lunes, 30 de noviembre de 2009

ya pasé el límite

Sin darme cuenta, por primera vez desde que vivo acá, pasó un año sin ir. Y el cuerpo ya se dio cuenta y me carcome la ansiedad. Entonces, se despiertan los instintos más bajos y no quiero ir de vacaciones, quiero ir y quedarme y ser yo y tener a dónde escaparme cuando la vida de madre me parece un error. Porque acá, por más que los deje una tarde, por más que me libere, no está el espacio para que sienta que soy lo que fui, al menos la sombra de lo que quería. O al menos, inventarme algo o ver a alguien que me lo recuerde. Y ahora, en esta noche de suburbio, después de cocinar una sopa de setas, hamburguesas, tomates confitados y un budín de puerro, me duele la panza por la acides, bañé al bebé, acosté a los grandes después de leerles cuentos y espero a que llegue mi marido y tengo la certeza de que mi cuerpo no aguanta más.

Sí, me re equivoqué en la fecha de los pasajes. Soy una tarada total. Y ahora yo soy la que lo padece.

Y no mucho más. La pregunta de siempre: ¿qué hago acá?
Así las cosas.

es que hay sol

Y un poco me pone de buenas. Tengo que ir a comprar regalos para llevar a Bs As. Es una actividad que detesto y que se complica por lo grande de nuestras familias. Tres hermanos, uno con cuatro hijos, otra con dos y una con una. Da un total de siete regalos infantiles, más los pequeños detalles para los mayores: padres, hermanos, abuelos, tíos. Y algunos tequilas para los amigos. Y algún regalito para los hijos nuevos. Es prácticamente imposible. Estrés. Y Milo con la dentición más tortuosa que haya pasado con un crío. Pobre, la pasa muy mal y yo con él. Sigo cansada. Terminé la nota y tengo manuscritos pendientes.

A veces, como hoy, extraño ser yo en Bs As. No te lo puedo explicar pero era muy distinta. Cosas buenas y cosas malas. Pero otra. Otra energía, otra actitud, otra vida.

Me transformé y no sé si es la ciudad o los años.

No viene al caso. Cambiar pañal de niño y después irme.
En fin.
Así las cosas.

las identificaciones

Terminamos de ver Mad Men. Increíblemente se generó una tensión entre nosotros dos. Él comprensivo con Don y yo, que nunca la soporté, del lado de Betts. Te da pena y esperanza a la vez y eso es raro. No me podía dormir después, había estado en la cama hasta las 1.30 pm del domingo, habíamos visto el partido, desayunado abundantemente y luego me volví a la cama y Diego se quedó con los chicos. Además, el pensamiento recurrente que no me dejaba en paz, ni un resquicio para el sueño. Cuando finalmente caí, el bebé se despertó 25 veces. No sé si son los dientes, la panza o qué pero fue agotador. Estoy arruinada. No me levanté con ninguno de los chicos y ni siquiera pude seguir durmiendo. Me vine al club, me metí en el vapor, en el sauna y después ducha y ahora desayuno acá. Trabajaré un rato y después buscaré al bebé para ir por Tita al colegio. Me siento una adolescente, entusiasmada con el viaje.

Y no mucho más. No tengo mucho resto para pensar. El findex tranquilo, auto nuevo de mi marido, comida en lo de amigos, todo muy familiar. Y mucho Mad Men.

Así las cosas.
Tiempo de descuento.

sábado, 28 de noviembre de 2009

22

Según mi balanza, que no es muy confiable pero es la de siempre, ya bajé todo lo que engordé en el embarazo. Ahora me quedan tres kilos, más menos, para estar dinga. El tema es que hay un sector que no está volviendo a la normalidad. Un sector crítico. Me preocupa pero obviamente, no me desvela. Será la lactancia. Será la edad. Será México. No lo sé.

La mañana del sábado, después de una noche de prácticamente no dormir, empezó mal. Ahora, ya nos queremos de nuevo. Esperamos a que le traigan su auto nuevo y después nos vamos a una fiesta de quince (?).

Así las cosas. Me puse un vestido hindú que compramos en Tepoztlan que hace que me vea al menos, exótica.
En fin.

viernes, 27 de noviembre de 2009

un tema menos

Desde ayer que pienso en esto. Qué suerte cuando dos personas se encuentran. Uno se da cuenta cuando hay amor en una pareja. Y no tiene nada que ver con la forma de comportarse, en un algo, un aura, un sensación que se transmite y uno se da cuenta. Yo, a pesar de todos los problemas que puedo tener, sé que estoy con el hombre que me corresponde. Es casi astral. O Platónico, pero no entremos en ese campo. Ni siquiera iba por ese lado. Lo que pensé es que tener pareja te saca un problema de encima. Sí, claro que ganás muchos otros pero es como buscar trabajo. Uno en el trabajo suele tener muchos problemas pero buscarlo es un problema mucho mayor. El saber que tenés estabilidad, que es algo que permanece, te permite poner la energía en otras cosas. Yo, sin darme cuenta, era eso lo que necesitaba. Y sí, siempre supe por qué me casé tan joven y por qué sigo casada y aunque a veces dudo, también sé porque estoy con el hombre con el que estoy. Porque a mí, en la vida, lo que más me gusta es liquidar temas.

En fin. Un viernes solitario y frío de fines de noviembre, en un hemisferio en el que es otoño y con miras a visitar mi país del que tal vez, quién sabe, nunca debería haberme ido.
Así las cosas.

no tiempo, no novedades

En tres semanas estaremos en Buenos Aires. Estoy contenta y entusiasmada y conteta. Y ocupada acá. Anoche cenamos en el francés de la Cuahutemoc y la comida estuvo pésima. No da ser francés y cocinar tan mal. Muchos hijos alrededor porque no hubo escuela. Esperamos a amiguito de Simón que me va a tener enclaustrada en casa. Eso no está bueno pero es lo que toca. Ni modo. Me olvidé los zapatos en casa y estoy vestida y con zapatillas de deporte. Tengo que comprar un regalo para una fiesta de quince y no tengo ni la más puta idea de qué puede ser. Es mañana y se me complica todo un poco. Ahuevada pero de buen humor. Con muchos flancos abiertos y demasiadas ocupaciones de madre para mi gusto. De hecho, soy breve. Al bebé le toca cereal.

Diooooossssssss. No, no y no. Yo no nací para esto.

jueves, 26 de noviembre de 2009

hace frío y no estoy para nada lejos de casa. ¿o sí?

Con la compu en el club, trabajando en algo que me re divierte pero me estresa por el deadline y por la poca respuesta de la gente. ¿Es taaaaan difícil? Yo, evidentemente, soy muy buena onda y tengo tiempo. Dejé a Tita llorando en casa porque quería venir, le prometí peli y un dulce pero no se calmó, gritaba como una condenada. Milo también se quedó. Ya puede comer muchas más cosas, engordó poco y ya le están asomando los dientes (los dos de abajo, como corresponde). En un ratito me voy con Simi a su clase abierta de piano. Me la paso viéndolos en sus diversas actividades. ¿Me convierte esto en una buena madre? ¿Lo recordarán en el futuro? ¿Por qué hacemos estas cosas, por ellos o por nosotras?

Tengo puesta la campera tipo frazada que me regaló Fer hace años. El frío es muy desalentador. Esta noche tenemos programa, hubiera querido cocinar y recibir pero no me dan los tiempos. Muchas cosas de repente. Del Potro juega en el televisor, justo encima mío. Se ve mal y no me puedo concentrar. Soy multitasking pero no tanto.

Y no mucho más eh. Saltando de una cosa a la otra, intentando hacerlo lo mejor posible.
Ah sí, a Milo el pollito que se comió con la espinaca, le copó. Y aunque en Argentina ya no se dan lácteos antes del año, acá sí por lo cual, de postre, se clavó un yogur entero. Pochito morfoni resultó.

Así las cosas.
Atareadas.

hombres mexicanos entre 20 y 40 años, ayuda

Necesito hacerles unas preguntitas. El que se preste (son sólo 4 y me harían un enorme favor) envíeme un mail o deje un comment. Se lo voy a super agradecer. Es para una nota.

¡Gracias!

sin news

Gym, sauna, sacar plata del cajero, cargar nafta. Comer papaya con yogur y granola, darme cuenta de que me tengo que poner las pilas grosso, cuatro kilos es demasiado. Y no mucho más. Cierta contentez porque se acerca Bs As. Ganas de tener ahí una buena fiesta y bailar hasta que me duelan los pies. Ganas de ir el año que viene sola, cuando voy con toda la familia me estreso y no disfruto mucho. En cambio, una semanita sola me deja satisfecha por mucho tiempo.

Y no mucho más. Ahora llevar a Camilo al pediatra. Me sorprendo de cierta intuición. En realidad, debería haber suspendido porque como hoy me toca ronda, después no me entran todos en el auto pero me la jugué y finalmente no tengo que llevar a Miguel y se me solucionó el problema.

Mientras me bañana pensé: me rompe los huevos la gente mezquina y no hablo necesariamente de cosas materiales. La gente que no es capaz de tirar la buena, de alegrarse por el otro, de decir algo lindo de onda. También me da hueva la gente que no contesta los mails. Pero todo bien, no estoy peleadora. Estoy en estado alfa. Y ocupada con actividades de niños.

Un jueves más que comienza y se acerca el finde. Sin planes.
Así las cosas.
Findeañeras.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

la delgada línea

La maestra de Tita me dice que es una nena perseverante y detallista. Me sorprendo aunque en el fondo, ya lo sé. Yo soy todo lo contrario y Simón sigue mis pasos. Inmediatamente pienso ¿cual es el límite para que el detallismo y la perseverancia se vuelva necedad? (ayer a la noche, mientras ayudaba a Coco con el proyecto sobre reindeers, Diego insistía con poner algo sobre la casa de dichos animales quienes, obviamente, pernoctan al aire libre, me fastidié y pensé que el sentido común es lo que siempre debe primar). Claro que yo soy la contracara, hago las cosas así nomás, como para zafar, sin mucha profundidad porque me aburro fácilmente y siempre pienso que no vale la pena. No, no me enorgullezco y menos cuando veo que mi hijo mayor actúa igual, creo que empeorado. Entonces, surge la otra pregunta: ¿cuál es el límite entre ser alivianado y ser negligente?

