, miramos lista de nombres, hicimos sobremesa de desayuno, después larveamos un rato más, nos bañamos, fuimos los cuatro a comprar regalo de Bianca, volvimos, vimos un rato de la historia de Pixar en HBO y después partimos hacia la fiesta. Estuvo muy agradable, platicamos, discutimos mucho sobre el nombre del futuro AB. Volvimos tarde, sin Roberta pero con Francisco. Vomité. Comer demasiado y cosas que me hacen mal, tiene esos efectos colaterales. Vimos Mad Men, antes intentamos encontrar algo pero con éxito nulo. Odio la tele. Y nos acostamos. Los chicos jugaron con el Lego y se autoacostaron. Unos genios. Hoy se agarraron unas lechitas de cartón y siguieron jugando Lego. Es la mejor inversión que se puede hacer. Nosotros nos quedamos en la cama hasta las nueve. Me voy a tirar un rato, debería juntar fuerzas y depilarme (no creo que lo logre) e ir al club (tampoco sé si lo lograré). Hay que hacer el proyecto del espacio, Diego quiere reproducir la superficie lunar con papel maché y luego pintarla. Debería poner el papel de diario en remojo. Por más inverosímil que parezca, no me da la energía. Detesto estar así. Con toda mi alma. Y no tengo libro que me tiente. Malísimo. En fin.

Así de domingueras las cosas.

viernes, 13 de marzo de 2009

podría decir que

Estoy harta de sentirme mal, de estar sola todo el día todos los putos días. De no ser cuidada, ni consentida ni nada nada nunca. Y eso que tengo un marido.

Estuve tirada en la cama la mayor parte del día. Choqué un auto y el miércoles tengo que ocuparme del seguro (es de una maestra del colegio de Simón). Me duele la espalda, la cintura y la panza. Hice unos brownies, me quedaron bastante como el orto. Toso. Le cambié el aserrían a Antonio. Le di de comer. Almorcé con tres nenes de siete años aprox, Jose y Tita. Leí. No hablé con absolutamente nadie. Ah sí, mi mamá. El teléfono casi no suena. Ah sí, suena, es la madre de uno de los niños. Empecé a ver Australia, en un momento el sonido y la imagen se desfasan y no hay nada que hacer. Irremediable. Diego pasa por casa a buscar ropa de tenis. El compañero de tenis, entretanto, me deja a su perro. No, claro, es que estoy espléndida...

Así las cosas en un viernes gris.

Algunas determinaciones

Pensé cosas. Ayer. Lo llamé a Diego y se las dije, me hice una lista mental, cuando las hago en el papel creo que es peor. O no. Nunca termino de comprobar nada. Salí antes de las cuatro, la amenaza de lluvia trae, de por sí, un tráfico mayor. Efectivamente, tráfico. Me había pasado la tarde leyendo un libro que hace meses había abandonado. La única estrategia la que puedo acudir cuando ya no quedan nuevos. Lo llevo por si tengo que esperar y en la Gandhi no encuentro lo que busco. No, no lo encuentro. Ni uno. Me indigno por los precios de los libros. Y sí, los que vienen de España están carísimos, me dice el vendedor que de literatura sabe menos que el que pone gasolina. Me indigno también por eso y extraño las librerías porteñas en las cuales los vendedores se apasionan a la hora de recomendar. Norte, La Barca, La Boutique...las librerías cadena no sirven para nada, aunque el fin de semana iré al FCE, es enorme y es cadena y no sé cuánto saben los vendedores pero es tan sentadora. Me voy sin nada. Nada. Afuera llueve a cántaros. ¿Cántaros? Tardo en llegar a la escuela de Simón, llega tarde porque fueron a la granja. Justo están bajando del micro. El pobre está agotado. Salió de casa a las siete y cuarto de la mañana y son las cinco de la tarde, México no es como Buenos Aires, eso no es común. Se tiró por el lodo, eran equipos, jugaron. Está emocionado. Mi plan de acompañar a Marian al aeropuerto se ve completamente frustrado. Tardo mucho en volver a casa y no llego a volver a bajar. Me dan algunas contracciones. Es el traqueteo. Los chicos cenan a las seis y media, afuera igual es noche cerrada. Se acuestan a las siete y Simón se duerme en el acto (antes leemos cuento, el cuento que está ilustrado con las pinturas de Rousseau, de mis preferidos). Yo bajo a mirar un poco de tele. Roberta le tiene miedo a los truenos. A mí también me afectan levemente. Se va a dormir a mi cama. Yo me duermo en el sillón, Diego viene tarde. A las ocho bajo a comer algo, lo mismo de siempre: pan con queso, fruta con yogur y granola. Podría no haber comido nada, pienso. Subo, me pongo el camisón y me meto en la cama. Primero considero ver Australia pero desisto. Leo. Cierro el libro y me quedo dormida. A las doce me despierto por un ataque de tos furibundo. Me duele el pecho, ¿serán los pulmones? La violencia de la tos me da contracciones. Llamo a Diego. Me manda directo al buzón. Detesto los celulares. Afuera sigue lloviendo. Roberta respira fuerte a mi lado, cómo de un cuerpo tan pequeño salen sonidos tan estentóreos. Intento no pensar. Me siento mal. Sigo tosiendo. Llamo al celular de la persona que sé que está con Diego. Me lo pasa. Le digo que me siento mal. Me dice que viene para acá. Pongo Australia. Es obvio: estoy desvelada. No puedo cambiar el audio, aparecen subtítulos y voces hablando en español. Desisto nuevamente. Leo. En realidad, primero paso a Roberta a su cama. Quiero estar sola. Leo cuarenta y cinco minutos. Diego no llega. Cuando tomo conciencia y empiezo a angustiarme, escucho la puerta del auto. Sube. Me saluda. Me dice que tiene que comer algo. Desayunó a las siete de la mañana y siendo la una y media del día siguiente, sé que casi no probó bocado. Las conductas alimenticias de mi marido son desastrosas, las mías también pero por otros motivos. Bajo yo también, pico porquerías. Son las dos de la mañana. Sube con su chapata rellena de salchicha, jamón y queso, pepinillos. Se ahorra la cerveza. Es bastante. Charlamos un rato. Nos dormimos a las dos y media o vaya uno a saber a qué hora. Cenamos juntos sólo una noche. Hoy se va a jugar al tenis. Lo extraño cuando no lo veo. Me cuenta cómo le fue.

