jueves, 29 de enero de 2009

esto ya lo escribí

Hace cuatro años y sigo sintiendo lo mismo a pesar de tener la-casi- certeza de que este será mi último embarazo. Detesto este estado, no me sienta en lo más mínimo, no me da ternura ni me siento plena ni feliz ni embobada ni espléndida ni enamorada ni nada de lo que las embarazadas sienten normalmente. A mí NO ME GUSTA. Además de tener el reflujo peor que nunca, la gordura como en mi vida, la celulitis que no quiero ni pensar y el humor cambiante, no me interesa el sexo en lo más mínimo (excepto en sueños, me la paso garchando oníricamente toda la noche) y extraño fumar, hacer deporte y no arrastrarme por la vida con pesadez (además de disponer de cuatro veces más de ropa que los dos pantalones que tengo ahora- de los cuales uno me queda horrible- y las dos polleras largas que me hacen parecer una religiosa a la cual sólo le falta la peluca).

En fin. Estoy cansada. Almorcé en lindísimo restorán polanquense y después me quedé en la terraza de Plataforma picando un poco de la carne que Gass hizo en la parrilla que mi marido compró ni bien me fui. Platiqué simpáticamente con todos los presentes, a las cinco y media me despedí de mi suegro y a las siete y media nos subimos al auto con Tita para volver a casa-Manejé una hora y diez, fuckin tráfico defeño- y ahora espero a que llegue marido con hijo mayor. El bolso lo tengo listo desde la mañana, la depiladora me dejó como quinceañera (la hora y media que estuvo desplumándome me la pasé pensando que las depiladoras argentinas son definitivamente las mejores del mundo y que deberían mudarse todas a este país) y no me queda nada más que dormir y mañana temprano salir hacia la praia y el sol.

Bueno, ahora sí: qué lástima pero adiós...

yo ser

No sé si es que se me acentuó o que la gente anda con más ganas de decirlo que de costumbre pero hay pocos que se abstengan de hacer comentarios sobre mi mal humor y/o mal carácter, mi visión negativa de las cosas y mi sinceridad extrema (esto no lo dice nadie pero lo pienso by my self). Yo no ando diciéndole a la gente lo que opino de ella, ni mucho menos, pero como ya dije alguna otra vez, dejo abierta la puerta para que la gente opine, de más, sobre mí. Quisiera tener buenos deseos y pensar que quiero cambiar mi carácter pero sería completamente falso. No tengo ninguna intención de dejar de ser quien soy por más complicaciones que me traiga, me quiero así. Sobre mi pesimismo sólo creo que es un malentendido, la gente no suele ver los matices de las expresiones y yo suelo pensar las cosas con muchas más aristas de las que seguramente puedo denotar. Y por sobre todas las cosas, no pierdo el sentido del humor y mi capacidad de burlarme de mí misma, cosa que a mucha gente, demasiada, le falta.

Así que: quereme como soy. O no me quieras, estoy acostumbrada.

Ah eso sí, que digo demasiado lo que pienso, es una realidad, juro que un poco lo hago sin darme cuenta, me gusta ser sincera, lo considero-erróneamente- una virtud y seguramente me juega en contra pero cualquier otra actitud la considero, también erróneamente, bastante hipócrita. Igual, hay muchos a los que debería gritarle un par de verdades pero a pesar de todo, no dejo de ser civilizada.

cosas-todas sin importancia-que pasan

Ayer fui al super con Roberta y Carlos (parece Roberto Carlos "yo quiero tener un millón de amigos), volvimos, descansé un rato y partí con suegro hacia Polanco. Reunión con nuevo administrador que me cayó perfecto y quiero que sea mi mejor amigo y no entiendo cómo mi marido no me avisó que existía antes, lo hubiera llamado feliz y otra hubiera sido la historia. Mi marido no se caracteriza por adecuarse a los procedimientos correctos (no sé qué versión de él se da en este blog, el pibe es un buena onda, muy creativo y con más pilas que nadie que yo conozca pero no es precisamente prolijo en ningún ámbito de la vida- aunque se enoje por mi descripción). En fin, me voy corriendo de la junta porque ya era hora de buscar a Simi y oh, llama la depiladora pero más oh, me ve un policía y me hace parar. Yo ya estaba retrasada. Le entrego licencia y tarjeta de circulación, le pido que por favor no tardemos porque estoy retrasada para buscar a mi hijo y me dice que se la lleva para agujerearla y sacarle los famosos puntos (acá rige el scoring hace rato pero no creo que nadie haya perdido un puto punto nunca). Entonces no se va y le digo que lo haga que estoy apurada a lo que me contesta que él no quiere hacerlo, que me quiere dar una manita. Y yo le pregunto qué quiere. No sé, lo que tenga. Mire no tengo nada así que haga lo que tenga que hacer y por favor no me retenga más (a todo esto a la depiladora le había cortado el teléfono muy abruptamente). En el tire y afloje y al darse cuenta de que no pensaba darle nada, me dice, bueno, vaya y no hable más por celular. Me fui con mi característica cara de orto pero muy orgullosa de no haber coimeado al cana (o haberle dado mordida para los locales). Lo llamé a Diego para contarle. Además, ya venía muy orgullosa porque el administrador, que es contador, decía que su metodología es igual a la que desarrollé yo en tres años (siendo licenciada en Letras). Me puso contenta saber que hice las cosas tan bien durante tanto tiempo (ya lo sabía, eh, sólo que me encanta que me confirmen). Cuestión que busqué al Coco y la realidad es que nos fuimos muy tranquilos sin Roberta en el auto, la pobre suele causar molestias todo el tiempo, supongo que a pesar de ella pero rompe los huevos de una manera inimaginable. Llegamos y le pregunto a Jose cómo había estado Tita y pone cara rara y me dice todo bien pero...pero sin respirar también dice: se cortó el pelo. ¿Dónde está? pregunto yo. Escondida recibo como respuesta. Le pregunto a Jose que cómo puede ser que se corte el pelo estando con ella y me dice algo así como que fue muy rápido y no sé qué más y escucho una vocecita que dice: acá estoy, muy quedo y con tono de culpabilidad. Y sale y tiene todo el lado izquierdo rebajado porque no es que se cortó el flequillo, no, se cortó todo un lado y tenía un estilo Muschietti. Le dije que nunca más hiciera eso, que había estado muy mal y que no podía mirar nada de tele en todo el día (no suelen mirar mucha por la cual es un castigo que no representa demasiado). La cuestión es que después de comer pescado con brocoli y de pelotudear en la compu, los saqué a jugar al parque (Simi no para de dar vueltas por la calle con la bici y Tita saca su triciclo pero no lo usa) hasta que decidí que mejor nos íbamos a la peluquería del club a que le emparejaran el desastre a la pequeña, así que tomamos las cosas de piano del Coco y partimos. Roberta otra vez empezó con no querer cortarse (en Buenos Aires le quisimos cortar y se puso a llorar desconsolada, la angustia de la castración o semejante le dicen) y tuve que negociar maní con chocolates que salen de una máquina que está en la mismísima peluquería por lo cual, Simi le daba en la boca y el resto nos lo manducábamos nosotros dos que somos el monumento a la chanchada. El corte le quedó muy bien, rebajado de los dos lados, con forma y bastante más corto y prolijo de lo que lo tenía. Después jugaron en los juegos (Roberta es super agil y se trepa por todos lados y se hamaca a velocidad super sónica) y Simi se hizo dos amigos. Yo los miraba muy tranquila, feliz de estar con ellos, pensando lo afortunada que soy de poder disfrutar de esas cosas (esta sensación me agarra sólo una vez cada muerte de obispo pero qué plenitud) hasta que llegó la hora de ir a piano. Lo dejamos en la puerta a Simi y nos fuimos en busca de algo de ropa para mí porque soy una ballena y no me entra nada. Hete aquí que en el local de embarazadas que hay en el Magnocentro todo es espantoso y carísimo (un ashco) y que en Zara ya te habían terminado las liquidaciones (!?) así que me compré un corpiño muy barato y una remera enorme en Bershka (bastante fea pero también muy barata) y nada más. Una pena. Compramos algo en el City Market para que nos sellaran el ticket y nos fuimos a buscar al mayor y a pagarle a la profesora. Después un ratito de parque, Diego que esta semana casi no laburo, llegó con el padre y su cara de orto (la de Diego), enojado conmigo por todo lo que hago o digo (está fastidiado e irascible) pero no me enganché y le puse onda y les cociné y acosté a los chicos y miramos el partido de Williams y Dementieva y me fui a la cama a las diez y media y dormí, aunque muy salteado y soñando cosas ridículas, mucho mejor que las noches anteriores.


