miércoles, 31 de agosto de 2011

loca, loca, loca

Cuando no trabajo me rayo mal. Es un problema grave que tengo, una patología ridícula e infantil pero a la que no pienso dedicarle energía para curar. Todo no se puede. Ayer fue un día de esos infames. Cuando marido se acercó a darme beso, después de que le mandara chat pidiéndole que por favor llegara temprano, empecé a llorar angustiadísima. Los chicos estuvieron insoportables y no se dormían. El clima horrible. Salí para el endodoncista y a la altura del politécnico me volví porque el tráfico estaba imposible. Los diarios de SS (Maggie! Sí los estoy leyendo y me copan aunque tengan esa pátina de censura del hijo) no me estarían pegando bien. Bueno, nada me pega del todo bien. Extraño Buenos Aires y no solo tener nombre propio, que es una de las virtudes (y defectos) que tiene la ciudad (el anonimato para alguien tan fóbico y narciso como yo funciona doblemente como condena y liberación) sino principalmente la libertad de ser peatón, de usar la caminata como medio de transporte (plis que nadie salte a decirme que si viviera en la ciudad propiamente dicha sería distinto, a esta altura todos sabemos el por qué de mi exilio suburbano y, además, en México caminar no es una opción como en Bs As).

En fin. También extraño a padres y hermanos. Y extraño mucho ir a un bar a tomar un café con leche, leer el diario en papel, hablar con la gente. Sonreír. En realidad, ahora que pienso, hoy le sonreí a una señora de zumba que se me acercó a preguntar, bah, a aseverar que yo no era de acá. Nadie puede querer tirarme la buena en esa circunstancia. Pero la señora sí. No le importó que tuviera mi peinado extraño, ni mis anteojos ni ropa exclusivamente negra excepto las zapatillas con cordones amarillos.

Tardé mil horas en hacer la compra del super. Mientras elijo decenas de kilos de fruta y verdura me pregunto cómo fue que me volví así, así digo de comprar comida saludable, de hacer tanto ejercicio físico y de estar convencida de que es el único modo de vida válido. Apa.

En fin. No sé. Tengo sueño y un hastío basal. Me voy a deprimir con Susan.
Así las cosas.

martes, 30 de agosto de 2011

mi pequeño punga

la foto.JPG

de por qué siempre supe que no iba a ser una intelectual

No estudié Psicología porque madre no me dejó, no estudié Sociología porque me parecía una carrera demasiado fácil y menor, no estudié Filosofía porque consideré que iba a terminar enloqueciendo y creo que tuve razón. Dejé la primer semana del CBC de Derecho porque mis compañeros me resultaron infradotados y porque la visita a tribunales con una empleada de padre me desalentó para siempre. Entonces volví a la analista, que era bastante imbécil y no creo que haya ayudado demasiado, y también volví  al colegio, a rogarle a Sanguinetti que me dejara reincorporarme aunque las clases ya habían empezado. Por qué mis padres no me dijeron que no daba que fuera a esa entrevista con un jean con un agujero en el culo es un misterio. 

Como ese primer cuatrimestre todavía no sabía qué iba a estudiar (ojalá hubiera entendido algo de matemáticas porque la economía me parece una gran disciplina) decidí anotarme en alemán en el laboratorio de idiomas. Entonces seguía con inglés, piano y le sumaba alemán para continuar con el régimen de sobreocupación al que madre me había acostumbrado desde la infancia. Pero no entendía nada. De hecho, al margen de que en el segundo cuatrimestre, cuando no sé bien por qué me decidí por Letras,  tenía que cursar Filosofía y Semiología además de IPC y Sociedad y Estado, y estaba sobreocupada académicamente (más todas las materias del colegio) dejé sin pensarlo dos veces. El resultado fue nulo: no sé decir ni una oración. Ni siquiera puedo contar bien hasta diez.

Después, cuando ya laburaba en Los Inrocks, intenté con francés (también cursé dos niveles de lecto comprensión en la facu sin éxito porque al final rendí inglés y portugués libre). Iba al laboratorio dos veces por semana a las 8am en un acto de arrojo impensado para tener 21 años y salir como salía. De todas maneras, tampoco funcionó. No puedo leer en lengua original excepto que sea inglés y solo por trabajo porque si no me da una paja atómica.

Por otro lado, debería haber hecho Lingüística pero cuando me di cuenta ya era tarde, había optado por Teoría porque básicamente podías cursar casi cualquier cosa de cualquier carrera de la facultad y de otras facultades. Yo opté por Filo Antigua que nunca rendí y por Contemporánea que era promocionable. Además de la materia de Gonzáles de Sociales, a la que asistí dos veces e igual presenté un trabajo reciclado de un seminario de Vitagliano (de todas maneras lo había escrito yo). No sé por qué no hice Medieval y Moderna. Nada me gustaría más que poder cursarlas ahora. También cursé todas las Lingüísticas que no implicaban aprender a diferenciar fricativas de bilabiales y asuntos semejantes porque me era imposible. Pero la hecatombe real fue cuando me reprobaron dos veces Española II (injustamente ambas) y me arruinaron el promedio para siempre. Aunque, el verdadero trasfondo de todo es que en realidad solo pensaba en coger y así es imposible llegar a nada.

Por cierto, del docente de Contemporánea me enamoré (no puedo reponer su apellido, era petiso y gordo) pero no sé por qué no me dio bola, teníamos unos intercambios medio extraños y recuerdo que me decía Shylock por el mercader de Venecia. Un día me invitó a comer una pizza y me emborraché con cerveza. Chiquita... Solo recuerdo a Bergson dentro de los autores del programa (y creo que Simmel).

En fin. Ojalá hubiera sido seria como Susan Sontag pero resulté un muppet y aquí estoy.
Así las cosas.

repuntada

Hoy, porque sí o porque no vale la pena no estar bien, volví a la alegría. A pesar de un sueño basal, inherente a mí los últimos meses. No puedo dormir muchas horas seguidas profundamente y no sé bien por qué. No importa.
Ayer a la noche, después de bañar niños y mientras terminaban de cenar llegó marido y sentí un sosiego desconocido. Los chicos vieron un rato más de peli hasta las 8pm mientras marido trabajaba en el sillón y yo empezaba Renacida, los diarios de Susan Sontag, que me hubiera quedado leyendo muy tranquila pero tuve que ir a mini customizarme y salimos para buscar a Pepo y Raul en el Condesa DF y de ahí ir al Rosetta. Definitivamente es un lugar sobrevaluado. Bueno, las tres veces que fui comí pastas pero no son nada del otro mundo. Ayer pedí los ravioles de queso de cabra con tomatitos cherry y albahca y estaban mediocres. No probé el carpaccio pero las croquetas de arroz con azafrán no decían nada. Tampoco probé el postre y evité tomar vino aunque una copita me hubiera sentado genial. Durante los trayectos de ida y vuelta me reí mucho con marido. A veces me olvido de cuánto podemos divertirnos juntos. Hitazo. Y eso que el shuffle del ipod de marido no caza balón, musicaliza pésimo. Eso sí: paso la prueba de adivinar los temas escuchando solo los comienzos. A marido le copa.

Antes de dormir tuvimos una lucha que no terminó muy bien, marido no entiende cuando digo no seriamente pero el sueño todo lo borra. Se despertó él con el Coco porque quería salir temprano a la oficina (?), yo a las 8 salté de la cama para arreglar a Tita, cambiar a Milo y armarles los lunch porque Luzma se había ido al médico. No fue una mañana fácil. Después 50 de elíptica (quise hacer una hora pero no aguanté), sauna, super y buscar al baby que primero se quedó llorando en la guardería pero a los 30 segundos (esperé afuera de la puerta) se calmó y cuando llegó Silvi estaba feliz jugando (me mandó mensajito avisándome, divina).