Pienso en retener estos momentos. Sé que después uno se olvida. Se exacerba la conciencia de la memoria como impostación. Sólo a uno mismo. Ahora somos cuatro. Pronto seremos cinco. Ya no recordaremos cómo era. Ya no recuerdo cuando éramos tres, sólo postales de un pasado, que como todo pasado, se desdibuja, se reforma, se retoma y se deshace. Ojalá pudiera retener. Los días se escurren, los meses, los años. Caída libre. El proceso de aceleración funciona perfectamente.

Me duele la garganta. Me duele el cuerpo. Tengo que comprar un regalo, ir al cajero. No tengo fuerzas suficientes y sin embargo, tampoco opción. Vienen dos amigos de Simón a jugar a casa. No, no es el momento adecuado pero qué hago. Tiene que integrarse e invitar más. Que lo inviten. Este año lectivo fue raro a ese nivel. Tampoco yo tengo demasiada energía, por eso me esfuerzo. Además, nunca dejaremos de ser extranjeros. Me agoto. Me voy a bañar.

Así las cosas.

jueves, 12 de marzo de 2009

si

Usara el tiempo que pierdo acá en algo productivo, hubiera escrito una novela, terminado una carrera universitaria (otra), una maestría, sería chef internacional, tendría aún más hijos, jugaría tenis casi profesionalmente, hubiera corrido una maratón de 42 kms, etcétera, etcétera, etcétera.

Pero no, no hice absolutamente nada que valga la pena mencionar. Y sigo sin hacerlo.

Malísimo!

y por qué tan temprano...

Porque Simi tenía que estar siete cincuenta en la escuela. Horario de primaria, para practicar. Se va a la granja que van todos los años, sólo que en cuanto van creciendo, se quedan más tiempo. Hoy hay que buscarlo a las cinco. Yo sigo mal. Me duele la garganta y toso. Pero no salen aliens como ayer. Al menos no tan espeluznantes. Me acosté tarde, me habré dormido a la una y media y me desperté a las seis y media. Parece que es suficiente. Practico. No tengo ni idea cómo me las voy a arreglar con toda la prole. Fluctuo entre una hueva sin control y un cuestionamiento absoluto a la certeza de que el amor filial no tiene parangón, que es todo. En poco tiempo tendré una respuesta sino acabada al menos preliminar. Es decir, puede que esté feliz o que me quiera matar. Todo es verosímil.

Por lo demás, le dije a Diego de ir a comer y ahora dice que él me invitó que no me invita más si no voy. Me ofende su tortillismo. No me des vueltas las cosas, dear, no estoy para estas pavadas. Roberta no quería ir a la escuela, la convencí con promesa de peli y con ir a comprar el regalo de Bianca, cumple dos años.

En fin. Podría aprovechar y dormir. No se me da bien eso.

Así de madrugadoras las cosas.

Laura va

Se va hoy. A la noche. Ayer cenamos, como todas las cenas hace casi dos años, cenas de chicas. Desarrollé piel de rinoceronte, no hay otra forma de vivir afuera. Ya no lloro. Ahora soy fuerte y pienso que la vida da muchas vueltas, que nos encontraremos pronto por ahí, como siempre, en principio en el gchat. También como siempre. Mi amiga más gchat. Qué raras las vueltas de la vida. Nunca pensé que viniera y ahora se va. Se casó. Se muda de país. La playa. Qué suerte. La vida te puede dar sorpresas agradables y este es el caso. Un gran caso.

Y la próxima no va a estar y yo no me voy a dar cuenta de que no va a estar más. Uno no piensa en esas cosas. O las piensa de refilón, las piensa sin pensar realmente. Y la vida pasa y los años pasan y así, así.


