sábado, 31 de julio de 2010

Crónica de unas vacaciones cualquiera

Día 3

Hoy es más temprano: las 7.30pm. El resto de la familia está en la pile y yo escribo en el silencio del dpto. Me duelen las piernas. Acabamos de subir de la playa. Hoy casi no nadé. Me metí cinco minutos y salí. Ir al mar sin ganas no da. A la mañana fuimos a Tulum. Hicimos una pasada rápida pero siempre pienso lo mismo: deben ser las ruinas más hermosas. Bajamos a la mini playa porque marido se empecinó. Escaleras empinadas, yo con la carreola, él con el bebé. Un poco de vértigo. Me quedé cuidando todo mientras los demás se metían. El color del mar no tenía control. Fueron unos minutos. Yo detesto meterme sin infraestructura. Subimos y volvimos. Tomamos el trencito que atraviesa los 800mts entre el estacionamiento y la zona arqueológica. No daba caminar bajo el sol (aunque a esa altura ya se había nublado). Nos habíamos encremado mucho. Los varones sufrieron quemaduras a pesar de las prevenciones de días anteriores. Camarón bombay look. Yo sigo blancuzca y cada vez más chanchi. Roberta maneja el verdadero tostado caribeño, buena piel la pendorchita. Intentamos comer por ahí pero no vimos nada que nos convenciera así que emprendimos la retirada. El refri lleno de cosas ricas nos tentaba más. Los menores hicieron siesta en el viaje. Ahí llovía pero acá no. Marido preparó mejillones a la provenzal con un poco de vino blanco (me los hizo porque me COPAN), un coctelito de camarao deli, un ceviche de mero que dejamos porque no terminó de hacerse y un pescadito con ajo (sí, somos amantes; a mí todo lo que venga con mucho ajo me recontra cabe). De postre, helado de Alto tango que compramos en el super. Mucho de todo. Muy rico. Después de lavar y ordenar bajamos a la arena. Día tranquilo. Hijos mucho mar. Debe ser el único lugar en el que una nena de cinco años puede moverse tranquila, independiente. Nada como pececito. Milo copado con jugar y gatear a full. Coco haciendo pozo enorme, descubriendo que en un momento llegás al agua. Y yo por ahí cerca, echada o parada. No leí en todo el día pero no me importa. Ayer vimos los dos primeros capítulos de Lost y me enganché. Eso sí: después no me pude dormir hasta muy tarde. El insomnio playero es un gancho. Cuando suban los bañaré (ah acá están) y no mucho más. Mañana iremos a Cozumel. Había unas pibas, muchas pibas, tomando cerveza. A las cinco de la tarde acá se toma cerveza, en Argentina a las cinco de la tarde tomás mate.
Tengo que ocuparme de hijos. Después sigo.
Así las cosas.

excursus: yo sé que los sueños son un embole

Pero soñé que a esta altura de nuestra vida el Colegio abría un sexto año para nuestra edad (32) e íbamos TODOS (todos mis compañeros de la 2da hasta quinto). Recuerdo que estaba Derka y yo le decía que nos reservara los bancos de siempre (los de 4to y 5to). Después llegaba Fer manejando, obvio (somos adultos). Cuando llegaban los profesores muchos nos poníamos a llorar (ah también estaba Flavia). Del 85% de la divi no sé nada, deben andar salvando el mundo como científicos. El otro 15 somos nosotros que nos dedicamos a cosas "artie" ponele. Era muy movilizante y lo más perturbador es que sé perfectamente por qué lo soñé (roza lo terrible).
En fin. Nos vamos a Tulum.
Mi hijo de 8 años está insoportable. Ahora entiendo cuando dicen que los adolescentes te hacen la vida imposible. Espero que sean de a dos.  Que cuando el último entre el primero esté saliendo porque si no, de verdad, la que va a salir corriendo soy yo.
Así las cosas (Milo llora por causas desconocidas, Coco se queja y Tita hace alguna cagada por ahí).

viernes, 30 de julio de 2010

Crónica de unas vacaciones cualquiera

Día 2

Acabamos de llegar de caminar por la 5ta y me duelen las piernas. Los chicos se acostaron después de una rebanada de pizza al paso y yo me alegro de no tener que comer en una mesa en la vereda, cara, ruidosa y oscura (tengo un problema con no ver cuando como). Marido y yo no paramos de sorprendernos con lo enorme y populosa que está. Fuimos un poco más ahí y no la terminamos. Nuestro dpto está una cuadra antes de que se vuelva peatonal, hay una boulangerie francesa de los más divina y el bullicio queda lejos. Por todos lados pululan gringos y europeos tomando margaritas con sombrillas de colores (descubrimos que estos condos son un reducto germano, dado que la pequeña biblioteca está repleta de libros que parecerían ser best sellers en alemán, colegimos que los dueños deben tener esa procedencia) , que vuelven a sus respectivos países convencidos de que México es esto. Unbelievable. De todas maneras es lindo, alegre y for export. El bebé se durmió en la carreola.
Simón se queja de todo, todo el tiempo. Mientras flotaba, boca arriba, escuchando sólo el ruido de mi respiración irregular pensé en cómo podemos hacer para lidiar con sus frustraciones si a penas (y sin éxito) podemos lidiar con las nuestras. También, mientras me alejaba de la orilla, pensé en si podría volver (lo pienso siempre).Y sí:  siempre vuelvo. El mar a la mañana estaba calmo y transparente. Exactamente lo que uno se imagina cuando piensa en Caribe. Desayunamos afuera y salimos temprano. Yo volví antes de las 12 a que el bebé duermiera la siesta y aproveché para tomarme un café frío y tirarme a leer en la hamaca. Placer total. No soy MUY afecta a la playa. Es decir, me gusta: un rato. La arena y yo no somos las mejores amigas. Ninguna superficie rasposa es amiga de mis pies en general (creo que ya lo dije pero tengo temas con este tema: odio que me toquen los pies, odio que me toquen con otros pies- igual, estoy mucho mejor). Además, me gusta poder ir y volver. Marido e hijos mayores se quedaron y después pasaron por la alberca, antes de que fuéramos a Walmart a buscar algunos detallitos. De comer hicimos arrachera (carne) con chícharos (arvejas) saltadas. Rico y sencillo. Lavé todo y volvimos a la playa. Simón se copó con el snorkel. Pero el agua ya no estaba tan tranquila, con un poco de viento se hace turbia y ya no se ven peces. Igual la gastamos. También me metí en la alberca que está ahí, al lado de la playa. El agua reconozco que ya de templada se había pasado a caldosa. Subí nuevamente en avanzada e hice licuado de banana frappé (sí, la vida en vacaciones se vuelve lo que pasa entre una comida y la otra). Bañé hijos. Nos bañamos con marido y salimos a caminar.
Marido y yo hablamos poco. No en mal plan sino en poco tiempo. Nos dedicamos básicamente a cuidar hijos. A mirarlos en el agua, a tener al bebé (que tiene una mamitis insospechada; no deja que marido siquiera me de besos o abrazos porque LLORA-?-), a cocinar, levantar, sacar, cambiar y todos los etcéteras que implica estar de vacaciones con 3 hijos sub 10.
La playa me hace pensar, indefectiblemente, en el pasado. En múltiples pasados. En Pinamar y mi infancia (un mes de vacaciones en la costa atlántica, yendo TODO el puto día a una playa enorme y llena de carpas; la pasaba genial pero no quisiera repetir el modelo con hijos me asusta sobremanera la perspectiva de tener que comer sandwichitos en sillitas plegables); al viaje a NY y Saint Thomas del 93; al viaje del 97 (se viene la crónica detallada en algún momento). Vivir el presente es muy díficil. Eso sí: elido cualquier pensamiento sobre el futuro próximo. Me hace mal.
En fin.
Entre una cosa y la otra se pasan los días.
Marido me pregunta qué quiero cenar (opciones: hamburguer- digo que no- pero creo que él sí; opto por pan con queixo -as always).
Ah, siempre que voy a la playa soy gorda. No lo puedo evitar. Por suerte no es la barra esteña (dios, alguien que me diga por qué me sometí a eso unas cuantas veces en la última década) y tampoco conozco a nadie así que paseo mis carnes blancas (me quemo MUY negra pero no tomo sol JAMÁS así que tengo brazos y cara con algo de color y el resto blanca palidez) y abultadas sin ningún complejo (de hecho hoy fui a caminar un ratín sola sin nada nada que me cubra, ni siquiera lentes).
Bueno chicos, así las cosas.

jueves, 29 de julio de 2010

Diario de unas vacaciones cualquiera

Día 1

El avión llegó a las 6pm (la puntualidad es el leit motiv de Volaris). Supuestamente el rent a car nos esperaban con un letrero pero sabemos, puede fallar, y sobre todo si vivís en este país. Falló. Después de dar muchas vueltas por el aeropuerto nos tomamos una camioneta que nos dejó en Hertz. Tardamos un buen rato en obtener el Palio. Si alguna vez me quejo de mi coche, no lo permitan. Dar por sentado los elementos eléctricos es una snobeada total (después me acordé de mi neón hiper pistero y cancherísimo que casi casi andaba a cuerda y me di cuenta de que no fue hace taaaanto). Tardamos poco más de media hora en llegar desde Cancún. Marido trajo cables y cablecitos y adaptadores y discos duros y muchos otros gadget dignos de un geek. Así que escuchamos musica desde su ipod con un adaptador que jamás había visto. Una vez acá estuvimos 45 minutos intentando encontrar el lugar, en la página la dirección errada y la sensación creciente de que nos habían estafado y no existía (nadie atendía el tel), de que iba a ser el peor lugar del mundo y que las vacaciones fracasaban estrepitósamente desde el minuto uno. Pero no. Llegamos y el depto está buenísimo, dos cuartos en suite, una cocina integrada amplia, living comedor y una terraza con dos hamacas y dos mesas. Una pequeña tele e internet (ah bueno, la vista al mar te la debo pero hay unos árboles muy selváticos que son más que suficientes). Dejamos todo, nos cambiamos y salimos a caminar por la 5ta. Demás está decir que no tiene NADA que ver con el pueblito al que vine hace trece años. Ahora es una mega ciudad llena de gringos y con un centro más grande que el de Pinamar.
Marido se compró unos lentes de sol (a todo esto ya eran las 10pm) y en lugar de cenar, los de siempre se tomaron un helado en Haagen Dazs (los precios son cualquier cosa menos convenientes; no, son escandalosos) yo me iba a clavar un frapu de Starbucks pero me pareció un delirio primero y después ya habían cerrado. Volvimos. Los mayores se plancharon al toque, marido y yo intentamos empezar con la sexta de Lost en la compu pero él se quedó dormido a los diez minutos y Milo lloraba sin parar (había dormido una sola hora en todo el día). De hecho, no se durmió hasta la 1.30am cuando debo confesar sentí que (lo tenía en la king de nuestro cuarto) estaba rozando la locura. A las 7.30 am estaban todos arriba. Nos levantamos, ordené la ropa y bajamos a la playa. Contra todo pronóstico, había un sol alucinante. Éramos muy pocos en el mar a las 9am . Milo se metió por primera vez y los grandes nunca habían probado el Caribe. Copado. No tan caliente como lo recordaba pero divine. El bebé se entusiasmó grosso. Los otros, también. Todos contentos. Un rato estuve sola, sólo un rato porque tenemos muchos hijos. Nunca le tuve miedo al agua y como todos, de chica era imposible sacarme. Ahora sólo en los mares que no son demasiado fríos. A piletas prefiero no meterme. No soy una nadadora eximia pero la zafo con bastante elegancia. No nado regularmente porque 1. me aburre; 2. tengo la espalda ya naturalmente demasiado ancha como para empeorarla. Salí y me quedé con Milo a quien la arena le re contra cabe (bien, de hecho es el único lugar en el que no chilla ni quiere estar pegado a mi ser). A las 10.30 convencí a marido de que teníamos que ingerir algo porque seguíamos en ayunas. Pasamos por el restorán del hotel en el que nos corresponde el club de playa y como estaban levantando todo comimos algo al paso (con bastante poca dignidad, en realidad, parecíamos venidos de Biafra). De ahí bebé y yo nos vinimos a dormir la siesta. Bah, yo leí un rato y caí y Milo se desmayó al medio minuto. Así, dos horitas. Los demás nadaron en múltiples aguas. A eso de las 2 logramos arrancar al super. Compramos bastante generosamente como para no tener que depender de nada ni volver en breve. Pero falló. Llegamos a casa y nos habíamos olvidado los aguacates. Cualquiera. Así que salí en busca del aguacate deseado (además, a ventilarme porque el bebé está un toque intenso y demandante). Fueron dos cuadras en las que me gritaron de todo. Me reí. Hace años que no me gritan por la calle y menos en ropa tan veraniega. Digamos que para tres hijos soy semi digna pero bomba caribeña...no, para nada. Conseguí UN aguacate y volví a manducar el ceviche de camarao que hizo marido (delioso y un poco escaso porque marido se quiso hacer el frugal). El jugo de naranja aporta mucho acompañando tres tipo de ajies más cebolla morada.
Cuando logramos arrancar again eran casi las 6. El mar estaba fresquito. Me colgué completly alone. Plancha. Había pocos mexicanos pero muchos argentinos. Es raro. No sé bien por qué al local no le copa la Riviera Maya. Y no sé por qué a mi me molesta tanto argie alrededor.  El problema de veranear cuando son vacaciones de invierno en el sur. Un poco me angustia que marido se vaya lejos. Intento relajar y no digo nada. Después se fue a caminar. Mientras no está me cuesta un poco controlar a los tres. Me hubiera gustado venir con amigos. Me gusta veranear con amigos. Y hace mucho que no lo hacemos.
Volvimos y bañé hijos al hilo. Lo bueno del calor es que todo es fácil. Pensamos siempre en vivir en la playa. Seguramente no lo vayamos a hacer pero no creo que mis padres siquiera se lo hayan planteado. Tampoco creo que nunca les haya interesado, ahora que lo pienso.