Hoy tengo un almuerzo que me hace ilusión. Los chicos no se quedan al after porque hay asado en la productora y comerán ahí como despedida del abuelo que se va a la noche. Yo los buscaré y vendré a ultimar detalles del bolso que voy a empezar a hacer ahora para que ya quede listo mientras espero a la famosa depiladora que me venga a desplumar porque soy un mono impresentable. Y estoy feliz de irme a la playa. No soy muy fana de Pie de la cuesta porque no te podés meter al mar y finalmente tardás cinco horas en llegar pero pienso no hacerme problema, echarme a disfrutar del sol (y sufrir por mi tamaño y la espantosa textura de mi piel) y ver cómo mis hijos nadan y hacen pozos en la arena, tomaré jugos naturales y comeré mucho pescado. No se le puede pedir mucho más a un fin de semana largo, es mucho más de lo que pensé que tendríamos. Volvemos el lunes, el jueves llegan mis padres, el domingo ocho cumple Tita (tengo que organizar todo y todavía no decidí si hago comida o merienda, soy lo menos) y el lunes nueve Diego se va por diez días, mi madre se queda una semana haciéndome compañía y así se va la vida. Ya tengo que pensar si vamos a hacer algo para semana santa y rogar que haya mucho trabajo para pagar tantas vacaciones además de colegios, seguro médico (es anual y sale una verdadera fortuna además de que no cubre maternidad), parto y demás gastos de la vida.

Me voy a preparar el bolso!!!!
Así las cosas.

miércoles, 28 de enero de 2009

dolor de cuerpo

Me quedo dormida muy temprano, a las nueve y media subo a acostarme. Diego me maltrata, se pone nervioso e irascible y con conciencia nula. Eso lo hace todo muy difícil. Entonces, me acuesto y me quedo dormida con el partido de tenis de fondo pero a cierta hora (no sé cuál porque el despertador está del lado de mi marido) me despierto y ya no duermo de corrido. Sueños extrañísimos intercalados, incomodidad, tal vez un poco de frío (el calentador lo tiene Carlos). Levantarse y respirar la peor onda. Me agota, me hastía y me hace reflexionar sobre por qué todo esto. ¿Por qué aguanto lo inaguantable? Roberta se pasa al cuarto de su abuelo y la voy a buscar ahí, le hago upa cariñosamente y la llevo a su cuarto para vestirla. Imposible, no quiere saber nada con la escuela. Intento conversar, convencerla, le pregunto qué le pasa. Una nena de cuatro años no puede expresar bien lo que le sucede, eso está clarísimo. No me pongo loca como siempre, mantengo la calma, me angustio un poco, se queda en su cuarto y se niega a ir a la escuela. Diego tampoco consigue nada. Desayunamos todos, Josefa sube, tal vez lo consigue pero no, Roberta sigue en pijama, despeinada y sin ninguna intención de ir. Es una obviedad decir que no pasa nada si no va un día, no se pierde nada. El tema es por qué no quiere ir y no instaurar una rutina de negación. Me preocupa. Hoy mi padre cumple 70 años. Está en Playa del Carmen con mi madre y aún no lo llamé porque son las ocho y veinte de la mañana. En minutos me voy a bañar y vestir e ir con mi suegro a Chedraui. No puedo comprar demasiado porque nos vamos tres días a la playa pero algo de fruta es necesaria. Me duelen mucho los brazos y estoy cansina en general. La mala predisposición de mi marido hacia mí hace estragos no sólo psíquicos. Como casi siempre me dan ganas de renunciar. Renuncio. ¿Es performativo?

Así las cosas. Grises a pesar del sol.

martes, 27 de enero de 2009

hartaaaaaaaaaa

Del maltrato constante y la ingratitud, un día voy a estallar de verdad, ya no aguanto más, la falta de razón y de lógica me van a terminar matando, no entiendo cómo aguanto hace tanto tiempo.


Me doy mucha pena.

cómo estoy

Me es casi imposible describirlo y menos acá. Años de historia que parecieran caerse encima, me siento agotada y apenada pero sé que estoy haciendo todavía más de lo que me corresponde. El amor es así y lo digo en serio. Debería estar poniendo el agua para los fideos, ahora voy. Hice llamados por teléfono, muchos, perseguí a mi marido que no me contestaba, digite todo y espero que el resultado sea efectivamente partir a la playa el viernes bien temprano y volver el lunes renovados. A Diego le urge. A mí me viene bien y sé que los chicos van a estar muy contentos. Comer pescado, leer, cuidar niños en la alberca y platicar con amigos. Extraño tener un cena de chicas pero sé que quedará para la semana que viene. Ni modo.

Excursus.

Ya comí fideos, fruta, tome té y hablé mucho. Me duele un poco la cabeza y me queda una larga tarde por delante. Por suerte hay mucho sol y una temperatura ideal. Llevar a Tita a ballet y Simi que haga la tarea en el club, la semana que viene empieza tenis. Ir y venir y pensar y no querer hacer nada, el embarazo me pesa, estoy con la neurona cansada y con una fiaca instalada.

En fin. Así las cosas. Caldeadas.

lunes, 26 de enero de 2009

vivir cansada

Me quedé dormida a las nueve sobre el hombro de mi marido y en un acto de dignidad, y antes de terminar de babosearle la camisa, me acosté. Dormí pésimo. Me despierto seguido, muchos sueños (algunos eróticos, cosa que no me pasa nunca, es la gravidez), algunos dolores (la pelvis pareciera estar siendo abierta con un cricket para camiones y tengo una contractura en la cintura que me impide ciertos movimientos), algunas contracciones. Hacer desayuno para todos, lunch, sacar la mesa. Me tiré unos minutos en la cama y luego me bañé y vestí y partimos con Carlos (suegro) a los super. Primero Wal mart y después Costo. Buscar infructuosamente una jarra eléctrica. También pasamos por la Comercial Mexicana y Home&More pero inhallable. Parece que compraremos la pava (también eléctrica) de Wal Mart. Ahora buscar a los chicos en la escuela, Carlos se queda con Diego y yo subo a la tranquilidad de la plaza, saldremos con los chicos después de la tarea. El bebé sigue sin nombre y moviéndose a lo loco. Como bien titulé, vivo agotada, no sé bien qué me pasa. Está clarísimo que los embarazos no son mi estado ideal pero desearía un poco menos de cansancio. Diego con angustia leve que me contagia, algunas desilusiones laborales tal vez. No quiero pensar en el futuro, no quiero preocuparme, estaba muy tranquila hasta hace un rato.

La vida es una lucha permanente. Pero el sol hace que todo tenga mejor color.

domingo, 25 de enero de 2009

...

Hace un rato llegué del club con Roberta y Carlos. Diego vendrá en algún momento con Simón y dos amigas. Ya descongelé cuatro bifes, corté tomate, aguacate, abrí una bolsa de chauchas (yo nunca compro verdura congelada pero estaban en el freezer hacía demasiado tiempo producto de una incursión de mi marido al super), puse la mesa, hice cous cous, saqué la plancha y dos filetitos de pescado que tengo que cocinar sí o sí. Tita no se siente bien y se pone pesada, ahora come queso panela mirando tele, Carlos está sentado al sol en el jardín y yo en una posición incomodísima frente a mi compu. Sigo muy mal de la panza, vomito sangre, me duelen las encías. Estoy cansada porque dormí poco pero el clima me buen humora. Pienso desde ayer en que mi umbral de tolerancia hacia la estupidez está en sus niveles más bajos, no tolero escuchar ciertas cosas, perdí la paciencia. Puede que sea el embarazo. O mi yo que con el tiempo empeora.
A la noche fue el cumple de Ile, la pasé muy bien porque fue como un reencuentro, todas en una misma situación. Me dormí a eso de las dos con el final del partido de Federer. Amo mirar tenis por televisión. Pero seis horas de sueño no alcanzan para nada. Decía del cumpleaños que por suerte fui, mi estado calamitoso hace que casi me quede en casa. Muchas ganas de reptar todo el día. En cambio, mucho poner y sacar mesa y lavar platos. Es la vida que me alcanza. Así de inconexa ando. Perdón.

sábado, 24 de enero de 2009

es sábado, salen unos entra el que sigue

Ayer los chicos iban al cine y a comer con mis padres por lo cual Diego y yo tendríamos un almuerzo a solas en algún lugarcito para charlar. Muchas cosas que pensar y definir, ordenar el año y semejantes. Obviamente, los planes cambiaron y tuve un derrotero entre las Lomas y Polanco que terminó en un restorán cercano con otra pareja de amigos comiendo muy rico y acompañados. Terminamos bien tarde, entre los tres se habían tomado dos botellas de vino, comimos entradas y luego yo ravioles de langosta con una salsa de azafrán. Un poco fríos, eso sí. Una tarde agradable. LLegué a casa y Tita ya estaba agotada y malhumorienta, puede hacerte la vida increíblemente difícil. Vino Pau, tomamos un té con mi madre y nos quedamos un rato con los chicos, ya todos están más grandes y en breve vendrán los nuevos bebés.