En fin. Te quiero amiga. Y seguramente la ciudad extrañará tus paseos por ella. Carterita veloz. Desde acá, con tu sombrero, el bus rosa, el lapicero forrado de papeles de titas y alguna otra de tus personales improntas, te tendremos siempre presente.

miércoles, 11 de marzo de 2009

cosas que podés hacer cuando estás enferma

Mirar una película pedorra con Kate Hudson, que es una diosa sin control, comer sushi dos horas después de comer pescado con arroz a la hora de la comida, no bañarte, comer una barra de cereal All bran, trabajar en la cama, no buscar ni traer hijos. Igual, tengo que bañarme para ir la cena y hacer todo lo posible para que el gris topo del cielo no me desanime del todo.

Igual, quiero sentirme bien y tener energía.

Y bailar. Extraño enormemente bailar.

no remonto

No sé hace cuánto que no me sentía tan mal. Convengamos que este embarazo está siendo muy difícil pero tener una gripe así, me parece demasiado. No dormí bien, como todos los días, me levanté con dolor de garganta y con mocos cada vez peores pero con energía. Fui al super acompañada de Jose y me empecé a sentir cada vez peor. Cuando llegamos a cas ano pude más que acostarme y el cuerpo me dolía cada vez más. Ahora también me duele la cabeza y me cuesta respirar. Tuve que pedirle a Diego que fuera por los chicos, no me bañé, sigo en calzas y no sé si tendré fuerzas en algún momento. Vienen a grabar a Simi y a las cuatro tiene piano. Le pediré a Jose que lo lleve en un taxi. A la noche es la última despedida de Lau en lo de Marian, tengo que sí o sí sacar plata del banco pero no creo poder ir.

Uf, sí, una crónica malísima!

Pero así de enfermas las cosas.

martes, 10 de marzo de 2009

hace mucho que no me pasaba

Extrañar ser joven. Sólo pelear con madre de vez en cuando. Tener veintipocos. Conocer a alguien. Desear que llame. Pensar en qué ponerse. Lugar. Telos. Sexo. Cuánto se ajusta al ideal. ¿Hay ideal a esa edad? Emoción.

Ojo. Me encanta ser treintiañera. Sólo que...un día de no pelear con hija, no tener que preparar comida, no decir a lavarse los dientes, no buscar en escuelas, no hacer tareas. Ahora sumamos teta, pañales, baño, no dormir. ¿En qué me metí? ¿Quién me mandó? Lo pienso todos los días. Todos y cada uno.

Sí, tengo a Jose. Eso es mucho. Lo sé.

Un poco de nostalgia de vez en cuando, no pasa nada...

el frágil equilibrio

Me quedé dormida a las ocho de la noche creo que con E! de fondo en el sillón recién lavado. Bajé a comer pan con queso y yogur con granola (sí, alguno de los dos ítems sobró pero no pude evitar ninguno). Y me acosté. Eran las nueve y algo. Diego tenía cosas que hacer por ahí y sabiendo que llegaría más tarde de lo que mi pobre cuerpo aguantaría, desistí de esperarlo para cocinar el bife. No sé a qué hora llegó, sé que lo vi darme un beso y luego subir con la bandeja con el plato de sopa (había sopa de verduras hecha y no hizo más que calentarla, su único alimento del día). Lamentablemente sólo duermo de nueve a doce aproximadamente. Después, la noche se vuelve una suspensión incómoda en el tiempo. Doy vueltas, me sueno los mocos, sueño cosas raras, me despierto. Del resfrío estoy peor que nunca, me sale sangre de la nariz, me levanto escupiendo los peores aliens que uno podría imaginar que residen en el aparato respiratorio...Ahora me volví a la cama, luego de preparar lunch y desayuno y no creo que vaya a levantarme en breve. No estoy tranquila. Mi labilidad es tal que en cuanto veo a marido nervioso, caigo yo también. Me empiezo a sentir en la cuerda floja. Siempre prefiero engañarme, pensar que todo todo va a salir bien, no pensar. A veces, no se puede. Y pierdo lo poco que había ganado. Tal vez sean los mocos y la panza enorme. O tal vez sea sólo lo mismo de siempre.

En fin. Así las cosas. Día libre hasta las tres. Y no mucho para hacer, sólo lectura.

lunes, 9 de marzo de 2009

fastidiadísima

Llegamos hace una hora de lo de Pau y ya no soporto a mis hijos. No sé si ellos están verdaderamente pesados o yo estoy con el disco rayado. Posiblemente sea una combinación. Me siento desasosegada, hastiada y fastidiosa. Una joyita. ¿Será que tengo demasiado poco para hacer y que encima no me siento bien? Posiblemente.

