miércoles, 4 de noviembre de 2009

delicias de mi vida doméstica

Esperé a Remedios que llegó tarde. Una hora tarde. Me senté con ella en la mesa de la cocina a platicar. Le dije lo que esperaba de ella y ella me dijo que no podía llegar temprano los lunes. Le dije que yo necesitaba sí antes de las 10.30 am pero que probáramos y si nos acomodábamos, lo veíamos. Dudaba. Le pregunté si le interesaba el trabajo. Me dijo, finalmente y después de muchos rodeos, que no. Que no, man. Se vino hasta acá, me hizo perder tiempo y me dijo que no. Increíble. La dejé ahí y me fui enojadísima a llamar a Mary, una señora con la que hablé ayer y que pensé que quería trabajar pero no, era para su sobrina: Jacoba. También increíble. Jacoba. Nunca jamás lo había escuchado. Me dijo que tiene 17 años. ¡Y me pidió que no la deje salir! Que mejor se vaya a pasear un rato los domingos a la mañana y que vuelva a la tarde. Dios mío. Para que no ande por ahí. En fin. Mi pensamiento retrógrado es, si Jose no hubiera andado por ahí...estoy para la Liga de madres de familia. O el Opus. Bueh. Terrible.

Ahora horneo galletas, espero una visita, superviso los ejercicios de ruti de mi hija y terminé de lavar los platos. Jose con panzota no quiero que haga demasiado, tampoco me hace demasiado caso.

Veremos, veremos. Tengo otras cosas en mente pero después desarrollo.
Así de domésticas las cosas. Once again.

2 comentarios:

LA RUSI RELOADED dijo...

el viernes platicamos, pero creo que hay algo que podemos hacer juntas con tiempo y ganas y puede estar muy bueno. Besos

Chica eléctrica dijo...

jaja, en mi casa trabajaba una chica que se llamaba Luzmarina, así todo junto, fue a la que más quise. después otra que se llamaba Jorgelina, pero se hacía llamar Jackie, y ahora Rita.