sábado, 26 de septiembre de 2015

El espacio, un recoveco, donde ser un poco menos infeliz, miserable, sola. Redimirse, reinventarse. La hostilidad que derrumba, el deseo de no ser, de no estar más, de que dejen de mirarte y lastimarte. Las épocas oscuras son muchas y prolongadas, no se repliegan. "Pido". Pido. Grito el nombre de lo imposible. La lluvia, la banda de sonido que no esperaba.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Vida monacal. Lectura. Maternidad. Trabajo. Hay poco para decir. La vida, se escurre. La energía es moderada y no alcanza para todo. El deporte me queda lejos. Detesto el sendentarismo, estoy ideológicamente en contra y, sin embargo, poco puedo hacer para combatirlo. Todo pasa. Y esto también pasará. Espero.

Hay un cierto equilibrio psíquico, nada espectacular pero una capacidad de sobrevivir sin mayores sobresaltos, que agradezco. La contracara es la mediación de los psicofármacos, una capa como de microfilm que te mantiene semiaislado, que conduce los sentimientos a su mínima expresión, que te saca ese resto que tal vez te haga humana. O no. Qué importancia tiene.

Los japoneses, leo en un Estupor y temblores, de Amelie Nothomb, consideran al suicidio un honor. Pienso que hacen bien. Son sabios. De otra especie. Nosotros, los occidentales, tan estigmatizado que lo tenemos. Lo pienso aunque no esté suicida. Los hijos son un ancla a la existencia. Aunque pierda la gracia, aunque no encuentres el camino, aunque quieras desaparecer completamente, te obligan a seguir remando. Supongo que, sin saberlo, por eso me reproduje. La salvación. Qué bajeza.

Por lo demás: seguir braceando aunque no haya orilla. Quiero ir a comer a un lugar lindo, comprarme cosas. El dinero, en su futilidad, logra sacarme de la sensación de abismo. Su falta, en cambio, genera angustia, vacío, miedo. El dinero como sostén, un desplazamiento de la existencia hacia lo concreto. Otra tabla de salvación. Otra bajeza.

Y de tanto en tanto las ganas de algo. Un mini proyecto, una búsqueda, una posibilidad. Otra mentira.

Shaná tová. Que los 5776 nos den otra oportunidad. Mientras haya vida hay esperanza, dijo alguien alguna vez. Supongo que tenía razón.

Así las cosas.