A la noche mi padre comió unos fideos y después tuvimos que resolver muchos temas del pasaje del padre de Diego que llega hoy por la tarde. Las aerolíneas y los bancos son un verdadero quiste de la sociedad. Lo peor. Igual, todo salió bien aunque a las seis de la mañana sonó el despertador y Diego llamó a Buenos Aires para dar el nuevo número de reserva. A las siete y veinte hicimos el desayuno para poder compartirlo con padre y madre que partían hacia la playa. Primero Caribe, después Miami. Por suerte todavía se pueden dar la buena vida, me hubiera ido feliz yo también. A la noche Diego buscará al padre y yo iré al cumple de Ile.

Simón y marido partieron a las ocho cuarenta al club, partido tempranero. Tita y yo hicimos galletas, quedaron profesionales pero tenemos el problema de comernos la mitad de la masa cruda. Sí, soy lo peor. No sólo por gorda sino porque estoy pésimo del reflujo, los tres remedio no terminan de hacer efecto y yo no ayudo lo que debería con la alimentación.

No dormí nada. Elucubrando. Pienso, pienso, pienso. Poco que hacer, eso es verdad. La rutina. Las actividades extra escolares, la comida balanceada. Mi madre que dice que no me voy a arrepentir nunca de dedicarme a mis hijos, yo no lo sé. Mi marido que me pregunta (no en estos días) si no pienso volver a trabajar en la vida, me siento presionada, cuidar hijos y casa es un trabajo ingrato, el más ingrato. No lo entiende en lo más mínimo. Mi padre también me busca trabajo aunque estoy embarazada de cinco meses y medio. Tengo que llevar al Coco al dermatólogo, el mueble, las fundas, la credencial del IFE, el pasaporte de Roberta, visitas, súper.

En fin. Afuera hay sol. No puedo pedir más.

Nos vamos a bañar con Tita.
Así las cosas.

viernes, 23 de enero de 2009

una semana cargada

Fue una semana difícil y no por mi depresión burguesa. Cosas que no están buenas y que suceden alrededor. Todos teniendo problemas de distinta índole, preocupación. Yo, con muchos hijos y embarazo, resulta raro hacerse problema. Quisiera pero abstraerse siempre es imposible e indeseable. Roberta también otra vez complicada, no sé exactamente qué hacemos mal pero las cosas no funcionan. Todo es capricho y contradicción y yo sólo quiero desaparecer. Desaparecer. Una palabra con connotaciones históricas tan infames que aparece en está instalada en mi lexicón con demasiada fuerza. Justamente: aparece en mis deseos.

Soy una gorda. No sé cuántos kilos llevo pero cerca de 15. Sumados a los 3 que me sobraban ya son 18 en menos de seis meses. Intento no pensar, es superfluo pero después...después nace el bebé y te querés matar. Eso sí, nace el bebé y podés dejar el sedentarismo, eso siempre ayuda.

Una leve y continua opresión en el pecho. Es mi naturaleza. Soy escorpión.

jueves, 22 de enero de 2009

en paz con uno mismo

Mis padres gustan de darme sermones. Muchos y todo el tiempo. Claramente hablo demasiado con ellos, debo de ser más discreta porque abrir espacios da derecho a que te digan todo lo que piensan cuando les parecer. Aprenderlo bien: soy adulta. Por lo demás, mucho kilombo en general. Me olvido de lo que representan las visitas pero también sé lo que significa que nosotros vayamos allá. Es lo antinatural de vivir afuera, todo sucede en concentrado. Ahora debería bañarme, se fueron a caminar un rato y luego bajaremos a Polanco. Por lo general vivo en la suspensión del tiempo, por una u otra causa. Es una sensación rara. Mi función en la vida: ser mamá chofer.

¿Me gusta? No demasiado. ¿Pienso que es lo mejor? Sí.

¿Quisiera ser alguien? Ya no lo sé.

¿Qué espero de la vida? No tengo ni idea.

¿Me sigue el reflujo? Sí, no mengua.

¿Estoy leyendo? No, nada. Tengo visitas. No me concentro.

Me dan ganas de vivir en cualquier otro lado. No, cualquier otro no, tipo Miami. Deseo playa y chatura. A la distancia Buenos Aires y sus problemas me ahogan. Todas las noticias son malas y desalentadoras. La realidad: me quedo acá. No hay opciones.

Sí, así de fragmentada ando. Y no, no creo que estar en paz conmigo misma sea una posibilidad en mi vida. No es mi naturaleza.

miércoles, 21 de enero de 2009

padres en zona

Hoy los chicos no fueron a la escuela porque yo tenía la junta de mitad de año con la maestra y la directora de la escuela de Simón y Roberta se quedó en casa dado que llegaron los abuelos.

Ando de acá para allá y no todo son rosas. Todos podemos tener problemas. En fin. Ya tendré un poco más de tiempo. Ahora cruzo al parque.

Así las cosas, visitada.

martes, 20 de enero de 2009

llega la noche y

Diego trabaja hasta tarde para terminar comercial, me quejo levemente y me dice que es el director y que no tiene opción. Además, tiene que terminar un guión que debería haber escrito el domingo, que para eso lo dejamos solo TODO el día y al parecer sólo pelotudió. Esas cosas me dan mucha bronca. Esta semana se arrepintió de sus actos y me pidió que volviera a ayudarlo. Ni loca. Así de fácil, es lo último que quiero hacer en la vida. Me da bastante pena que no esté a la noche pero en breve cenaré con los chicos (a las siete y media, tenemos horario anglosajón) y a las ocho estaré mirando capítulos viejos de Sex & the city, ventaja de no haber visto la serie en su momento. Me voy a acostar temprano, veré si logro terminar Mamma Mia (me da mucha fiaca por ser tan una mierda) y rogaré que los tres remedios que me dio el gastroenterólogo hagan efecto. Por cierto, el señor tuvo el mal gusto de hacerme esperar más de cuarenta minutos, me quejé, pregunté por qué no me habían llamado para avisar que el doctor no estaba en el consultorio y cuando por fin llegó, era un dechado de simpatía que no pegaba con mi cara de orto y mala onda. Me pidió perdón veinticinco veces y yo pagué la fortuna de estacionamiento con un poco menos de bronca. Eso sí, pasé quince minutos por casa y comí de parada cualquier cosa.

Después de recoger a cada uno de los niños en su respectiva escuela, fuimos al club a que Tita, finalmente, comenzara sus clases de ballet (que de ballet no tiene nada, la profesora es un mamarracho y la clase cualquier cosa- elevé en este mismo día una sugerencia al gerente sobre el caso), al profesor de natación- a quien me acerqué a saludar- le pareció que estoy flaca (sí, inverosímil, juro que en vivo soy una gordich) y después me tiré en una reposera a charlar un rato con Carmen. En febrero Simón se reincorporará a la clínica de tenis y así será un día completo de deporte.

No sé bien a qué se debe mi poca onda, puede que sea el reflujo.