En fin. A las 5pm tengo endodoncista en la condesa, un clavo remachado.
Así las cosas.

lunes, 29 de agosto de 2011

de todas formas, duró bastante

La felicidad, digo. Esa paz que supe macerar y se volvió dulce y sentadora durante semanas para ahora haberse evaporado con la misma delicadeza con la que llegó. A la mañana, en el sauna, un poco alunada, intenté reconstruir cuál era el factor tormentoso con el cual convivía de más chica pero no pude definirlo. Unas horas después, lo reviví. No está bueno. Antes, igual, era peor. Constante e intenso no me dejaba vivir.

Ayer a la mañana leí un par de artículos de diarios varios, pasé a buscar a Luli con las girls y nos fuimos al teatro. Por el corte de Reforma casi casi nos bajamos pero por suerte Guille insistió, estacionamos a un par de cuadras y caminamos. Llegamos justo. El teatro y yo nunca comulgamos. Entiendo lo importante del extrañamiento, del hecho teatral, etcétera, etcétera pero cuando estoy ahí me cuelgo, pienso en las cosas que pienso cuando me voy a dormir, me voy. A los chicos les copó y eso es lo único importante. Marido jugó tenis y los varones no sé qué hicieron en el club. Después fuimos a lo de los chicos a comernos una paella los cuatro, yo exageré un poco con el vino porque estaba muy rico y marido se tomó casi solo dos botellas de sidra de verdad que compró especialmente para maridar. De postre chocos de Oxxo, que compré como si tuviera quince y me hubieran dado vía libre para hacer lo que quisiera. Simi se había ido a lo de Lau y Walter y como estábamos en los dos coches, marido se fue con los chicos y yo me vine a casa a seguir leyendo diarios. Arreglamos todo para hoy a la mañana, les dimos algo de comer, baños y a dormir. Aunque les costó. Entrar en ritmo escolar no es lo más fácil del mundo. Para ninguno. A pesar de que casi forcé a marido a garchar y de que después me tragué un tylenol pm, dormí poco y muy mal. A las 6.30am sonó el despertador y yo estaba despierta hacia rato.

Cuando en agosto del 94 nos mudamos a Las Heras, dejé de tomarme el subte y pasé a ir al colegio en el 10, que paraba exactamente en la puerta de mi casa. A las 6.50am sonaba el despertador y a las 7.10 estaba en la parada. A las 7.40 sonaba el timbre. Siempre fui rápida. En el 96 terminé sexto y lo que más me alegró fue la certeza de saber que por un larguísimo tiempo no iba a madrugar más. Claro que de larguísimo no tuvo nada porque lo que realmente te cambia la maternidad es el sueño pero ese es otro tema. Despaché a Coco y Milo hizo algún pequeño escándalo pero después volvió a dormirse a mi lado en el piso.

Ah, en la semana en la que supe que estaba embarazada de Simón me preocuparon dos cosas: 1. a qué colegio iba a ir.
2. cuándo era que tenía que embarazarme del segundo para que tuvieran máximo 3 años de diferencia.
El día fue eterno.

Jamás entendí por qué alguien puede pensar que soy una persona relajada. No peinarse no implica nada más que: no peinarse. Por ejemplo.

Lo de la guardería al final estuvo bien, Milo salió contento y con ganas de volver mañana. La tarde fue bastante infame. O me cae trabajo pronto o enloquezco. Por suerte tenemos repentina cena semi laboral en Rosetta, marido viene a buscarme e iremos juntos. Respiro hastío y ganas de regalar algún hijo.

Chau contentez, hola realidad.

En fin.
Así las cosas.

México vida cotidiana y alienación

Llego y llama Gaby y me cuenta que balearon a un camión de un colegio por acá cerca, en La Herradura y solo pienso en salir corriendo. Mientras estaba arriba de la elíptica se me hizo un nudo viendo las palomas blancas y los globos que se soltaron en el estadio de fútbol de Monterrey. Ya tenía un nudo previo porque dejé llorando a Camilo en la guardería, que no me gustó nada y no solo porque al entrar vi la cruz gigantesca y pregunté si daban religión y la dueña me contestó cuasi indignada que eran católicos y que les hablaban a los nenes de Jesús y la virgen y yo me angustié pero también pensé, por primera vez en mi vida: qué me importa. Pero después, en la ducha, me pregunté por qué carajo no puedo ser una madre más (aunque desentone por definición) de cualquier colegio pseudo progre, lleno de matrimonios mixtos con veleidades arty intelectuales que quieren mandar a sus hijos al CNBA o a la ORT y se debaten entre la austeridad y lo libros y las casas con jardín y la ropa de diseño. Ya tomé distancia, ya sé lo que es la lucha, abrí el horizonte, conocí gente nueva, viví de todo un poco, viajé. Es válido querer ser uno más. Amalgamarse a esa masa informe pretensiosa y sutil a la que pertenecemos con o sin voluntad. La panza no se me desenrosca. Todo lo demás ya no tiene sentido.

Después sigo.
Así de espantosas las cosas.

domingo, 28 de agosto de 2011

no beberás los sábados por la tarde (o sí)

Llegué mareada y nauseabunda. Fue una tarde larga en el jardín, comimos mucho y riquísimo y yo bebí primero vino y después crema de mezcal, igual de deli que peligrosa. Los miles de niños jugaron contentos y tranquilos, Fer y Guille se pasan de relajados y buena onda (yo sufro un poco cuando hay tanto menor haciendo kilombo en mi casa) y nos reímos y seguimos comiendo y charlando durante cuatro mil horas. Pero... me tuve que meter en la camuch sin siquiera poder abrir una página. Marido le hizo una keka a Tita que se despertó y yo ya estaba desenchufada cuando alunizó a mi lado.

¿Cuándo aprenderé que calladita me veo más bonita? No discutirás sobre política con nadie y menos con pibes. Julieta: una vez más, plis llamate al silencio. ¿Es tanto pedir? Marido me tira a los leones sin culpa. En fin. Fumé mucho tabaco y dormí bien durante nueve horas.

Tengo mil diarios por leer pero no demasiado tiempo. Me levanté super pilas y decidí que como marido iba a jugar tenis, yo llevaría a los chicos al teatro. Simón se bajó y Milo también, prefirieron ir con el padre al club por lo cual Tita está acá al lado mío, tiradas en la cama, ambas empiyamadas, ya desayunamos y en breve vamos a bañarnos, hacer la cama y salir hacia el Centro Cultural del Bosque. Está bien hacer cosas. Ya dije que la dimensión fáctica salva a a las almas grises. Y yo tengo una de esas. También pegó la sugerencia de hacer cine club los viernes. Me recontra copa. Mirar pelis sabemos que es uno de mis planes ultra prefes y con vino, quesos y panes y amigos me parece un hitazo.

Eso sí: extraño Buenos Aires, no te creas, eh.

En fin. La vida no me da para todo.
Así las cosas, chicos.

sábado, 27 de agosto de 2011

sobre el comfort, los humanos, la amistad y esas cosas

Llego de buscar a Simi en lo de su amiga Ximena, donde se quedó a dormir porque era el cumple e invitó cinco amigos. Estaba feliz. Juntos fuimos al City Market, me cuenta cosas, tranquilo, contento de verme. Hablamos sobre el IVA, le explico lo que es (como puedo), después le explico lo que son los impuestos en general y me sorprendo porque sabe perfectamente lo que es el porcentaje. Guau. Marido se llevó a Milo al club porque ambos quisieron y Tita sigue en lo de Lu, nos encontraremos directamente en el asado. Se respira paz aunque la casa es un caos. Luzma se fue temprano y nadie vino en su lugar. No importa. Tengo que hacer ensaladas, quiero escuchar música. Esta plenitud me sienta.

Marido hizo pizzas mientras yo leía tirada en la cama, después de bañar baby (ya no more baby, claro, pero eternamente baby para mí). Comimos mirando una peli bastante mala pero llevadera y nos dormimos a eso de las 12.30.