No tengo respuestas. Pero si sé que si hay algo que admiro de mi marido es su fuerza y perseverancia, su capacidad de trabajo y el empeño que le pone a todo. Si hay algo que me avergüenza, es ser fiaca y pajera y cero detallista o perfeccionista. Siempre supe que podría haber sido un diez pero me quedé en el ocho. Y eso, lo sé, habla muy mal de mí. Con los años, la tendencia se acentuó y acá estoy, boba y desperdiciada, en el suburbio (me gusta pensar que tenía un potencial y lo dejé ir, eso es mejor a pensar que en realidad siempre fui esto y que todo lo otro era una fantasía, una ilusión adolescente).

Nos queda Camilo. Veremos para qué lado se inclina.
Así las cosas.
Bordeline.

franja de popularidad

Ayer hasta la noche no tuve contacto directo con ninguna persona mayor de edad. Increíble. Nulo. Lo busqué a Simón en el auto y recién cuando llegó Diego hablé con un adulto. Raro y poco sentador. ¿Será por eso que soy tan popular en la sala de mi hija? Fui a la open class, creo que había ido sólo una vez a la de Simón, en tres años. No soy ese tipo de madres. No sé qué tipo de madre soy, tampoco. Del colegio me fui al super, hice una compra grande y tardé mucho. Necesito desalienar o alienarme, trabajando. Pero claro, justo cuando creo tener el impulso, tengo cosas que hacer. No pude ir al gimnasio ni pude trabajar. Ahora, brevísimo intervalo en casa, cambié al bebé, le intenté dar la teta, lo puse en su cuna pero está llorando a moco tendido. No me dan las manos. Jobis está a full guardando las cosas que traje y yo, entonces, no puedo hacer nada. Escribo con el quejido de fondo y tendré que ir a rescatarlo.

Así no puedo. Te repito: yo no nací para esto. Algún mini plan para el año que viene. En este tiempo de descuento tampoco puedo hacer demasiado. A la tarde, además, voy a ver a Coco jugar al fútbol y es la fiesta de Dana, acá en el parque. A la noche a ver si logramos programa, o salgo un poco o se pudre todo.

Eso sí: Buenos Aires, allí voy.

De las reflexiones cotidianas, una pregunta: ¿cuándo me volví tan impune? Soy capaz de decir y/o hacer cualquier cosa. Lo pensé chatiando con Fer. Sería muy capaz de escribirle a un candidato que se enamore, que ella es lo máximo, que no la deje ir. Por suerte, no tengo el mail.

En fin. Voy a sacar a mi vástago de su encierro y al rato me voy.
Así de domésticas las cosas.
Hueva!

martes, 24 de noviembre de 2009

tener muchos hijos en diferentes estadios

No me da la cabeza. Esa es la verdad. Simón tiene que hacer 2 sentences con cada palabra de su lista de vocabulary, son cincos palabras. Hueva. Yo tengo que ayudar. ¿Por qué? No sé. Yo soy partidaria de que los niños tienen que hacer sus tareas solos. Yo ya hice todo. Por otro lado, Milo y sus seis, casi siete meses. La teta, los pañales, la atención, los dientes, la noche, las papillas que le tengo que dar mientras comemos. Y Roberta, en el medio, con tos. Por suerte sin tarea, graciosa estos días. Y yo, sin poder hacer nada. Tengo la cabeza quemada. Pienso mucho en cosas sin sentido. Me duele de tanto carburar y quisiera que alguien viniera a switch me off. Please. No hago lo que tengo que hacer. No me da. Abrumada. En breve, club. Clases de tenis y ballet.

¿Existe el equilibrio entre la maternidad múltiple y la realización personal? ¿Soy yo o es la coyuntura? ¿Puedo seguir aplazándome por mis hijos? Vivir en el suburbio es una ventaja inconmensurable para ellos y una pesadilla para mí. ¿Será una pesadilla por mis hijos vivir en la ciudad? No es taaaan sencillo.

Entre otras cosas pienso en la gente, en los secretos que suele contarme. ¿Qué necesitamos para ser felices? Últimamente me pasa de conocer las dos campanas y eso me resulta extraño. Un poco hasta me incomoda pero claramente, igual puedo lidiar con eso.

También estuve pensando en cosas que no hice. Por ejemplo: nunca me tomé una tacha/bicho, ni un ácido, ni un viaje de hongos ni un trío. Pienso si debería alguna vez hacerlo y pienso también que son cosas que se hacen de joven o si estás muy aburrido. Cuando tenés muchos hijos y cierta estabilidad afectiva no hay mucho espacio. Menos cuando seguís teniendo a un bebé literalmente colgado de la teta. Creo que tengo que salir. Y emborracharme. También tengo que fumarme un buen porro, cosa que también hace años no hago.

Bueno, sigo pensando oraciones con grasp, above, water, years y demás.

Así de alienadas las cosas.
Malísimo.

tormentas en todos los frentes

Mi marido está extremadamente estresado y pasado. El bebé se despierta más que antes de noche y a las seis y media estaba como para salir a pasear. Yo bajé, cambié, contuve, traje agua. Me levanté a las 6.40, le saqué la ropa a Simi, le hice el lunch y el desayuno, lo despaché y me volví a la cama. Diego se levantó a las ocho. Antes había decidido que Tita no fuera a la escuela porque tiene una tos seca y posiblemente me la mandaran de vuelta (lo que no es así sino que la tengo que ir a buscar). Conclusión: recién pude levantarme de la cama a las 10.30. Diego desayunó sólo, vio un poco del partido de Del Potro (yo me negué semidormida a acompañarlo en ambas) y se fue a ver un auto con un experto. Yo sigo en pijama siendo las 11.05 y tengo una fiaca atroz. A la tarde tengo que ayudar a Coco con dos proyectos y soy tan gila que un poco me incomoda, como cuando en el colegio teníamos TPs de física, bioligía y química con parcialitos incluídos. Demasiado exigente para gente de quince años. Tengo que bañarme, meter a Tita al baño conmigo para ver si le afloja la tos, darle el cereal y la teta al bebé (no quiere saber nada de mamaderas) y después buscar a los grandes en la escuela. Tenis. No sé qué me pasa, no ando muy bien.

Ahora el horror vacui de ni siquiera tener Sex & the city para ahogar mi desazón.

Así las cosas.
Cansadas.

lunes, 23 de noviembre de 2009

y se terminó por fin

Vi seis temporadas en no sé cuánto tiempo pero asumo que poco. Carrie me parece una imbécil, esa es la verdad. Nadie que escriba una columna en un diario se puede llamar a sí mismo escritor. Nadie que sólo lea Vogue. Increíble.

Si me preguntás, me siento una mezcla entre Miranda y Charlotte. God.

Pero reconozcamos que me dio grandes alegrías. Entretenimiento y escapismo, como dice Domitila. Y una buena dosis de ganas de vivir en la ciudad nuevamente.

Por lo demás, Camilo- o mejor dicho yo- lidia con la angustia de los ocho meses adelantada, cuatro dientes que parece que le están por salir (colmillos, no se entiende), una hija que dentro de todo se porta medianamente bien pero no tiene muchas actividades extraescolares, un hijo mayor que hace la tarea pensando en cualquier cosa, no se concentra demasiado y es mediocre cuando debería ser excelente (lo sé, lo sé, sí, soy una madre rompehuevos y exigente. I know).

Trabajé poco y ahora veré si bajo a la ciudad o me gana la fiaca.

Así las cosas, chicos.
Todo concluye al fin. Hasta Sex & the City.

tengo un montón de ideas, preguntas, asuntos agolpándose en mi cabeza

Y por alguna extraña razón, no los dejo ser. O sí, demasiado. Y estoy quemada. No sé.

¿Qué nos hace mejores o peores candidatos, amorosamente hablando, después de los 30?

¿Por qué el país está tan hecho mierda?

¿Por qué cogemos tan poco?

Mi casa se cae, literalmente, a pedazos y yo no hago nada por remediarlo. Tiré la toalla, me quiero mudar. Estoy en tiempo de descuento. Buenos Aires. El costo emocional de los viajes allá es muy alto pero más alto es el costo de no ir. Extraño.

El sábado nos pasamos el día en la fiesta infantil. Había un trencito adentro del salón, dos inflables, animadores y un show. Un puesto de quesadillas y tacos. Comí muchos más tacos de lo confesable. Diego se sintió muy mal toda la tarde y cuando llegamos, con una frazadita de princesas Tita y una de Cars, Simón, resultó que tenía 39.4 lo que para un hombre de 39 años es un despropósito. Una madre de nuestra mesa había estado dos semanas internada con influenza y sus hijas mellizas, un mes en lo de los padres. Es decir, el dolor de cuerpo, de cabeza y la fiebre, resultaron terriblemente desalentadoras. Me asusté, quise llorar, me pregunté por qué mierda vivimos acá lejos de todos y me di cuenta de que no tengo mucha gente alrededor a quien pedirle favores. Claro, no está Pau. Finalmente llamé al seguro y mandaron un médico y resultó que tenía una infección faríngea y que tomando amoxicilina está mucho mejor, le duele la garganta pero nada que pase a mayores. Miramos muchos capítulos de Mad Men temporanda 3. Ayer sólo salimos para ir a Costco- el imperio de los big packs y la comida procesada- pero sólo compramos queso, azúcar, pan y pañales. Tengo una guerra personal contra la comida procesada. La detesto. Antes había hecho una boloñesa y una salsa de hongos y cuando volvimos, herví una pasta. Es muy cansador tener tres hijos sin familia alrededor. Fuimos completamente autárquicos, socialmente hablando, este fin de semana.
Me quedan sólo dos capítulo de Sex & the city y se termina. Tiempo de empezar a ser productiva, tal vez. Por lo pronto, hice una hora de aeróbico (patinadora y elíptica) mientras escuchaba mi muy demodé temas del ipod, leía el diario y twitteaba vía iphone y me miraba de perfil al espejo pensando por qué tengo tan poco voluntad de hacer dieta y soy gorda como cuando era joven. Después, sauna y aquí estoy, por ponerme a trabajar, ver qué vamos a comer y deseando mirar más series porque me evito pensar.