Me voy a cenar.

esperando el domingo

martes

Ayer nos dormimos tarde, yo no tenía particular sueño posiblemente porque mi actividad del día había sido tranquila o simplemente porque no. El libro que estoy leyendo no me interesa y no tengo con qué reemplazarlo, mañana llega mi madre con algo de material pero tendría que ir pensando en pasar por la librería. Mi aventura hasta la Roma fue nefasta, es decir, tardé más de una hora en llegar y estacionar. Durante todo el viaje no pude dejar de pensar en que tengo razón al no comulgar con la ciudad. Y no, no es el vivir en el suburbio porque la realidad más cruda es que lo único que deseo cuando estoy haciendo vida citadina es volver al remanso de mi casa. Los árboles, el silencio, los espacios grandes. Con la psico todo bien, yo qué sé, no tengo interés en analizarme realmente, vomité todo lo que pienso en concentrado, con la voz semi entrecortada y me fui a buscar a Tita a la escuela y después a buscar a Simi. Mi enfoque reflexivo no cambió nada, seguí pensando que el problema es que no considero que las cosas que me ofrece la ciudad compensen la hostilidad que siento por el tráfico, las distancias, los precios, etcétera. De todas maneras comimos bife con brócoli y salimos al parque. Saqué mi libro y leí un rato. Simi se decidió y llevó su bici, finalmente aprendió a andar y está orgullosísimo. Al rato estábamos todos afuera disfrutando del mágico buen tiempo. Me fui con María y Flor a ver muebles para niños y después tomamos un té. Las tardes con compañía tienen, definitivamente, otro color. Tengo que diseñar un mueble y mandárselo al carpintero de una buena vez. Ya no da seguir dilatando el tema. Lo mismo con las fundas de los sillones pero el fundero no atiene. En breve me bañaré e iré primero a Costco y después a Wal mart. Pensé que no, pero en mi casa ya no hay nada. Carne, pollo y pescado. Yogures. Queso. Mañana, además llegan mis padres y tengo que ir a comprar verdura. A la una y media voy al gastroenterólogo. Cobra más porque es en el Hospital Angeles, me pareció una vergüenza pero lo pagará el seguro por lo cual no protesté más. No tengo grandes novedades, como se puede apreciar. La vida que sigue y sigue y yo sé que mucho no puedo hacer en este momento. Una vez más, tendré que esperar.

Mientras, empollo.

lunes, 19 de enero de 2009

5 meses

buuuuuuuhhhhhhh

El sábado, mientras brindábamos en lo de Lau, intentaron robar mi auto. La cerradura forzada y el auto abierto pero en su lugar, no sabemos por qué no se lo llevaron. Ahora salir del auto es una odisea porque para cerrarlo hay que hacer maniobras raras: me angustia. Josefa se fue el sábado a las diez de la mañana y todavía no volvió, no atiende su celular: me angustia. Ayer a la noche Diego hizo unos movimientos raros con un enchufe para poder ponerles un calentador a los chicos en su cuarto y dejó sin luz toda la parte de arriba de la casa, llamé al electricista pero tuve que dejarle un mensaje: me angustia. Tengo que ir a la psi a las once y media y es en la Roma, en una calle que no conozco: me angustia. Dormí muy mal, me quedé dormida en el sillón mientras Diego miraba Ocean´s Thirteen y fue una experiencia espantosa. El teléfono de mi cuarto hace un piiiiii horrible cada dos minutos porque se está descargando y no hay forma de evitarlo, me tuvo despierta desde las seis de la mañana. Y hace mucho frío para los estándares mexicanos.

Un poco quiero llorar. Odio los lunes así.

domingo, 18 de enero de 2009

para qué exponerse...

A veces hago cosas que no debería, no muy seguido, la verdad pero cuando lo hago me siento la más pelotuda. Hay lugares a los que uno no debería ir si no es expresamente invitado. A tener en cuenta para futuras experiencias y tener muy en claro que no lo necesito.

sábado, 17 de enero de 2009

una certeza

Sé que con todo y todo, con lo bueno y lo malo en Buenos Aires me siento definitivamente YO. No te lo sé explicar pero soy el presente, el pasado y la potencia.

Acá no logro terminar de encontrarme.

sábado, sale el sol

Amaneció gris como el resto de los días pero después de las once salió el sol. Increíble. Nos quedamos echados y a las diez nos levantamos a desayunar. Jose se fue porque tenía algo que hacer. Diego se bañó con los chicos y yo me bañé sola a continuación. Después me fui con los dos al super ycompré las cosas para preparar el pastel de bodas, para la comida que vienen amigos, llegué y me puse a preparar todo. Diego se quedó trabajando. Tardé más de una hora y media para hacer los dos pasteles, armar la picada, poner la mesa, desmoldar los pasteles, rellenarlos (me quedaron medio como el orto, demasiado esponjosos para cortar, espero que con el betún mejoren), poner agua en la olla, lavar todo lo usado y no sé qué más. La cuestión es que me agoté e hice poquitísimo. Diego hizo una salsa de hongos secos, panceta y aceitunas. Yo sólo puedo comer con un poco de crema. Se volvió a nublar. A la tarde iremos a lo de Pau y temprano al brindis.

El clima condiciona el humor, no sé cómo aguantan en Londres y lugares semejantes, yo, definitivamente, no podría vivir así.

Y no mucho más. Estoy un poco cansada y levemente desasosegada.

viernes, 16 de enero de 2009

claro, también me encantaría la chacra donde hacer el dulce de membrillo

No puedo dejar de pensar que el matrimonio se basa en coger más o menos seguido, cocinarle al marido o al menos comprarle lo que le gusta y reírse de la mayor cantidad de chistontos que profiera. Y paciencia, mucha paciencia. Mientras haya amor en el sentido más amplio del término. También pienso que me gusta la comida más clásica y sencilla pero bien hecha. Detesto la comida fusión, me suele parecer deleznable. Me gusta el cine con un argumento clásico (cuanto menos fragmentado mejor) y las drogas y el alcohol me dan un poco de hueva.

Ya sé que debería vivir en San Isidro y no ser judía. No sé qué falló.

a punto de ir a una boda

Llueve en la ciudad y segun los dichos populares, la lluvia trae suerte en los enlaces. Uso la computadora de Xime que muy amablemente me presto refugio dado que tuve que traer a los chicos a la escuela porque Diego esta filmando. Su teclado esta en ingles y no se como se ponen los tildes. Perdon. La grisura del dia contrasta con mi humor. Deje a Simon, despues a Tita, cargue gasolina escuchando a Pink Floyd (el viejazo no es exclusivo de mi marido) y llegue aca. Xime se da una ducha, ya nos tomamos un te de jazmin, chusmeamos sobre candidatos nuevos y cuestiones varias y en minutos saldremos para la Roma. Ayer no vimos peli, Diego llego mas tarde y nos fuimos a dormir temprano, pelotudie todo el dia. Hice el pastel, galletas, pescado a la provenzal, pele y corte papas y a la noche tambien le hice la cena a Diego. Almorce con los chicos y Pau y tome un te con Maria. Despues la acompanie a ver unos dptos. Lei poquisimo. Soy un ama de casa hecha y derecha. Estupidizada tambien.

Entretanto, estoy preocupada por Simon, en dias como estos siento que como madre hago agua. La profesora de piano me dice que lo nota enojado, que le cuesta concentrarse y cosas por el estilo. Lloriquea cada vez que le digo algo que no le gusta, rechaza todo lo que es esforzado y se irrita con facilidad. En otras palabras, saco lo peor de mi y ahora no se como revertirlo. Roberta es desafiante, caprichosa e insoportable, al igual que el padre, pero muy concentrada, tesonera y con mucho mundo interior. Criar hijos es dificilisimo y siento que (y tal vez por eso) a pesar de ser mi ocupacion primordial, me esta saliendo como el orto. Carezco de paciencia, lo reconozco, estoy fastidiada y enojada con el mundo pero de todas maneras intento ponerle garra. Simi decoro su propio pastel, lo hice en forma de budin y lo cubri con nutella, el lo lleno de malvaviscos, m&m y oreos que funcionan como las ruedas (no sabemos si es un tren, un auto surrealista o una grua). Hizo la tarea con mi ayuda y la de Pau y despues jugaron con Feli y Juana. No creo que sus vidas esten mal a pesar de mi. Puede ser el hermano nuevo, mi malhumor o cosas que les pasen a ellos pero yo no la llevo bien y me hago cargo. Ojala pueda revertirlo en el corto plazo.

Hoy vienen los amiguitos a casa y no compre regalito para darles, tal vez, mientras miran la peli me hago una escapada y busco aunque sea unos chocolates.

En fin. Asi las cosas.

jueves, 15 de enero de 2009

todo puede ser mejor...