Excursus. Hijo mayor llora desconsolado porque ayer le destruyeron el avión y aeropuerto de Lego mientras él no estaba. Intento tranquilizarlo y razonar pero no hay mucho caso, se enoja conmigo. Entiendo que lidiar con las frustraciones de los hijos es un imposible y de acá en adelante seguramente todo sea peor. Yo no fui fácil. Para nada. Presumo que sigo sin serlo.

Antes de dormirme pensé en la impostación, el esnobismo, la pretensión y un montón de actitudes que hace mucho me quedan lejos. Nada me interesa menos que parecer algo que no soy. ¿Cómo hace la gente para sostener una imagen construida? También pensé en el comfort de ciertas relaciones, en la comodidad de que el otro entienda quién sos y que no tenga que ver con el tiempo. Joy es una de esas personas con las cuales yo soy yo y fluyo. Estos días me estuve acordando de cuando éramos chicas y pasábamos mucho tiempo juntas, cada una haciendo un poco lo suyo, en Ugarte, después de salir y vaciar la heladera a fuerza de bajones, dormíamos ahí y al día siguiente estudiábamos, fumábamos mucho tabaco, comíamos en familia y cada una seguía su día. Valoro mucho el poder estar con alguien sin necesidad de interactuar.

Con marido pasamos la mañana en la cama. Milo iba y venía haciéndonos comida mientras nosotros nos poníamos al día, abrazados, entrelazados, contentos. Después desayunamos y yo no pude hacer deporte. Todo no se puede, me repito. Prefiero que no me alcance el tiempo a tener la sensación de que me sobra. Lo que me sobra ahora es energía. Copado.

Hay más cosas, muchas siempre, dando vueltas. Hay una sensación de alegría y estabilidad. No hay mucho sol pero sí una temperatura agradable. Hay una familia sólida que es la que armé. Hola mundo: estoy feliz.

En fin.
Así las cosas.

viernes, 26 de agosto de 2011

soy mi propia sombra

Llegar de un viaje genera una sensación rarísima y yo últimamente me la paso llegando. Escucho a Tita que se baja del camión, estoy dormida, ralentada. Desacostumbrada. El saldo de todo es positivo, no solo que la pasé super sino que llegué y veo todo genial. La heladera está llena de comida sana, los chicos tranquilos, marido contento de tenerme acá. Viajé con una manada gigante de judíos religiosos, algunos argentinos y otros mexicanos. Por momentos no podía dejar de mirarlos y de pensar que me siento mucho más cercana a la gente del Opus que a ellos. Por otro lado, está clarísimo que los del Opus garchan mucho más porque los doblan en hijos, nunca sé si es real eso de que solo cogen los viernes. Algo de tener todos los hijos que la vida te da me parece tentandor, no por el tema de la fe, claramente, sino por la idea de dejar ser a la naturaleza. No derramarás tu simiente en vano, ahá.

Por lo demás, mmmmmmmmmmm. Acá, qué se yo. El tema mudanza/reforma me hiper estresa y el no tener definido a dónde vamos a ir, todavía más. Todo el tiempo me choco contra la pared y me parece tristísimo. Gente copada ¿dónde está?

No pude tirarme en uno de tres asientos aunque el avión estaba semi vacío porque ya estaban todos copados. Vi una película malísima de abogados, comí como una cerda (no sé qué me pasa) y en un momento de la madrugada agarré un vaso de jugo de naranja que me ofrecieron y me agujereé el estómago de la manera más vil. De todas maneras el viaje fluyó. Migraciones fluyó. Las valijas tardaron, pedí un taxi, caminé con mi carrito y me trajo una señora taxista mientras yo dormitaba. Una vez acá me puse un camisón y me escurrí en la cama después de exiliar a Milo que, como su hermana, dormía con marido. En algún momento garchamos, abrieron las valijas y les di los mini regalos. Marido se copó con el pantalón de corderoy y la billetera. Bien ahí.

Pero no reacciono. Vuelvo a la cama un ratito. No soy yo. Simón se fue a lo de Xime que era el cumple y se queda a dormir, vino a darme un beso y a decirme "hasta mañana".

Y no mucho más. No hay sol, Camilo no para de hablar y la vida es un discurrir sin mayor sentido.

Así las cosas.

jueves, 25 de agosto de 2011

despidiéndome desde el amex

Lo bueno de irse contento es que uno no se entristece. Y lo bueno de irse sin hijos es que tengo ganas de verlos así que no sufro por dejar Buenos Aires. Estoy en el lounge de la platino, tuve que luchar con el wi fi y las nabas de la recepción dicen que es un problema del aeropuerto, que se va y viene. No me queda demasiado tiempo. Tuve cosas que hacer a la mañana además de terminar las valijas, paseé con madre un ratito por el Paseo Alcorta, compartimos un sándwich de salmón, y me trajo a Ezeiza. Todo como muy fluido. Los porteños me parecen simpatiquísimos y amables y lo digo muy en serio. El del mostrador de Lan vio mi gesto cuando pesé una de las valijas y me dijo: "no te preocupes, no te voy a cobrar nada". El policía de la puerta no se quejó cuando madre le pidió dejar el coche para poder ir al baño y la cajera de Carrefour era la misma de cuando yo iba, hace diez años.
Por cierto, me clavé un café con leche con medialunas y ahora me doy cuenta de que es el cuarto del día. Pienso si habrá alguna relación entre la enorme cantidad de cafeína que consumo acá y mis problemas para dormir. No lo sé.
Amé a mis hermanos, hicimos karaoke una noche, ayer cenamos todos juntos hablando de política internacional y alguna otra cosa seria mechada con chistes muy graciosos. Tengo una familia compleja pero bastante genial. Creo que eso no es muy común. Nos reímos siempre mucho mucho y son de mis personas preferidas del mundo aunque no se note del todo. Yo soy una persona difícil para algunas cosas, lo admito. Pero para muchas otras son increíblemente fácil y dúctil. Hice tantas cosas que no puedo enumerarlas. Vi a mucha gente pero a mucha no la vi o la vi poco y me quedé con las ganas. En diciembre volveremos con tiempo. En septiembre marido viene ocho días. A veces siento que mudarnos sería una pavada y otras me resulta impensable. Bueno: ese subibaja emocional es mi vida por temporadas. Me voy a comprar las Inrocks y a esperar el embarque en la puerta. El pibe de Lan, además, ahora que pienso, también me cambió el asiento del segundo tramo por otro mucho más adelante. Un genio.

Estoy contenta, chicos. Muy tranquila y pasándola bien. Ojalá dure mucho.

Así las cosas.

yéndome

Es obvio que no tuve tiempo de escribir. Qué raro, lo sé. Pero es cierto. Menos de una semana en Buenos Aires, con mi hermana mayor en la ciudad y muchos eventos lo hizo imposible. El saldo fue muy positivo aunque hubo un día, como siempre, en el que me quise volver. El pozo de aire gigante en el que le lloré a un par de pesonas por teléfono. Hablar por teléfono, una vez que me acostumbro a que existe como posibilidad, me rencontra copa. En México hablo solo con Domi y por ahí ahora con Lu un touch. Antes hablaba a veces con Xime y con Marian. Tengo que mentalizarme y pensar que va a estar todo bien, es como ir a otra dimensión pero es mi dimensión hace muchos años. Y como pienso siempre (y lo decimos con Domi) no sé si acá soy capaz de ser feliz. Igual: tendré que probarlo en algún momento. No sé. Es todo muy confuso. Tengo que terminar la valija, Domi tiene que traer las cosas que le llevo, bañarme, desayunar, vestirme e ir al centro centro (bah, creo que eso ya es Constituta...). Si tuviera que describir todo lo que hice y las emociones que sentí, me quedaría escribiendo hasta mañana. Con mi piyama de Alicia, sentada en la alfombra del cuarto en el que me retrotraigo quince años y soy hija, no termino de entender qué siento en general y con respecto a todo.