Así las cosas.

de un post a otro

Puede no pasar nada, de hecho, en mi vida no pasan demasiadas cosas y menos emocionantes. Pero sí se pueden ver unas cuantas pelis. Terminamos de ver la de Guy, finalmente me concentré y la vi como una persona normal, y sí, siempre hace un poco lo mismo con su very brtish sense of humor. Igual estuvo bien. Después Rachel getting married, dramón indie americano. A mí me gusta ver esas cosas y a Diego lo torran, es verdad que a los daneses esas cosas le salen mejor pero dejar un rato Hollywood se agradece. Y acto seguido, Milk. La terminamos de ver en la cama, bah, yo la terminé de ver en la cama mientras mi marido roncaba a pata suelta. Ya desayunamos, Roberta se bañó con el padre, la vestí, preparé lunch, se fueron, corté un kilo de fresas y les puse Splenda. Y ahora estoy en la cama, con ganas de hacer fiaca. Después activaré un poco. Leeré, me bañaré, llamaré a los tapiceros para que de una vez me hagan las fundas, iré a buscar a los chicos y no mucho más. Tarde libre. Amanecí agotada, duermo mal, me sigue doliendo la garganta y ayer tuve muchas contracciones. Me deja el cuerpo baqueteado mal.

Así de lunes y tranquilas las cosas.

domingo, 8 de marzo de 2009

Cercano a la felicidad

Fue el finde. No me sentí bien ayer a la noche, casi no dormí pero eso fue lo único malo. Ayer festival de Simón, bailó disfrazado de mono, llegamos tempranos para poder sentarnos cerca, eso le importa mucho. Después comida en casa, despedida de Lau, comida rica, día hermoso, la pasamos super bien. A la noche no pudimos ir al cumple de Maia, contracciones y no nana. Hoy, yo fiaca a la mañana y después un rato de centro, entramos al Palacio de Bellas Artes para que lo conocieran los chicos y después comimos en la Casa de los Azulejos. Ahora vemos Rockanrolla, yo no le presto mucha atención, es como ver Snatch de nuevo, o me da esa sensación porque ayer ya me quedé dormida en el intento y perdí interés. Tenemos otras que me copan más. Amor, un poco de tensión pero no excesiva. Lo mínimo que el sistema necesita.

Voy a concentrarme en la peli.
Así el domingo.

sábado, 7 de marzo de 2009

si yo me ofendiera por todo

Hace muchos años que no le hablaría. Estoy agotada, no me siento del todo bien y además, me siento horriblemente sola dentro de mi propia casa. ¿Es tan difícil entender que hay que ser un poco más considerado con una embarazada? Parece que sí.

viernes, 6 de marzo de 2009

viernes, interior, noche

Fue un día semi productivo, terminé un informe, me bañé, fui a Wal mart, me encontré con Flor que se estaba haciendo los pies en la pelu, hicimos nuestras pequeñas compras juntas (yo pan y cokis para mañana que es la despedida de Lau en casa), y cada una partió hacia su destino. Hice una tuna salad y una pastita de berenjenas, también para mañana, leí otro de los libros y acabo de terminar el informe. En el medio comí pan negro con queso crema y salmón (creo que este lujo se va a terminar con la devaluación, todavía tenía de mi última excursión a Costco pero no creo que siga siendo posible) y después salí corriendo a buscar a Tita, llegué media hora tarde, el tráfico de los viernes es todavía más impredecible. Claramente. Juntas pasamos a buscar a Diego por la oficina. Me sigue doliendo la garganta, es inverosímil, Simón todavía no llegó, el programa del cine parece que se extiende, en un rato más si no aparece la madre del amiguito, llamo. Mañana temprano festival, después evento en casa y a la noche cumple de Mai. Cartón lleno. El domingo, nada. Descanso. O teatro con los niños, esa opción me cierra o finalmente La Chapelle. No pasé por Gandhi, finalmente. Siempre se me pasa el tiempo sin saber bien cómo. Abducida por la compu. Pesada por la panza.

En fin. Buen finde para todos.

en babia

O mejor, dicho, pensando demasiado. Escucho en la radio un programa que se dedica exclusivamente a política y economía. Lo escuchaba mi marido y yo lo rechazaba de cuajo, preguntándome cómo podía ser que se plegara a semejante fachos. Ahora soy adicta. Son un poco reaccionarios pero ante todo son bastante sensatos y odian a todos los partidos por igual. Me caben. Eso sí, no paro de maquinar. Crisis mundial, devaluación impensada del peso mexicano, el mundo que se va a la mierda y números que dan miedo. No importa. Digo, sí importa, los números negativos son gente que la pasa mal. Eso es un hecho. Pero yo, embarazada de siete meses, sólo puedo pensar en pavadas. Debería. Detesto leer estupideces en los comentarios. Por favor, absténganse y no, no los publico. Yo me quejo lo que se me canta el orto porque es un blog. No es un sitio oficial de nada. Es un pedorro blog personal sin contenido. No entremos en discusiones absurdas. Odio tener que decir estas cosas.

Dormí mal, me desperté mil veces pero claro, en el medio soñé que conducía un programa con Piñón Fijo. Me iba como el orto. Yo gritaba y le intentaba poner onda y el público (mucho) no reaccionaba. En cambio, Piñon decía cualquier pelotudez y todos se reían. Era sencillamente terrible. El gran problema es que nadie me había coacheado. Una vez terminado todos tenían cara de velorio y se grababa el próximo pero en ese ya no participaba. Sí, mi inconciente está demasiado creativo. Debe tener que ver con Oprah. Ayer vi su THS en E!. Me encantaría tener un talk show...Tal vez tanto delirio tiene que ver con que paso demasiadas horas horizontal. Me metí en la cama a las nueve y diez y a las nueve y media estaba torrando. Soy lo menos.