Excurcus: hice ravioles, puse y saqué de la mesa, lavé platos. Todo lo que en casa me da fiaca acá fluye. Puede que sea lo incómodo de la cocina at home. Tengo una canción de Serú Giran en la cabeza pero no puedo acordarme cuál es. Busco en youtube.

Marido trabaja. Sí, trabaja. Ni modo. Un rato, a la noche, es lógico. La BB al menos no arde como otras vacaciones. Bueno,  me voy a fumar un ciga en la terraza y  leeré mientras marido escribe lo que tiene que escribir. Entramos en mente vacacional, no vale pensar ni deprimirse.

Si hay algo que AMO de este país son sus playas. La rockean posta.

Bueno, eso. Me voy a leer.
Así las cosas.
Pachorras.

miércoles, 28 de julio de 2010

te veo con el caribe de fondo

Y sí, finalmente me voy. Vacaciones. Una palabra que esta familia no maneja demasiado (y no, Buenos Aires no cuenta como tal, eh, no me vengas con eso). Playa, mar, ¿sol? Le lloré a la psi y eso que no soy para nada afecta a derramar nada enfrente de nadie. Después de la peor noche lloré, hablé, despatarrada sobre un sillón, dije cosas como: a veces creo que me sobreestimo. Y también: 11, 18, 25 y 32. Uh, qué seguidilla malísima. Igual: sirve. Salí entera. Lo que es mucho. Pasé por Gandhi una vez más. Chomsky y el pobre Monsivaís que hace años que no leo. Morirse, es, definitivamente, la mejor estrategia de marketing existente. Pasa la camioneta y nos vamos directo a Toluca. El equipaje ya listo (puede que me olvide muchas cosas, no sé, ya no soy lo que era). Limpiarse, lo dijimos. Olvidarse por un rato. O no. Veremos. Familia. Mucha y concetrada. Sólo nosotros. El núcleo duro.
La psi me abrazó lo que siendo la tercera sesión debe tomarse como una declaración de pozo. O que soy muy empática. También es posible.
Bueno, chicos. Eso.
Y nada más que eso.
Así las cosas.
Veraneantes.

martes, 27 de julio de 2010

quiero volverme una trama de mil hilos.


no es tanto pedir.

cambiemos el lexicón del blog por un rato

se me parte la cabeza
horriblemente
noctiluca por un día o dos o tres
o miles de millones de minutos perdidos
en el océano de la inutilidad
lloré con una película boba on line
quise tener 21 y que un chico lindo me bese
como si el mundo se estuviera por acabar
acabar
hoy me acordé de Esti
mientras me bañaba
en la segunda ducha empezando por adelante
de las que no tienen luz natural
mi rito
cadena de sentidos
12 de noviembre
novios
esa palabra que usé tan poco

a veces quiero que marido
sea mi novio
sé mi novio
un rato nomás

tener todo por delante
resarcirme
creo que es migraña
a esta altura
en Gandhi: nada
no podés confiar
en Buenos Aires, librerías amigas
y no te digo sólo las de palermo bobo
te hablo de Norte, de La Barca
de las de siempre
me vine con un Villoro
leer literatura local
me voy con el Carver que me regaló Luigi, esa reedición que habla mal de él, creo
y el de una pibita que me regalaron por ahí
veremos
a Chabon lo busco hace meses pero no lo encuentro
ni a él ni a su policía ydish que tanto me interpela
de Loorie ni te cuento
siquiera aparece en la computadora
¿dónde están los libreros?
muñequitos vestidos con remereas amarillas
no dan pie con bola
¿leíste algún libro alguna vez? dudas
por lo demás,
salí de la cama sólo porque marido, indignado, me obligó
y por el temich de los pasaportes
que si no
ahí seguía
tampoco me fui muy lejos
más dolor de panza
la cabeza al borde de estallar
estalla

hice la valija
falta sólo pipu´s clothes
baldecitos, rastrillos, palitas
protector
en fin
la psico nunca apareció
abandónica
sin red
por un mes
once again
decimos: qué plomo
más en fin

así las cosas.
levantarme después de once horas fue una tarea titánica.
no, claramente no estoy pasando un buen momento.
dolores varios, causas desconocidas.
eso sí: salió el sol.
panza.
claro que ayer comí cajeta envinada a cucharadas después de arrasar con todo lo que había (la dignidad también se tomó vacaciones y soy una aspiradora humana; puede que sean las hormonas, puede que sea la depress). marido en la misma tónica. bashón. igual se pone contento con las pilas recargables que compró y piensa que eso es de buena familia. me puse jogging (bueh, ni siquiera, calzas). juli: 0; depresión: 100.

nos vamos a sacar pasaportes varios. la psi no me contestó. vieja, no me dejes sola.

así las cosas.
internamente arduas.

lunes, 26 de julio de 2010

where is my mind?

no sé
gotas
acordes
hijos
palabras, que se repiten
una y otra vez
la calma
dura poco
todo será como entonces
o no
y cito
y me repiquetea
como el tema de los
pixies
que sí, vienen a la ciudad
pero no, no los veré
y nunca nada es como antes
la muela agujereada
y vuelta a rellenar con químicos
después de sarandear el interior
que como mi interior
estaba
deshecho
where ir my mind?
quereme loca
quereme llovida
pero siempre
quereme

mis amigas mandan mails deformes
las históricas
y leo roñosa
y me río sola en lo de Ile
como una posesa
frente a la pantallita
del dispositivo
que sabemos, de repente
se volvió
imprescindible
en fin
nada, chicos
medio gris
agobieitor y
esas cosas
que me pasan

siempre

no te aburrís?
yo sí,
bocha.

ah: y acá el link para que rockees.

no sé por qué, ganas de llorar

Me duele una muela. Mal. Hablo con la dentista. Se corta. No tiene ayuda. No sé, me estás dejando en banda. Y lluve. Mucho. Y no piensa despejar ni acá ni en la playa.
Tengo ganas de llorar y no por la muela. De onda. La lluvia, las vacaciones. El pasado, ser no ser, parecer.
Marido me sacó fotos con la hyspamatic mientras leía el debate Foucault Chomsky del 71 en la televisión holandesa. Lo había empezado muchas veces pero esta lo leí de un tirón. Quisiera, definitivamente, haber nacido en otra época. En fin. Sí, infantil. Pero real. *Necesitar* un iphone me vuelve una persona que no quiero ser. Por ejemplo. Bueh, ahora se está restaurando su relación con la compu. Me excede. La wii dejó de andar. Hermana dice que la llevemos a la playa. Primero me espanto. Y ahora pienso que tal vez sí. No sé. Lluvia. Más ganas de llorar. Me voy a laburar un rato. Me quiero esconder abajo de algo. Desaparecer. Con todo lo que el verbo implica. En fin.
Así las cosas.
Lluviosas, man. Muy lluviosas.

domingo, 25 de julio de 2010

madre al borde de la locura o home alone

Se acaban de ir marido con todos los hijos, hermana y prima a Home & More. Marido me trajo un iphone nuevo, preparó fideos y una bolognesa. Está milagrosamente de buen humor. Yo estoy al borde del break down. La familia, chicos, no sé si es para mí. Vieron eso del nivel de malhumor. Bueno, yo tengo un umbral MUY bajo. Mi humor, por default, es malo. Encerrada se vuelve peor. Soy un piccolo monstro. Todo bien, eh. Sigo con cierta paz. Paz armada pero paz. Paz encerrada. Lluviosa. Paz de antes de una semana de vacaciones que vivo como una condena. Pero no me quejo. Oh, no. Chateo con coachie y con Domi. Escucho la música que quedó puesta abajo y dese que ya sea de noche para poder dormir. Mucho. Por ejemplo.
Ameba.
Mal.
Fuckin temporada de lluvias que vuelve la ciudad hermosamente verde pero pasada por agua.
Salir como el imperativo categórico. Lo sabemos. Nos equivocamos. El agua que desaliente.
En fin.
Eso.
Eso.
Y nada más que eso.
¿Chocolate amargo?

domingo, mañana, frío, nubes, casa

Dormimos mucho. Recién a las 10.30am nos levantamos, marido y yo, de la cama. Fiaca. Los mayores se ocuparon del bebé con mi coacheo a los gritos. Tita y yo nos bañamos juntas mientras marido lavaba cosas de la cocina, también hizo la cama y ahora se baña con Coco. Está feo. Hace frío. Como si fuera invierno. Leo diarios. Marido irá a buscar mi iphone y después probablemente bajemos a pasear. Un rato. Ayer compraron semillas que plantarán en algún momento. Marido habla de almácigos y sólo quiero salir corriendo. Yo: leer. A lo sumo te cocino algo dulce, rico, si tengo mucha voluntad. Ayer vimos Génova. Me gustó. Milo duerme la siesta. Desayuné tostadas y licuado de mango. Me volvería a la cama. ¿Diarios o libro? Me desperté pensando en que coger día por medio mantiene mi malhumor estructural en niveles tolerables. Por lo demás: no mucho, como siempre. Marido ahora ordena un home theatre que no anda. Piensa en qué podemos hacerle a la casa para mejorarla y me dice que soy un desastre (a lo que yo contestó que soy totalmente conciente).
En fin.
Así las cosas.
Muy domingueras.

sábado, 24 de julio de 2010

sobre el enojo

Miranda me pone: no te enojes y a mí se me dispara el pensamiento. No me enojo casi nunca con nadie que no sea del núcleo duro familiar. Y cuando me enojo la realidad es que me dura muy poco. Me olvido. Me da fiaca pelearme con la gente. Se me pasa. Es así de sencillo. No sirvo para estar enojada. Punto. No conozco el rencor.
En otro orden de cosas: regalo un combo de hijos. Chicos, me están quemando la cabeza MAL. Posta.
Es un nivel de reclamo y demanda para el cual, creo, no nací.
En fin.
Huyo a leer antes de que el supuesto hambre termine de desatar mi furia (ves, en estos casos si funciona).
Así las cosas.
suena Animals
marido cocina
carne al horno
papa, cebolla, echalotes, portobellos
llueve, es de tarde
leí
dormité
y siento
por primera vez en mucho tiempo
una vez más esta paz
paz
y comunión con el universo
aunque haya tormenta
me gusta
quisiera que vinieran todos a tomar el té
todos
compartir
la familia
lo rico
la casa
me gusta
ya será
por ahora, Domi y Lalo que vendrán con helados
así las cosas
aguadas

sábado, frío, lluvia, home

Me metí en la cama a las 8.15pm, con un dolor de cuepor insoportable. Había bañado a los niños y hecho una cena consistente en quesadillas. A marido le pedí que viniera pero cuando llegó ya estaba todo. Me quedé dormida. A las 10.30 me levanté y comí pan con queso y después tuve una mala noche. Nos despertarmos a eso de las 8am. Los niños ya estaban levantados dando vueltas. Nos quedamos retozando un rato con marido nervioso, con mimos que duelen, en ese mood. Me vestí sin bañarme y partí a hacerme análisis de sangre y orina, así no puedo seguir (ayer había hablado con Mario). Me duelen mucho las extremidades, mucho, todo el tiempo. Después cargué gasolina y fui al centro comercial Santa Fe a hacerme la depi defi pero me fui tal cual había llegado (no, tal cual no porque antes me clavé un yogur helado con toppings de desayuno) por el tema del sol (que no va a haber) en la playa y ese issue. Cuando llegué marido había hecho desayuno, lavado platos, tendido camas y se estaba por ir con todos. Dejó a bebé y fue a hacer cosas por la zona. Uf. Qué fiaquen. Marido, en la cama, rodeados de hijos me dice que quiere tener un blog y decir toda la verdad y nada más que la verdad: su verdad. Me río. Estoy tan cansada. Tan Exahusta te diría que sólo encuentro explicación en enfermedad. La lluvia, claro, no ayuda. Así que haremos fiaca. ¿Cocinaremos rico? Puede ser, si marido se inspira y compra (me echó en cara que no había nada- cosa que no es cierta- pero sí es verdad que no hay nada rico o elaborado, ni siquiera verduras varias para crear algo). Meta para el próximo año escolar: aplicarme con la comida. En fin, chicos.
Así las cosas.

