martes, 3 de noviembre de 2009

¿Para qué?

Hace días que me ronda la pregunta: ¿y yo, para qué sirvo? Días y días dándole vueltas y la conclusión es: nada. Duro. No lo digo con falsa melancolía ni presa de una depresión feroz. Lo digo como una reflexión real y macerada. Hay una realidad innegable, a esta altura hay que admitirlo, no sobresalgo en ningún campo: no logré armarme una carrera (lo descarté casi antes de empezar, fue EL problema durante muchos años hasta que lo decantó sólo por inútil, me dedico a procrear), no soy buena madre (mis hijos están resultando unos neuróticos, no me gusta sentarme a jugar con ellos, no tengo paciencia), no soy buena ama de casa (no cocino bien, no sé siquiera usar la lavadora y la secadora, ni hablar de limpiar, jamás limpié un baño sólo como ejemplo), no tengo ninguna habilidad manual (no sé coser, ni bordar, ni tejer bien y cuando empiezo algo, para colmo, lo dejo por la mitad inevitablemente), no soy emprendedora (vivo en una ciudad donde podés tener una idea y que se convierta en algo exitoso pero desisto siempre antes de empezar), como vemos y queda muy claro: no sirvo para nada. Ayer le enumeraba todo esto a Fer y me preguntó: ¿quién quiere ser ama de casa? No, claro, seguramente no demasiadas mujeres. En una conversación anterior con Pau, my breve, concluimos algo que yo sé desde siempre: trabajar es mucho más fácil. Parece mentira pero alienarse y no pensar en pavadas creo que es mucho más rendidor. El tiempo libre excesivo, apesta. Pero cuando no sabés qué quisieras hacer y tampoco estás dispuesta a dejar a tus hijos todo el día, la cosa se torna complicada. Si tan sólo supiera escribir o traducir. Eso me gustaría. Si tan sólo además tuviera una nana como la gente y viviera en la ciudad. Necesito un poco de calle. También me pregunto: ¿cómo llegué hasta acá? Y leamos acá como sinónimo de suburbio. Muchas preguntas. Pocas respuestas. Sumemosle que ni siquiera soy linda, que cada día me visto peor y que no hago el esfuerzo necesario para volver a un peso razonable. Despejar la incógnita es deprimente.

En fin. Sigo con el feeling de que Karina no va a venir. Ile le pasó mi tel a la prima de Jaqui, su nana y estoy esperando ansiosamente que llame (no puedo creer que me estés fallando...).

Así las cosas chicos, semi pozo. Pero hay sol.

1 comentario:

Calamity dijo...

La pregunta "para qué sirvo" está demasiado orientada hacia aspectos prácticos. Yo lo plantearía quizá como "qué cualidades tengo", y, en tu caso, estoy segura de que vas a encontrar muchas respuestas. abrazos.

paloma