Y en México...bueno, me espera el despertador a las 6.40am, llevar y traer y esos etcéteras malísimos. Pero también marido, a quien extraño siempre y los tres cachorros que increíblemente no son nada felices sin mí. Ayer, hablando en el almuerzo oriental con Joy se me reactivó la certeza de todo el esfuerzo que hacemos los que vivimos afuera para sostener nuestras estructuras. Solos bancamos todo y no hay un minuto de respiro, nadie te arma ni los programas, ni te salva si te sentís mal, ni te manda comida, ni nada de nada. Estamos todos en la misma y hay que remar. Creeme que es muy agotador. Cuando pienso que estoy en este barco desde tan joven se me cae el cansancio existencial como un menhir.

Bueno chicos, los veo en Méx. El avión sale a las 6.10pm y llega ahí a las 4am. No, no va nadie a buscarme. Re triste.

Así las cosas.

domingo, 21 de agosto de 2011

INT. Bs As. Día

Estoy tirada en la cama de Joy mientras ella le da la mamadera a Juana. Yo le di la papilla en un acto de arrojo (creo que no muchas veces le di de comer a Camilo pero ya ni me acuerdo, a los otros dos sí), me duele la garganta, vengo durmiendo muy pocas horas y a cada rato me doy más cuenta de que soy un ET. Hay pocos cielos tan límpidos y hermosos como el porteño. Ese color intenso, diáfano, con ese aire invernal puro no se consigue en México. Igual, me pega todo raro, no termino de hallarme, soy realmente una extranjera en mi tierra. Y: a todo el mundo le veo cara conocida. Cualquiera.

Hice una siesta después del almuerzo de ayer, me customicé un poco y bajé al festejo de la abuela. Mucha gente, muchos primos desconocidos, mucha comida. Una pareja que cantaba y nosotros cuatro, bueno, las tres mujeres haciendo SHOW. Somos impresentables, tal es así que hasta a la abuela le dimos vergüenza: imaginate. Mercedes, mi prima, cantó grosso (es cantate lírica) y cuando ya todo estaba terminando, un primo (ponele, el parentesco no me lo sé muy bien) se cayó de la escalera medio mamado y parecía frito. Pero no. Vino el SAME y al final no sé si lo internaron o no pero yo me re customicé más abrigada y me fui a un cumple en el que estaba la Shama con su amiga Juli. Charlamos un rato, comimos pastel y nos fuimos a una fiesta. Entretanto, padres me preguntaban si tenía plata, llaves, dijeron que me tomara radiotaxi y que no volviera tarde. Un chiste todo. Padre el día anterior me esperó despierto (??????) y yo, lo peor, es que hay un punto en el que lo entiendo, dormir sola en lo de tus padres te retrotrae a una época que no tiene nada que ver con mi presente y un poco me siento como de veinte. La fiesta era malísima, sonaba Manu Chao y Los Cadillacs y la gente parecía joven aunque la luz no te dejaba ver bien. A las 2 y cacho me rescaté y me fui a dormir.

Bueh, Joy terminó de dormir bebis así que me pongo a tomar mate. Después me voy a fundación PROA con padres y después leo.

Así las cosas.

sábado, 20 de agosto de 2011

Bs As la rockea grosso





Fui de compras con Domi y madre, comí en The food factory con el kinder, Ela, padres y Lara y estoy en un estado calamitoso porque casi no dormí por lo cual: no voy a desarrollar. Pero... claramente Bs As me sienta cuando vengo así. No sé en el largo plazo. Sigo feliz aunque con un sueño imposible. Acá con mi hermi, los dos de gris.

Así de porteñas las cosas.

jueves, 18 de agosto de 2011

a horas nomás

Quería ir al gym, hacer ejercicio y, además, traerme las cremas que tengo allá pero no llegué. Hice la valija tranquila, mientras Luzma y los varones se habían ido al super caminando. Hay pronóstico de frío polar y no lo puedo creer. Pensé que ya iba a estar al menos templando pero no, para nada. Frío del orto. Uno no puede ser lindo con frío. Ni estar bien vestido. Ni ponerle tanta onda como cuando hace calor. Además de que no tengo ropa adecuada. Llego, me busca padre, me baño y me voy con madre de compras. Tengo la agenda bookeadísima hasta el miércoles al mediodía. Soy feliz.

Ayer a la tarde vinieron las chicas con los mil kids. No se puede creer la cantidad de gente que se puede juntar. Comimos todo lo que había (somos aspiradoras!) y charlamos sin parar, salimos un rato al parque (yo creo que la próxima hay que hacer pic nic directo, la acústica de mi casa no ayuda) y después me quedé charlando un ratito con María y José en el parque. Marido llegó tarde, cansado y ya un poco fastidiado porque me voy. La arquitecta llegó tarde respecto de lo que debía encontrándome en un estado deplorable. Milo y Simón no paraban de dar vueltas, hablar y/o estarme encima y yo solo podía pensar en meterme en la cama, cosa que hice después de comer unas tostaditas con brie, salmón que hizo marido rápido y unos champi enteros saltaditos. Marido vino a la cama, medio témpano pero no me importó demasiado porque me dormí rápido.


Fui al colegio a comprar uniformes y libros, Luli me hizo reír tratando mal a una argenta medio naba. Llegó Xime. Los veo en el Amex.

Así las cosas!

miércoles, 17 de agosto de 2011

10 años 10

Estaba nublado, de eso me acuerdo, de la pollera de Trosman Churba rosa y blanca, la musculosa de algodón de Chocolate, las botas negras también de Chocolate que sigo usando y el saquito rosa con lentejuelas de Jazmín que, como el resto, guardo en mi placard, también. De los sentimientos: poco. Sé que lloré cuando vi que padre lloraba, tengo la vaga imagen de que había mucha mucha gente y sé que nos pusimos las alianzas en ese momento (había sido un tema álgido, un malentendido hizo que fueran de oro blanco, clásicas, anodinas y que a ninguno de los dos les gustaran pero creo que llevan bien el paso de los años) y no me la saqué nunca más (una vez puede ser embarazada por la hinchazón pero nada más). Después del registro civil de Palermo nos fuimos a lo de padres y las chicas (era un grupo extendidísimo) nos rodearon y nos dieron nuestro regalo: un fin de semana en Colonia (que fungió como la única luna de miel) y la noche de bodas en unas suites. Hicieron todo un show de entegra, éramos jóvenes y pilas.

Amo a Diego mucho más que entonces y lo digo seriamente. Pasamos los años más intensos, atormentados, felices, desgarradores, difíciles, duros, extremos y un montón de otros etcéteras pero logramos armar una familia alucinante y una pareja sólida y contenta. Durante años parecíamos estar constantemente al borde de la separación pero logramos pilotearla. Es, sin lugar a dudas, el hombre de mi vida. Es la persona con la que quiero estar por siempre y este es, para mí, nuestro mejor momento. El abrazo matinal sigue siendo lo que le da sentido al día. Soy la persona que quiero ser y no sé quién sería sin él.

En fin. Perdón este dejarme ser amoroso pero no se cumplen diez años de casados todos los días.

Por lo demás, estoy rota. Tuvimos cena con ricos y famosos en La capital. Después pasamos por Patagonia y parecimos populares, no sé cómo ni por qué nos encontramos conocidos un martes a la medianoche. Dormí poco y mal y todavía tengo que ir al super a hacer una compra importante antes de irme (además de temas capilares antes en el club). A la tarde merienda de madres y a la noche, después de ver a la arquitecta, marido quiere cenar pero yo estoy intentando slalomearlo. Dos noches seguidas no puedo comer ni acostarme tarde. Necesito un break.


En fin, chicos.

Estoy asquerosamente contenta y en paz pero también segura de que el cinismo volverá con fuerza (no, mentira, siempre está eh, aunque no lo veamos).