Y así, así se va pasando noviembre y falta poco para diciembre y después empezará otro año y mejor que me haga una wish list y la ponga en práctica porque estos dos últimos dos meses fueron un desastre.

Así las cosas.
Estancadas.

sábado, 21 de noviembre de 2009

momentos en los que no entiendo por qué vivo acá

Diego con 39.4 de fiebre, dolor de cuerpo que no se puede mover y también de garganta. Yo con mis tres hijos, sola. Pau no está. Y a todos los que llamé tampoco podían. En un rato viene un médico del seguro. Probablemente igual tenga que llevarlo al hospital. Tiembla de frío.

Todo mal.

viernes, 20 de noviembre de 2009

a las 12, ayer


Después de comerme unos tacos con Xime, teníamos que compensarnos por la fiesta fallida.

Fin de la semana

¿Querías saber en qué ando?

Yo también.

Recién hoy hice un mini de deporte. Mini. No tan mini el sauna. Los chicos fueron a sus programas, yo miré Sex & the city online (bajamos sólo 12 caps vía torrentz) y después fui al centro comercial de Santa Fe a cambiar el puto polar talle 4-5 pero no había. Tampoco venden Maclaren. Compré el regalo para el cumple de mañana. Intenté comprarle un regalo a mi marido pero sin éxito, después busqué a Roberta. Platiqué un rato con la madre de la amiguita, me fumé dos cigarrillos, tomé una lata de seve up no diet y volví con los dos pequeños. El tráfico estaba imposible. Escuché la radio. Me gusta la programación de Reactor del momento. Llegué, estaba marido en casa. Nos sentamos en el sillón a intercambiar experiencias, Roberta vomitó, teta a Milo, Coco que usa mi compu y me odia cuando le pregunto si le gusta una chica. Se pone loco. Comimos algo, Diego sigue en la cocina y yo acá. Tenemos cumple en el Tenampa pero a mí no me da el cuero. Una pena. Diego sí quiere ir, es más pilas. Se acostó a las 2.30 am después de gritar y dirigir, se tomó un avión, está destruido pero no afloja. Tenemos las mismas pelis de siempre y nos dan fiaca.

En fin.
Una semana hiper improductiva. Pero ni modo, de a poco va saliendo el sol.
Así las cosas.
Findex otra vez.

¿Qué pretendo?

Mientras sufría el embotellamiento con mis dos hijos menores atrás, tuve una epifanía.

Me pasé toda la carrera pensando en cualquier cosa. Básicamente, a quién me quería garchar.

Claro, así terminé: preñada a los 23.

No hay a quién pedirle el libro de quejas.

pienso un montón de cosas

pero me tengo que ir a una actividad con Roberta en la escuela. malísimo.

la fiesta no daba. la salida fresa y yo, no nos llevamos bien. ¿por qué no me acuerdo antes?

mis dos hijos mayores hoy tienen programas. yo no armé nada. podría haber comido con alguien pero tengo que subir a Simón. Mal ahí.

vuelvo al rato.

jueves, 19 de noviembre de 2009

un jueves a la noche que recuerdo viejas épocas

A fines de los noventa los jueves era día obligado de salida. Podestá, La Cigale, Espero Infinito, Dadá, La Ideal. Ese tipo de lugares. Era, siempre, el mejor día. Yo los sábados prefería guardarme a no ser que hubiera una fiesta. Sigue gustándome salir los jueves, lo que definitivamente no me gusta es el madrugar del día siguiente, mal humorado y difícil. Hoy, igual, salgo. Diego está en Monterrey grabando un concierto de Cerati. Hueva. Vuelve mañana. Xime me invitó a una fiesta, bah, creo que me semi autoinvité cuando le dije que yo podría haber ido con ella. Soy su date. Yo y Manu. Double date. El problema: no sé qué ponerme. Obvio. No tengo ropa de salir. No tengo ropa. Punto. Qué fiaca enfrentar el momento del espejo, la prueba, el desaliento. Los kilos. Me encantaría estar espléndida. Nunca sucede, eh. Soy un desastre arreglándome.

Lauli, los jueves se sale.

Así las cosas.
Soltereando.

todas las vidas una vida

El viernes pasado Lucila me dijo que sentía que había vivido muchas vidas. Yo dejé pasar el comentario y hoy, mientras manejaba para buscar a Simón en la escuela (lo mandaron de vuelta por exceso de tos) me di cuenta de cuánta razón tenía. En el programa de la mañana, en la estación de siempre, habían invitado a uno de los conductores que había hacía unos años. La radio empezó a transmitir un día antes de que yo llegara a México a vivir. Y nos seguimos acompañando desde entonces aunque yo al principio era reticente (estaba demasiado acostumbrada a Perros de la calle). Me pareció que era en otra era. Y ellos hablaban de esos años también como muy lejanos. Y me puse a pensar en todos los crashes que se dieron en mi vida, múltiples, y que fueron cambiando la historia y haciendo que pegara giros de 180 grados. A mi alrededor, acá, también hubo muchos cambios. Muchos amigos que conocieron a sus cónyuges y se casaron o reprodujeron, amigas que era muy muy amigas y dejaron de serlo, realidad laboral que pegó un vuelvo, mudanzas de oficina, dejar de trabajar en la empresa, más hijos inesperados. Cosas que pasan y suman. Y un día, entonces, te ponés a pensar y te das cuenta que, excepto la locación, ya nada es lo mismo. Y la locación parece que, por mucho miedo que te de, también va a variar el año que viene.

¿Es un tema de vivir en otro país o es la realidad que nos atañe a todos?

Ah sí, ayer no me podía dormir, recién a las dos medio que concilié el sueño, a las cinco se despertó el bebé y yo no me di cuenta de que lo que tenía era hambre así que dio vueltas, me lo traje a la cama, etcétera hasta que caí en lo que necesitaba, a las 6.40 sonó el despertador. Después me volví a la cama y le pedí a Jobis que se encargara de todo pero llamaron de la escuela, me puse cualquier cosa, me llevé al bebé, trajimos al Coco, me eché en la cama, dormí un rato, me levanté, alimenté pequeño, me bañé y aquí estoy, por irme una vez más, ahora a buscar a Tita.

Muy cansada y semi hastiada de la nada misma.
Pero todo bien.

Así las cosas.
La vida como una mamushka.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

8 capítulos de Sex & the City después

Y prometiendo uno tras otro que es el último, habiendo comido pastel y chocolate amargo que me trajo Xime, a pesar de la dieta, en babuchas y dándole la teta a mi hijo sin ponerle pausa DivX porque me volví adicta a esa mierda, puedo decir, sin lugar a dudas, que estoy completa, total e irreversiblemente perdida.

Y lo peor: LO DISFRUTO DEMASIADO.

Aquí la foto a las 11.40 pm (mañana me levanto a las 6.40am, sabelo).

tepoznieves

la mala estrella

Yo, ya lo dije, me considero una persona con buen karma. Suelo pensar, a pesar de este blog, que soy muy afortunada. Pero, todos sabemos, hay un espacio de mi vida en el que hago agua desde siempre: lo laboral. Estoy harta de no pegar una. Esa es la verdad. No pego una y sí, sí lo intento. Estoy triste. Pensé que podía pasarme algo bueno y, aunque sé que a mí esas cosas no me suceden, estaba levemente contenta. El high dura poco y la caída genera un agujero negro. Ya no sé por dónde entrarle a las cosas. Supongo que salir de mi casa sería bastante útil pero tampoco tengo a dónde ir. Más ganas de llorar.

Por lo demás, nada. Fui al super con Milo. Ahora le voy a dar su fruta matutina y después decidiré si voy al gym o me baño acá y laburo un rato. Debería. Además, hacer gimnasia después de las 10am no me sienta, suelo irme directo al sauna porque es un horario que me deprime. El deporte, los días de semana, se encara temprano.

En fin.
Así las cosas.
Pinchadas.

martes, 17 de noviembre de 2009

al pedo todo el puto día

A vos no te puedo mentir. Vi ocho capítulos de Californication, dos de Sex & the city (se ve espléndidamente bien), cociné un estofado que me quedó más que digno, llevé la compu al club y perdí toda, toda, toda mi dignidad (si es que me quedaba algo en pie). Hank Moody sos todo. Más flaco esta temporada, por cierto. Leí sí un par de páginas, llevé al bebé un ratito al parque y me sentí bastante miserable e inútil. También soy una gorda. Pero bueno, ese tema ya me aburrió hasta a mí.

Me voy a la cama. Aunque sean las 9.41.

Así las cosas.
El alpedismo en su máxima expresión.
Ah y Pablo Massey, cociná y no hables.

un huequito acá, en el medio de la nada

Mmmm. Estuve pensando mucho en el gap, otra vez el famoso gap, entre la propia percepción y la ajena. No era sobre mí. No esta vez. Es que desde que vivo en México me rodea una estupidez que nunca hubiera creído que existía. Y no, no es estupidez mexicana, es argentina. De verdad, escucho estupideces demasiado seguido y muchas son sobre la propia percepción. La gente, increíblemente, se tiene en alta estima. Bah, alguna gente. Pero mi tristeza no se relaciona con eso. Aunque para serte sincera, no tengo ni la más puta idea con qué relacionarla. Fue un fin de semana difícil, sí. Tengo muy poca energía para hacer cosas productivas, realidad innegable. Ganas de tener un trabajo rentable y agradable. Pocas ganas de lidiar con un bebito de seis meses que se la pasa gran parte del tiempo molesto y no sé las razones. Un manuscrito terriblemente aburrido y largo que debe ser leído, muchos kilos demás después de días de derrapar. Un corte de pelo que no ayuda en nada a mi propia autopercepción y esta angustia, chiquita pero persistente, que no tiene nombre ni apellido pero que se niega a dejarme.