Amanecí con el humor en suba (bah, me dura poquito igual, eh, me fastidio muy rápido si el desayuno se extiende) a pesar de la lluvia (llueve a la mañana en Enero en el DF, de verdad esto superó cualquier especulación sobre el cambio climático). La dieta para la gastritis que me autoimpuse está funcionando y el levantamiento del ayuno por parte de mi marido- gracias Ile, fuiste una pieza fundamental en su decisión- colaboran a que me sienta más persona. Igual, mucha fiaca. Estoy en la cama con mi compu, se fueron hace quince minutos y respiro aliviada. Aunque suene inverosímil, tengo que hacer otro pastel. A la tarde lo decoraré con los chicos. También voy a hacer una tanda de galletas para ofrecerles a las madres que vengan en busca de sus críos. Ayer pensaba hacer pan pero no de dio la voluntad, pelotudié todo el día. También tomé un café con Pau en el café que está en medio del centro comercial de Chedraui. Te preguntás por qué la gente elige un lugar tan espantoso para desayunar- los desayunos a la mexicana tienen, debo confesar, muy buen aspecto- e inmediatamente te contestás que debe tener alguna relación con lo espantosos que son todos los lugares de Interlomas (igual sigo pensando que este le gana). A la tarde llevé a Simi a piano, volví y volví a buscarlo. En el interín merendé de más, hablé con la psico y me dio una hora para el lunes a las once y media, hablé con mi obstetra y me recomendó un gastroenterólogo y no sé qué otra cosa productiva puedo haber hecho. Leí dos páginas, o menos, de El testamento Francés y no mucho más.

A la noche cenamos una sopa de elote (choclo) y pusimos en el cuarto Sólo un sueño, de Sam Mendes que empieza como si fuera una tontería y finalmente te deja una angustia inesperada. De todas maneras, la disfruté mientras Diego roncaba a mi lado. Años atrás, en Argentina, se ofendía mucho porque yo me quedaba dormida en un porcentaje muy alto de las películas que veíamos. Claro que en ese entonces, sólo teníamos dvd en el cuarto y la cama y un bebé son una combinación perfecta para el sueño prematuro. Hasta este año vimos casi todas las películas en la sala de tele, con sound sorround y una pantalla de 52 pulgadas, así es difícil que te gane el sueño. A mí no me fastidia para nada su quedarse dormido (lo hace sistemáticamente en todas las pelis que ponemos en el cuarto) por el contrario, le cuento el argumento cuando se despierta con todo gusto. Ver películas es uno de mis entretenimientos favoritos junto con leer buenos libros, por más cliché que parezca. Y ayer tuve que aceptar que no estoy con ánimo para cine francés. De ser cine europeo que sea inglés o nórdico, a los franceses les perdí la paciencia con las últimas que vi.

Por lo demás. No mucho, las novedades, como las soluciones (esto es lo que le dije ayer a Diego cuando me contó que piensa irse más de diez días en febrero a Buenos Aires y San Pablo, dejándome con el tema de llevada y traída de niños completamente sola) no se caen de los árboles como los limones. En este momento me preocupa más lo de las soluciones que las novedades. Ir y venir dos veces en cuatro horas me da contracciones de pensarlo. Y quedarme sola cuando debería estar en Buenos Aires, donde hay back up. Qué ridículo. Lo haré como hago siempre todo.

La semana que viene tiene un poco más de ritmo. Un café que me tienta, conocer a una psi (que me da una fiaca atroz pero veremos), la llegada por un breve lapso de mis padres. El comienzo de las actividades extraescolares de mis hijos. Y así se va la vida. Sí pienso en hacer algo de ayuda al prójimo en un futuro. No es mi momento ni físico ni psíquico para hacerlo pero tengo planes a futuro.

Así las cosas. Extendidas.

miércoles, 14 de enero de 2009

contraproducente

Si me siento sola, si necesito conseguirme amigas para tomar la merienda porque las tardes se me hacen eternas y necesito conjurar los malos pensamientos, definitivamente no debería escribir tan descarnadamente. Así es obvio que nadie me va a querer.

qué tengo que pensar

El ardor en la sangre lo leí hace un año aproximadamente (o no tengo ni idea cuándo) pero recién empezando a leer y leyendo una vez más la contratapa confirmé mi leve intuición. Me preocupa bastante o es la edad, o son las hormonas o me estoy volviendo una verdadera estúpida sin remedio.

Me queda El testamento francés de Andrei Makei y se me terminaron las lecturas posibles. Danger!

lo malo del abismo

Es que efectivamente te podés caer al vacío. La vida como una llanura infinita no funciona, no es la primera vez que me pasa pero hacía mucho que no tanto. Un nivel de soledad y tristeza que no sé cómo combatir, mi madre me manda mail preocupada porque entiende que soy un escracho aunque no se lo diga. Tampoco tengo demasiadas ganas de hablar del tema, a decir verdad. Quiero dormir y dormir. Lloro. Mucho. Diego me abraza y se preocupa pero no tiene ninguna estrategia. Me pregunto qué espero de él pero tampoco tengo respuesta. Ayuda. Supongo. De algún tipo. Aunque suelo volverme un puercoespín cuando estoy así, lo reconozco. Las espinas son la mejor defensa de la debilidad. Es como la gente desagradable o muy soberbia o antipática, siempre pienso que es inseguridad. Es una teoría mía, lo sé, pero me cierra. Yo era graciosa y más o menos llevadera, ahora soy un hongo en estado de descomposición. Soy lo que queda de mí. Con una panza.

Cené a las siete de la tarde, la sopa que dejaron los chicos. Para evitarle a Diego enfrentarse con la comida, encima soy buena onda. Pienso que es lo que corresponde, desayuno sola con los chicos al igual que la comida. La cinta sin fin. Él intenta llegar temprano pero el tráfico arruina sus planes, cuando llega prepara su brebaje solo en la cocina mientras yo me hundo un poco más cada vez en el sillón. El se sienta conmigo, pone CNN (la tele me deprime pero a cierta hora resulta la única opción) y contesta mails, muchos, uno tras otro que siguen llegando. Me voy a la cama, son las nueve y media, me abrigo bien y me meto. Él viene y después de dar vueltas busca una de las pelis que nos quedan. Una cualquiera, La duquesa. Keira Knightley es demasiado flaca. Yo miro y Diego ronca abrazándome. Roberta viene a la cama, la llevo cuando termino de verla, Diego se levanta, se lava los dientes y se vuelve a dormir. Yo escucho de reojo un informe sobre los migrantes que vuelven a México. Algún día seré una migrante que vuleve a Argentina. Supongo. Finalmente me duermo pero no descanso. Lo de siempre. Extraño dormir boca abajo, es, para mí, el único modo real de dormir. El resto es una farsa.

Ahora, o leer un rato o bañarme e ir al super. Fruta y verdura. Cosas que me olvidé ayer. Fiaca y depresión.

Malísimo.

martes, 13 de enero de 2009

la tarde es un chicle

mega masticado.

qué va a ser de mí? eh?

esta cuesta arriba no la soporto más. renuncio.

Sobre la universalidad, mientras manejo

Hacer el camino por Tecamachalco, Palmas, Horacio me deprime significativamente menos que cualquier otro que tomo para llegar a Ejército. Este descubrimiento hace que mi malhumor al llegar a la escuela de Roberta sea, también, significativamente menor lo que por nada del mundo debe interpretarse como nulo. Pensé que la etapa de mi pésimo carácter había pasado y que estaba atemperado. Craso error. Mi malhumor sigue intacto, latente, dispuesto a salir en cualquier situación. Volví a ser una persona no simpática lo que me hace mucho menos afable que cuando estoy contenta, soy simpática y le hablo a todo el mundo. De todas maneras, hablé con unas madres en la puerta del colegio de Simón. Ahí creo que no se dieron cuenta del monstruo que se esconde bajo la muy cándida imagen de embarazada.

Todo esto venía a que un amigo la semana pasada me hizo notar la falta de universalidad de cierta literatura, nunca lo había pensado en esos términos pero tuve que coincidir con él ampliamente, era mi cercanía lo que no me permitía verlo. Entonces pensé que, era obvio, ese es el motivo por el cual no escribo. No es sólo que no tengo nada para decir sino que mi forma de pensar es prosaica y localista, y hago muy bien en abstenerme de intentarlo dado que ya comprobé ampliamente mi limitación (este blog sobrevive sólo por su temática narcisista y cotidiana).

Por lo demás, fui al super, comí pescado con arroz, voy a tirarme a descansar un rato y en una hora tengo que ir al dentista. Me da una fiaca atroz.