Hogareñas. Muy.

viernes, 23 de julio de 2010

una cierta melancolía...

No me podía levantar. Recién a las 7am me dormí profundamente y a las 10 recién me digné a levantarme. Está horrible. Dany se va temprano. No tengo programa armado con los chicos. Paja total. A todo nivel. Extraño a marido. Quiero quedarme echada. Por suerte el miércoles vacaciones. Extraño los mails de Miranda. Posta.
Tengo el vacío de lo que ya no está. Es raro. Liberador y nostálgico. Es como un hueco que no sabés bien con qué llenar. Volví a tener un poco de brillo. Soy yo. Expansiva. Y sin embargo, extraño esa sensación también eh. Sí, sí, inexplicable. Nos dormirmos tarde, tuve que hacer mimos. Estoy boleada. Cansada. Como empastada pero de onda. Con la tintura en la cabeza. Son casi las 12. Hora de bañarse. Nunca me acuerdo el tono que tengo que comprar. No sé de qué color quedaré. Ah, mañana depi defi. Sin herm ami. Tengo que ir al gastro. Es obvio. Acidez. Intolerancias varias. Etcétera. Luz que me tira una. Veremos a la vuelta. Hueva. Y más hueva. Y un dejo de soledad que no te sé explicar. No es real. Un huequito. Nada más.
En fin. Me baño y sigo trabajando.
Así las cosas, chicos.
Así las cosas.
Friday...

jueves, 22 de julio de 2010

a ver si me explico

manejo un estado alfa menos menos
pero en plan si no felicidad
al menos una tranquilidad irreal
mucho sueño
acidez extrema y te digo: EXTREMA
creo que fue la sumatoria de: mucho tabaco + un vaso de vodka con piña al que le di tres tragos y supe, de inmediato, que me estaba haciendo daño + café que tomé hoy a la mañana.
sabemos: todo me hace mal. todo. el vodka más, suponemos.
llueve mucho hace horas. intenté dormir pero no pude.
fui con TODOS al super a comprar mini. ya tengo fiaca de pensar comidas acá. no quiero más. tengo la cabeza en estado vacacional (procastinado).
y esta paz. que no sabemos si atribuírsela al estar tan boleada. al psicoanálisis. a las vacaciones o a qué garompa. porque zas, de repente que todo te parezca más o menos decente, sin aviso, es inesperado.
igual, como siempre: bien ahí.
nos cabe.
viene mi amigo DW with family a cenar. dijo pedir pizzas y eso hice. no es lo normal en esta familia pero me pareció una gran idea. siendo las seis treinta y cacho ya llamé. él las pasa a buscar entre las ocho y las ocho y media. marido no me da pelota (para variar).
"estoy en una junta"
en fin.
ayer casi casi no vamos nunca más a ningún evento.
después entendemos que la cara de orto desubicadísima es estrés y perdonamos cuando escuchamos un: "gracias por venir, pipu". ah, ah. ahora sí, eh. que soy fóbica y detesto todo y me cuesta socializar excepto con tres elegidos con los que puedo ser yo. tengo, sabemos, problemitas.
mmm.
debería leer.
ocuparme de mi hijo menor.
pero estoy echada.
en fin, guys.
así las cosas.
menos que cero (pero bien).

es tarde, es tarde...

Son casi las dos de la tarde y me duele todo. También me cruje la panza de hambre. Nos acostamos tardísimo después del mejor show de marido en toda su carrera. GROSO. En serio. Me sorprende. Pienso que empezamos los dos, con Ferver y Ricky y una cámara prestada y veo lo que hace ahora y fa, man, increíble. Orgullo conyugal. Está bien. Correrse y alegrarse por lo que hace el otro, por su brillo es lo que me sale naturalmente. Pienso que es amor. Porque competir con tu pareja es una mierda. Me dio mucha felicidad que se durmiera encima mío, con la pata cruzada. Lo extrañé al pipu. Bien ahí. Vengo de la Romam de una junta productiva y entusiasmante. Marido me llamó para decirme de correr la fecha y dije que sí. Nos vamos el miércoles. Está bueno. Hoy no tengo ni fuerzas de hacer las valijas. Copado. Si no hay sol, al menos no lloveré. Parece. Aunque nunca se sabe. A la noche creo que tenemos cena. Me permite hacerme una siesta y recuperar energías. El poco sueño me liquida. Milo le da a una de los tambores de las batería desarmada que Diego le compró a Coco ni bien llegamos. Lo único preocupante es la falta de víveres, no fui al super por las hollidays y el refri está desierto. Iré a la tarde en un esfuerzo enorme de producción.
Bueno chicos, estoy muy muy quemada.
Así las cosas.
Increíblemente más tranquilas, felices, centradas y normales.

miércoles, 21 de julio de 2010

please, no le digas a nadie

Pero soy un monstri. Te confieso acá y sólo aca que no soy muy fana de irme de vacaciones, eh. Es como que se me activa la neurosis más todavía. La rutina, mi casa, la ayuda, etcétera me mantienen en cierto nivel que la falta de estructura (más tormentas diarias) me generan un desequilibrio. Pensé en que además de lectura, voy a llevar muchos marcadores y hojas blancas para que todos dibujemos. Me olvido de cuánto me relaja pintar con plumones de colores (puta, vengo del super y no compré block). Por otro lado, me estoy convirtiendo en algo horrible. A la mañana le dije a marido que si no me arreglaba la logística para ir al foro, bueno, no iba. Sí, soy lo menos. Hace dos años fue el show de estas dimensiones en Guadalajara. El famoso culpable del embarazo de Milo. Yo aún trabajaba en la productora. No extraño nada estar ahí. Nothing at all. Me alegra que marido haga cosas que le copan. Pero yo prefiero estar lejos. Ayer me llamó a las once, yo estuve pelotudeando en la compu después de pedirle a vecinos dos cigarrillos y un fondo de Coki que busqué en pantuflas, caminando sobre el suelo mojado por la lluvia que no da respiro. Cuando me acosté y mientras leía, sonó el teléfono. Manejaba en la neblina y le dije que por favor tuviera cuidado. Le dije te amo, desde lo más profundo de mi ser. Te amo. Es lindo eso. Decir te amo cuando lo sentís. Hace días que no lo veo. Ya es hora de que vuelva a casa y deje el hotel en la misma ciudad. Todavía no preparé equipaje. Tengo esta hueva existencial que estoy pensando si no será, en realidad, una infección asintomática. Hace unos años me pasó. Semanas de sentirme mal y al final una infección que podía tumbar a un caballo. No lo descarto. Pero iré a ver a Mario recién a mi vuelta. Por ahora, mucho sueño y dolor de cuerpo después de sólo 35 min de máquinas. No da. En fin, terminaré unas cosas, leeré y después comida acá on Domi y Gaby. Y no mucho más, chicos.
Así las cosas.
Sinceras.

martes, 20 de julio de 2010

pilas, chicos, pilas

A ver amigos, necesito recomendaciones de buenos libros para las vacaciones. A ver si nos ponemos las pilas y comentamos o mandamos mails. Si es gordo, mejor. Y entretenido, me voy a la playa, eh.

Por cierto, mi psicóloga de quien estoy completamente enamorada, tiene a mal irse de vacaciones hasta el 20 de agosto. Va a hacer una excepción y me va a atender un ¡domingo! Se ve que estoy muy oven.

En fin.
Gracias, por adelantado.
(ah y please que no sea lit argentina contemporánea que me copa pero por estos lares no se consigue).

Bloxxamor

Estoy HORRIBLE en las fotos pero igual, vean el programa (yo no puedo, creo igual que me daría un toque de vergüenza). Acá las coordenadas.

Así la tele.

uhhhhhhh

Está horrible. Y todos los días que estemos en la playa va a haber tormenta. Uf. Hueva, eh. Pero es uno de los riesgos de ir en esta época del año. Y lo tomamos igual. Pasearemos bajo la lluvia. Igual hace calor. Tengo poco para contar. Ayer estaba terminando de corregir una cosa y cayó Giorgio a traerme una BB, buena onda, porque vio que seguía incomunicada (ya tengo una línea en casa, por cierto). Hice unas kekas y al final nos quedamos dos horas charlando.

(Excursus, hora y media de taller).

Estuvo bien. Lo único que pensé hoy es por qué tengo que explicar por qué no me quiero operar las tetas. Casi no tengo, es verdad. Y después de amamantar tres hijos por más de ocho meses a cada uno, es obvio que son un desastre. Pero ¿qué? ¿Importa? Me gustan las marcas de la maternidad en el cuerpo. También me constituyen como lo que soy hoy. No me siento menos sexy ni deseable por no tener tetas. Alguien dijo alguna vez: es el biotipo. Y es verdad. Nunca tuve tetas, no las quiero tener artificialmente. La idea de dos bolsas adentro no me sienta para nada. Tampoco creo que haga a la cuestión.

¿La literatura me constituye como lo que soy? Supongo que sí. Ya lo dije: un poco me salva de la locura. Extraño Buenos Aires. Conceptualmente. El frío no, claro. En la playa va a haber tormenta todos los días. Fiaca. Pero bueno. Nos meteremos igual al mar un ratito. A sanarnos. Leeremos y miraremos pelis. La gracia de internet.

Y no mucho más. Hice media hora de elíptica y todavía estoy sucia. Tengo que leer. Tengo que reescribir. Tengo que pensar en qué vamos a llevar. Hago el equipaje con mucha anticipación.
En fin. Sorry la poca onda.
En este mood.

ehhhhhhhh

Es la primera vez que me dedican un poema. Gracias Gogui por este momento histórico.
Y yo tampoco miento. Lo que después de 32 años me estoy dando cuenta de que no es una virtud.

lunes, 19 de julio de 2010

hijo mayor y yo

Nos copamos con este tema y se los compartimos. No sabemos si es melancolía o puro amor lo que nos embarga.

¿te cuento el problemita?

Resulta que necesito una vida fuera de la internet.
Mucho DM, mucho skype varonil (Santi, Max, Lean, marido), algún chat perdido...Pero en la vida real, man, manejo una solitud y una paja que no se sostienen.
Ah, por cierto, acabo de enteder todo, TODO respecto a la relación hombre/mujer. Mi hijo de 8 años se queja porque una nena de 6 lo molesta en el campamento de verano. Intento explicarle que la nena gusta de él pero sencillamente, no me cree. La piedra fundamental de todos los malentendidos futuros, está clarísimo.
Bueh, iba a postear el link de un tema pero no me abre youtube. Sigo leyendo.
Así las cosas, chicos.
¿Cuándo viene alguien con una propuesta salvadora? Yo posta que conozco gente a la cual le sucede.

kick ass


Con estas botas me casé, hace casi 9 años. Vengo del gym, 45 minutos de aeróbico + sauna me sentaron bien. Ahora me tomo un licuado de mango y me pongo a trabajar. Lu está sacando los pasajes, no, no voy a Buenos Aires por ahora, ni a Europa (cambiar la fecha nos cuesta 3 veces más de lo que costaron los pasajes en total, cualquiera), nos vamos a la Riviera Maya. Caribe. Playa. Necesario. Marido si no va a explotar.