Vi un cap de Californications 3. La red es todo. Diego me bajó via Torrentz la sexta temporada completa de Sex & the city y yo, milagrosamente, logré instalar una aplicación que me faltaba para poder verla. Genial. Sin subtítulos, también practico la lengua. Y se ve perfecto.

Mucho de lo que me pasa: tiempo de descuento.

Ir a Bs As me moviliza, digamos las cosas como son.

Me siento una inútil y no tengo voluntad para dejar de sentirlo.
Me dio pena por Carrie que Aidan hubiera tenido un bebé.
Hice una clase de spinning y mientras me bañaba pensaba en si existirán, después de cierta edad, las castas amorosas. ¿La gente se enamora de quien le corresponde? ¿Siguen existiendo los amores imposibles? Yo estoy lejos pero no dejo de pensarlo.

Tengo que buscar a mis hijos. Creo, posiblemente, no lo sé, que el dejar el suburbio va a ser bueno para mí.
Hice un puré de chícharos que quedó alucinante. Gracias Gordon por ser como sos.

En fin.
Así las cosas.
Afuera mucho sol, acá adentro, algunas dudas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿por qué nos casamos y reproducimos?

¿Por qué, además, hay reincidentes? Este fin de semana, largo por cierto, no pude dejar de pensar en esto. ¿Qué es lo que esencialmente necesitamos como seres humanos que nos lleva a soportanos, día y noche, crítica tras crítica, año tras año, hijo tras hijo? No, chicos, no tengo la respuestas. Sólo sé que la permanencia puede ser un camino duro, durísimo. Y muchas veces, lo dicen las estadísticas, insostenible. Yo, que soy aguantadora, acá estoy, ocho años después, haciéndome esta pregunta. Más me sorprende cómo se soportan las parejas sin hijos. ¿Por qué? Y después entiendo que la intimidad que te dan los años de pareja tampoco se compara con nada. Es una obviedad que los casados muchas veces añoran la suerte de los solteros y viceversa. Yo sé que no sirvo para estar soltera. Ese hueco y yo no nos llevamos bien. Aunque, seguramente, si le preguntás a mi marido, te diría que tampoco sirvo para estar casada. Hace días que no me soporta y lo peor del caso es que, esta vez, es completamente injusto. Alguien me dijo que amaba a su mujer profundamente. Fueron las palabras más dulces que recibí en mucho tiempo. La gente suele escupirte en la cara su hastío, no su amor. Jamás mi marido dice esas cosas de mí. Creo que no las siente. De hecho. Es un poco triste pero cierto y ya no me importa. La vida te lleva a no esperar nada. No, mentira, yo espero todo pero me conformo con lo que hay. Parece que los humanos creemos cambiar, evolucionar, pero no es cierto. Ninguno.
Hay una máxima que adoro sobre el matrimonio, una máxima que hace que mi matrimonio siga existiendo y es una máxima de mi amiga Merin: no hay mujer que no se convierta en una rompehuevos después de los hijos. Tampoco, sépanlo, ninguna. Es inherente al matrimonio y la maternidad. Debería preguntarle a Merin si lo sigue sosteniendo, ahora que pienso.
Por lo demás, no tengo mucha voluntad de nada. Diego le pidió a google que le dejara probar el google wave y se lo concedieron. Yo gracias que puedo con lo que tengo.

Y acá seguimos, casados, hartos a veces, contentos otras. No fue un buen finde y si me preguntás, tal vez, hubiera querido salir corriendo. Pero ya lo dije, creo en la permanencia y en la trascendencia de las relaciones. Y eso, aunque paradójico, me salva. Sobre todo, de mí misma.

En fin.
Así las cosas.

es feriado

Y estoy harta de que cualquier conversación (cualquiera, la más trivial) se convierta en una pelea con mi marido.

Please. Vacaciones.

domingo, 15 de noviembre de 2009

volvimos de Tepoz

Tepoztlan. Peleas. Cansancio. Muchas levantadas de noche. Mañana feriado.

Me voy a darle una naranja a Tita de cena.

Gris. Oscuro.

viernes, 13 de noviembre de 2009

yo me autocanto las mañanitas

Ahhhhhhhhh

Hoy cumplimos 5 años acá.

Intensos, largos, complicados, sufrientes, divertidos y un montón de etcéteras.

Básicamente: un montón.

Trascendencia y largo placismo

A la mañana me llamó, vía skype, Lucila. Podría decir que mi primera y única jefa verdadera. Ahora vive al sur de Francia después de haber pasado por Madrid y París en los últimos siete años. Tiene el sitio de arte para niños que ya linkié una vez y que vuelvo a linkear porque está alucinante. Justo el viernes pasado me crucé con Maru en una fiesta y recordé, como en una ráfaga, que alguna vez, en otra era (en esa en la que mucha gente me llamaba por el apellido) trabajé ahí y tuve otra vida. Hoy podría decir una vida pero no entremos en ese mood. Hoy llamó Luli, entonces, y levemente me volví a acordar pero,afortunadamente, la conversación fue sobre el presente. Su presente, mi locura. Así, a la distancia, me doy cuenta de que muchos piensan que estoy de la cuca. Yo no soy tan conciente. Es una de esas personas a las que admiro por su voluntad de emprendimiento. Grossa. Me dijo lo que todos sabemos: "...es que vos sos una malcriada". Oops. Sí. Pero la reflexión no venía por ahí sino por el lado de la permanencia de las relaciones y las acciones. A mí me gusta establecer lazos duraderos. Muy duraderos. Siembro para el largo plazo y abono constantemente. Y así sigo, sumando. Con más o menos intensidad conservo amistades por los años de los años. Y me gusta mirar para atrás y ver que pasó mucho tiempo y ahí sigue el lazo, más o menos fuerte, pero está. No soy del tipo de perder amigos o pelearse. Soy del tipo pacifista. Ojalá encontrara una actividad que también perdurara. Una actividad rentable, claro.

En eso pensé mientras iba a cambiar uno de los suéteres que recibí duplicado y a comprar el regalo para el cumpleaños. Después busqué niños y estuve en la fiesta con Milo que casi no durmió. Estoy bastante cansada y al rato tengo otro cumpleaños, ahora de adultos.

En fin.
Parece que no sé hacer nada muy útil pero las relaciones humanas, mal o bien, las conservo.
Así las cosas, chicos.
Buen findex.

Mmsí, no, no sé

No me podía dormir a pesar del dolor de cuerpo y de cabeza por haber fumado de más. Pensaba y pensaba en por qué a la gente, a mucha gente, no a mí, le gusta/divierte/engancha y/o entretiene la histeria (en su más pedestre y porteño sentido). Yo no soy así y la incertidumbre me aburre y me repele. ¿Qué es lo que te atrapa de un comportamiento errático?
Hace muchos, muchos años, en un colectivo, un pelado nefasto del cual hoy sólo me acuerdo su nombre de pila, me dijo: "Bliffeld, tu problema es que te falta misterio". Debo decir que a la luz de los años, entiendo que tenía razón. Su frase me quedó grabada a fuego pero su apellido no, se ve que su misterio no servía para mucho. A mí nunca me entretuvo que me tuvieran en vilo. O sí. Ya no sé. No me acuerdo. Sí, tiene su cuota de diversión. Pero ahora no le veo el sentido en ninguna circunstancia. Si decido relacionarme con alguien, tiene que ser, indefectiblemente, de forma natural. Si no, me aburro. Y me cuesta mucho entender por qué alguien de más de treinta quiere jugar esos jueguitos. Justamente lo bueno (casi lo único, digamos) que se adquiere con la edad, es el aplomo. Uno gana en seguridad y confianza y entiende lo que quiere. Por ende, si alguien te gusta es más allá de su comportamiento. Te gusta por lo que es. Supongo. Siempre me costó ese tipo de comportamiento y ahora más que nunca. Tanto soltero por ahí por los motivos equivocados.
En fin.
Eso. Amigo me pide que le corrija un texto pero hay que reescribirlo, yo sé que soy demasiado buena onda pero no exageremos.
Me voy al gym
Por suerte cargué el ipod.
Y hay sol.
Ya puedo ser feliz.

jueves, 12 de noviembre de 2009

el efecto 30s

Desde que entré en la cuarta década, el día de mi cumpleaños no me cae del todo bien. No sé por qué me empieza a pesar la edad. Sé que es una pelotudez y que cuando cumpla 50 me voy a sentir la más idiota pero como todo, no lo puedo evitar. Ahora, encima, me duele una muela. Y después de muchos mensajes y mails y esas cosas, me voy a dormir más contenta de lo que me levanté. Me regalaron un sueter muy lindo, dos veces. Sí, dos veces. Claro que uno lo voy a cambiar, el otro lo tengo puesto. La comida alcanzó sin problemas. También recibí una crema, una remera, un libro de poemas dedicado y una linda libreta con motivos orientales.

Estoy muy cansada. En breve me voy a la cama y mañana sí será otro día.

y se va pasando

Es que empezó muy mal, peleándome con mi marido. No da. Un día. Mi cumpleaños. Noes que sea taaaaaan importante pero a mí me gusta.

Hola, me llamo Julieta, tengo 32 años y tres hijos. Un marido. Y un hamster (que milagrosamente sigue vivo porque hace una semana se me terminó el alimento y le tiramos algo cuando pinta). Me sobran 4 kilos y muchas canas. Tengo mal carácter pero buena voluntad.

