jueves, 29 de enero de 2009

esto ya lo escribí

Hace cuatro años y sigo sintiendo lo mismo a pesar de tener la-casi- certeza de que este será mi último embarazo. Detesto este estado, no me sienta en lo más mínimo, no me da ternura ni me siento plena ni feliz ni embobada ni espléndida ni enamorada ni nada de lo que las embarazadas sienten normalmente. A mí NO ME GUSTA. Además de tener el reflujo peor que nunca, la gordura como en mi vida, la celulitis que no quiero ni pensar y el humor cambiante, no me interesa el sexo en lo más mínimo (excepto en sueños, me la paso garchando oníricamente toda la noche) y extraño fumar, hacer deporte y no arrastrarme por la vida con pesadez (además de disponer de cuatro veces más de ropa que los dos pantalones que tengo ahora- de los cuales uno me queda horrible- y las dos polleras largas que me hacen parecer una religiosa a la cual sólo le falta la peluca).

En fin. Estoy cansada. Almorcé en lindísimo restorán polanquense y después me quedé en la terraza de Plataforma picando un poco de la carne que Gass hizo en la parrilla que mi marido compró ni bien me fui. Platiqué simpáticamente con todos los presentes, a las cinco y media me despedí de mi suegro y a las siete y media nos subimos al auto con Tita para volver a casa-Manejé una hora y diez, fuckin tráfico defeño- y ahora espero a que llegue marido con hijo mayor. El bolso lo tengo listo desde la mañana, la depiladora me dejó como quinceañera (la hora y media que estuvo desplumándome me la pasé pensando que las depiladoras argentinas son definitivamente las mejores del mundo y que deberían mudarse todas a este país) y no me queda nada más que dormir y mañana temprano salir hacia la praia y el sol.

Bueno, ahora sí: qué lástima pero adiós...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

garchar oníricamente no es un mal programa. tal vez lo que te angustie es que sea sólo oníricamente. todo pasa.

Anónimo dijo...

qué sexy que estás, jb!

valeria meiller dijo...

sos la representante más radical del mal-estar en la cultura! wow! te mando un abrazo argentino.
ah! la depiladora (re) argentina que me desplumó ayer casi me mata de dolor. no todas dear, no todas.
beso