En fin.
Así las cosas.
Guerreras.

admitámoslo

Este lunes está irremontable.
Nublado.
Cansada, me duele la panza.
Voy a salir de la cama para llevar a los chicos al club y hacer un poco de gym.
Diego se fue a las siete y cacho con bolso para tres días.
Se queda en hotel cerca del estudio. Me da pena.
Sigo incomunicada. Bajón. No levanto. No tengo ganas de levantar. Tengo ganas de estar así, sin exigencias. Pero bueno. Family.
Del tipo: sacar los pasajes. Todo parece difícil.
Áspero.
y
fiaca.
En fin.
Activo.
Contra mi voluntad.
Así las cosas.
No energy.

domingo, 18 de julio de 2010

domingo, soledad, noche, lluvia, pelis

No, pelis, no. Mentira. Vi, muy de a cachos Tan de repente, hasta que cinegratis.com decidió que ya había visto suficiente. Laconchadelaloraputa. Peliculasid no anda. No sé qué onda. Comí en Polanco con Xime y las niñas, Ale y la prima Mecha. Medio que me perdí la conversación por estar con Camilo. Igual, sabemos que a veces soy un toque unplugged. Pienso qué hubiera sido de mí en Bs As. No sé, ni idea. Ya no sé cómo sería mi vida allá. Casi seis años es mucho tiempo. Skypié con Pau, nos reímos, nos contamos las miserias (sí, ya sé, a mí sabemos que mucho no me cuesta), bañé al bebé, le di de comer y lo acosté. Marido e hijos siguen lejos. Ya creo que los extraño un poco aunque la soledad, de vez en vez, me cabe. Venía manejando con todas la ventanas bajas, escuchando un compilado que encontró Diego de no sé qué año que nos había hecho el hiato con música muy fin de los 90, ppcios del 2000 y me acordé de la vez que dejé el coche sobre Viamonte, sin freno de mano, en bajada. Sí, ya lo conté alguna vez. Tenía que coordinar por primera vez un show en La cigale sola, tocaba Baccarat y se ve que estaba nerviosa. Cuando me acordé, tres colectiveros intentaban mover el Megane de madre que tenía tan sólo tres semanas de uso y me putearon de arriba abajo. Estaba incrustado en el banco de enfrente, en diagonal. Justo que hace unos días me chatió Lea, que era mi jefe por entonces y se me vinieron esas épocas encima. También pensé en que nunca estuve con una chica (y justo después la peli...por cierto, el minimalismo en los diálgos del nuevo cine argentino me torra sobremanera), sólo me gustó una amiga, por esa época, un poco. Una cierta atracción que no quedó en nada. Y de ahí, nunca jamás. ¿A qué venía todo esto?
A que no puedo ver ninguna peli on line.
A que me gusta manejar rápido, con una sola mano, las ventas bajas y la música a todo volumen. Sí sí.
A que marido e hijos no llegaron.
A que soy una pajera sin control.
A que me desconecto con facilidad.
A que no sé qué hubiera hecho en Bs As (tener mucho frío seguro).
A que me voy a poner a leer un libro y dejar la compu que es el peor de los vicios.
A que mañana por suerte no hay clases. Odio la temporada escolar. Con toda mi alma (y es muuuuy larga).
Y no mucho más. 
En fin, guys.
Así las cosas.
Chatas.

soy cuasi sola

Salió el sol. Soñé demasiado. Estoy harta. Quiero dormir desmayada. Sin escenas perturbadoras y ridículas. Intento reconstruir restos diurnos y no puedo. Ridículo. Marido y su amor hostil. Se ofende. Me quedo en la cama. Sucia y despatarrada. De hecho, todavía no salí. Y pienso: no hay que confundir amor con calentura. Es retroactivo. Es domingo. Marido e hijos mayores se fueron al estudio. Milo duerme. Yo me dispongo a leer diarios. Si estuvieran en papel y yo no vomitara el café con leche, sería una mañana perfecta. Será semi perfecta. Después comeré con Xime, supongo. Amigos varones no se apersonaron aunque mandé mail. Amigos varones suelen preferir el teléfono pero sigo incomunicada. Sí, infame.
En fin. Eso.
Domingus.

sábado, 17 de julio de 2010

marido llegó temprano

ando liviana como la espuma de las orillas...

Claramente necesito salir y socializar. Soy yo. Soy otra. Soy contenta. No pienso en pavadas. Cope.
Estoy sola con los 3 desde la mañana, incomunicada sin tel en casa y sin celu. Marido bate cualquiera y no se ocupa de buscarme solution. Yo no me la puedo creer. Suena Muse, puso Roberta. Estoy en el living, tirada, los chicos en la sala de tele. Se va terminando un buen día. Bailé un rato de zumba pensando en lo terriblemente aparato que soy. Casi casi me doy ternura. Tomé un vaso de agua con Willy y Jorge hablando de pavadas, busqué a Milo mientras los chicos se quedaban semi solos en el club, se cambiaron, buscamos a Domi y comimos los cinco en El 10 de la Roma. Estuvo rico y agradable, paseamos por ahí. Tomamos helado. Estuvimos en su casa un rato. Y ahora el mundo tiene una pátina más brillosa a pesar de la lluvia que cayó fuerte y con sol. En un rato acostaré al bebé y si no fuera que me da mucha acidez me tomaría una buena copa de vino leyendo Indignación de Roth.
¿Tienen ganas de recomendar lecturas? Se aceptan.
Y no mucho más. Mañana marido también trabaja. Veré qué invento. Algo siempre sale. Algún museo. Pic nic, club. Mientras, respiro paz y sosiego por primera vez en semanas. Ay, el psicoanálisis y la amistad, son todos. Definitivamente no tengo que perder mis espacios de sociabilización. Me constituyen.
Bueno, chicos.
Así las cosas.
Trancas.

en un sábado de sol

Suena Jobim. Marido ahora se hace el bossa fílico pero antes, cero.
Hay sol. Agradecemos.
Pensamientos se agolpan desde ayer.
No me emborraché, ni mucho menos. Fuimos a comer pizza y panqueque de dulce de leche por la zona. Tomé Coca Light y hablé poco porque estaba muy cansada. La comida me cae mal.
Leí un poco. Dormí semi mal. Pero me desperté mejor, sexo con amor pega bien. No suele ser así. Suele ser kinky.
Ayer un amigo, que no veo hace muchos años, chateando, me dijo que él gustaba de sí mismo, que estaba mejor que nunca. Gran concepto. Pensé que yo, a pesar de todo, también gusto de mí misma. Ahora. Después de una vida de no. Los kilos que me sobran no me importan (marido me mira y me dice: qué flaca que estás, lo queremos), además, tampoco estar más flaca me hace demasiado bien a la cara. No tener tetas me está super cabiendo. Y mucha conciencia de que este es el mejor momento, todo lo que viene es para peor. La depresión, entonces, pasa por otro lado. Pero hoy no ahondaremos. Marido se va todo el día a trabajar. Mañana también. Bajón. No tengo resto para estar con los chicos sola. Hubiera llamado a alguien que me diera una mano.
Ahora, antes de irme al club, buscaremos vacaciones ¿será posible?
Ayer maté a mi iphone. Después de recuperarlo, lo metí en mi cartera junto con un vaso (termo?) no sé qué de agua para el cine. Se volcó todo. Tenía también mi billetera y un manuscrito. Ayer arrancó pero hoy volvió a morir. Malísimo. Además, las dos líneas de mi casa cortadas porque nunca llegó la factura. Incomunicación total. Desesperation. Tengo puntos com para que me den una BB gratis. Odio las bbs, ahora quiero mi iphone.
Marido cambió a Piano de Melero. Uh, qué 2000. Si habré llorado con este disco.
Queda pendiente tomar y drogarme. Evadirme de esta incomodidad que me acompaña desde hace meses. Odiosa.
Ah, por cierto, si alguna vez me invitás a desayunar recordame que te diga que no. Vomito, indefectiblemente. Intento por marido pero no funciona.
En fin, chicos.

Así las cosas.
Sábado de sol.

viernes, 16 de julio de 2010

esta noche saldré a emborracharme

No pretendas que yo vuelva a buscarte
porque es mi corazón el que rompiste
y quiero curarme, esta herida mortal no para de sangrarme
y me voy a quedar en el bar sólo para olvidarte.

Corría agosto del 95 y volvíamos de cantar esta canción todas, absolutamente todas las noches. El viaje de egresados podría haber sido mucho más divertido si nos hubiéramos revolcado todos con todos, si nos hubiéramos drogado juntos y no hubiéramos sido unos pendejos enroscados. Pero fue lo que fue. Volvimos y yo me enteré de que me había llevado física. La única materia del todo el secundario. La había levantado todos los años pero ese no. No me importó. Salí cantando del colegio porque pasaba Nico B a buscarme, en el auto de su papá, para ir a pasear por Belgrano. No sé qué hicimos exactamente. Supongo que almorzar y pelotudear por ahí. Había estado enamorada de él desde los 12. Con lágrimas en mi diario íntimo y una foto carnet envuelta, enganchada con un clip. Muchas vacaciones familiares pasadas juntos y sufriendo MAL. Esa tarde no pasó nada. Al día siguiente fuimos a comer un asado a su casa y nos quedamos en su cuarto, él tocando Wish you were here en la guitarra. Era imposible no enamorarse de alguien que vivía en Boston, estudiando composición de jazz y que iba a Buenos Aires dos veces al año.
Esa noche, después de lo de la guitarra, fui a cenar con mi amiga Fifi, que veraneaba con nosotros, y de ahí a una fiesta en donde estaba. Cuando me dejaron en casa se bajó a saludarme y me besó. Yo, de verdad, no podía creerlo. Felicidad. Dolor de panza. Sentir que el mundo se deshacía a mi alrededor. Subimos a mi casa y nos revolcamos en mi cuarto, con mis padres durmiendo en el suyo. A las horas se volvía a Boston. Por su hermano, la noche siguiente, me enteré de que le había dejado un chupón en el cuello. Ese domingo cenamos, una vez más, las dos familias juntas.
Eran idas y venidas, cada viaje a ver qué pasaba. No existía internet (por suerte, sólo se podía llamar por teléfono y cortar, una vieja práctica muy utilizada por entonces). Hasta que se puso de novio y nos vimos en el cumple 21 de Pau y no pudimos ir a coger. Y no me llamó más, entonces a la semana lo llamé y lo mandé a la mierda. Fue muy liberador.

Bueno, es una historia con final feliz. Después de muchos años de amor tortuoso, de no ser correspondida, etc,  me enamoré de verdad, de un pibe que se enamoró de mí y la vida tomó otro sentido.  Aunque a veces me acuerdo de la adolescencia, de la angustia y de la intensidad de todo y me da entre nostalgia y alivio.

En fin.
Igual hoy es un día para emborracharse. Lloré con Schrek.
Cantinero sirva otro tequila que invita mi herida...

pasado

tengo ganas de contar una historia vieja, muy vieja.
pero me voy con mi hija a ver Schrek 4.
así los hijos.

sigo en este estado alfa menos

alunada
dormí toda la mañana y digo toda
porque fue de 9.45 a 1.45pm
soñé mucho e intenso
y me desperté a cada rato

después
me bañé (me faltó la sal sólo porque no tenía ganas de bajar pero lo haré mañana)
para limpiarme toda,
empiezo
recién ahora a trabajar
siendo casi las 3 pm
con las cortinas cerradas
en la cama
pensando en comer chocolate
ahora
un mail salvador
dice de ir a una fiesta colombiana esta noche
y yo digo sí, fiesta
tomarme unos tragos y ver qué más
y volver a ser yo
o justamente no ser yo
por un rato largo
dejarme atrás
me vendría tan bien

creo que tal vez sí
debería
volcarme a los fármacos
como bien preguntó la nueva psico
en fin
así las cosas

otra vez yo

Está nublado y me desperté triste. Descolocada. Incómoda. Una vez más. Necesito un punto final, eso está claro.
Después de una noche difícil, ganas de nada. Al bebé le salen muchos dientes a la vez y la angustia materializada en un cuerpo enorme que corre y al que hay que contener, con mi estructura bastante más pequeña, sumada, agota. A las cuatroy media de la mañana. 
Entonces, evadirse. Por el mal lugar.
Basta.
Trabajar.
Una vez que logre dejar la cama y el camisón, que las piernas no me pesen tanto como me están pesando. Un baño reparador, no gym. Llevar hijos y buscar celular. A ver si todavía vive. Me dieron sólo un 80% de probabilidades. Si no, adiós iphone.
Vino Ile. Llovía mucho. Granizaba. Le dije que estaba linda y le dije algo que también había pensado unas horas antes: una cierta locura embellece. El raye. La locura en serio, no.
Y siempre la misma conclusión, es increíble pero cierto: carezco de todo talento. Sí, sí, además, triste.
El finde una vez más sin planes. Uf. Plomo. Cíclico y deprimente, te diría. 
Intento leer los diarios. Pasaron 16 años. Pienso mucho en el 94 en estos días. Eran vacaciones de invierno, me acuerdo perfecto de todo. Lo vi en la tele. Tenía, exactamente, 16 años.
Increíblemente, sigue impune.
Me voy a bañar, chicos.
Así las cosas.