Me quedé en el sauna bastante más de lo que me correspondería después de sólo 35 minutos de elíptica. Escucho en el vestuario a una mina que se estaba yendo a jugar al tenis después de una clase de spinning y 40 minutos de correr en la cinta. Loca, me estás matando. Hice un budín zanahorias, la base de brownie (nuevamente), rellené sandwichitos, medialunas y me falta armar el pastel. Temo que sea poca comida. Siempre lo mismo. Creo que compro mal.

Saludos en todas las plataformas. Pocas llamadas telefónicas (por suerte, soy fóbica) y en un rato, té de chicas. Gracias.
En fin.
Así de cumpleañeras las cosas.

estar lejos

No está bueno el día de tu cumpleaños. Es el quinto que paso acá y se ve que no me acostumbro. Mi papá dice que se derrite con Camilo y yo, lloro. Y a mí que me encantaba cumplir años...

32

Nada para decir.

Un años más que se suma.

Así las cosas.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

el intermedio indefinido

Y de repente, zaz, me doy cuenta. El problema, el verdadero problema, es que no soy ni una cosa ni la otra.

Para que lo sepas bien sabido, detesssssto las cosas de la casa, no sé hacer NADA, no me interesa en lo más mínimo y nunca jamás llegué a pensar en que debería hacerlo. Ni siquiera sé usar la lavadora. Menos la secadora. Nunca lo supe y no me despierta ninguna curiosidad. Jamás lavé un baño y las camas me quedan peor que si fuera manca. Sí, gritame que soy una burguesa de mierda. Es la verdad. Me avergüenza levemente. Pero sólo me avergüenza y, he aquí el quid de la cuestión, porque no soy otra cosa. No tengo un rótulo que justifique mi inoperancia doméstica porque en definitiva se supone que lo que hago es...¡ocuparme de la casa y de los chicos! Y NO SÉ CÓMO LLEGUÉ A ESTO.

Jamás en la puta vida me imaginé un futuro así y entonces, ahora ¿qué hago? Cuido a mi bebé que llora sin parar, miro Sex & the City y leo cuanta mierda encuentro en internet. Ah sí, claro, también busco a mis otros hijos en la escuela y cocino un pastel para mi cumpleaños que será una merienda porque ¡ni siquiera tengo volutad de hacer algo de noche! Lo peor: el pastel me quedó crudo y lo voy a tener que hacer de nuevo. Patético.

Creo, estoy casi segura, de que lo mío es depresión.

Sólo salí para ir al super y a buscar a Roberta.

Alguien, mañana, por favor, si puede, regáleme un vida.

MIL gracias.

estoy tan confundida

Leí un titular en Perfil en el cual Moyano defendía a Duhalde y ahora no lo encuentro. ¿Lo soñé?

Me duele la cabeza.

Milo no para de llorar y no duerme, se siente mal y el médico no me responde los llamados.

Tengo un problema: no me interesa la dimensión meta de la literatura. Sólo me interesa la gente. La pregunta del millón una vez más: ¿por qué estudié letras?

Si me preguntás, estoy segura de que en Buenos Aires cuando un nene invita a alguien a la casa, la próxima le toca al otro. No sé si es una máxima real o es simple imaginación. Acá, lo que sí sé, es que para nada. Nunca nadie le devuelve las invitaciones a mis hijos. Tampoco sé si es una cuestión personal.

No tengo vida más allá de la web. Estoy empezando a preocuparme.

Así las cosas.

todo lleva demasiado tiempo

Dos horas de supermercados es un exceso. Por otro lado, me había olvidado de la cantidad de horas que consume dar de comer, cambiar pañales, entretener, poner a dormir, etcétera. Te juro que cada día estoy más perdida. Ni la más puta idea de para qué sirvo.

Me siento en el limbo. Tiempo suspendido. No tengo ganas de hacer absolutamente nada. Nada de nada. Sí, mirar S&tC y ya. Y por ahí, en una de esas, chatear. Pero, trabajo pendiente (poco eh, cada vez menos onda le pongo), buscar a Tita, hacerme el pastel para mañana (¿hay algo más triste que hacerte tu propio pastel? presumo que no tener pastel). Me inquieto porque personas que sí trabajan llegarán más tarde y debería incrementar las opciones saladas. Pero estuve tanto tiempo recorriendo góndolas que de sólo pensar en volver a un supermercado, me baja la presión. Volví a vomitar. Sólo el desayuno. La dieta también se tomó un break y me avisó que vuelve cuando ya los 32 sean efectivos. Me deprime un poco esto de ser una inútil, no es que ahahaha, qué divinor, no sirvo para nada. No, ni a ganchos. Ya no te hablo de la joven promesa que alguna vez me creí, sólo te digo algún skill, uno, que me permita, por ejemplo, ganar dinero. A esta altura me dan envidia las madres que son contentas con ser madres. O las profesionales exitosas. Yo no soy así, la maternidad me es, por razones obvias, un sine qua non (imaginate que es el séptimo cumpleaños que me paso con hijo -a lot mal) pero...yo sí quisiera algo más. Ah no, qué, no te lo puedo responder. O sí. Lo de siempre: conducir radio o tv, actuar, escribir bien. Así, imposibles.

Y llega el 12 de noviembre y todo vuelve. Más cuando pasan los días y no hiciste NADA, ni siquiera es que tenés una vida social plagada.

A Diego le encanta remarcar que tuve un sólo novio. Yo también pienso que es muy poco pero después pienso que lo conocí a él un mes y medio después de cumplir 23...tampoco tuve taaaaaanto tiempo antes. La cuestión es que ESE ÚNICO NOVIO, cumple años el mismo día que yo. Bueno, eso, no sé, quería recordarlo. Siempre le mando un mail alusivo. Es raro cumplir el mismo día que tu novio y además haber ido al mismo colegio, a la misma división pero con un año de diferencia.

Bueno chicos, eso, no mucho más. Un poco hastiada pero todo bien. En el super pensé: a veces puedo ser tan divina. Te hago reír si tengo ganas. La contracara: puedo ser terriblemente malhumorada y mala onda (con desconocidos sobre todo) pero soy completamente impredecible, hasta para mí.

En fin.
Así las cosas.
En la víspera.

martes, 10 de noviembre de 2009

¿yo hablé de dignidad?

La dignidad en mi adolescencia quedaba bastante pisoteada, sí. Era difícil sacudirla cuando te toqueteabas con compañeros del secundario sin darte besos, por ejemplo. O cuando morías de amor por un amigo que sólo quería ser tu amigo y compartías la cama y ni siquiera te hacía un mimo. Claro que la pregunta es: ¿por qué entonces compartía la cama con vos? Querer tener respuestas a esta altura es simplemente imposible no sólo por el tiempo que pasó sino porque los hombres suelen no tener idea de por qué se comportan como lo hacen. ¿Será puro instinto?

Pero todo venía a que mi dignidad hoy en día ya no es impresentable por las camas que frecuenta sino por su comportamiento diurno y cotidiano.

Hoy sólo miré Sex & the city. Llevé laburo al club y en lugar de leer me tomé un agua de guayaba, me fumé un marlboro y me quedé dormida sobre la mesa mientras Camilo lo hacía en su carreola. Tuve que incorporarme cuando vino madre de amiguito de Simón con quien hago ronda a contarme que finalmente se había revelado contra los padres y había decidido irse a vivir con el novio pero había vuelto por el escándalo que le hicieron (tiene 27 años y un hijo de 8 que tuvo sola). Yo quiero que sea feliz. Es amorosa. Me quedé pensando en que este debe ser uno de los países latinoamericanos más conservadores. Después me di cuenta de que nunca soy parámetro. Nunca soy parámetro de nada. De verdad no doy, soy una pajera inservible.

Y ahora, con la dignidad empachada de todo el chocolate que me comí a pesar de estar supuestamente a dieta, me voy a dormir porque estoy agotada. Sólo espero que la tos y los mocos de Milo me dejen dormir.

Así las cosas.
Una verdadera inútil.

dale, contestame

¿por qué y de qué se enamoran los hombres?

me harías un enorme favor contestando también por qué te casaste o te casarías.

mil gracias!

juli

¿uno sí actuaría distinto?

No sé por qué hace días pienso en cómo sería ser soltera hoy. O no. No, lo que pienso es cómo actuaba cuando era soltera. ¿Tenía vergüenza? ¿Le decía a los pibes que me gustaban? No me acuerdo. Pero sí me acuerdo de hacerlo con uno de los primeros que me gustó, a los 11 años: Maro. Iba a la NEA y al club y yo, cuando volvieron de un viaje de basquet, le di una cartita confensándole mi amor. Zarpada. Las nenas no hacían esas cosas. De hecho, no sé si a mis amigas del club les gustaban los chicos a esa altura. Nenitas. Claro, a mí me gustaban todos. Todos. No tenía mucho filtro. A los doce me enamoré perdidamente de Nico B. Me duró diez años. Me sorprendió darme cuenta de que ya habían sido diez años de detox. Muy duro. No me daba bola pero sí la suficiente como para que yo me confundiera. En el camino me siguieron gustando (casi) todos. No sé si tenía muchos pruritos, por lo general, aunque indirectamente todos terminaban enterándose. Con muchos también me terminaba revolcando. Y sufría. Para mí juventud y sufrimiento, entonces, van de la mano. Ahora, retirada hace tantos años, presumo que sería muy franca. ¿Qué perdés? Claro que cuando estás ahí lo que perdés, al menos temporalmente, es la dignidad. Y nadie quiere eso. A nadie le gusta que le digan que no.

Me tengo que ir a buscar a los chicos a la escuela. Tengo demasiado sueño y demasiada fiaca. No hice una goma en toda la mañana y quisiera echarme a dormir una siesta. Encima, por culpa, pelé y corté ajos por lo cual, apesto.

Ser soltera era divertido pero yo no me daba cuenta.

el cielo diáfano...

Celeste. Ultra celeste. Increíble. Debe hacer frío, no sé. Después de la clase de spinning quedo con una temperatura extraña. Y después del sauna, ni te cuento.