Así las cosas.

martes, 16 de agosto de 2011

hago recreo

A la mañana le dejé un mensajito de feliz cumple a Mora en FB y ella me contestó que se llevaba a Fercha a filmar pero que la cuidaba y se ve que me quedó algo de eso rondando en la cabeza porque arriba de la elíptica, dándole durísimo, me acordé del día en que Mora le dijo a Fer que le regalaba a Santi con un moño (no sé si ellas los confirmarán o lo desmentirán) y me empecé a reír sola como una hiena. Y después, en pelotas en el sauna, pensando en cuánto quiero a Fer y cómo me alegra que todos la quieran y le vaya tan bien, me acordé de lo muy cualquiera que éramos de pendejas, cómo nos rateábamos a Oktubre (un par de veces pedimos sidra: SIDRA!!!!!!! a la diez de la mañana) en las clases de inglés y concatenado con eso se me vino el día en que, justamente con Mora, fumé por primera vez (tabaco) en el baño de El Molino, en una fiesta del cole. Dios: hablo del año 92. Tenía catorce y Fer me acusaba de que fumaba para hacerme la canchera (obviamente tenía razón, ¿para qué fuma si no una nena de catorce???) y después, en quinto, cuando todas menos Cris fumaban me ocultó que ella también por todo lo que me había cagado a pedos un par de años antes. Fue la historia de nuestra relación: ella era una suerte de voz de la conciencia que después un poco hacía todo lo mismo (medio que fui trend setter en el derrape). Así y todo, le sigo amando, veinte años después de hacernos amigas y lamento mucho, a la vez de alegrarme, que no esté ahora que voy. Igual, ahora está siempre y eso me deja muy tranquila.

Por lo demás, estoy taaaaaaan contenta y exultante que temo el momento de la caída porque voy a hacer un cráter. Estaba en el coche con los tres, escuchando música que cantábamos todos, y sentí esa plenitud del plexo solar, y la seguí sintiendo cuando fuimos al Antara y en el pediatra y a la vuelta y pienso en todo lo que voy a hacer en Bs As y en lo bien que la paso últimamente y en todos los años duros que vivimos y...bueno, eso: medio que soy feliz y lo aprovecho.

Después de este vergonzoso momento kodak creo que me voy a hacer un café para seguir trabajando y llegar al dead line.

Así las cosas, chicos.

del amor

El día de ayer fue eterno. Los chicos gritaban y se peleaban en casa con Feli y Juana. Hice una hora de elíptica, sauna, baño, revisión de laburo, lectura atrasada de libro más comentarios escuetos, comedia romántica en Cuevana y una cierta melancolía basal, sin fundamentos, que se me colaba por todos lados. Lo peor: tampoco quería hablar mucho con nadie. Llamaron un par de personas y no me extendí, estaba compenetrada con esa pequeña miseria. Después fui a comprar algo enorme al Magnocentro, pasé por el City y compré ravioles y queso Oaxaca artesanal, paseé un poco por sus conchetísimas góndolas, probé quesos y unas masas (re desubicadas, se supone que no comemos por BA) y me volví a que los niños siguieran quemándome el bocho.
Les cuesta dormirse, no los aguanto más y a la vez, la perspectiva de levantarme 6.40am tampoco es muy alentadora. La vida es ese cúmulo de pequeños dilemas. Marido llegó tarde, había intentado leer el mismo libro que intento hace más de tres meses pero a la media página me da sueño. Llegó amoroso, a besuquearme y me dijo:
-Hoy hablé mucho de vos.
-Ah ¿sí? ¿Y qué dijiste?
-Todas cosas lindas.
-¿Tipo?
Obvio que no me contestó pero me dijo que nunca más jodiera con eso de que no me deje, que él es el que debería decirme eso (?). Había estado hablando sobre el amor y la vejez y parece que reconfirmó internamente que soy la mujer de su vida. Mientras bajaba a buscarse algo de comer, me quedé pensando en las personas a quienes se les escapa el amor de su vida. Dijo algo sobre alguien que siempre idealizaba el afuera y pensé, una vez más, qué sabia fui cuando lo conocí a él, cómo entendí que si lo dejaba ir tal vez nunca más fuera a enarmorarme ni nadie fuera a enamorarse de mí así (aunque marido niegue que en esa época cayó como un chorlo). Cuando volvió, y después de comer, le pregunté ¿cogemos? Al final siempre se copa y amo eso de él. El amor y el sexo sí van de la mano, es una realidad innegable: cuanto más enamorado te sentís, más ganas de garchar te dan. Ojo que también uno a veces garcha por inercia pero estamos hablando del lado A.

Por lo demás: ahora gym, después pasar por laburo con los tres chicos, ir al pediatra (a Tita nunca la llevé oficialmente acá...rarísimo), trabajar, después ver si llego a merendar a lo de Ile.

En fin.
Así las cosas.

Acá leo el domingo



Gracias a mi amada coachie.
¡Vayan!

lunes, 15 de agosto de 2011

parece ridículo hablar de cualquier otra cosa

Cristina ganó con el 50% de los votos. Y se hizo realidad: la mitad más uno. Así como en la vida me copa hablar de política, en el blog me da hueva. Dejamos acá. Más de la mitad del país está muy contenta y ese sí que es un hito.

Por lo demás, no había entradas para las 3.40pm por lo cual tuvimos que hacer una hora de tiempo. Llevé a los cuatro (que incluía a Feli y a Juana), compré un bote de palomitas de mantequilla y otro de acarameladas (del cual comí una gran cantidad mientras leía tuiter, esperando) y después dormí en profundidad la primera media hora de la peli. Creo que es simpática, a los chicos les gustó y a mí me arrulló amablemente. Marido llegó antes de las 9, comimos unos sandwichitos de parados y después vimos una peli livianísima con Cameron Díaz de quien no dejó de decir lo "divina" que es. Primero pensé que si le diera bola lo dejaría que se la garchara y después me di cuenta de que no da ni un poco, ¿mirá si ella se enamora y el pibe me deja?

Bueh.

Hay situaciones que me enroscan, en la vida en general y situaciones que me fluyen. Por ejemplo, nunca me hice mayor problema por la crianza de mis hijos. Con esto no quiero decir que no lo haga a conciencia o que no sea autocrítica (lo soy y mucho) pero... no es el tema que me llena la cabeza (aunque probablemente haga muy mal). A las 12.30 tenemos pediatra. Nunca llevé a los tres juntos. Ahora me voy a ir al gym y después pasaré a buscarlos. Marido se fue temprano, le extraño bastante. Gusto de que nos ríamos mucho juntos.

El jueves a la noche parto a Bs As y me falta hacer de todo. Los chicos no paran de pelearse, un plomazo.

En fin. No mucho más.
Así las cosas.

domingo, 14 de agosto de 2011

domingo, elecciones, sol, México, trabajo

Hoy no me importa estar lejos aunque iría feliz a votar a Binner (sobame la veda). También iría feliz después a esperar resultados a lo de padres o semejante pero es algo que me resulta ya tan lejano que no me deprime. Luzma acaba de irse con los tres chicos a pasear por el fraccionamiento (tienen un perro amigo con Milo que se llama Emiliano y se dedican a buscarlo) mientras yo decido si: tomar otra café, cambiarme e ir a hacer gym o seguir trabajando como lo venía haciendo. Voy a llegar bien por lo cual me bajó la angustia. Además, el libro es muy liviano y entretenido (político). Despertar garchando me pega bien. Estoy de buen humor, pilas, contenta. Supongo que viajar el jueves ayuda. Todo fluye y mientras las cosas se dan así, yo lo aprovecho y lo disfruto. A la tarde llevaré a los kids a ver Los pitufos. Posiblemente sume a Feli y a Juana, María se estuvo quedando con los míos dos veces y en la vida hay que devolver.