jueves, 15 de julio de 2010

dormida

quisiera escribir algo
pero estoy
atontada
y adormilada

por primera vez
en foco
después de muchos meses
como sedada
ni siquiera
puedo leer diarios
ni nada
que no sea tuiter
y a duras penas

en fin
así las cosas

el mundo con sol es un lugar mucho mejor

Ah sí, ahora es otra cosa. Pareciera que todo confluye para que me sienta una persona más feliz. Al menos por un rato. Hay sol y cielo despejado después de...no sé cuántos días.
Ayer fue una gran tarde.
Después de ir al super y de pasar por la super duper office de Xime para buscar el grabadorcito, sentarnos quince a comer unas uvas y ponernos mínimamente al día, volví a casa, busqué hijos en sus respectivos horarios y a las cuatro y media me tomé un taxi para llegar al consultorio de mi nueva psi. Claro que el señor no quiso hacerme caso, agarró el camino que se le cantó, se perdió y yo me malhumoré. Pero duró poco. Entré a lo de Bárbara y después de un rato me enamoré. Hablé, hablé, hablé, tirada (muy tirada, para variar) en un sillón, con ella enfrente. Es increíble, pero increíble MAL el sentido que cobra todo en el hilo desordenado del propio discurso. Me había olvidado. Salí pensando que quisiera ir todos los días aunque, claro, es un amor muy caro. Pero sentador.
Afuera me esperaba Mau, el chofer de la oficina, con la camioneta también de la oficina. Me sentí una chica bien de Las lomas a la que la pasan a buscar para llevarla a su nota. Era temprano, encaramos para el sur (sur sur) con tranquilidad y como me sobraba el tiempo (tenía que estar recién a las 7.45pm), me dejó en un mini centro comercial. Quería tomarme un frapuchino y fumarme un mentolado pero a falta de Starbucks entré a un Oysho y adquirí una bombich animal print (marido lo odia pero a mí me parece lo más). Pregunté dónde había uno y me indicaron que a unas cuadras. Caminé por lugares que nunca frecuento y antes de llegar a donde me habían dicho me crucé con un Punta del cielo recién estrenado (es un café marca nacional). La realidad es que el moka frapuchino les salió pésimo pero yo me lo tomé igual, me fumé mi ciga sentada en un escaloncito mientras contestaba un mail en mi maltrecho iphone (no puedo entrar a internet, hoy voy a intentar arreglarlo) y pensaba lo  bien que hace alejarse de los hijos por unas horas. Se pasó el tiempo y caminé las cuadras a donde tenía que ir. Una casa divina con rock star viejo conocido que se prestó a todo con simpatía y buena onda. Eso sí, terminamos con las fotos recién a las 10.30pm. Marido cenaba con todo el team de sonido del show en Biko así que la editora gráfica me dio un raid hasta un sitio de taxis y marido me fue pidiendo el bacalao que me gusta y llegué y aunque los cuatro habían cenado, me comí mi peishe con mucho gusto riéndome de las anécdotas de Gus y el primo Lalo y otras experiencias hollywoodenses y del rock nacional. También estaba JP a quien siempre es un gusto ver. A veces está bueno rodearse de hombres. Exageré un poco con los postres pero me levanté feliz, con el cielo celeste de fondo, la convicción de que trabajar fuera de casa de vez en vez es sencillamente perfecto y con la cabeza reseteada después también de mucho tiempo de nubarrones.
En un rato iré a hacer gym conjugando la llevada de niños al club, pasaré por el super, llevaré abrigo a la tintorería, trabajaré un rato y después vendrá Ile a tomar el té con su prole (entre las dos sumamos 6 hijos, es mucho).
Marido se ofende porque no bajo. Son vacaciones, sabés qué, no...no bajo. Quiero hacer fiaca con los pajaritos que me cantan acá al lado.
Bueno, chicos, más o menos eso. Un cambio de mood que esperemos nos dure. Un refreshment que me despejó groso. Eso sí: no dejo de ser, nunca, la mujer de. Es increíble que en una ciudad tan enorme no le escape. Igual está bien, marido es groso y nos enorgullecemos de eso.

En fin.
Así las cosas.
Reseteadas.

miércoles, 14 de julio de 2010

el poder de la literatura

Ayer terminé Ovejas feroces y me puse a llorar. Es intensamente bueno y terrible. Sigue sorprendiéndome que un libro pueda provocarte todo eso. Menos mal que no me volví inmune al poder de la palabra. Escribir y leer para no caer en la locura. Y hoy, psicoanálisis. ¿Seré capaz de entregarme? No lo sé. Resistencia. Mucha. Ganas de hablar de cosas que valgan la pena. De las causas y no de las consecuencias. Todo es síntoma. Sólo hay que entenderlo. Está gris acá arriba. Me vestí de negro. Me gusta. Un clima de pasado me invade. Me dejo invadir. Me evado. El presente, como siempre, me cuesta. Mucho. Dejame en paz. No es tanto pedir. Paz.
Bueno, chicos.

Eso. Bastante poco. O no.
Madre me dice: que te diviertas. Porque tengo una cosa de trabajo.
Lo que es estar en el horno.
En fin.
Así las cosas.

más microblogging

muchos pensamientos
sobre el amor
el tiempo
los cuerpos que se (re)encuentran
extrañas coincidencias
cabezas tomadas
personas/situaciones
que alteran

pero me tengo que ir y
sólo espero
no perderme
porque
esta ciudad
es demasiado
pero demasiado
grande

una pila de vida

Necesito. Duermo mal. Sueño de papel de seda que se rompe con una leve brisa, un ruido. Liviandad que no descansa. Más un bebé cuyo llanto se introduce en una sala llena de gente, esperamos al guía (creo que espiritual), cuando llega, me encuentra mirando mi iphone y de la nada me dice: A ver, Julieta. Se supone que no nos conocíamos. El llanto, en el sueño, era de un creativo publicitario angustiado (hasta que me levanté, le cambié el pañal a Milo que estaba empapado y me lo traje a la cama).

Suelo llamar la atención, para bien o para mal. Rara vez paso desapercibida (seguramente es más el saldo negativo que el positivo pero no estoy en mood revisionista). Ahora, ¿qué lugar no querés ocupar nunca? El de ser una más, por ejemplo. Eso sí que es vintage. Y no me cabe ni un poco. Sabelo.

Tengo que hacer cosas. Ahora mismo marido me insta a levantarme de la cama y desayunar con él. Yo, bueno, hace unos meses que dejé de desayunar. Y bajar me da una fiaca atroz. Pero el amor es así, lo sé. Con un buzo y unas pantuflas, encararé el largo día que me espera. Me gusta estar ocupada y a la vez, leve angustia (ir a lugares lejanos y desconocidos me altera un poco, soy limitada).

Bueh, time to go downstairs. Y desayunar aunque no tenga ganas. Gajes del oficio. Ah, y amanecí con el mail más copado e inesperado proveniento del otro lado del océano. Espero detalles pero me emociono ya con tres líneas de adelanto. ¿Será posible? Ojalá que sí.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Tempranas.

martes, 13 de julio de 2010

No tan distinto (1989)

Y de repente, subida a la patinadora, aparece. Y me hace acordar a los 11, estaba en sexto y tuve mi primer gran crisis de angustia (existencial). Precoz y fuerte. Miedos. Llantos. Hormonas. Parecido ahora, claro. Qué cosa, eh. Sólo que con muchos más años por delante.

Y después, en el sauna, tirada, me acordé del 94/95 cuando Derka me grabó de un lado Corpiños en la madrugada y del otro (creo) After chabón. Mi primer encuentro intenso con Luca. No hace tanto lo debo haber tirado, en uno de mis arranques de austeridad histórica.
Un rato antes me había acordado de cuando empecé el CBC de derecho, duré una semana y volví a rogarle a Sanguinetti que me dejara reincorporarme a sexto y poder pensar qué hacer de mi vida. Debería haber estudiado psicología, eso está claro. Pero en ese momento, derecho no dio. El subsuelo de Azcuénaga y los pasillo de tribunales me desalentaron para siempre. No hubiera sido una buena abogada. Lo dejé a Fer (varón, no mimejoramiga que estudió Imagen y Sonido) y volví a pasarla bien en el colegio. Sin dudas, el mejor año. Jime y yo y todos varones. Divertido. Eso sí: hice una cantidad ridícula de materias del ciclo básico común. Alguien que me explique por qué teníamos Historia del Arte.

What else?
Creo que nada. Deporte, ahora taller, después buscar hijos, hacer galletas, ocuparme de cosas, leer. Está bien. Levantó. Levanta. De a poco, como una masa de pizza.
Ah sí, ese imán inexplicable que tengo para que la gente me cuente cosas. Semi en pelotas, bajándome de la balanza, me encuentro con compañera de locker que me narró con lujo de detalles su fin de semana en Acapulco y lo que hará más adelante. Yo sé que no tenés por qué creerme pero es verdad, la gente me cuenta cosas. Y si estoy parada mucho tiempo en un mismo lugar, me hace preguntas. Siempre. Del tipo: calles, baños, aulas. Es mi sino.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Not so distintas.

allá frío, acá gris (pero de buenas)

¿es verano?
en términos formales
solamente

Miranda me contagió la cadencia
hijo mayor me pregunta
por el lago Titicaca, extrañamente
remite a otras cosas
a otras vidas

justo el findex
me acordé del viaje
Bolivia-Perú 99
subiendo la rampa del castillo
y pensé todo lo que hay para contar de los viajes
y las travesías
más si tenés veintipocos

 ahora no hay viajes
hay hijos
hay marido que me hace
la gran pulpo paul
me abraza, se enrieda
en mí

después, le hago mimos en la cabeza
y se duerme

ayer justo escribí
que el amor puede ser luminoso
cosa que es
alternativamente cierta porque
su contracara es
para mí
la oscuridad total.

otra cosa
que nada que ver:
no entiendo a la gente que no usa
gmail.

ahora, deporte
sin sol.

lunes, 12 de julio de 2010

la estética de la miseria

Volvemos a la programación habitual.

Salimos un poco del pozo aplicándonos. Leyendo. Informando. Mandando mails. Pensando. Sale alguna pequeña cosa. Eso también. Cuando el agujero negro comienza a comerme, los astros parecen apiadarse y mi vida se semi ordena. Claro que de repente la entrevista psi va a tener que ser cambiada y eso, después del tiempo que se tomó la señora, parece una real complicación. ¿Por qué cuando decido entrarle a los problemas más a fondo, enfrentar los fantasmas, intentar entender qué y por qué me pone en entredicho siempre algo se interpone?

Entendí hoy que es México también. Soy yo y es México. Un tiempo interno que ya dice basta. El cuerpo dice basta. Pero no. Entonces hay que caminar con el viento en contra. Así de sencillo. Además: amigas madres, por favor, VUELVAN A LA CIUDAD.

Igual. Uf. La dentista, pobre. Casi me pongo a llorar. Su marido de 42 tuvo tres derrames hace un año. No quedó del todo bien. Angst. Y ella te lo cuenta con frescura. Y entrega. No sé. Terrible. Me hizo pensar.

Ayer un amigo me escribió lo siguiente: "por momentos siento más filo y malicia y acidez en tus comentarios cotidianos que en algunos pasajes de..."

Creo que estoy perdiendo la gracia en todas las dimensiones.

En fin.

Y como conclusión: hay gente que sólo piensa en coger (no, no hablo de mí).

Bueno, chicos.
Así las cosas.
Life is life.

entretanto

leo
y fumo mentolados y pienso pienso pienso
si uno tuviera la función unplugged
sería todo tanto más fácil
hay paz en el hogar
y no hay mucho más para contar o
por primera vez en años, puede que no quiera
parece que eso también vale

y está bueno
así las cosas
microblogging

microposting

va a ser un día así
de tuitear desde blogger
por ejemplo
no soy excéntrica ni canchera ni moderna
nunca lo fui
no lo seré

siempre prefiero decir no sé
al esfuerzo de hacerme la que sí
me da más fiaca que parecer idiota
a veces sí sé
pero me hago
aunque me olvido de todo todo lo que leo/veo

lo único que me contagio
es la forma de escribir los mails
soy mimética
en ese sólo aspecto
después
soy muy yo

y por ahora
no mucho más, chicos
hijos empiezan curso de verano
yéndome

dormí sin dormir

cama tomada
sensaciones incorpóreas
plana, chata, llana
sólo por un rato
que fue bueno
por lo demás
el plexo solar inundado
y ahora, a salir al micro mundo
un ratito
así las cosas
mínimas

amores perros

Lean este texto hermoso de Vir sobre los sentimientos one way.

domingo, 11 de julio de 2010

puro presente

sólo en
conciertos de rock de bandas que te gustan mucho
libros atrapantes
sexo
y alguna otra poquita cosa, muy poquita en que tu mente no va
ni para atrás
ni para adelante

hoy fuimos al Castillo de Chapultepec y estuvo genial.

cositas sueltas entre diario y diario

Marido trajo desayuno a la cama: licuado de mango (el café con leche, muy tristemente, lo vomito) con medialunas calentitas. Ahora lava todo lo que había sucio. Marido puede ser un verdadero santo.
Ayer me pregunté por qué recibo tan pocos correos en mi mail del blog. Me autocontesté que yo jamás escribo ninguno y que tampoco (casi) comento en los blogs que leo, so...
Eso sí: contesto TODOS los mails que recibo, SIEMPRE.
En otro orden de correos, acabo de recibir el mail más delicioso de mi amigo Santiago, un poco drogado y un poco borracho se vuelve todavía más encantador. De mi otro amigo Santiago que vive en España, ahora que lo pienso, no recibo noticias hace aproximadamente tres mil millones de años.