No tengo nada para decir. Pensé cosas que me olvidé.

La madera combinada con el calor seco me calma groso. Me hace poner zen. Aunque, una incomodidad no me abandona hace días, creo que es la falta de actividad total. Soy una ameba sin vergüenza. El viernes es el quinto aniversario de nuestra llegada, también se casa un amigo. Pensé en escribirle un mail comentándole la coincidencia de aniversarios. Seguramente lo haga.

A veces me pongo a pensar que no soy muy normal. No, no es que sea ni inteligente, ni canchera, ni nada de eso. Es simplemente que no hago las cosas como parece que la gente las suele hacer, ni digo lo que tengo que decir...Y no, no es a propósito necesariamente. Creeme que a veces ser average es mucho más fácil. Bueno, me imagino.

Así las cosas. Medio chatas y llovidas.

lunes, 9 de noviembre de 2009

pintaba peor pero al final no fue tan malo

No hice nada. Y cuando digo nada es nada. Chatié mucho, sí. Tomé un té con Pau. Fui al dentista a que me entregara mi guarda (no entiendo por qué le dice el guarda, yo digo que es totalmente femenina). Comí con Tita, le dicté a Simón las palabras con "r" y "rr", bañé al pequeño, le di todos sus alimentos del día, saqué los implementos para armarle la cena a mi marido (chuletas de cerdo y una ensalada de brotes, espinaca, hongos semi saltados, aguacate y frambuesas). De todas maneras, estoy cansada. Debería aplicarme y trabajar. Mucha paja. Finalmente confirmamos que ya no existe la posibilidad de que tengamos más hijos, al menos no con mi marido. Está buena la libertad. Hoy me gustaría tener más gusto y ser más habilidosa, por ejemplo. No puede ser lo desastrosa. Sí sé que puedo hacer buena pastelería pero sé también que me sobran cuatro kilos, que están estacados en mi ser y que si cocino cosas dulces, no sólo seguirán allí sino que, muy posiblemente, aumentarán. Cuánta gente forra, pienso aleatoriamente. Gente pretensiosa, insegura, pesada. Qué hueva la gente así. Gente que sólo muestra esplendor. Yo soy mucho más amiga de la miseria, eso es lo que me gusta de los seres humanos, digamos. Mi marido sigue trabajando a mi lado, quemado, pobre. Me quiero ir a la cama y mañana clase de spinning a las ocho. Mucha voluntad que quiero juntar en las próximas horas de sueño.

Y no mucho más. En las vísperas de mi cumpleaños sólo puedo pensar en que soy demasiado grande. Quién lo hubiera dicho.

Así las cosas.
Perplejas.

sentimental

Mi madre me envía un mail muy sentido en el cual me llena de virtudes. Yo sé que es mi madre, que creo que la mayoría del tiempo ni siquiera las considera ciertas y que sólo a ella se le ocurre pensar eso sobre mí (cosas del tipo: buena madre, buena amiga, inteligente). De todas maneras, en un día en el que estoy particularmente triste porque sí, me toca un poco el corazón y me dan ganas de que esté acá.

Trabajar?? No, gracias. Mucha fiaca.

Tengo que buscar otro trabajo urgente. El que tengo me desmotiva.

Así de cursis las cosas.

y de repente, entendés

Claro, es tu cumpleaños y te ves armando un festejo, pequeño e íntimo festejo, sola. Y extrañás a tu mamá, que te de una mano, que te traiga algo dulce para no tener que hacer todo vos. Porque hacer todo vos para tu cumpleaños es, indudablemente, desalentador. Ahora, muchas ganas de vivir en Polanco. Ya no Virreyes. Ganas de salir a caminar con la carreola pero también repentinas e intensas ganas de trabajar, interactuar, tener una vida semi común a pesar de la cantidad de hijos. Ahora, el limbo. Cuando volvamos, campaña para bajar.

Y ahora, trabajar un rato, man.

Hace años que no hago nada. Esto no da.

Así de esclarecidas las cosas.

se terminó el findex

No la pasé particularmente bien. Supongo que porque casi no salí. El sábado desistimos de quedarnos en la fiesta infantil y dejamos al Coco para irnos a ventilar al club. Diego jugó tenis y después comimos ahí. A la tarde noche, pelis. Muy malas. Yo tengo tolerancia al pochoclismo pero esto fue demasiado. Man, cuánta plata gastada en la peor pavada. Dormirse temprano. Ayer, pelea. Diego increíblemente fastidiado y belicoso me hizo llorar. Simón se fue a lo de Dante y yo al club con los dos más pequeños. Jugué un set de dobles, desastrosamente, pero estuvo divertido. Después me volví con el estómago revuelto. Cuesta creer que gente cercana diga cosas impresentables (cosas como que vuelvan los milicos, suponete). Me quedé perturbada. Digo hizo un mero con hierbas y un saltado de vegetales con mucho brote. Rico y liviano. Después, más peli. También muy mala. Localmente mala. Después, Diego ayudó a Simi con el proyecto de la línea de la vida. Obviamente le quedó canchero, una foto por cada año pegada con onda. Yo hubiera hecho un desastre. La pelea empezó con una frase mía: no tengo amor propio. Es un poco cierto, el detalle es algo que no va conmigo. Mientras ellos hacían eso, yo miraba la cuarta temporada de Sex & the city. Ya vi muchos capítulos en la tele, así que los paso. Alimentamos pequeños. Volvió Jobis y le hicimos unos fideos y después me puse a leer Radar y todo el tema de la caída del muro. Me sentí rara. Existencial un poco, banal otro poco. Agotada, me dormí muy temprano y me desperté muchas veces. El pobre Camilo está extremadamente molesto ya sea por los dientes o los mocos. No sé.

Y ahora, con un vacío que no se va, me sacaré el esmalte de las uñas, me cambiaré e iré a hacer un poco de ejercicio. Al mediodía, antes de buscar a Tita (quien no se quería subir al camión y tuvimos que arrastrarla), iré con Milo al dentista a que de una buena vez me de mi placa nueva de relajación.

Semana de cumpleaños.
Enrarecida.
Levemente triste.
Un poco desesperanzada.
Pero todo bien.

Así las cosas.
Exceso de lunes.

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿qué me estás pasando?

No, las tetas ya (no) me crecieron hace mucho.

Pero ya no soy yo. Por muchos motivos. De repente, tomo distancia y me pregunto cómo aguanté todo este tiempo. Corrijo: ¿cómo aguanto?

De todas maneras las dudas se acrecientan cuando salgo, vamos a cumpleaños en la condechi. No me cambio, me pinto levemente, me abrigo por el famoso frío puto, llamo a Jacoba porque me da muchos nervios dejarlos por primera vez y me pongo las pilas. Buena onda. Tiro la buena, soy simpática. Veo mucho gente que conozco de hace años y hace años también que no veo. En realidad, ellos me reconocen, yo no. Desesperante. Ya dije muchas veces la hueva que me da la gente que se hace la que no te conoce. Forros. Y yo, que tengo que andar pidiendo perdón. Me pasó con seis personas. Too much. Perdón, perdón, estoy quemada con tantos hijos. Dios mío. Intenté bailar, nadie ponía música y no había volumen pero igual, me saqué las ganas de noche. Volvimos temprano. Hablar en las fiestas me pone mal, me quiero ir rápido.

Está bueno ventilarse. Está bien que urge hacer un cambio. Está bien darse cuenta de que necesito laburar de verdad, salir de mi casa.

Está perfecto que sea sábado!

Al rato nos vamos a un cumple en un lugar cerrado, feo pero abrigrado.

Así de salidoras las cosas.

viernes, 6 de noviembre de 2009

un mal día

Tuve una semana agotadora. No trabajé nada. Me estresé por pavadas y me cansé de manejar en el fuckin tráfico del df. Peor que nunca. Me comí todos los atasques de la ciudad. Dios mío, cualquiera se vuelve loco en estas circunstancias. Y yo que me creí zen por un par de horas. Y yo que creí por un rato en la trascendencia y la poca importancia de ciertas cosas. Mentira. Caigo en la miseria con demasiada facilidad. Y todo por la superpoblación automotriz de la ciudad que habito. Un bleff.

Mi marido me tira malas noticias cuando lo llamo. Ni modo. La vida. Plata. Cosas que van y vienen pero igual no dan.
Hoy le dije a Pau que yo considero que tengo buen karma. No sé si esto existe.
Igual, todo bien. Al rato cumple. La dieta me pone de mal humor, claro. Y el cansancio, ni te cuento.

Odio que llegue fin de años. Encima que llegue tan rápido. Odio que la gente considere que tiene que salir.

Bueh. En fin.
Así de arruinadas las cosas.

me tengo que ir a los pedos

Les conseguí polars a los chicos, son horribles pero muuuyyy útiles, en el Gap de Liverpool pero mamita, cuánta ineptitud, llego a casa y me doy cuenta de que en lugar de talle 8 me dieron talle 5. Dioooossssssss. No sé cuándo volveré a Santa Fe, mucho tráfico, mucha gente, te querés matar. Horas en el auto, creo que en enero los meto a los chicos en el transporte. Milo come hiper bien y es un divino total. Me voy corriendo a llevar a Coco al boliche, cumpleaños. Vuelvo a merendar.

Así de a las corridas las cosas. Man.

me lo morfo

todos los días pienso

Que si tuviera con quién, me iría a Houston de compras tres días. Te juro que ni yo me reconozco, eh. Pero te digo la verdad. Me siento obligada.

fuckin frío

Uno piensa que en México no hace frío. Pero sí hace frío y bastante. Y las casas no están preparadas porque...todos pensamos que en México no hace frío. Este año el calor duró tanto y el cambio fue tan abrupto que me agarró en curva. Ninguno tiene ropa de abrigo. Volví a ir a Zara y nada. Después de bañarme y cambiar y alimentar al pequeño, me iré a Santa Fe a ver si en Liverpool hay algo. Yo necesito ponerle un poco de onda a mi ser. Man, con tres kilos o cuatro de más y ropa vieja no hay espíritu que soporte el invierno. Eso sí, dormí bien. Muy temprano después de que me doliera la panza. Milo se la bancó mejor, casi no se despertó. Ahora tengo extremidades entumecidas. El únicoq ue goza de la estufa es él, el resto, nos chingamos. Ni modo. Camisón, pantalón, buzo, medias y pantuflas. No doy. Por lo demás, estuve haciendo el trabajo de dejar ir la queja, de volver a mi centro y de estar contenta. Me sale relativamente.