Por lo demás: nada. Vinieron Mai y Gas a comer milanesas con unas papas rústicas y ensalada verde. Llegaron tarde y marido se tuvo que ir al ratich pero nos quedamos charlando. Después fui a la peluquería con Milo bajo la lluvia intensa y me sorprendí de que la señorita de la otra vez no solo me reconociera y se acordara de cómo uso las cejas (?) sino que además, me tuteara (no gusto, eh, prefiero siempre que me llamen de usted...me acostumbré). Al rato llegó Lisa a despedirse y mientras cambiana y maquillaba (apa, me volví adulta) le largué el mismo discurso que le tiro siempre, medio de autoayuda pero en el que creo positviamente: hay que ser feliz, vivir cada día con intensidad y no dejar de hacer nada que quieras hacer porque cada día que pasa no vuelve y no existe el rewind. Qué suerte que tengo a marido. Se fue hace un rato a laburar y no lo veré hasta la noche, es increíble cómo me acostumbré. Claro que tener a Luzma cambia todo.

Por cierto: mi propósito de ser tranquila y no hablar cayó por el barranco. Completamente sobria igual derrapo. Querida Julieta: hay que aprender a callar. Comimos mucho sushi y antes botana en lo de Maru y nos dormimos a eso de la 1.30am. Creo que estoy contenta porque finalmente logré horas seguidas de sueño.

Bueno, guys.
Así las cosich.


sábado, 13 de agosto de 2011

common people

Por alguna extraña razón, escuché este tema diez veces esta semana.

Otra vez casi no dormí. Estoy exhausta, cinco horas de sueño no sé cuántos días seguidos es insostenible. Además, hice una hora y media de zumba y no puedo parar de pensar. Ayer hablando con madre por skype, en tono jocoso dijimos que demostrar los sentimientos no es fino. Sabemos cómo es el tema chiste y qué hay detrás. Sí, un poco terrible. Y mientras iba al banco a sacar plata pensé en cuántas veces les dije a mis papás "te quiero" y contabilicé una a padre y dos a madre aprox. y con un pudor insostenible. Con hermich de vez en cuando nos mandamos un "te quiero mucho" por chat y es cuasi un evento. Yo a mis hijos les digo que los amos como mínimo una vez al día. A marido también. Ahí no me da nada nada de vergüenza, al contrario, me da ganas de gritarlo. Pero supongo que de repente se entienden algunas cosas.

Por ejemplo: la vida social. ¿Por qué si ya entendí que hay que beber alcohol para relajar no lo pongo en práctica? No, no es solo por no engordar. Es porque me gustan los tragos pero no el vino (me cae pésimo) ni el tequila solo. Entonces: no bebo. Y sufro un poco. Me acosté pensando en si mis amigas de Buenos Aires también están siempre en la línea de fuego pero no llegué a ninguna conclusión clara. Gustaría mucho de ser femenina, no pensar como varón, replegarme a la trinchera o al menos a la retaguardia y usar zapatos con taco (?). Además, a veces pienso que intimido y no está bueno. Marido me dijo ocho veces: qué graciosa es Lu. Y otras tres me contó otra anécdota. Eso mientras yo le manejaba el coche y lo amenazaba como no hice nunca antes. Hoy volvió a decirme lo mismo como si jamás lo hubiera enunciado. A los cincuenta me hago el harakiri con el apio a la vigésima vez que me cuente algo.

En fin.
Tengo que trabajar cuando me llegue el documento. Vienen Mai y Gas a buscar la cuna y algunos otros elementos de bebés. Marido tiene que trabajar a la tarde y a la noche tenemos cena.

Estoy estresada por el viaje. Tengo que dejar muchas cosas listas y me preocupan los chiquitines. Algo de culpa me da, el gen judío en algún lugar funciona. Quisiera que estuviera Domi en la ciudad, tengo que ir a la Roma a buscar la tarjeta de Marian y quiero pasar por American Apparel. Quisiera entrar en Mérida, besuquear a beboncha, saludar a Ramona y a Aracely, ponerle splenda al agua de jamaica que  toman amarguísima y hablar y reírnos y hablar y pensar que es como mi hermana menor. Ya sé qué la voy a ver en Bs As pero no es eso. Es acá.

Más en fin. Voy a bañarme acá porque Luzma se fue.

Así las cosas, chicos.

viernes, 12 de agosto de 2011

sobre insomnios, contracturas, maridos y mañanas

Recién pude dormirme a eso de las 2am, después de enchufarme un tylenol pm y de leer muchos artículos de suplementos culturales (no sé qué me anda pasando con los libros pero estamos teniendo poca empatía) pero a las 7 marido vino a darme un beso, ya bañado y vestido, avisándome que iba a escribir unas cosas y se iba (?). Nunca más volví a dormirme y estoy echada en la cama, muerta de cansancio, contracturada e intentando decidir si voy al gym o no. Además: quería coger. Qué malhumor.

Ay. Es difícil explicar que a una las demostraciones de afecto le cuestan mucho. La fobia cuando es tan expresiva no se entiende. No soy tímida: soy fóbica. Tengo problemitas con el contacto físico, no gusto demasiado de exteriorizar los sentimientos en público y tengo graves problemas con "lo sentimental" por decirlo de alguna manera. Soy medio pibe en ese sentido pero con corazón de dulce de leche (??).


Tuve una tarde copada. Soy muy fan de las mujeres en general y de los grupos en particular. Comimos con Guille, Mer, Maru y Lu y un montón de niños ruidosos alrededor que se portan bastante bien dada la cantidad. Hubo bastante consenso sobre lo chico y caído de mis tetas. Volvimos en caravana bajo la lluvia y cuando llegamos marido ya estaba en casa. Luzma había hecho la base de brownie con la receta de Mer y quedó espectacular. Le puse dulce de leche y coco (no llegué a batir la crema, lo haré para hoy) mientras marido hacía un lomo informal con unas papas y al rato cenamos los seis. Amo a marido, me cae bien el pibe, la verdad.

 Y no mucho más. Al rato tengo endocrinólogo, el dolor de piernas es muy desalentador (ayer a pesar de la resistencia inicial hice 45 de patinadora) y la cama me está tirando (deporte o lectura en la cama: ay, las dudas vacacionales).

En fin, chicos. El findex marido trabaja y yo no sé qué plan aunque algo haremos. Está la peli de Los pitufos en el peor de los casos.

Así las cosas.

insomiac noche...












jueves, 11 de agosto de 2011

marido te amoooooooooooooooo

Ay, qué divina, le grito al mundo mi amor aunque sea una gronchada. Pero para eso tengo un blog ¿no?

Es que es la verdad, estoy contenta por todo lo que tengo.

Oopsssss. Algo está sucediendo y tiene que ver conmigo, trata de comprenderlo estoy comprometido....

jueves del ort

Quisiera decirles qué es lo que pasa pero no lo sé. Todo sale un poco mal. El regalo que me salió una fortuna y no tiene cambio no le gustó a marido. Tengo granos, en el super casi no había fruta y verdura, estoy gorda, me dio angustia repentina y profunda frente al refri de la sección de carnes, los médicos no me atienden, la señora que depila y hace manos tampoco, tengo que hacer ensalada y pastel para cumple (marido no quiere festejar así que haremos cena los cinco y ya), no logro arrancar y me siento aplastada en el sillón aunque debería estar haciendo todo lo que dije + gym. El post de ayer no puede estar peor escrito, estaba de verdad cansada. Hoy supongo que no ando mucho mejor.

Ya se pasará. Todo pasa y algo siempre queda, también es cierto. ¿Será que la angustia va dejando huellas simbólicas en algún lugar del ser? De ser así yo soy una gran estría emocional (lo que es bastante acertado). Lo que no dije es que amé a mi familia, me alegré de tenerlos, entendí una vez más que sin todo esto no habría sobrevivido demasiado bien y que marido es el hombre de mi vida. Hoy cumple 41 y el miércoles que viene cumplimos 10 años de casados. Suena a delirio. Lo es.

En fin, activo, chicos.
Ayyyyyyyyyyyyyyyy.
Así las cosas.

miércoles, 10 de agosto de 2011

regresada

Volvimos antes de lo planeado pero en el tiempo que yo tenía en mente. Hicimos un día de vacaciones y dos de viaje pero a nosotros nos cierra bien, eh.