Bueno, eso: escriban! Sabemos: me copo.
Sigo con los diarios. En la cama, bajo el edredón, con fresco pero sin lluvia, antes de decidir si salimos a pasear o vemos partido en casa y armamos algo de comer.

Así las cosas, chicos.
Buenhumor y paz reinante, al menos por un par de horas.

sobre matrimonio, derecho, falta de sueño y algunos etcéteras

Dormí mal y poco y desde ayer, antes de intentarlo, pienso en el matrimonio ininterrumpidamente (no, miento, bajé a hacerle mamila a Milo, me levanté a cambiarlo, a buscar chupete, a leer un mini rato en el baño y di vueltas sobre algunos otros temas menores). El matrimonio no es más que un contrato entre pares que garantiza derechos principalmente económicos. Lo más conservador que puede adjudicársele es la incitación a la fidelidad y la cohabitación. Digamos que el Estado no tendría por qué regular nuestras prácticas privadas habiendo firmado o no un acta frente a un juez pero, en estas instancias, sería un detalle menor. Sobre todo porque uno se casa voluntariamente a sabiendas de esos apartados. El matrimonio es, sí, un contrato que garantiza cuestiones económicas entre los cónyuges y los hijos de estos. Es un derecho universal al que cualquiera debería acceder sin distinciones. Tan sencillo como eso.
Lo que más me extraña y aterra de todo el asunto, leyéndolo intensivamente, es la injerencia desmedida que sigue teniendo la Iglesia católica en la vida política argentina (ya sé que es una obviedad pero no puedo soslayarla). Justo a la noche pescamos Religulous en la tele y, además de reírme un rato, me quedé pensando en el rechazo visceral que me provocan las instituciones religiosas en toda su magnitud. Asco, te diría. Y lamento si hiero sensibilidades. Con eso, no puedo.
(Aunque me encantaría hablar de la envidia real que me provoca la fe, la paz que debe provocar comulgar con otros, rezar en conjunto, encomendarse a un diostodopoderoso; yo tengo momentos un poco menos ateos, más místicos, más contradictorios, etcétera, porque soy humana y a veces le pido "a la vida", a veces consulto al tarot, a veces simplemente me gana el nihilismo más recalcitrante pero es largo y complejo).

Pero lo que creo que no me dejó dormir, realmente, fue pensar en los motivos por los que yo misma me casé.

Antes de leer un rato de Ovejas feroces (por cierto, muy bueno y también, como casi toda la lit últimamente, bastante perturbadora), agarré mi propia libreta de matrimonio y la pispié. Llamativo sí que lo primero que dice es que los contrayentens se deben fidelidad y manutención y que deben cohabitar. Bueh. Me quedé pensando, también, en por qué para la unión civil te piden dos años mínimos de convivencia y para el matrimonio, ninguno (claro que te obligan a realizarte análisis previos que te presenten como una persona "limpia" de ciertas enfermedades y la paciencia para poder divorciarte recién tres años después de haberse realizado la firma).

Nunca reflexioné sobre qué significaba estar casada hasta hace unos pocos años. Me casé como un proceso natural de haber quedado embarazada a los 23 años de un tipo que me llevaba 7 y al que habría visto máximo unas ¿treinta? veces en mi vida. Supongo, ahora, a la distancia, que la legalización de la unión implicaba ante el mundo un algo así como: miren que esto va en serio. No tanto nuestro sino de nuestros aún injerentes padres. Para mí, lo verdaderamente importante (y terriblemente preocupante) era el contrato ad eternum que firmaba con la pequeña célula y con el padre de la criatura. El contrato moral, claro, porque la libreta roja puede deshacerse con mayor o menor facilidad cuando cualquiera de los dos lo disponga (cosa que también da miedo, eh). Por otro lado, ajenos a los ritos religiosos, la dimensión simbólica de la firma ante un juez se volvía aún más importante. Una fecha, un anillo, una firma, una libreta. Un contrato que permite entonces que dispongamos de obra social, herencia, derechos previsionales, alimentos para nuestros hijos y algún otro etcétera. Y la mitad de los bienes en caso de que se rompa.

(Uh, se vino la Copa Davis a la cama con marido e hijos varones).

Tengo muy pocos amigos casados. La mayoría de mis amigos se reprodujeron sin la legitimación del Estado y nunca hablé seriamente de por qué. No sé si lo harán en algún momento, si hay un trasfondo verdaderamente ideológico o simple inercia (casi todos conviven hace ya mil años). No comprendo que alguien vea menor compromiso en no pasar por el Registro Civil, no lo contemplo. Lo que sí sé es que en Argentina nos falta mucho para que la legislación sea realmente progresista. Ojalá el matrimonio sea un derecho para todos, como corresponde. Y que cada quien, sea del sexo que sea, elija bajo qué régimen quiere relacionarse. Y ojalá, y me parece fundamental, el próximo debate serio sea por la legalización del aborto (de estar ahí militaría activamente).

México, legislativamente hablando, es llamativamente más liberal. Y brindo por eso.

En fin.
Sigo leyendo diarios con el gordo Nalbandian jugando contra un ruso con cara de robot de fondo y negocio con marido si alguno trae el desayuno a la cama.

En fin.
Así de matrimoniales e igualitarias las cosas.

sábado, 10 de julio de 2010

sobre más lluvia, decoración, planes y salir del pozo

Suena Seu Jorge mientras afuera diluvia. Marido sale a ver si mi auto vuelve a inundarse, tal como lo encontramos al mediodía, la parte del acompañante completamente cubierta de agua, una pileta infecta con un cd flotando sobre la alfombra gris. Las lámparas dan una luz tenue, los chicos se acaban de ir a dormir. Son casi las diez de la noche. Reordenamos un poco el living y el comedor. Hicimos listas y planes y en un rato, seguramente, miraremos una peli. La casa, nuestra casa, debo decirlo es más linda de lo que creo. Llena de ventanales, luminosa y verde, tiene su onda. Nuestras cosas tienen su onda y, además y principalmente, son nuestras cosas. Las que fuimos juntando, con esfuerzo, en estos nueve años juntos. Uf. Puede estar mejor, sí. Pero es alegre y personal e invita a tirarse a tomar un té con cosas ricas ¿qué más querés?
Fuimos al museo del juguete que no es más que un depósito lleno de cosas viejas que  si sos muy fan te puede copar pero claramente necesita ser ordenado, limpiado, curado y luego relanzado. Eso sí: confirmó mi certeza de estar haciendo bien cuando agarro bolsas de basura y tiro/regalo todo lo que puedo (como el jueves que hubo razzia en el cuarto de los chicos). Detesto la proliferación de objetos inútiles del capitalismo. Los de plátisco por sobre todas las cosas. No tengo fetichismos, no tengo alma de coleccionista y no tengo apego. Presto, regalo y pierdo muchas cosas, todo el tiempo. Ni siquiera con los libros. A algunos objetos les tengo más aprecio pero nada más que eso. Diego, por suerte, pensó lo mismo.
Después comimos en parrilla argentina bien pero sin pena ni gloria, yo no demasiado por mis problemas que ya conocemos. Y de ahí a centro comercial a que marido se compre pantalón, dos cositas en Zara home y un juego para la wii (eso también lo detesto pero si compramos una wii y después no compramos más juegos, bueh, algo no está bien o al menos no es coherente y este debe haber sido el primero en más de seis meses). Además, terminaron bien las clases, no nos vamos de vacaciones, qué se yo. Fue más de lo que puedo tolerar en Best buy pero marido e hijos son fan (no sé bien qué miran, tocan instrumentos, prueban juegos). Yo, bueno, yo ya sabemos que en la vida lo que más quiero es leer, escribir, mirar pelis y no muchos más (puede que chatear y hablar por tel también entren y garchar pero lleva poco tiempo). A veces hacer gym con el ipod a todo lo que da. Tirarme con amigos a tomar el té o a cenar y fumarme un porro o, muy de vez en cuando (cosa que no sucede hace ya muchos meses) bailar hasta que me duelan las piernas. Por lo demás, los paseos consumistas los detesto. Los paseos culturales me gustan un rato y si es con mayores porque los niños rápidamente se quejan. Marido tiene ritmo distinto. Se para, mira, lee y yo ligo el suplicio de los críos. Yo me voy con la big picture en la retina, el detalle, en todo, se me escapa (sí, sí enorme defecto).
Ahora marido se hará tostado de pan árabe, jamón y queso y veremos (ah no, me habla del pulpo Paul, perdón chicos que no lo haya nombrado antes, estuve muy distraída autocompadeciéndome).
Me pregunto por qué seré tan poco clavada, por qué, por ejemplo no investigo sobre literatura y cine nórdico, siempre tuve una especial empatía por sus temáticas, estéticas y psicologías. Me interpelan. Buen plan.
Salgo, de a poco, del período más negro de los últimos años. Un basurismo estructural que me volvió un monstruo horrible, la persona que no querés ser. Nunca. Un despojo. Literalmente. Y todo porque soy yo. Nada más ni nada menos. Sin estímulos externos reales. Yo y lo que (no) soy. O peor, lo que realmente soy. Ese reflejo que te pone en jaque y provoca (auto)odio. El peor de todos. Aunque marido, claro, me dice, en un momento cualquiera: no te soporto. Y en otro, semi en chiste: te regalaría. No, eso no. Hablando de regalar objetos dice: empezaría por vos. BUUUUUU. Marido, no hacemos esos chistes con Julieta hecha una bola deprimida y sensible. Oh no, no.
Cuando terminamos de darle un leve twist a la parte de abajo pensé: ay, qué ganas de hacer una fiesta y que vengan todos. En Buenos Aires, una buena fiesta, con la mejor música del pipu. Ya vendrá. Porque a veces, te juro, soy una copada. Y te hago chistontis, eh. Que @diegoblif y yo vivimos juntos veinte años. Mientras padecía el paseo por el monstruo tecno pensé que el mundo también debería conocer los chistontis de ale pero no creo que vaya a suceder nunca.
Mientras, bueno, mientras buscar el camino, intentaré hacer maestría con Ile, seguiré criando hijos y blah blah blah.

En fin, guys.
Así las cosas.

sábado, lluvia, paseo

Me dormí a las 9.30pm después de clavarme un cuarto de rivo. Me fui despertando, marido también, tuve sueños raros y perturbadores. Llueve. Mucho y todo el tiempo. Llueve. Como si estuviéramos en Londres. Una de las gracas de esta ciudad es (era) su buen clima. No tenemos programa de ningún tipo.
Vamos a ir al museo del juguete. Antes desayunar y bañarse. Muchos hijos.

Depresión declarada.

Ganas de nada.

O de Buenos Aires. Seguramente todo sería (levemente) distinto.

En fin.
Así de bajón las cosas.

viernes, 9 de julio de 2010

despojich

Hace muchos años que no me sentía tan mal. De dolor extremo, vomitar, no poder dormir, amanecer a las 11.30am. Bueno, sí, sumamos depression pero no sé cuánto cuenta. Me fui a dormir pensando que todo todo me recuerda al 2003. Los mismos síntomas, hijo varón de la misma edad, etc. Cambiamos locacación, sumamos dos hijos más y un marido que me soportaba menos y tenemos el mismo cuadro: siete años después. A los 25 digamos que tenés todo por hacer.  A los 32, nop.
Me fui a dormir pensando en la gente que te pone en entredicho ¿me bancaría las presiones porteñas? Muchas cosas que hay que ser (y no soy).
Gente simple. Eso me gustaría que me rodeara. Todo el tiempo.
La analista finalmente contestó. Bueh, su secretaria. Inverosímil todo el asunto.
Y no mucho más. Planes nulos para el findex. Nulos de toda nulidad. Y mucho mucho, la verdad, no me importa. Vemos: contradicciones.
Me vuelvo a la cama, recupero fuerzas, voy a comprar algo porque viene Ile con las nenas a tomar el té. Alguien que me devuelva el bienestar.
En fin.
Así las cosas.

jueves, 8 de julio de 2010

edredonismo

Teniendo en cuenta que me bañé cerca de la 1pm y que antes de las 3 me metí en la cama, bajo el edredón, me declaro una ameba con título. No hice nada productivo en todo el día. Depression. Bueno, hice un listado de casas en Buenos Aires. Igual, si supiera que la solución es vivir en ahí, sería tranquilizador. Pero no. Soy una angustiada estructural desde antes de la adolescencia. Y vivo siempre un poco perdida. Aunque pensándolo bien, hoy, en este momento, posiblemente tendría programa.