Lo que me faltaba

Diego no tuvo mejor idea que empezar una dieta de desintoxicación que consiste en sólo tomar agua con jugo de limón y jarabe de maple durante...10 días. Sí, ya sé que es inverosímil, insalubre y a mi modesto entender, egoísta para conmigo. Esto quiere decir que durante los próximos 10 días no vamos a poder hacer vida social, va a estar de pésimo humor, no va a poder hacer deporte y yo voy a seguir siendo una ballena infame mientras él pierde no sé cuántos kilos. Intenté explicarle que, además, era un muy mal ejemplo para los chicos pero no hubo caso. Cuando termina el ayuno empieza de a poco a incorporar líquidos, después frutas y después no sé qué carajo más. Me pone de muy mal humor aunque me saca trabajo, eso sí.

Yo, por mi parte, tendría que ir a ver a un gastroenterólogo. No sólo vomito sino que a veces vomito sangre. Y la acidez no la soporto más. Hoy me levanté ya mal. Llamaré al médico a la tarde, luego de ir al dentista. Ando con necesidad de chapa y pintura además de revisar un poco el motor.

Estaba averiguando para irnos al caribe pero suspendí todo, no me voy a ir de vacaciones con una persona que no come, eso está clarísimo. Quedarán para cuando vuelva a su vida normal.

Pienso que tal vez termine de volverme loca. Si sigo sola todo el día, sin hablar con nadie hay amplias posibilidades de que esto termine mal. No tengo ni idea de cómo se remedia, verdaderamente. El 21 llegan mis padres y se van el 24, después de eso tal vez me ocupé de mi neurosis. Tengo poca voluntad, lo reconozco, necesito que alguien venga y me empuje. Después yo hago las cosas, siempre las hago, aunque no me guste.

Ya llamé a las madres para invitar a sus hijos el viernes al pequeño festejo. Creo que pondré en práctica la idea que me dio Lau, a un panqué de plátano lo cubriré de nutella y con confites y galletas lo convertiré en un tren. El cumple de Tita se me cae encima. Por cierto, la princesa está insoportable, hoy por suerte se levantó un poco más dócil porque si seguía en la tónica de ayer corría el riesgo de ser abandonada en algún lugar. Ya ni el padre la soporta. Pobre, no creas que no me da pena tener estos arranques pero te juro que si te la quedás un día entero te produce los sentimientos más hostiles. A todo dice que no. Llora. Grita y contradice.

A la noche vimos Vicky, Cristina, Barcelona. Nos gustó mucho. Scarlett para mí no es muy linda (no, no lo digo de resentida lo pienso realmente y Diego también) y actúa bastante como el orto. Penélope, en cambio, no puede ser más hermosa y agraciada (en esto también coincidimos con Diego). Pensamos que Woody de verdad hace lo que quiere, filmar donde se te canta es un privilegio que pocos tienen o pocos consideran. Bardem tiene un poco de cara de bobo pero a mi entender es muy sexy. Extremadamente garchable para ser más precisa. Después nos fuimos a dormir y nos morimos de frío. La rareza: llovió en el DF en Enero. Esto no es parte del acuerdo, si no fuera que estuvo horrible toda la tarde, me hubiera alegrado. De todas maneras, me produjo un sentimiento de sorpresa que me agradó, la sensación de que puede pasar algo fuera de lo planeado (como si no alcanzara con un embarazo no planificado) positivo (porque las plantas y árboles agradecieron enormemente el inesperado chaparrón) abre una esperanza.

En fin. Me encantaría tener mucho más para decir. Ah sí, estuve pensando y debería haber estudiado sociología. No lo hice porque me resultaba una carrera demasiado fácil y bastardeada y consideraba que la facultad de sociales no daba ni un poco. Si de verdad hubiera querido hacer algo serio, hubiera estudiado filosofía pero también me parecía que su campo laboral era aún más restringido. En fin, estudié letras porque amaba leer y quería hacer una carrera sólida. Ahora sigo amando leer con la misma perspectiva que tenía a los 18. La meta literatura me aburre soberanamente y sólo quiero buenas historias con buen manejo del lenguaje. Ya me queda poco de Turistas de Hebe Uhart y el devenir de mis lecturas seguirá probablemente con Irene Nemirovsky, la mayoría de los libros son prestados y mi madre vendrá con más, después de eso, haré una excursión a la librería.

Ahora sí. Así las cosas.

lunes, 12 de enero de 2009

crónica de un fin de semana

El viernes fuimos al médico, es varón nomás y ahora seguimos con el tema nombres. A mí me gusta Valentín, aunque sea poco original, esté gastado y no sea canchero, la realidad es que me parece lindo y que pega perfecto con el de sus dos hermanos. Por lo demás, las contracciones ya no volvieron, el cuello está levemente reblandecido pero no abierto y recomendó un reposo relativo que seguramente no cumpliré, aunque mis actividades de por sí son reducidas. Nos quedamos en casa y no encontramos peli, creo, mi memoria de corto plazo está fallando.

El sábado aún me sentía un poco mal así que Diego se fue al club con los chicos y yo me quedé en casa. Como era un día divino a la una y pico me fui para ahí a llevarles trajes de baño pero no los encontré, me malhumoré como yo sola me malhumoro y me volví a casa. A los cuarenta minutos estaban acá. Comimos unos bifes deliciosos con papines y tomate, estoy a por la comida rica y sencilla. Fuimos a comprar pelis y nos trajimos diez. Al parecer, soy una mamá pirata. Diego llevó a Simi a andar en bici, parece que el Coco ya se las arregla sin rueditas (sí, ya sé que era hora pero no nos encargábamos del tema). A la mañana jugó al fútbol y al tenis y a la tarde vieron una peli. Nosotros vimos tres. Bah, en la tercera nos quedamos dormidos.

Ayer otra vez club a la mañana, yo munida de libros y con los trajes de baño y gogles en la cartera. Nadaron un poco, Diego jugó tenis, yo me fui con Roberta a comprar un pastel y después nos fuimos a la comida en la casa de amigos en Polanco. La pasamos muy bien. Eso sí, comí muy demás y me la pasé vomitando, me lo merezco. Pobres las bulímicas, es una cosa espantosa, realmente. Mi comportamiento alimenticio es como el de una pero dictado por mi propio cuerpo.

Tuvimos un fin de semana muy tranquilo y pensé mucho. Leí mucho también, terminé Divisadero y empecé Diario de Golondrina de Amelie Nothomb, supongo que lo terminaré en un rato. La lectura siempre fue mi refugio y regreso, leo como como. Cuando digo que quiero trabajar no es porque me urja el éxito ni el reconocimiento, pienso en una tarea que me saque de mí misma. Volví a la locura y no me gusta, la actividad alienante puede ser una buena salida a la neurosis grave. O no. También pensé que me estoy convirtiendo en una ermitaña. Me paso el día sola, completamente. Cuando voy al club tampoco hablo con nadie, no me dan ganas. Me encantaría tener más vida social pero no se da, no me dan ganas de hacer esfuerzos para que eso salga tampoco, quiero rodearme de gente con la que las cosas sean fáciles, gente que aporte, que fluya. No sé si estoy muy convencida de que me gusta la persona en la que me estoy convirtiendo aunque tampoco sé si quiero luchar contra eso. Tengo poca energía. Lo que sí me encantaría es tener más habilidad manual, te llena el tiempo a la vez que hacés cosas lindas y útiles, me encantaría saber coser pero pensar en enhebrar en una máquina me llena de angustia, además, corto como si fuera manca.

Diego me hace sufrir un poco, en cierto sentido porque estoy rompe huevos y muy sensible. No mide lo que dice y yo lloro. Y a la vez, la certeza de que somos un bloque, cada día más familia, cada día más juntos y amalgamados. Después de cierta cantidad de años con una persona empezás a pensar parecido, te gustan las mismas cosas, te caen bien las mismas personas y entrás en una suerte de sincronía. Eso siento en este momento y lo valoro enormemente, no porque pretenda la simbiosis sino porque la soledad existencial se diluye al menos temporalmente. En No Kid, la autora tira muchas bombas que considero innecesarias y todo el libro lo leí, en cierto sentido, como un gran chiste pero dice algo muy real: tenemos hijos porque desplaza la angustia existencial. Yo soy de este grupo de personas, la reproducción como búsqueda de sentido. Y como aplazamiento también de un camino personal, no creas que no lo sé, eh, a pesar del descrédito sigo creyendo en el inconciente.