Uf, también tengo que ir a Office Max a comprar un lápiz colorado para Simón, papel de envolver y...puta, me está fallando grosso la memoria.

Acabo de reírme mucho con Lau en el chat, las pavadas que somos capaces de decir no tienen control. Nos quejamos de nuestra poca onda, yo creo que estamos grandes. Eso me deprime más. Igual le insistí con eso de que en Barcelona es más fácil ponerle onda con poca plata. Acá, semi imposible. Para tener onda, además, tenés que tener un placard lleno de ropa que no tenga entre ocho y cinco años, hay que renovarse y no está siendo mi caso.

No leo una página impresa hace días. Nada de nada. Desastre.

Cansancio.

Pero no me quejo. Hoy cumple de Diego Mu a la noche, merienda con Ile a la tarde y la semana que viene, yo. No tengo ni la más puta idea de qué preparar. Otra cosa que me agarró en curva.

Objetivos de la semana: dieta y sexo. Estamos garchando poco y eso no está nada bien.

Ah, Simón tiene un cumple hoy y otro mañana. Alta vida social el pendorcho.

En fin. Me voy a bañar para ir a pasear, Simón necesita un abrigo con suma urgencia.

Así de invernales las cosas.

(ahhh, y detesto el suburbio, me está dando fobia MAL, el tráfico y toda la mieda. malísimo!).

jueves, 5 de noviembre de 2009

ropa

Se necesita con urgencia un clóset nuevo repleto de prendas que estén buenas. Lo último que me compré es de hace dos años. Ando hecha un escracho vergonzoso, creo que las madres no pueden creer lo que ven. Hoy justo me crucé una en Walmart. Fui a buscar ropa abrigada para mis hijos, voy a ir a Zara porque cuando lo mandé a Diego vino con las manos vacías.

Quiero:
Remeras de manga larga
Sueters
Un blaizer
Y otro par de botas
También muero por un jean recto

No es taaaanto pedir pero en esta ciudad se complica grosso.

Así de superfluas las cosas. Ah y parece que la casa que queríamos, ya la rentaron.
Malísimo.

demasiado trajín

Ayer fue un día de locos. Así, de locos. La señora Mary llamó (no, en realidad, no la llamé o hice que me llamara) avisando que Jacoba llegaría a las 9.30pm. Bueno, dije. No estaba en condiciones ni de poner peros ni de hacerme mala sangre. La tarde fue difícil. Socialmente muy agradable, maternalmente imposible. Jose se sentía mal, dice que se le entumecen las piernas cuando está sentada. A Camilo no sé qué le pasa pero llora todo el tiempo. Bueno, sí sé posibilidades: o dientes o la vacuna o molestia por los mocos. No se quedaba ni quieto ni callado ni tampoco quiso dormir. Roberta encaprichada. A la hora de baño y cena, haciendo malabares, Feli en casa, Simón en lo de Dante, Diego platicando antes de irse a spnning y yo con dolor de cabeza. Para colmo, mi madre me había pedido que le tomara las medidas a un vestido de Tita porque mi abuela quiere mandarle a hacer uno. No tuve tiempo con todos los temich. Madre llama ofendida, con voz de orto, en el medio del kilombo. Me pareció un bajón. Tengo suficiente. Lo genial es que antes de las ocho ya dormían los tres. Pasamos a buscar a Pau y fuimos a cenar a los de Xime. Tardamos más de una hora en llegar. Espantoso. Man, este tráfico a esa hora no da. No da nunca pero de noche y de bajada, menos. Marian vino con Lupita, su perra nueva. Xime se va hoy a NY, Pau está en cuenta regresiva para Bs As y Patilu ahí la lleva. Viaje de hongos, paz interior, parecíamos en una plática de autoayuda. Pero volví pensando en la satisfacción, la tranquilidad, estar en el eje...pero de todas maneras no me podía dormir. Lo desperté a mi marido que dormía con un guante de lana que cubría el vendaje que cubría la herida que se hizo estrenando la mandolina. Parece que fue muy sangriento. Hablamos de la posibilidad de mudarnos, de que sí me copa pero me da pánico en muchos aspectos, nos abrazamos y nos dimos calor porque el frío está heavy y él obviamente se durmió y yo me quedé maquinada y con jaqueca por fumar de más (el día anterior, después de meses, había comprado un atado de cigarrillos y fumé demasiado durante todo el día). Una vez que logré dormirme, el pobre Camilo se despertó quinientas veces molesto. Le di de comer unas cuantas hasta que me di cuenta de que el problema era que se le tapaba la nariz así que con un almohadón, lo solucioné. Igual, no pude descansar bien y a las siete menos cuarto tuve que ocuparme de Coco porque Diego con su herida, no podía hacer nada. A las siete veo que entra en la cocina una chica divina. Jobis. Así le dicen. Lo primero que pensé es que debería ser modelo. Muy linda cara y muy flaca. Vestida con jeans y un sueter le pregunté si quería usar su ropa o si prefería uniforme (cosa que jamás!) y me dijo que sí, que prefería uniforme. Oh my god. Me cayó perfecto, parece dulce y tranquila pero no sé si no debería llevarla a una agencia a que la descubran...Creo que la tía tiene razón con el hecho de dejarla encerrada. Veremos cómo nos va, le pongo bastantes fichas. Después de desayunar y vomitar (volvió con todo, al menos en horas tempranas de la mañana), me metí en la cama confiando en dormir un rato y remontar esta baqueta pero fue imposible. La máquina no para, hacía mucho que no estaba así. Estos días estoy más conciente que nunca de lo atinada de la decisión de Diego de echarme para siempre de la empresa. Cómo aguanté tanto tiempo es lo que me pregunto. Le decía a Pau, de vuelta de Polanco, que me alegra haber soltado las riendas. Tener todo bajo control es demasiado desgastante, ser boluda total es, efectivamente, mucho más fácil. También se conjuga el miedo. Pero es demasiado complejo. También le repetí muchas veces la frase: dejalo ir. Es terrible pero es muy cierto. Estoy pensando seriamente en el libro de autoayuda. Si tuviera un poco más de pilas. Encima: dieta. Es horrible pero qué efectivo. Ya adelgacé un kilo, había subido uno. Un kilo en dos días está bien. Dejar de comer funciona. Tengo un mes y medio para perder mínimo los tres que me sobran. El otro ya lo veo más difícil.

En fin. Así las cosas.
Esperanzadas.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

delicias de mi vida doméstica

Esperé a Remedios que llegó tarde. Una hora tarde. Me senté con ella en la mesa de la cocina a platicar. Le dije lo que esperaba de ella y ella me dijo que no podía llegar temprano los lunes. Le dije que yo necesitaba sí antes de las 10.30 am pero que probáramos y si nos acomodábamos, lo veíamos. Dudaba. Le pregunté si le interesaba el trabajo. Me dijo, finalmente y después de muchos rodeos, que no. Que no, man. Se vino hasta acá, me hizo perder tiempo y me dijo que no. Increíble. La dejé ahí y me fui enojadísima a llamar a Mary, una señora con la que hablé ayer y que pensé que quería trabajar pero no, era para su sobrina: Jacoba. También increíble. Jacoba. Nunca jamás lo había escuchado. Me dijo que tiene 17 años. ¡Y me pidió que no la deje salir! Que mejor se vaya a pasear un rato los domingos a la mañana y que vuelva a la tarde. Dios mío. Para que no ande por ahí. En fin. Mi pensamiento retrógrado es, si Jose no hubiera andado por ahí...estoy para la Liga de madres de familia. O el Opus. Bueh. Terrible.

Ahora horneo galletas, espero una visita, superviso los ejercicios de ruti de mi hija y terminé de lavar los platos. Jose con panzota no quiero que haga demasiado, tampoco me hace demasiado caso.

Veremos, veremos. Tengo otras cosas en mente pero después desarrollo.
Así de domésticas las cosas. Once again.

sin energy

Me levanté temprano con Simi, le hice las tostadas y la leche, le guardé el lunch que había preparado ayer, le saqué un cacho de tele que tenía atascada en la rueda de la mochila, le di de comer al bebé, volví a la cama cinco minutos exactos, me vestí de gym, armé el bolso, vestí a Tita, bajé a hacer el desayuno, desayuné y vomité.

Esto implicó que mi rutina no existió, calenté tres minutos, hice un poco (mini) de aparatos y me fui al sauna. No me siento bien. Me duele la panza y el cuerpo. En una hora tengo que llevar al bebé al pediatra. Remedios tenía que llegar a las nueve y va veintiseis minutos de atraso. No me da el humor. Tengo sueño. Malestar.

Y no mucho más. Debería tomarle las medidas que me pidió mi madre porque mi abuela quiere hacerle un vestido a la pequeña. Diego vio una casa que está buena, mañana debería ir a conocerla yo. Muy cara. No sé qué pensar. Qué movida. Y no mucho más. La vida que se va, se va.

Falta muy poco para mi bday. Para Buenos Aires.

Así. Medio pachuchas las cosas.

martes, 3 de noviembre de 2009

y termina el día

Por fin. Tuve la mala idea de ir al super con Diego aunque...no estuvo tan mal. Volvimos cargados de brotes, los cuales se convirtieron en ensalada al rato junto a un aderezo con limón, aceite de aguacate y miel. Creo que opinamos en todo más o menos lo contrario. Pero nos queremos. No nos entendemos mucho, por épocas. ¿Cómo será tener un matrimonio ideal? Yo pienso que no podemos hablar de nada, él piensa que soy una pesada y así se pasa la vida.