Y eso, creo, no es poco.

Salir, desempolva. Posta.

Me imagino.

Ayer me di cuenta de algo: no bailo hace muuchos meses. Eso, seguramente, me hizo mal.

Marido no puede. Marido me deja sola con lluvia y los tres críos. Y yo, bajo el edredón.
Hoy por chat dije que quiero que la gente me quiera. Ahora, en otro chat, repito lo mismo sobre las mujeres. Me gusta que las mujeres me quieran. Pero soy del tipo de persona que: no cae bien. En general, digamos. Soy muy mala PR. Sobre todo de mí misma.

yo también te amo
pero soy un trapo lloroso

Le escribo.

Milo me abraza. Es el bebé más dulce que conozco. Íbamos a tener visitas pero no vinieron. Ayer hice una ganache y hoy me la comí a cucharadas. Me duele todavía más la panza que antes.

Los dejo mirar tele. Puaj. ¿En qué tipo de madre me convertí?

En fin. El día es eterno. Leeré y al rato bañaré hijos y haré todo lo posible para que el año cambie su mood. O esto chicos, esto se va al carajo.

Así las cosas.

lluvia, llanto, vida cotidiana y alienación

Son las ocho y diez y en mi casa hay cinco niños y yo (y la terapeuta de Milo que lo hace llorar indefectiblemente). Pensás que no hay un más abajo del pozo pero te equivocás. De repente, el piso no era sólido y se derrumba. Dany tenía hoy la graduación de la hija. Me lo dijo la semana pasada y no me lo volvió a recordar. Hasta ayer a la noche que me dijo que se iba. Oops. Mis hijos ya habían invitado a Ilán y Dana a dormir y no había vuelta atrás.

A las una y pico Tita se despertó diciendo que tenía sed, marido no reaccionó, bajé a buscar vaso de agua y cuando subí, estaba vomitando en la pileta del baño. Pareciera un virus que les da a la madrugada. De vuelta a limpiar. Lo peor es que una vez terminada la faena (nadie sabe bien por qué, chicos, es un misterio) me clavé dos barras de chocolate amargo que, obviamente, me agujerearon el estómago y no me recupero. Los chicos miran, sin desayunar, El viaje de Chihiro.

Llueve a mares, pareciera que no amaneció y esto, acá, no es normal (debe haber algún huracán arruinándonos la vida).
Tengo todo por hacer.
Le lloro a marido antes de que, estresadísimo, se vaya a trabajar.
Digo: necesito un trabajo que me saque de casa un par de horas. Al borde de la locura, estoy.

Ayer, antes de hacer la carne a la cacerola que comimos con Diego y Lisa, cantando pop español malo a voz en cuello y salvándome durante un rato, me tiré en el sillón a leer. Pero no leí. Porque buscando algo que escuchar, encontré Bailongo, el disco de Emi y Gabo y lo puse y mientras miraba los duraznos verdes colgando de las ramas, con el cielo gris de fondo, me acordé de cuando teníamos 16 y de toda la cuestión de ser el guilty pleasure de alguien. Qué mal lugar. Pésimo. Yo estaba enamorada. Emi tenía una relación tormentosa con su novia. Venía a casa supuestamente a estudiar y nos quedábamos tirados hablando de cualquier cosa, él tocaba la guitarra, (supongo que yo opinaba, de eso sí que no me acuerdo) y así tardes y tardes. Cuando se iba, yo me quedaba sufriendo y escribiendo en mi diario íntimo, escuchando música. Claro que en el colegio no nos dábamos pelota, nadie sabía que éramos algo así como "amigos" y los fines de semana coincidíamos en recitales de Los peligrosos gorriones y, seguramente, no nos saludábamos. Sí, todo muy teen. Pero yo creo que ser el guitly pleasure de alguien te puede pasar hasta el fin de los tiempos.

Esta historia, por suerte, tiene final feliz y ahora todos estamos casados y somos amigos y tenemos hijos y pasó el doble de tiempo de la edad que teníamos. Pero el sentimiento no me lo olvido.

Tuve sueños raros, incómodos.

Me duele mucho la panza. Tengo que arrancar, hacerle el desayuno a todos estos menores de diez años, hacer las camas, ordenar, hacer otra masa para mi tarta porque la sablé quedó mal e intentar sobrellevar el día lo mejor posible.

A las once leo que Xime se despide de FB, le chateo y digo no, no. Estamos en la misma ciudad, man. Así que como una persona normal, con voz, agarré el teléfono y la llamé. No quiero chatear más excepto que sea a la distancia. Me dijo que esperar un mail, un chat, un comentario la estaba convirtiendo en una persona que no quería ser. Yo tampoco. Ya cerró su blog y ahora medidas más extremas (no sé si en eso acuerdo tanto). Haría lo mismo de poder. En fin. Hablar por teléfono me gusta, debo recordarlo y abandonar la fobia. Volver a ser semi normal. Si es que hay alguna chance.

En fin.
Ni sigo.
Así de horribles las cosas.
Así.

miércoles, 7 de julio de 2010

Sobre verdudas, soledad, familia y maternidad

En esta ciudad llueve cada vez más temprano.
Fui al super con mis tres hijos vestidos de rojo. Son, sabemos, un montón. Mientras ponía las espinacas en la bolsa y pensaba qué otra verdura iba a comprar para que la semana esté plagada de comida sana, me vi haciendo lo mismo durante veintitantos años más. Uf.

Desde ayer vengo pensando en la maternidad. No es algo que haga con demasiada frecuencia, enfrascada en mi propia subjetividad. Y eso entonces, me disparó hacia un lugar extraño. Solidez. Es un concepto que debería estar ligado a las madres en relación a los hijos y yo no sé si aplico. Y va más allá de estar pendiente de las necesidades concretas escolares, sociales, deportivas, médicas que ya de por sí son muchas y pesadas. Porque los hijos, obviamente, son individuos con necesidades afectivas muy marcadas. Y uno es el único responsable. Guau. Estar a la altura. Difícil.

Y mientras. Ser uno.
O intenterlo.

 Tuve muchos hijos porque la soledad me da pánico. Y, paradójicamente, o no, en general prefiero estar sola y tranquila. O al menos tranquila. Porque la soledad de la que te resguarda la familia, es otra. 
Quiero Buenos Aires, ir a lo de mi mamá, comer bizcochos de la lata, tirarme a leer el diario impreso, comer su comida. Hija por un rato.

Cuando estoy rayada (lo que también sabemos pasa seguido) pierdo el poco ángel que tengo habitualmente. No soy ni simpática ni agradable ni inteligente ni divertida. Soy equis. Más equis. Claro que sigo siendo xx. Bueh, voy a ver qué onda con España.
Y a trabajar mientras.
Después haré algo rico para mañana.
Y no sé si saldremos de casa. Hoy por ahí mejor quedarse en la guarida.
Marido no me da pelota.
En fin. Chicos.
Así las cosas.

ahhhh, orale

Todo tiene explicación. Las lágrimas agolpadas en el rabillo del ojo. Cuatro semanas exactas, precisión helvética, un ciclo cerrado. Hormonas. Y el tiempo gris. Amanece horrible y de a poco va despejando.
Freí milanesas y auné coliflor con salsa blanca más parmesano y a gratinarse. Cenamos en relativo silencio y me metí en la cama temprano después de luchar con la frustración de mi hijo porque a las once de la noche lo saqué del parque (habían hecho una fogata con sus amigos más grandes y no entendía que todo, finalmente termina; teniendo en cuenta que había ido con otro amigo a ver Toy Story 3 por segunda vez y que había dormido en lo de Ilán la noche anterior, la explicación sobraba). Leí unas páginas y me dormí, profundamente, con los besos tiernos de marido.
Antes me había colgado con entrevista a científico volcado a las neurociencias. ¿Por qué no me dediqué a algo serio? Justo y casualmente, nos lo cruzamos en la inaguración del local de Maru y el hiato. Extraño esa dimensión que tienen mis amigos en Buenos Aires, una pátina menos de frivolidad, un estar haciendo otras cosas. Eso me dejó sorprendida. Ganas de un ahí con otros intereses, otra mirada.
A las 6am me desperté, con la recurrencia de lo que no vale la pena. Cosas de trabajo. Que ya no. Gente que no. Oh no. No.
Trabajar antes de las 8am.
Al rato super con todos los hijos. Antes ¿me tiño? Fiaca mal.
No gym. Not today.
Ayer otros 45 de patinadora.
Soy gorda.
Cené chocolate con dulce de leche. Además de culpa, claro, me agencié una acidez espantosa.
La dimensión del hacer.
Me falta.
Marido estresado. Con motivos.
Hijos de vacaciones.
Hoy, tal vez, los lleve a patinar sobre hielo. Aquellos años felices de Madison Rink con Marce, mimejoramigadelaprimaria. Su padre nos llevaba seguido, después del colegio. Mis padres, obviamente, no hacían esas cosas. Creo que replico un poco con hijos.
Leve ostracismo.
Analista que no devuelve los mensajes. ¿What?
Y así.
Así la vida.

martes, 6 de julio de 2010

tempranismo

Son las 8.08am y me levanté .... El cielo gris me acompaña. Triste aunque marido me da besos en la espalda. Pocos, se tiene que ir. De hecho, ya se está tomando el taxi.
La perspectiva del día eterno.
La opresión.
El desaliento.
Me fui a dormir leyendo a Lange-Müller, no encuentro Indignación de Roth (no sé dónde quedó) y no estoy para Aira (tampoco sé por dónde anda mi cartera con el libro adentro). Voy a ir al club. Aeróbico y pilates. A ver si me levanta. Marido leía a Bataille. Apagamos la luz pero no me pude dormir. Di vueltas pensando en cosas raras. Después, soñé que el marido de una amiga también estaba casado con una amiga mía de la primaria. Me daba cuenta por FB y no sabía qué hacer. Sospechaba que mi amiga sabía, la otra para nada. Estaba muy feliz, recién casada, entusiasta y llena de energía. La otra ya tiene muchos hijos. Fue un sueño demasiado largo. Ah, antes de despertarme también soñé que mi ex profesor de taller andaba con una ex amiga. Raro.

Pau ayer me dijo algo sobre así como: estás demasiado impune. Pensé que en un campo en el que sexualidad, libertad y literatura se encadenaban en las antípodas de la vida que llevo en la superficie. ¿Se puede conjugar todo sin caer en la locura?
No lo sé.
Pienso igual que también se juegan posiciones políticas.
No quiero estar acá.
Tampoco quiero estar triste y vacía.
Tengo que hacer un llamado de larga distancia.
En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 5 de julio de 2010

si te dicen que caí

Este blog evidentemente se plegó a la onda fashion emergency. Debería hacerlo sobre mi persona pero es tanto más difícil. Mirá si viniera la función cambio de plantilla, configuración y diseño para uno mismo. Sería genial.
Pero no.
Así que el blog tiene otro luk y yo sigo igual de impresentable que siempre.
Me voy con marido a la cama.
Comimos tagliatelle con brócoli.
Nos reímos sobre algo que no recuerdo.
Le dije que yo tuve un hijo por amor (sí, seguramente ya se lo había dicho pero marido olvida).
Y hoy pensé de nuevo:
¿quién sería yo sin él?
No tengo ni idea. Me resulta inimaginable.
En fin.
Llovió mucho en la ciudad.
Así las cosas.
Renovadas.

sobre insultos, madurez y deporte

Bailé y transpiré mucho arriba de la patinadora. Me puse medias rayadas de muchos colores sobre las calzas y me desaté, con musculosa naranja y ipod en llamas. El señor me miraba desde la elíptica y yo sólo pensé: sabe qué, señor, sí soy un poco delirante y aunque no parezca tengo tres hijos y en esta familia, a la adversidad le gritamos: chupame un huevo.