En fin, me extendí más de la cuenta y en un tono demasiado solemne. Me voy a tirar en la cama a leer y después de bañarme voy a llamar al carpintero (urge el mueble para los chicos), al fundero (urgen las fundas de los sillones que ya están raídas) y seguramente hay algún otro pendiente que anoté en mi listita. Esta semana quisiera amasar pan, hace rato que tengo ganas, quiero buscar una receta para la altura de algún pan suave, con manteca. Con algo hay que ocupar días tan largos.

Así las cosas. Lunes otra vez.

viernes, 9 de enero de 2009

Movete, chiquita, movete

No creas que no me lo pregunto. Es recurrente. ¿ Y mi sentido del humor? ¿Y mis chistontos? ¿Y mi risa llena de encía? Cuando me dicen que tengo cara de caballo siempre pienso que están equivocados, de hecho, no me lo tomaría como un insulto, tal cual creen los que lo profieren sino como una simple descripción de la realidad pero yo, si me preguntás, cuando no me río, me veo mucha cara de perro. Disculpame. Eso sí, a los siete años me sacaron el frenillo y me condenaron de por vida a mostrar las encías cada vez que abro la boca, yo lo lamento más que el resto. Simón también tiene el labio corto pero creo que del tema encías zafa un poco más.

Terminé a Fogwill y pensé: ¿y si directamente elimino el Juli (convengamos que tiene una falta de glamour espantosa) y me hago llamar Bliffeld a secas? ¿Será condición de éxito de algún tipo?

Por lo demás, al médico lo voy a ver a la tarde, me duele la cintura y cuando estoy acostada el bebé se sacude al ritmo de la franja de Gaza (me abstengo de hacer comentarios sobre las atrocidades que se cometen en ese espacio geográfico, no quiero ni perder el tono boluda total ni contaminar este blog tan lleno de miseria burguesa de problemas reales). Me enchufé otro Indocid y espero resultados. Diego buscará a Tita y se quedará con ella hasta la tarde, dice que me viene a buscar y me lleva al médico, queremos creer pero tenemos nuestras reservas. A mi lado Divisadero de Michael Ondaatje que empezaré en breve, bah, después de bañarme. Pendientes: escribir mails pidiendo trabajo, pensar, leer el guión que me pasó un amigo hace más de un mes y seguro que algún otro etcétera. La vida en el suburbio + exceso de hormonas es garantía de mayor estupidez aún.

Así las cosas.

contracciones y ERP

Fue una noche muy dura. El domingo vimos el documental Montoneros y Diego después puso Errepé que viene en el mismo disco pero nos quedamos completamente dormidos, repitió la intención los días subsiguientes con el mismo resultado (puede que mi sueño haya estado complicado por este hecho, tener discursos de Videla de fondo arruina el descanso de cualquiera). Sin embargo, ayer, después de mi larga siesta, no me podía dormir y vi todo lo que restaba. Diego, en cambio, empezó a roncar casi antes de cerrar los ojos. Cuando terminó apagué la tele y empezó el calvario, contracciones dolorosas y continuas no me dejaban en paz, primero pensé que el bebé se estaba moviendo mucho (cosa que era real) pero al rato los dolores de cintura me estaban matando. Aguanté como una hora intentando relajarme pero no pude y a las una y veinte me apliqué uno de los remedios que me dio Mario para las contracciones del principio. Diego no se enteró hasta hoy a la mañana, no tenía sentido despertarlo, se había ido a las cuatro de la mañana y llegado a las diez y media de la noche. Seguramente ponerme a cocinar a esa hora, después de todo lo que manejé, caminé desde interlomas, etcétera, no fue la mejor idea. En fin, estoy esperando que sea una hora decente para llamar al obstetra y cancelar mi turno en el dentista, no estoy para agregarme ningún trote, al mediodía tengo que buscar a los chicos y a la tarde Simi tiene piano, quería ir a aprovechar las ofertas de Zara para los niños y comprarme algún sueter decente además de ropa interior que tenga menos de 4 años.

En estas, malísimas, andamos.

jueves, 8 de enero de 2009

lo (poco) que leo en este momento

No me termino de enganchar con En otro orden de cosas de Fogwill. Tengo un par de libros por empezar, algunos me los trajo mi padre cuando vino (me los manda mi madre) y uno de Uhart que compramos con Diego en nuestra larga incursión a la Boutique (aunque no muy exitosa en cuanto a volumen de compras: una debate entre Chomsky y Foulcault y uno de Terán que no recuerdo su nombre y el de Uhart y Fogwill yo).

Del año pasado me quedaron sin terminar (costumbre que adopté en los últimos tiempos, antes no era capaz de permitírmelo): La intemperie de Gabriela Massuh, Las conversaciones de Aira, Historia del llanto de Pauls y Berasachussetts. Parece que estoy teniendo problemas con la literatura argentina contemporánea, a la luz de mis lecturas.

De la tarde: dormí dos horas y media de sietas, me levanté, merendé, hice galletas de avena y cacao con mis hijos (el plan es volver a tener, como en otras épocas, galletas siempre listas para cuando alguien cae a tomarse un té), le pasé el peine fino a Roberta y en breve me dispongo a leerle un cuento, Simón ya tiene que leer sólo por lo cual estoy exenta de la tarea con él.

Diego filma hasta tarde, se fue a las cuatro de la mañana y recién a las cinco de la tarde supe algo de él. Lo veré recién mañana.

Y así se fue terminando la semana.

(Aunque el sentimiento de sinsentido no ceje).

Se aceptan sugerencias de lecturas, si es novela mejor, poesía me cuenta mucho y a pesar de la importancia del género, el cuento no termina de ser lo mío.

living la vida en jogging

soy un escracho. estoy deprimida y triste y mal como no estaba hace años. fui a arreglar el iphone en jogging y sueter marrón, con los anteojos negros y sin peinar. camino cabizbaja y lloro. ya pedí el tel de una psico a ver si logro decidirme aunque me da una fiaca atroz. EL problema es el mismo de siempre, un poco triste querer volver a nacer porque sentís que hiciste todo mal y te detestás. no es un sentimiento que le desee a nadie. diego me aplasta con sus palabras hacia mí, no se priva de decirme absolutamente nada horrible. eso también es triste aunque mis temas no tengan nada que ver con él, en el 2008 contribuyó bastante a hacerme sentir muy mal. sigue en la misma tónica pero ya no espero nada, ni contención ni ayuda ni paciencia. la conciencia en el pozo es de la total soledad del humano. realidad contundente e innegable. no importa, lo dado es dado y no vale la pena luchar.


eso fue a la noche. un final de día horrible como era antes. dormir poco y mal, ya la panza no me deja acostarme boca abajo y cualquier otra posición me complica el sueño.

el cumple de simi muy lindo. gracias a todos los que vinieron, él estuvo feliz, los niños jugaron, comieron palomitas y dulces, nadie se peleó, nadie se golpeó y nadie se quejó. sólo creo que los invitados se helaron sin que yo me diera del todo cuenta hasta el final, el embarazo me pone atérmica y desconsiderada. el viernes que viene vendrán sus cinco amigos del cole a casa, haré nuggets con papas fritas, jugarán en el parque, les pondré una peli, comerán palomitas y así terminará el extendido festejo de sus siente años. el 8 de febrero cumple tita así que vuelta a empezar.

me voy a bañar, hoy además de buscarlos los llevé porque diego filma en pachuca.

además, me duele una muela.

miércoles, 7 de enero de 2009

un año más

cumple este blog por estos días, no sé la fecha exacta pero...me sigue haciendo feliz, si es que podemos pensar que esta frase me representa, escribir las pavadas que escribo y tener la libertad de hacerlo cuando quiero y cuanto quiero y...

quería decir que en buenos aires comí más cerezas de las que un ser humano puede asimilar en tres semanas y no las voy a extrañar por al menos un par de años.

en media hora voy a llevar todo al parque.

estoy agotada.

creo que ahora sí es todo por hoy.