Me voy a la cama.

mi hijo menor resultó ser un sibarita


Me retrasé un poco en darle de comer pero resulta que le copa GROSSO. Hoy le di zapallo, carne, banana y manzana y se comió todo.

Increíble.

Un presupuesto el gordich.

ya está semi solucionado

Remedios debería llegar a eso de las 2.30 pm. Update. Teléfono, viene mañana a las 9 am.

No sabemos qué nos deparará el destino pero tenemos fe.

Igual, siento una incomodidad que tiene que ver con otra cosa. Hogar. Mudanza. Abandonar lo conocido, lo cómodo, lo que ya sabés que funciona por algo nunca probado. ¿Vale la pena? ¿Conseguiremos algo? Quisiera irme un de vacaciones. En dos semanas otro puente. La playa no es una buena idea con bebé. Busqué pasajes a Miami, imposiblemente caros. De repente no soy yo y me quiero ir a US de compras. Dios mío, no soy yo cuando el capitalismo me toma como rehén. Poseída.

De todas maneras, sí quisiera un descanso. Ni modo, reflotaremos el plan Tepoz que quedó trunco. Marido cariñoso. Marido tiene que hacerse espermobiometría o algo así. Yo, trabajar. La gente no me contesta los mails. Apesta.

Así las cosas. En el cambio.

se cumplió la profesía nomás

Karina no va a venir. No va a venir más. Supongo que yo lo produje, puedo ser una bitch de buen todo. De todas maneras, un plomo. Todo lo que dije antes, olvidate. Estoy hace una hora haciendo tareas del hogar, aprovecho y regalo todo, detesto la acumulación de objetos y lamentablemente, somos expertos.
Así las cosas.

Solitarias domésticamente hablando.

(ojo que está viniendo Jose, eh, no puede hacer mucho pero al menos sí quedarse con el bebé).

Milo


En tiempo real.

¿Para qué?

Hace días que me ronda la pregunta: ¿y yo, para qué sirvo? Días y días dándole vueltas y la conclusión es: nada. Duro. No lo digo con falsa melancolía ni presa de una depresión feroz. Lo digo como una reflexión real y macerada. Hay una realidad innegable, a esta altura hay que admitirlo, no sobresalgo en ningún campo: no logré armarme una carrera (lo descarté casi antes de empezar, fue EL problema durante muchos años hasta que lo decantó sólo por inútil, me dedico a procrear), no soy buena madre (mis hijos están resultando unos neuróticos, no me gusta sentarme a jugar con ellos, no tengo paciencia), no soy buena ama de casa (no cocino bien, no sé siquiera usar la lavadora y la secadora, ni hablar de limpiar, jamás limpié un baño sólo como ejemplo), no tengo ninguna habilidad manual (no sé coser, ni bordar, ni tejer bien y cuando empiezo algo, para colmo, lo dejo por la mitad inevitablemente), no soy emprendedora (vivo en una ciudad donde podés tener una idea y que se convierta en algo exitoso pero desisto siempre antes de empezar), como vemos y queda muy claro: no sirvo para nada. Ayer le enumeraba todo esto a Fer y me preguntó: ¿quién quiere ser ama de casa? No, claro, seguramente no demasiadas mujeres. En una conversación anterior con Pau, my breve, concluimos algo que yo sé desde siempre: trabajar es mucho más fácil. Parece mentira pero alienarse y no pensar en pavadas creo que es mucho más rendidor. El tiempo libre excesivo, apesta. Pero cuando no sabés qué quisieras hacer y tampoco estás dispuesta a dejar a tus hijos todo el día, la cosa se torna complicada. Si tan sólo supiera escribir o traducir. Eso me gustaría. Si tan sólo además tuviera una nana como la gente y viviera en la ciudad. Necesito un poco de calle. También me pregunto: ¿cómo llegué hasta acá? Y leamos acá como sinónimo de suburbio. Muchas preguntas. Pocas respuestas. Sumemosle que ni siquiera soy linda, que cada día me visto peor y que no hago el esfuerzo necesario para volver a un peso razonable. Despejar la incógnita es deprimente.

En fin. Sigo con el feeling de que Karina no va a venir. Ile le pasó mi tel a la prima de Jaqui, su nana y estoy esperando ansiosamente que llame (no puedo creer que me estés fallando...).

Así las cosas chicos, semi pozo. Pero hay sol.

lunes, 2 de noviembre de 2009

urge

Que me compre ropa. Y que haga dieta. Que labure un poco más. Que sí vaya a Blockbuster. Que decida que mudarnos es una buena decisión. Que pensemos en nuestras próximas vacaciones (Buenos Aires no cuenta). Que vaya a comprar frutas y verduras y a Costco. Que busque una nana que me ayude realmente. Que vuelva a ser la boluda total de los últimos meses.


Milo ahora se ríe. Puede ser tan encantador...

y entonces...

Después de una mañana realmente caótica en la cual el bebé lloraba mucho pero Simón lloraba mucho más, sin parar y sin motivos reales, yo también lloré. Mi hijo mayor me hizo llorar. Además del escándalo, los gritos y la angustia, decidió que no quería salir a pasear, el único deseo claro que tuve en las últimas semanas. Se baño a regañadientes y después se quedó llorando en calzoncillos diciendo que no iba a ir a ningún lado, rayos, truenos y centellas (y unas cuantas discusiones después), finalmente creo que arrepentido accedió a ir. Decidimos caminar por la Condesa y eso sólo, unas cuadras, unos negocios y una comida en Primos, logró cambiarme el humor. Ahora Milo llora un poco, Flor dice que es porque quiere más atención pero yo soy incapaz de darle todavía más atención de la que le doy. Opté por entregarle cuando objeto tengo cerca, sea peligroso o no. Ahora juega con un gafete y unos anteojos de sol de niños. Pero igual llora. Está enorme y divino, de todas maneras. Antes de la hecatombe (bah, no, ahora que pienso ya todo estaba podrido porque Simón no bajó a desayunar) le dimos banana y le re copó. Hoy supuestamente teníamos cita con el pediatra pero se ve que la secretaria estaba tan dormida como yo y me la dio aunque era día de muertos. Me encantaría explayarme sobre día de muertos pero jamás fui a ningún festejo. Marido y fobias. Sólo puedo decir que hay altares con dulces, frutas, flores y bebidas por todos lados y que me parece una relación mucho más sana que el tabú argentino ultra instalado. En fin. Bebé llora mucho.

Ahora tomaremos un tecito y a empezar la semana. Temo que Karina no vuelva.

Así las cosas.
Feriadas.

de mal en peor

Pasamos de la etapa ME QUIERO VOLVER YA, a la de NO NACÍ PARA ESTO, ESTOY AL BORDE DEL ABISMO. Por si quedaban dudas, esta es mucho peor. Milo no se queda ni cinco minutos en ningún lado, yo detesto mi casa, detesto no tener actividad fija en algún lugar, no salir nunca jamás, no despegarme de mis hijos para nada nada, no tener una nana que me de confianza, tranquilidad y ayuda, detesto estar gorda. El oasis duró cinco meses y ya se fue todo por la borda. Me caía re bien cuando era feliz. Nunca había estado tan contenta creo que en toda mi vida. Bueno, chicos, ya se terminó. Ahora soy la pesimista quejosa de siempre, no me soporto ni yo.

Me quedé mirando Sex & the city hasta pasada la una. Diego dormía hacía mucho. Ayer prácticamente no nos hablamos. El matrimonio es un camino lleno de piedras calientes pero te diría que hoy en día, la única certeza que tengo es que quiero estar con el loco sacado y complicado con el que me casé. Nunca fuimos a Tepoztlán, comimos unas pizzas en lo de Flor. Y después me interné a mirar la tercer temporada. Creo que hoy voy a ir a Blockbuster a rentar la cuarta. Me da mono de sólo pensar. Y después veré con cuál me engancho. También debería ponerme a cocinar, en mi casa se come cada vez peor. Y hoy es un verdadero caos con ropa tirada por todos lados. Simón está enojadísimo, Milo se acaba de dormir y Tita anda dando vueltas.

¿Cómo se me habrá ocurrido? ¿En qué estaba pensando? La posta: no sabría ni siquiera a dónde ir si me decidiera a salir corriendo.

Así de rayadísimas las cosas.
Welcomeback mi verdadero yo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

llegando al límite

Ayer finalmente la zafé, día de club, después buscar a Coco en fiesta, quedarme un rato, que los chicos salgan brevemente a pedir dulces, Sex & the city, llegada de marido, algo de cenar y a la cama.

La conclusión del día: cuanto más pesimista y quejosa, más entretenida socialmente. La vida en rosa me vuelve aburrida y chata, la mala onda me pone más graciosa. Raro. De todas maneras, creo que prefiero estar de buenas, así ni yo me soporto. Hoy quería ir a Tepoztlan. Claro que nunca hago lo que quiero. Necesitaba salir de casa, airearme, jamás voy a ningún lado. Suburbio + bebé + nana inepta me terminaron de convertir en una esclava. Estoy muy deprimida. Por eso ganas de volver a Buenos Aires, acá ni en pedo puedo solucionarlo. No tengo las herramientas.

Mi marido se fue a jugar al tenis. Tuvo a bien malhumorarse porque yo no quiero ir. No, man, no quiero ir al club, me pasé todo el sábado ahí. No me importa que salga el sol. El factor climático, de más está decir, tampoco ayuda. Hace mucho que no me sentía tan aplastada.

Camilo llora mucho. Llora todo el tiempo, se queja. ¿Será mi hastío?

No aguanto más. Detesto la casa, detesto el accionar social de mi marido, detesto no tener un trabajo, detesto no salir de casa, detesto TODO.

Así las cosas.
Un mal día.