Hoy llega Diego. Simón se va al cine con un nene de la escuela. Estamos probando nuevos amigos, no es fácil socializar en esta ciudad. Posta. Tal vez por extranjeros, no lo sé. Roberta se queda a comer en la suya, tuve que luchar para que se levantara, no quería ir, le prometí faldita y que podía desayunar una barra de cereal. Accedió. Y después pidió quedarse a comer. Accedí. Tengo muchas horas libres. Tengo que terminar un informe que se me complicó. Tengo que ir a Costco (si junto fuerzas) y voy a ver si me invento algo. La tarde es muy larga para no tener ningún programa. Necesito madres amigas. Antes tenía más.

En fin. Así las cosas.

jueves, 5 de marzo de 2009

ahora resulta que

Soy la mejor amiga de Antonio. No sé qué me pasa, no soy yo. Me levanto y me fijo cómo está. Justo en este momento tengo su jaula al lado mío, veo que se rasca. Le puse comida, lechuga y unas cositas más. Le lavé la rueda que ya era un asco y el vaso lo exilié. Está claro que para sacarlo de la jaula lo ponés en un vaso pero no es necesario que el vaso permanezca dentro de ella. Se vuelve una mugre. También intenté tocarlo. ¿Se me estará ablandando el corazón de hierro? Llevé a Roberta y compré el jarabe para la tos que nos recomendó el médico hace días y que no había comprado aún. Estoy cansada, es obvio, dormí muy poco y fui y vine. En lugar de estar tirada descansando, estoy en la cocina. Arriba lavan las alfombras, no se puede pisar. Simón no sacó nada de su cuarto y ahora revolotea. Juega con mi Iphone, me habla. Quisiera decirle que a esta hora las madres y los hijos no interactuamos. It´s school time. Acostumbro a estar sola. Y me gusta.

Con mi marido hablé ayer a la noche y no tuve más noticias. Una vez más. Su mala costumbre. Claro que recibí mail de madre. Me duele la espalda. Y quiero dormir. Voy a leer lo que me corresponde. No se puede ser tan pajerta.

En fin. Eso. Sol de marzo. En breve empieza la primavera. Nace el bebé pero al margen de eso, no tengo zanahoria. No plans at all. Me quiero ir a vivir a la playa. A USA. Sí, es una mierda pero me cierra el plan. Aunque no exista plan. No hay señales en el horizonte.


Así las cosas.

ao vivo las 24 hrs

Simi se queda en casa, finalmente se contagió y tose como perro. Tita sigue tosiendo como perro pero menos rasposamente. Vienen a limpiar las alfombras, lo quise suspender pero no tengo el teléfono. La persona que me los pasó los llamó directamente en lugar de mandármelo por mail. Rarísimo. Nos iremos corriendo de un lado a otro de la casa. Ni modo. Ahora, a desayunar. Tita se levanta contenta si le digo que se puede poner faldita. Debería dejar que se ponga faldita todos los días, mi vida sería mucho más fácil.

Cené de más. Generalmente no ceno y menos fritos-los eliminé de mi dieta completamente- pero en el Covadonga no había mucho opción y pidieron rabas que ni siquiera son como en el sur, son a la romana. Comí mucho, de todo lo que pedimos me gusta sólo la empanada gallega, del resto comí sin sentido. Ahora me arrepiento. A mí también me duele la garganta. Otra vez. Y el cuello, estoy muy contracturada hace días. Es horrible, lo había olvidado. Lo bueno es que no hay after school y tengo que andar menos en auto. Aunque suene ridículo, para mí es un alivio enorme.

Voy a intentar aprovechar el día. No es lo que mejor me sale, claro. Lo sabemos.


La pasé bien anoche, me dormí cerca de las dos de la mañana. No recuerdo cuándo fue la última vez que pasó algo así sin que fuera por malestares varios. Salí, me despejé, ventilé, me reí, platiqué (lo hago poco, ya sabemos). Y eso fue más o menos todo. Ahora vuelta a la rutina de mocos y tos y llevar y traer y pensar en qué van a comer y leer y hoy, al menos, no tareas.

Así las cosas. Me voy...pero vuelvo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

gratitud

Andrea, Diego, Flor, Merin. ¡Mil gracias! Algunas cosas salen y otras no pero lo importante es la actitud.

No me recuperé mucho de la movida matutina. Llevé a Simi a su clase y lo busqué. Hablé vía skype con el amigo americano que me deja mensajes en clave y yo, que soy bastante naba, no los cazo. También intentamos mostrarles a Antonio a mis padres pero estaba hecho un bollo justo al lado de su rueda y fue imposible verlo. Avanzo lentamente con la novela. Me pierdo. Pero no desisto (con estas no se puede). Tengo que pasar por la librería (será Gandhi, no me da para ir a la condechi) a buscar unas cosas que me interesa leer y otras que me interesa tener hace rato (que leí pero nunca tuve en mi poder). La nieta del señor Lihn, de Philippe Claudel está por la mitad. Pastoral americana de Roth, la terminé pero la leí semi en diagonal. No tengo nada para seguir. Bueno, podría retomar alguno de los muchos libros abandonados entre el año pasado y este, pero está claro que por algo los abandoné y no estoy justo en el mejor momento para hacer esfuerzos sobrehumanos por aguantar literatura.