Ayer nos levantamos, hicimos tiempo en la pile porque el desayuno recién se servía a las 9.30am y los chicos madrugaron después de acostarse temprano. Por cierto, no era continental sino veracruzano lo que parece que incluye huevos, arrachera preparada con no sé qué (no probé), sopes y una suerte de sopes pero con salsa roja. Después de semajante bacanal tempranero nos fuimos a El tajín. Fue un largo y escarpado camino llegamos a las ruinas bajo un sol rajante. Primero nos echamos a ver a los voladores de Papantla que ahí son locales (hace no tanto los habíamos visto en Chapultepec y tiene algo bastante copado) y después caminamos, asándonos, por las ruinas. Obviamente no habíamos llevado cosas para taparnos la capocha (aunque sí protector) y hacía mucho calor porque era el mediodía y no encontramos carteles así que vimos las ruinas que son lindas pero no nos desasnamos. Volvimos, compramos unos mangos para evitar la comida y volvimos al hotel. Todos los detalles que intenté grabar se me fueron, como era de esperar...

En el mar me enfrento con lo más lo más esencial de mí misma y a mi historia. Qué raro ¿no? Una mezlca de libertad y hostilidad. Nunca le tuve miedo al mar pero si respeto. Madre ahogarse a mucha gente por un banco de arena que se deshizo frente a sus ojos así que siemrpe los tuvimos prohibidos. También las motos por cabezas rotas en las guardias y así una larga lista de miedos y aprehensiones heredadas. Qué difícil educar hijos.

Cenamos en el hotel en el cual la carta adivierte con el dibujo del caracol y la leyenda "low food" que el servicio va a tardar pero no adivierte que se come tan mal. A la tarde habíamos decidido dejar el hotel hoy en lugar de mañana y pasar por Boca del río para ver si nos quedábamos o nos volvíamos a casa. Por eso nos levantamos, armé la valija, los chiquitines nadaron un mini rato, desayunamos casi lo mismo que ayer aunque había chilaquiles y encremadas de árbol, comí porque el pan tostado brillaba por su ausencia, me enchilé, me cayó mal, vomité, terminé de juntar todo y nos partimos. Tardamos un buen rato en llegar a Veracruz, fuimos hasta Boca del Río, vimos que es una suerte de Cancún wannabe (con todo lo que eso significa) pero sin el Caribe, dimos la vuelta y paramos en una palapa frente al mar (con un estilo medio parador del sur), comimos unas tostadas de ceviche y de jaiba y unos camarones al mojo de ajo, pasamos por Mc para que los chicos se comieran unos sundaes (el único postre de las vacaciones) y a eso de las 3pm salimos para México. Tardamos cinco horas, por culpa mía salimos mal del circuito lo que sumó tiempo y a eso de las 9 por fin entramos a casa, contentos de estar de vuelta. Somos del tipo de familia que ama su hogar. No sé si somos aferrados a la comodidad o una manha de fóbicos pero no importa. La casa nos hace feliz así por lo cual, cuando esté arreglada no sé cómo nos van a sacar.

Bueno, mis palabras últimamente son muy erráticas. Estoy agotada, con dolor de espalda proque Milo usa mi almohadon para dormir en el piso, mañana tengo día de super, gym, comida y cumple de marido así que espero dormirme lo antes posible.

En fin, chicos.
Así las cosas.

lunes, 8 de agosto de 2011

Crónica de un viaje a Costa Esmeralda, Veracruz

Soy las 9pm y estoy en una suerte de terracita que tiene el hotel al lado de la recepción, único lugar en el que hay internet. Podría decirse que es un hotel de rústico para abajo aunque no sé si estaría siendo del todo fiel al concepto porque no creo que tenga conciencia de rusticidad sino más bien una tendencia wannabe modern o algo así, raro. Pero tampoco podría decir que está mal aunque no valga lo que cuesta. Acabamos de llegar de un lugar que se llama Los Moros, a ocho kms, donde comimos cóctel de jaiba, pulpo asado, camarones al mojo de ajo y filetes de pescado asados. Bastante rico todo. Y mucho.

El post debería empezar ayer, que fue un día largo. Bah, lindo diría. Fuimos a lo de Lu y Diego y la pasamos genial. El pibe asó un lechón entero en el horno de barro que tenía un aspecto alucinante si comés productos de granja, también había chorizo una panceta marinada y cocinada a fuego lento que parece que la rompió pero yo no probé, después de la maratón de la noche anterior debía darle respiro a mi aparato digestivo, al menos en cuestión de grasas. Eso sí: le entré con gusto a las papas rústicas asadas que hizo mer (deliciosas), a la ensalada y al arroz salvaje con cous cous y hongos. Todo muy top y rico y muy diver. Los chicos también se hiper entretuvieron y marido estaba contento y hoy seguís diciéndome "qué bien la pasamos ayer", lo que todos sabemos que no es para nada su costumbre (marido no es de pasarla bien con facilidad). Después de la larguísima tarde (nos fuimos a las 8.30pm) intentamos dormirnos temprano pero yo fracasé, no sabría decir por qué y terminé clavándome un tylenol pm que devino en que no escuché el iphone de marido (tampoco puse el mío) y en lugar de despertarnos a las 4.45am como era el plan, amanecimos a las 6.30... Pero no pasó nada, marido cargó el coche mientras yo me daba un baño (no sé por qué cacé todo el olor a ahumado del lechón, marido para nada) y antes de las 7 estábamos on the road.

El ipod musicalizó bien, marido y yo empezamos a no querernos a los poco kilómetros de salir pero desconozco ahora los motivos (él aduce mi estado hormonal reciente, yo pienso que tiene autocrítica nula: lo que es cierto). A eso de las 11.30am llegamos a la ciudad e Veracruz y nos fuimos directo a desayunar a La parroquia. Habíamos tomado un coffe con alguito en la parada de carga de gasolina pero unas cuantas horas antes (ah, eso: marido consideró que yo debería haber cargado gas y procastinó eso hasta que la luz se prendió y empezó a hacer ruido de alarma, lo que me pareció malísimo pero igual callé sabiamente). La parroquia pareciera ser EL lugar al que tenés que ir a desayunar en Veracruz, de hecho, la produ hizo un programa de cocina y el primer capítulo pasan por ahí por lo cual marido le trajo el dvd al dueño quien no se inmutó ni se emocionó ni nada. Los chicos pidieron huevos con tocino (??), marido unos chilaquiles contundentes y yo unos molletes, ricos pero molletes al fin (no tienen mucha ciencia). Eso sí: el café con leche (ese que le ponen poco café fuerte en un vaso y mucha leche) estaba deli. Una vez saciados decidimos caminar un poco por el malecón pero duró un suspiro porque se largó la lluvia (yo, muy precavida, tenía un mini paraguas en la cartera) así que volvimos raudos al coche y después de que el GPS no supiera de la existencia de la carretera Nautla Poza-Rica, le preguntamos a un par de seres y hasta que constatamos que sí estábamos yendo por el camino correcto (la señalética mexicana tiene deficiencias bastante graves, hay que decirlo). La ruta es pesada porque precisamente es ruta y no autopista y está llena de camiones. La gente maneja pésimo, pasando cuando no debe y cosas por el estilo y se hizo bastante largo pero un poco antes de las 4pm finalmente llegamos a destino.