Después, mientras volvía de avisarles a los chicos que me iba a bañar (saltaban contentos en un brincolín que pusieron nuevo- creo que en Argentina sería cama elástica) pensaba que el issue es contar a medias, contame todo o no me cuentes nada. En el sauna no sé bien qué pensé pero en la ducha decidí que mi insulto favorito es: forro. Me da la sensación de que sintetiza perfectamente pelotudo e hijo de puta, un toque de cada. También pensé que la gente tiene que romperla a los veinte. Los que no cogen mucho de pendejos, no hacen cualquiera, etc, etc,  tienen falencias y derrapan en los treinta.

¿Qué más?
Tuve mi excelente clase de taller.
Va a ser un julio largo, pesado y solitario. Marido tiene exceso de trabajo y Europa quedó en el olvido.
Y ahora voy a skypear con fer y después me propongo hacer una lista de to do para la semana. También escribir un doc y después trabajar de una buena vez por todas.

Y así. Así las cosas.

tantas cosas

Es temprano, tuve insomnio de una y media a tres aproximadamente. Me vine a pelotudear a la compu y mi pobre hijo mayor se despertó a las 2am vomitando la escalera y todo el baño. Pobre yo, en realidad, que tuve que limpiar todo (es lo único que me da verdadero asco). Ahora estoy cansada pero vestida de deporte. Mis hijos mayores aunque tienen clases no quieren ir (es sólo para ver películas, hacer pic nic y esas cosas y salen temprano) así que se vendrán conmigo al club. Milo gatea a lo loco diciendo mamámamá. 
Estoy entusiasmada.
Pero me da vértigo hacer las cosas sola.
Marido se despide. Amor.
Necesito una respuesta pero D no me la da. Mmmm.
En fin.
Así las cosas.
Con espíritu emprendedor y vacacional (pero estacados en el DF).

domingo, 4 de julio de 2010

en otro orden de cosas: women friendly

Mientras caminaba por la Roma y leía un mail de María (haberme regalado un iphone de parte de marido ha sido, realmente, un grave error) pensé que el 98% de los mails que recibo a partir del blog son de mujeres. De hecho, deben haber sido cinco los hombres que me escribieron en cinco años y medio. ¿Raro, no? Tengo amigas de la vida real que conocí vía blog. Mis amigos de la vida real anteriores en general no lo leen. De hecho, el viernes recibí un mail de mi amiga Ana. De Ana de la facu, no del colegio. Hace mucho que no nos vemos ni hablamos. Y me dijo que había entrado y también me dijo algo cierto y triste que me quedó dando vueltas: todos nos desmoronamos de vez en cuando. No es textual, seguramente, pero la palabra desmoronarse es hermosa. Terrible y hermosa. Y yo la hago performática.

También me pregunté: ¿tengo amigos hombres nuevos, míos solos, propios, desde que estoy casada?

Creo que no.
Por ende, todos mis amigos varones datan del siglo pasado.

Estoy todavía más defectuosa que de costumbre. Y encima: rayada, caída, enroscada, dolida, angustiada. Desmoronada.

Y es domingo. Y afuera llueve mucho, pero mucho mucho. Y el agua cayendo hace demasiado ruido. Y marido se fue a comprar unas cosas aunque son las nueve y veintiséis. Siento que la gente va dejando de quererme ¿será cierto? ¿espanto?

En fin.
Todo puede ser.
Entre tanto escucho una entrevista en la web a Romina Paula.
Así las cosas.

se fue pero volvió

Erradiqué la angustia por un par de horas.
Salí de la cama, me bañé y volví a meterme en pelotas.
Marido me sacó garchando.
Eran las 12.30
Antes se había ocupado de los tres niños. Y de ordenar la casa. Marido la rockea.
Fuimos a comer a la Roma. Los mejillones me levantaron. Salir, orearnos. Despejar. Pasó Domi a tomarse una coki. Después caminamos un poco, comprarmos cosas ricas y fuimos a tomar el té a lo de Ale que es en zona. Pasó Diego Mu. Acabamos de llegar. Bañé al bebé y lo acosté. Diego se ocupa de los mayores.
La angustia me vuelve a ahogar.
Se me pasó el enojo.
Y pienso: tengo un nivel de impusilsividad este año que no da. Tengo que pensar antes de actuar, de verdad.
Es una zona que no diría que está para nada cerca de las virtudes.
Estoy preocupada por mí.
Sigo buscando analista.
Y no mucho más.
Es que es tan tan domingo.
Así las cosas.

por mi vestimenta marido me dice: sos una adolescente conflictiva

Más medias y All stars negras.
Yo digo: soy lo que puedo.

sábado, 3 de julio de 2010

in the year 2000

Pasó más de una década desde la última vez que me sentí así. Rota, estúpida, vacía, humillada. En ese entonces, aunque no funcionara, sabía cómo sobrellevarlo. Me encerraba en mi cuarto, que era como una pequeña cueva alfombrada, ponía algún disco de jazz (Miles, Coltrane, Hancock, Chet, Billie, Sara, Jarret, Corea, Marsalis, Monk) o Kid A o Piano de Melero o algo así, bien bajonero. Fumaba tabaco y tiraba la ceniza en una lata azul apestosa con personajes tipo Bugs Bunny o el Pato Lucas, que había sido el souvenir de una fiesta de quince, me abrazaba a uno de los tantos almohadones en tonos beige y negro que mi madre había elegido por mí y lloraba hasta quedar completamente seca. Después me vestía, generalmente de negro y/o bordó, me delineaba fuerte los ojos, me echaba L Eau D Issey y salía a cazar. Si no cogía, al menos me apretaba a alguien. Y volvía a mi casa igual de rota pero con algunas horas de distracción encima. Ahora, desacostumbrada a jugar el papel equivocado, a no entender desde el principio, yo, justo yo, no sé bien qué hacer. Porque muchas cosas en pocos días. Y entonces me tiro encima de marido (que está aún más maltrecho que yo, por causas distintas), me abraza y vemos una película de Atom Segoyan un tanto perturbadora pero que también distrae y aunque el sentimiento no desaparece y pienso que si estuviéramos en Buenos Aires todo hubiera sido distinto y que, al menos hoy, seguramente podríamos estar con amigos, tomando vino y drogándonos. Pero estamos acá y el agujero no se conjura y aunque sé que es sólo una cuestión de (corto) tiempo, no me lo perdono.
No hay nada peor que ser víctima de la propia estupidez.
Y sí.
Una vez más.
Así las cosas.

y eso que era antes del partido

a veces hay que cerrar los círculos

Quisiera salir y distraerme. La selección quedó afuera y eso de por sí es triste. Está por llover, no tenemos resto ni ganas de hacer nada. No hay programa. Vinieron todos temprano. Desayunamos sufriendo. El cielo gris me apaga. Entender la necesidad de cerrar. Tengo problemitas con eso. Desde siempre. Dejar ir. A todos los niveles. Imaginate que me daban ganas de llorar cuando terminaba una materia. En fin. Pero la lógica de ponerse en primer plano debería empezar a funcionar mejor. Centrarse, concentrarse. El entorno está difícil. Muy difícil. Tengo que cuidar un inside que se puede desbarrancar. Somos muchos. Y muy complicados. Y yo. En el medio de todo, intentando sobrellevarme con muy poco éxito. Hace años que no sentía tanta angustia como en estos últimos días. Todo junto. Mucho. El cuarto de rivotril nocturno tal vez no ayude. Efecto rebote. Aplastada. Por las nubes bajas.
Diego ordena los discos con Milo y Tita. Simón en lo de Dante. Xime, Ale y Domi se fueron hace un rato. ¿Qué hacer? Pocas opciones. No hay pelis. No hay teatro infantil. No hay amigos para armar comida. Y de todas maneras, no tengo resto. Ni la vida social puedo sostener, seamos sinceros. Ganas de tirarme a leer. Aunque Yo era una mujer casa, de Aira, creo que no es una buena opción para la coyuntura.
Vení y borrame. Por ejemplo. Borrame toda. Entera. Ayer chateando con madre le dije que la vida es así, que yo sé que hay embates y que son momentos, estoy acostumbrada. Soy guerrera. Pero acá, entre nos, te diría que quisiera una tregua. Paz. Una tregua conmigo también.
En fin.
Así las cosas.
Enrosquetis.

viernes, 2 de julio de 2010

las pequeñísimas cosas

Esas son las que suelen enamorar.
A marido lo enamora que yo "adivine" lo que piensa o está por decir. Me pasa seguido, de todas maneras, con mucha gente. No es adivinar, claro, es una red que se activa rápido y me doy cuenta de qué va a decir el otro. Con marido, claramente, tengo una conexión especial y le "adivino" seguido. A veces quiere hacer la prueba pero, obviamente, no funciona. Porque necesito poder unir datos. Esa es mi gracia. Esa y que atajo increíblemente bien cosas que me tiran, como una foca (igual la estoy perdiendo), sobre todo porque soy una persona extremadamente torpe por lo cual es una habilidad que no me representa. El kinder, me enteré este último viaje, también la tiene.
Y bueh, hacemos lo que podemos.

El amor es así, lo sé.

Bizarre love triangle

En el invierno del 96 estábamos en sexto (algunas, otras optaron por el CBC) y decidimos ir a Mar del Plata en las vacaciones de invierno. Todavía éramos muchas. Después quedamos solo las seis. Fueron días divertidos, hacía frío, la casa de los padres de Maru simulaba un barco y dormíamos todas desperdigadas. Una noche fuimos a bailar a un bolique bien gronchis. No conozco bien MdQ así que no sé ni cuál es la principal. Esa noche escuché un tema de Shakira y uno de Soraya. Era todo muy así, muy viaje de egresados. Y caminando por ahí conocimos a un grupo de pibes del Pellegrini, dos años más grandes. Había uno solo lindo. Vamos a decirle F, que es la inicial de su apellido. Y había un par más. Uno pelirrojo, con zapatos MUY dudosos, estudiante de medicina, con el que incomprensiblemente (o no, era mi naturaleza) terminé a los besos. F nos gustaba a todas. Bah, creo que a Ana y a Fer pero no sé si pasó algo en el viaje con Ana. Tampoco sé qué hicimos, si los volvimos a ver (sí, al día siguiente un rato, a la tarde, puede ser). Yo me arrepentí de mis besos y me replegué, huyendo.
Otra noche, compramos gin y sprite y tomamos hasta morir. Nunca más pude probar gin. Asco. Fer se arrastraba en la bolsa de dormir hasta un balde para vomitar. Creo que se quedó dormida en el baño. Fue el peor pedo que me pegué después del culpable de Milo. La cuestión es que volvimos y Ana y F empezaron a tener algo así como un romance. Bah, sexual. Garchaban en cualquier lado. Un par de veces nos encontramos grupalmente, no sé, raro, adolescente. Mucho auto empañado. Eso sí me acuerdo. Y un día, F me llama. Y hablamos un par de veces más. Histeria. Y no daba. Yo no soy de esa clase de persona, el triángulo no me funciona. Ni siquiera en ese entonces. Con Ana solíamos tener un poco de gustos parecidos, había como una cierta competencia cuando conocíamos pibes a ver quién se quedaba con el más lindo. Nos pasó en el viaje México/Cuba. A veces una salía beneficiada y a la otra se comía el garrón del siglo (porque rescatarse medio que no era una opción). Fer y Pau tenían su propia pica. Bueno, con F no pasó nada. Ana creo que lo vio un par de veces más y quedó ahí. Después, a los años, nos lo cruzamos no sé dónde y era un gil de goma (obvio).  Casualmente, en esa época (ya lo conté muchas veces), poníamos New Order, fumábamos mucho porro tiradas en la alfombra de lo de Pau, quedábamos locas mal, medio pajeras y nos bajábamos sin pudor TODO lo que había en la heladera (tipo: pastel de papa frío, pringles con queso crema). Un día perdimos una tuca en el coche de los papás de Ana, estábamos cerca de Dr Jeckyll y vino la policía a preguntarnos qué pasaba. Les dijimos, loquérrimas, que habíamos perdido unas llaves. Otro día nos metimos contramano en Cabildo, llovía a mares y creo que fue Rodri el que dijo: y ¿que se hace en estos casos, oficial? No sé cómo la zafamos.
Nunca voy a ser una perversa. Eso. No lo fui de joven...

Copado recordar esos años, tan noventas, hubiera sido mucho más feliz de haber sabido todo lo que se venía. Pero bueno. El botón de rewind no lo estaríamos encontrando.

Se terminó una de las semanas más duras de los últimos años. Esperemos que mes nuevo, vida nueva o aires renovados o: y que sea, lo que sea.

Marido todavía no llegó.
Así las cosas, chicos.

Y: aguante Argentina, carajo!!!!!!!!!!!!!!