De mi marido sé poco y nada. Cuando está entretenido se olvida completamente de mí. Sí, se la pasa grabando de un lado a otro, es cierto, pero todos siempre tenemos un rato para llamar.

No desistí del curso de pastelería, empieza el 18 de marzo pero tienen que convencer a las otras participantes de adelantarlo una hora porque si no, no puedo asistir. Estoy harta de ser chofer y de no poder hacer nada por lo mismo.

Otros planes para cuando pueda moverme libremente:

pintar los muebles de la cocina que son pintables
organizar una buena huerta en el jardín, semi detesto estas tareas pero me encanta poder consumir las cosas que cosechamos
el diario en papel (esto lo debería hacer ya)
hacer gym me parece una obviedad

Y no sé qué más. Mis aficiones son de vuelo bajo.

Todavía me falta un rato para ir al Covadonga. A las nueve recién sale Pau del consultorio, en Polanco. Iré a buscarla en un taxi, no puedo manejar ni un minuto más. Falta baño, comida, cuentos. Leer y leer. Y desear que me siga la buena racha emocional (¿nadie notó mi buen talante?).

Así las cosas.

así, no llego

Acabo de entrar, son casi las once de la mañana y me fui a las ocho. Bueno, nos fuimos. Como iba al súper, Jose se ofreció a acompañarme. Menos mal. Tardamos en llegar a las escuelas porque había mucho tráfico. La vuelta fue pesada y todo el súper, agotador. Eso que no llevaba el carrito ni tuve que sacar todo yo sola. Fui como las señoras de acá, con la nana. Qué ridículo si no tenés algún problema. No me lo explico muy bien. Yo, con ayuda y todo, me siento pésimo. Me acabo de comer una barrita All Bran de fresa, no tengo mucho tiempo hasta que tenga que volver a irme. En el medio, bañarme. Desde ayer no pasó mucho. Intenté ver una peli bien bobich que compré el sábado pero no anduvo en ninguno de los dos dvds. A las ocho y diez estaba con el camisón puesto y presta para entregarme a una sentadora comedia romántica cuando la desilusión fue mayor. No tengo ganas de nada más. Puse Cnn y a eso de las nueve y cuarto estaba durmiendo. Tita se vino en algún momento de la noche a mi cama. No duermo bien. No por ella. Los dos están muy emocionados con la mascota. Simón no tiene muy en claro el tema de los mamíferos, reptiles, aves...Hoy, hablando de eso en el auto, pregunté qué eran los pingüinos y me contestó reptil. El pobre Antonio todavía no está bien lejos de la mamá, tiembla, pobrecito, acurrucado en el aserrín. Me apiadé y le di unos pedacitos de manzana, el primero se lo comió feliz. Al rato veré qué hizo con los otros. Pasó la noche en el cuarto de los chicos. Yo también preferiría no tener una suerte de ratón peludo en mi hogar pero no puedo ser peor de lo que ya soy. Sargento. No soy una madre piola, canchera y comprensiva. Soy una mamá monstruo. Y así y todo, mi hija es el ser más caprichoso que conozco (pareciera que más que su padre aún) y Simón va a la escuela completamente despeinado, no hay forma de hacerlo entender que mucho no da. Suficiente con que Diego le corte el pelo con la maquinita, todo desprolijo. No le importa nada. Llego a que se lave los dientes y no mucho más. Y que lea.

Pienso: los últimos seis meses estuve con mis hijos todavía más de lo que acostumbraba antes. Ayer, por ejemplo, llevé a Simi al dermatólogo y Roberta vino conmigo. Yo no hacía esas cosas. No andaba con los dos de acá para allá. ¿Me mexicanicé? ¿Ya no pienso bien? No tengo casi espacios propios, no hago casi nada sin ellos. Es bastante terrible, lo sé. Pero no veo que esto justo vaya a mejorar ahora.

Hay sol. La temperatura es casi ideal. Tengo la tarde semi libre (sólo llevar y traer a Simón de piano) y aprovecharé para leer las cosas de laburo. Ya no me acuerdo cómo era eso de socializar. Nadie me llama, no llamo, no meriendo, no nada. Ah, a la noche tengo cena de chicas. Milagroso.

En fin. Así las cosas.

martes, 3 de marzo de 2009

éramos pocos y...