de aquí para allá como buena madre que soy

el lunes fui al super a abastecer la casa después de las largas vacaciones, también a blockbuster y a office max- sin éxito- a buscar los regalos que por la noche dejarían los reyes. ayer fui a tres centros comerciales (dos con super a los cuales entré) y a una juguetería en busca del lego solicitado, mi éxito fue MUY relativo pero el pequeño quedó contento igual. el padre se ocupó de la raqueta babolat, sí, la que usa nadal pero junior. aunque viendo los resultados que tiene diego con ella no sé si la sigo considerando mágica. el chiste de ayer me llevó todo el día pero como no tengo la cabeza muy en orden, tampoco mis visitas para comprar vituallas bastaron y tuve que ir hoy de nuevo a wal mart a completar las compras. también ayer horneé dos pasteles (de caja, la altura me desalienta a hacerlos caseros) y una tanda de galletas de las cuales muchas salieron quemadas (mi horno es lo peor del mundo), uno lo decoré porque lo tengo que llevar en un rato a la escuela y el otro acabo de rellenarlo y cubrirlo, me falta decorarlo con M&M, este año viene muy casera la cosa y mientras también puse en el horno unos brownies de caja que, adivinen qué, se me quemaron a pesar de la baja temperatura y mi intenso cuidado. me harto de la hostilidad de esta casa...para los niños compré muchos paquetes de palomitas, pretezel y para las madres cacahuate japonés y sandwichitos que armaré a la tarde, cuando vuelva con los niños. colgué un cartel que dice feliz cumpleaños y le pediré a jose que infle los globos ya que yo no sé hacerlo. la mesa será instalada en el parque - a pesar de que el día dure poco a partir de que llegan los invitados- pero es tan sólo un pastel para que simi tenga su cumple familiar, vienen los amigos más cercanos con sus hijos y tampoco tiene por qué durar mil años siendo día laboral...la semana próxima le invitaré cinco amigos y haré algo en casa o los llevaré al cine, aún no lo tengo decidido...uhh, me acabo de acordar que tengo que llamar a la profesora de piano!

por lo demás, lloro mucho por la frustración y la soledad y la desesperanza, el bebé se mueve a lo loco, soy una ballena obesa y tengo menos onda que un renglón para vestirme pero bueno, aunque no se note, le pongo onda. créanme.

sin duda y a pesar de todo

son lo mejor que me pasó en la vida. hace siete años, en realidad, estaba en lo de mis papás mirando el gourmet. a las tres de la tarde fuimos a lo de sebastiani y a las cinco me interné en el otamendi. a las seis y veinte ya había nacido simón. fue el día más feliz de mi vida a pesar de que nunca pensé que iba a tener un hijo y menos a esa edad. si uno pudiera de verdad transmitirles cuánto los ama, tal vez ellos nos tendrían más paciencia pero como eso recién sucede cuando tienen sus propios hijos, no vale la pena pensarlo ahora.

en fin. simón es un nene bueno bueno, dulce, simpático, chillón, contento, sociable y amoroso. como dice merin, los hijos en realidad, sólo le importan a uno (y a los abuelos) pero este es mi blog y hoy quiero hablar bien de él. educar un hijo es la cosa más difícil que conozco y no sé cuán bien me está saliendo pero ahí lo seguiremos intentando hasta que sea grande. entre tanto, sólo quiero que esté contento.

siete años es mucho tiempo.

martes, 6 de enero de 2009

día de reyes

qué triste ser grande y que no haya regalos. aunque como dije en anteriores posts, los objetos me espantan. a la noche los chicos pusieron pasto y agua para los camellos, me olvidé de decirles lo de los zapatos pero parece que los reyes dejaron una temporada de los simpson y unos marcadores de todas maneras. yo me levanté triste. estoy un poco preocupada por mí misma, hacía años que no me sentí así y no veo mucha salida. los días son eternos aunque los llene de actividades. para hoy hacer dos pasteles y comprar el regalo de cumple de simi, diego se fue todo el día de scouting y estoy sola en esto. también tengo que ir a costco, mañana vienen amigos y yo no compré nada para darles de comer. no sé qué me pasa, o en realidad sí. tampoco me siento bien, desayuné de más. el año se extiende como una planicie rocosa, me odio por esto pero:

qué hace la gente cuando no trabaja? por qué no se aburre como yo? claro que caminar por la calle y vivir en buenos aires haría todo más fácil.

no me despedí de un montón de amigos de allá pero no tengo resto. ojalá hubiera estudiado medicina o arquitectura o economía o algo en lo que no hubiera duda sobre su práctica profesional.

en fin. así de bajón las cosas.

perdón.

lunes, 5 de enero de 2009

mega limpieza

5 de enero y yo empiezo el año regalando todo lo que puedo, ropa que tengo hace ocho años, juguetes de todo tipo, zapatos. estoy harta de los objetos, como ya dije, me producen mucha angustia cuando los veo por ahí, sin uso. pido por favor que a mis hijos no les regalen más, aceptamos libros, ropa, pelis y cosas útiles lo demás es tirar el dinero y contaminar el planeta.

me siento un poco más liviana aunque sólo espiritualmente porque me puse mi jean de embarazuta y me aprieta mal. tengo que ir al super y organizar un poco el festejo de simi, es algo muy chiquito pero tampoco podemos dejar que pase sin pena ni gloria, siete años se cumple sólo una vez.

en fin. eso. no mucho más para decir.

domingo, 4 de enero de 2009

con terrible dolor de capocha

diego me cagó a gritos en el club después de que lo esperé TRES horas a que jugara dos partidos de tenis terminé yéndome con roberta, llorando con tal nivel de desconsuelo que una señora me paró en las escaleras para preguntarme si estaba bien. lloraba con ruido, una panza y una nena de la mano. me tiré en la cama y me quedé dormida, a la hora y media llamé a diego y a las dos horas estaba de vuelta con simón, yo había hecho hamburguesas, cortado tomate y aguacate y puesto la mesa. después, llevé a simi a lo de un vecino y diego y yo miramos cartas de iwo jima, claramente no me levantó el ánimo.

me desperté antes de las siete y a las siete y media estaba terminando mi libro. después del desayuno empecé uno de fogwill que compramos en la boutique del libro y me temo que me quedé muy corta con el material de lectura adquirido. en el club leí un rato más, hice 18 minutos de bici pero me bajé por dolores de embarazo. después vegeté en la reposera primera y en el pasto mientras tita jugaba después.

a pesar de que me da miedo y fiaca (sobre todo por la cantidad de objetos que pueden llegar a acumularse y la profusión de objetos me produce una angustia inigualable) pienso que voy a disfrutar mucho cuando mis hijos sean más grandes. aunque parezca raro los prefiero crecidos, te charlan, te cuentan cosas, compartís intereses. me gusta platicar con simón. espero no caerles mal demasiado rápido. confieso que en este momento quiero que se duerman de inmediato, los días son muy largos y todos muy pegados con poco contacto con el exterior.

hice polenta que comimos con el coco. diego prefirió sopa de lentejas a la mexicana campbell y roberta banana con dulce de leche.

quisiera que este año no fuera tan triste como su comienzo.

sábado, 3 de enero de 2009

méxico me mata más que nunca

ayer a las dos de la tarde estábamos ya en casa y a esa misma hora me tiré en la cama bajo una frazada, después de derramar un par de lágrimas me dormí y así, con interrupciones varias, hasta las siete de la mañana de hoy. nos quedamos acá todo el día, ordenamos todo lo que teníamos tirado y más y nos propusimos- en lo personal no hice lista este año- ser más ordenados y ponernos media pila con ciertas cosas.

ya extraño buenos aires y me siento muy sola. extraño MUCHO caminar por la calle, el calorcito (nos tocó un clima excepcional) y la certeza de tener programas con amigos casi todo el tiempo. los amigos que van mutando. la familia que tanto molesta a diego y para nada disimula. en buenos aires siento angustia existencial bastante seguido, en méxico había logrado combatirla pero también volvió, es sábado a la noche y siento el hueco inminente que trae la oscuridad temprana y la certeza de que no hay nada bueno por delante. el para qué que volvió con bríos renovados.

disfruté del viaje como nunca y tengo la certeza de que buenos aires es mi lugar y que me hastié de mi vida acá. no es la ciudad, es mi vida en ella que ya no tengo forma de cambiar. empieza el año y como ya dije no tengo propósitos. me siento chata y vacía. me siento tan básica últimamente. no creo que sea condición necesaria el ser especial para llegar a la felicidad pero la conexión con la vida y los intereses hacen a que todo sea más fácil y fluya mejor.

acepto sugerencias para este año que comienza porque estoy completamente negada. ahora leo un libro mientras tita mira un rato de tele. diego lo llevó más temprano al coco a andar en bici y ahora se fueron al club. no es una buena hora para quedarse sola pero no dije nada. en un rato cocinaré. el día se me hizo eterno como todos los días de mi vida acá.

igual prometo ponerle garra.

así las cosas, rutinarias.