Carmen nos regaló un hamster. Bah, no fue Carmen sino Vero, su hija y diría que se lo regaló a Roberta para el cumpleaños. Temo por el futuro del pobre Antonio, así sugerí que le pusiéramos y pegó, conociendo nuestra tendencia a eliminar mascotas. La jaula es de plástico de colores y el pobre es mini mini. Tiene tres semanas, a lo mucho un mes. Escucho que en la cocina le ponen comida, aunque tiene. Una vez por semana hay que cambiarle el aserrín y dicen que come cualquier cosa. Veremos. Ojalá les sirva de algo a mis hijos. Como una responsabilidad o semejante. Ya no sé. En fin. Así de animalejas las cosas.

resoluciones

Ayer me di cuenta de lo obvio: tengo que tener un diario en papel. Lo voy a poner en práctica, en cuanto logre vencer la inercia. La inercia me gana siempre. Empecé a coser la toalla de bebé que íbamos a hacer con Xime. Ella está a mil y yo al pedo. Será para el bebé pero...intenté coserla cinco veces, la cosí y descosí una y otra vez, me queda como el culo. Decidí subirla a mi cuarto y resolver qué hago, el punto atrás de un lado queda más o menos digno y del otro, impresentable. También pienso en escribir pero ni siquiera abro el word. Mando mails para artículos pero no soy la persona en el mundo a la que más le responden. También pensé en hacer pan pero después me veo amasando, con la panzota de casi siete meses y desisto. Tengo tres novelas en mi haber. Soy mano de obra barata y que hace el trabajo más bajo dentro de la cadena. Pero me gusta. El jueves vienen a limpiar las alfombras. Un tick.

¿Qué lugar tiene el bebé? No lo sé. Todavía no lo vislumbro. Tres hijos me resulta impensable. Sólo espero revertir cuando nazca. Si no, Houston we are in trouble.

Mañana súper. Buscar pantalón de Simi (no olvidarse, urgente). Y cosas así.

Estoy agotada y ya tengo que volver a irme.

Mmmmmmmmm.

a punto de salir

Hice el recorrido, volví, me bañé y ahora vuelvo a salir, a menos de dos horas de haber llegado. También hice una salsa blanca. Quiero escribir. Lo necesito. Hoy, bajo la ducha, después de años o tal vez por primera vez en mi vida, tuve la certeza de que es lo que quiero hacer y me sentí capaz. Por un lado, la voluntad. Por el otro, las oportunidades que se escabullen. ¿Será que hago todo mal? Nada tiene que ver el talento propiamente dicho en esto.

Por lo demás, me siento pésimo. La gripe pareciera estar por irse pero no, toma nuevos bríos y hace que me duela todo, como si recién empezara. Sensación de sinusitis.

Me voy. Vuelvo al rato.

todavía no empecé

Roberta pelotudea con su quesadilla. Me saca que pida y después no coma. Simón y yo terminamos de desayunar hace diez minutos. Ella da vueltas, siempre. Suspendí el after school, sólo por hoy. El tema es así. Me falta ir y volver de llevar a los chicos, pasar después de bañarme por la oficina y luego por Planeta, después tenía que hacer tiempo tres horas hasta buscarlos. Por eso desistí, porque después club y después dermatólogo. No me da para todo. A la noche tuve contracciones, mientras miraba El curioso casod e Benjamin Button. Lo bueno de esas películas en general- y de mirarlas en dvd en particular- es que esperás que sean peor de lo que son. DIgamos que no tenía nada mejor que hacer. Un poco me angustié por sentirme así pero pasó. Roberta se vino a dormir conmigo. No fue una buena noche. En fin. Hora de partir. Me queda mucho por manejar y estacionar y bajar y eso no está bien. Pero ni modo.

Así las cosas. Tempraneras.

lunes, 2 de marzo de 2009

Apocalipsis now

No sé para qué carajo me empeño en leer los diarios si me deprimo y preocupo fatalmente. La sensación es que todo se derrumba y aunque uno sepa que no, que el mundo no cierra es indefectible la sensación de labilidad.

¿O soy la única estúpida a la que le pasan estas cosas?????

bolón diabólico

Eso me canta mi marido, obviamente al son de ese tema de los Babasónicos que ya tiene mil años. Yo me río. Aunque quiero llorar. No me gusta ser gorda. Para nada. Espero que sea coyuntural, claro. Diego me dice: "No estás gorda", lo hace con cero convicción pero yo se lo agradezco igual. Me río de que me persiga para toquetearme, yo con este volumen tan poco digno. Ni siquiera engordo por comer cosas ricas. Es sólo un problema de cantidades + falta de ejercicio. Estoy enorme. Y celulítica. Dios, qué flagelo.

Acabo de llegar de llevar a los chicos. A las siete y media me despertó Simón preguntándome cuándo íbamos a desayunar. Yo soñaba que me peleaba con mi papá, a los gritos, porque tenía una novia asiática de 45 aprox. que a su vez era la novia de un candidato de mi mamá (mis padres siguen casados y en el sueño también lo estaban). Mi mamá sufría mucho por su culpa. Me sentí tan estresada como si hubiera estado gritando en la vida real. Malísimo. Simón se visitó, yo llamé a Josefa muy enojada porque no estaba en casa, el sábado antes de que se fuera le pedí por favor que llegara temprano, que iba a estar sola. Le chupó un huevo. Diego partió a las cinco de la mañana, me dio dos besos y se fue con sus bártulos. Entonces, mi hijo mayor bajó e hizo, solo, el desayuno. Puso toda la mesa perfectamente y las tostadas para él y para mí estaban en sus respectivos platos cuando bajé, después de pelearme horriblemente con Roberta por su outfit. No lo podía creer. Sos un genio, Coco. Mil gracias. Estaba orgulloso, se preparó su tostada de pan negro con manteca y azúcar mientras yo me hacía el café. Partimos, dejé a cada uno en su escuela y a la vuelta tomé el camino equivocado por lo cual tardé mucho más de lo esperable.

La grasa en mí tiene un efecto rarísimo: me da comezón. Ahora checo las cotizaciones del seguro médico. Es principio de mes, la puta madre, se viene la andanada de gastos y después la andanada de gastos anuales. Vivir es imposiblemente caro si tenés una familia. Últimamente, de todas maneras, intento pensar en positivo respecto a ese tema. Los miedos atávicos que posiblemente se remitan a algo más que la novela familiar del neurótico, son una lucha semi perdida. Igual, no la abandono. También tengo que llamar a LG porque el microondas volvió a dejar de andar, una vez más.

El cielo está hermoso y amaneció helado. No se entiende bien el devenir climático. Lo que menos entiendo es que ya sea marzo. Marzo. El año comienza oficialmente (sobre todo en el cono sur, acá las correlaciones del calendario con el curso de los acontecimientos son más intrincadas). La vida que se pasa.

Ayer pasé la mañana con Tita. A las dos nos vino a buscar el segmento masculino de la familia (aunque parte de él, lo llevo puesto en su forma proto) y fuimos a Cumaná. La mesa era larguísima y la cantidad de gente, exagerada. Estuvo bien. Comí pizza muy demás. Volvimos, Simón jugó con Francisco mientras Diego hacía la valija. Esta vez no se la hice yo, no me daba el físico. Después, vimos Slumdog Millionaire. Me gustó. Trajeron a Tita y buscaron a Pancho. Simi se dio un baño rápido y hubo un rato de angustia, creemos que generada por la partida del padre. Cuánto sufrimiento ver a un hijo triste. Aunque sea sólo un ratito y por lo general, sea un niño feliz. Cuando finalmente la casa estuvo en silencio, miramos en la cama, Frost/Nixon. Un poco me dormí. No se sostiene.

Empieza la semana de soledad. Padezco un poco que todo recaiga sobre mí. Aunque sé que no pasa nada, eh. Sólo que no se reparte y eso no está bueno.

¿Y mi carisma? Perdido. Antes, si ponía voluntad podía, tranquilamente, ser el centro de atención, a veces lo hacía y lo disfrutaba. Ya no.Ya no me interesa tampoco. Prefiero camuflarme, participar lo que corresponde y huir a mi guarida, a ver pelis.

¿Será la edad?

En fin.

Así las cosas.

domingo, 1 de marzo de 2009

el encierro

Hay sol. Aunque amaneció así, después se nubló y ahora salió nuevamente. Claro que son las diez y cinco de la mañana y hace más de tres horas que estoy despierta. Si no gastás energía no necesitás recuperarla. Así de simple. Ayer pretendía ir a ver la muestra de La Chapelle. Intento ponerme media pila pero mi marido no me acompaña, todo le da fiaca. Sí, me dice que sí, me dice que sí y llega a las tres del club y entonces recién a esa hora comemos la pasta que preparé (con una salsa de pollo y tomates secos y vino blanco, cocino mal pero le pongo un toque de garra). Igual, me da la razón. Desde que llegué de Argentina (el 2 de enero) sólo bajé a la condesa una vez. No fui ni a una muestra, ni a un museo, ni a un concierto, ni a una obra de teatro. Nada. De nada. Hace seis meses que mi vida está suspendida y no veo que esto vaya precisamente a cambiar con el nacimiento del bebé.

Entonces a la cuatro, cuando es obvio que ya no vamos a bajar a la civilización porque el tiempo simplemente no da, decidimos ir a comprar películas. Yo me siento pésimo, el resfrío en lugar de menguar, se acentúa. Tita está igual de mal que siempre, también. Demasiados días. Compramos diez pelis. Llegamos, cuando los chicos terminan de ver la peli que los dejamos viendo, salimos diez minutos a que anden en bici. Miramos la final de dobles del ATP de Acapulco. No me gusta el tenis sobre polvo de ladrillo. Después miramos Iron chef y Diego les hace algo de comer. Los acostamos y vemos nuestra peli. Primero la de los Cohen que nos había quedado suelta y después Rudo y Cursi. Cómo esa gente puede producir algo tan malo. Tan tan tan malo. Nos alegramos de no haberla visto en cine (ridículamente porque hace más de seis meses que no vamos al cine a ver una película de adultos).

Diego se va mañana temprano. Hoy supongo que comida. Espero que las chicas nos curemos en breve, hay papeles con mocos por toda la casa. Inaguantable la gripa.

Por lo demás, skypeamos con Maros. Con mi madre y ahora, después de que los muchachos partieron hacia el club, Roberta mira Kung Fu Panda en la sala de tele y yo estoy tranquila frente a la compu y pretendo leer los diario.

No hay reflexiones y ni nada. Hay domingo que se extiende y el cuerpo baqueteado. Ya se termina, ya se termina. Y empieza un baile para el que no sé si estamos preparados.

Así las cosas.