Saqué las cosas de la valija (son pocas, obviamente), nos cambiamos y bajamos a la playa. La arena es oscura pero muy brillosa (no sé cuál será la piedra que parece brillantina pero es bastante impresionante ver las chispitas al sol) y bastante suave. Yo llegué unos minutos después y ya estaban todos copados. Camilo no paraba de decirme, recostándose en la orilla, lleno de arena: "me gusta, mamá". Comestible. Y los otros se metieron un montón con el padre mientras yo, sin ningún tipo de dignidad, me acostaba blanca y gorda, con los flotis de Milo puestos en MIS brazos, a cuidar al baby también toda enarenada (marido e hijo mayor se dedicaron a cubrirme de arena mojada durante un buen rato ) y bancándomela como un lady (sabemos que detesto el tema arena pero superé todo y me dejé ser). Y mientras los cuidaba y agarraba conchitas y enjuagaba baldecitos, totalmente compenetrada con mi papel recordé mucho mi infancia en Pinamar (sí, como siempre que voy al mar) y también pensé que en el último tiempo lo que no me van son los grises. La contradicción sí pero el gris, no. En mi propia vida, eh. Con los demás no me meto. Después de un par de horas de playa pasamos a la pile y los pendorchos siguieron felices. Comimos la fruta que había traído, nos bañamos y partimos en busca de un restó digno o al menos con algún comensal a la vista.

Ah: lo de esmeralda es un acto de generosidad y marketing turístico porque el agua es más bien tirando a amarronada y revuelta pero todo bien, en la orilla es muy calentita y no vamos a ser nosotros, productos del Atlántico sur, los que critiquemos ningún agua mientras no esté contaminada.

En fin. Debo irme a mis aposentos. El útero me duele y estar indispuesta en la playa es medio un gancho pero a todo le pongo onda. Mañana iremos a las ruinas de Tajín después de desayunar y luego vida acuática.

Queridos: así las cosas.

domingo, 7 de agosto de 2011

ohhhhh, vamos a la ruta, nena

El café me cayó un poco pesado pero lo necesitaba. La panza me incomoda, comer mucho no es una de mis actividades preferidas, eh. Nos acostamos a las 3am y a las 10.30am ya estaba retando hijos que se peleaban. Ahora marido lee la ubicación del hotel pero dice que no a llamar por teléfono para averiguar dónde es exactamente. Puf. La música de la página te quema el bosch. Bueno, ya sé: el menú es lo único que importa.

Llegamos cerca de las 8.30pm, hora de la invitación pero la cosa no estaba avanzada. Marido tomó una cerveza holandesa en caballito que yo solo probé pero no soy fan así que me dediqué al agua. A la hora aprox llegó una pareja que yo no conocía y Érica y a eso de las 10.20pm por fin nos sentamos. El dpto es super moderno, bien iluminado, un mesero nos servía a nosotros seis y Paulino, el chef, avisó que no iba a sentarse. Los vinos fueron acordes a la comida pero no puedo describirlos y en todos la decoración era con flores comestibles.

Primer tiempo: callo de hacha marinado con aguacate  ahumado (en bolitas).
Segundo tiempo: Puré de hongos, con una salsa cremosa de hongos, unos honguitos fritos y otro confitado.
Tercer tiempo: una sopa de chícharos (arvejas) con huevas de pez globo, un pequeño nido de betabel (remolacha) y jamón serrano crocante.
Cuarto tiempo: risotto con morcilla y queso parmesano, lenguado, una rodaja de morcilla frita y alcachofa (alcahucil) en dos texturas.
Quinto: costillita de cordero con que puré de coliflor, compota de chile ancho con tomate confitado y cereza natural.
Sexto: crepe de manzana, relleno de una suave crema de limón, un gelé de amaretto (cuadraditos de gelatina) y pistachos.
Séptimo: crema de elote (choclo) con piñones.

Solo dejé el risotto porque no como morcilla (aunque lo probé) y también le entregué la costilla de cordero porque me es indigesto, aunque también la probé y la compota me encantó. Y tuve que abandonar la crema de elote porque sentí que explotaba. Nunca había comido tanto en mi vida, creo y ahora, bueno, un poco lo padezco. Claro que nunca me habían cocinado cuasi especialmente (bueno, yo fui personaje secundario eh, vestida como una pseudo intelectual neoyorkina me porté bien, hablé poco y me dediqué a morfar). Los vinos solo los probé porque tampoco puedo beber demasiado y alguien (yo) tenía que manejar.

El deporte me espera, marido se queda con los chicos haciendo la tortilla de papas para llevar a lo de los chicos. Ya hice la valija, Luzma sacó baldecitos y demases, guardamos las manzanas que compré ad hoc y quedamos que primero pasamos por Veracruz Puerto y después nos vamos al hotel de la playa que queda a 200kms. Qué buen plan. Creo que nos falta el tema música, algo entendí ayer que le había pasado al ipod de marido. Mi camio quedó limpísima para salir a la ruta.

Bueno, chiquitines, los veo mañana en Veracruz. Todavía nos queda el programón de lechón con niños (por suerte desistimos de irnos hoy, hubiera sido imposible con tanta alimentación en sangre) y guardar las cosas de tocador. Ah y elíptica y sauna.

Estoy contenta.
Así las cosas!

sábado, 6 de agosto de 2011

otra vez sábado, todo pasa muy rápido

Y... ayer volví a aburrirme un poco con el tema trabajo. Hice una hora de elíptica dejando la vida (es increíble la garra que le pongo y el poco reconocimiento corporal), trabajé, merendé y a la noche fuimos con marido, Flor y Román a comer unos tacos (en mi caso dos quesadillas demasiado grasosas y antes chicharrón de queso) y después a ver Midnight in Paris que, aunque es una película muy menor de Allen: predecible y un tanto naïf, me gustó y la disfruté. Nos llevaron por el camino del VIP que no me interesa para nada, de hecho prefiero estar un poco más erguida en el cine, a decir verdad. Marido compró chocolate pero eso sí me lo salteé.

A veces me olvido de cuán importante es la estética para los argentinos (los hombres, en este caso), la flacura, la esbeltez, las tetas, etcétera. Un poco me desalienta no solo porque a mi la naturaleza no me bien dotó sino porque también me parece un poco demasiado superfluo. Digo: a mi no estar flaca me deprime, el paso del tiempo me tira a la B, hubiera querido ser linda con toda la fuerza de mi corazón y otro montón de cosas pero... no tiene importancia. Bueno, para mí, claro, la vida pasa por otro lado. De hecho, no gasto ni mucho tiempo ni mucho dinero en "belleza", me pinto las uñas yo, me tiño el pelo yo y así la lista. Y me encanta la ropa pero ni de casualidad me fijo qué se usa particularmente ni miro revistas de moda ni uso ropa de diseño y siguen los etcéteras. Y tampoco voy a hacerme las tetas. En el sauna, después de media hora de zumba, media de patinadora y unos brevísimos ejercicios en las máquinas (descubrí que había sido esa la causa de la contractura), me di cuenta de que cuanto más cerca del mundo intelectual está el hombre, más rechaza las siliconas y viceversa. Sí, una relación directamente proporcional. Marido estaría en el viceversa, por cierto.

Los chicos se fueron a caminar con Luzma, yo estuve luchando con Cablevisión y mi marido porque la interneta tiende a irse, nos echamos un polvo genial (de los mejores en mucho tiempo) y ahora parece que vamos a ver El ángel exterminador de Buñuel que presumo haber visto pero no puedo aseverar con ninguna seguridad. Uf, me eché en la cama y se rompió una vez más. Malísimo. Después empezaremos a prepararnos para la cena. Lo único malo: se está por largar una tormenta horrible. Ah, comimos ensalada de atún y los chicos hamburguesas caseras con papas fritas que también les hizo marido.

En fin, chicos.
Así las cosich.

viernes, 5 de agosto de 2011

y acá troleando antes de vestirme


Yo me siento una gorda sexy pero puede que solo sea mi percepción (altas probabilidades).

el amor es así



Aunque en las fotos parezca aún más gorda de lo que estoy en la realidad.

por fin viernes

Puede que tenga un hipotiroidismo subclínico y por eso estoy gorda. No aguanto más, me supera tanto kilo arriba. Empiezo dieta y me desaliento porque no adelgazo. Mario, mi ginecólogo y también obstetra en estos años, de todas maneras, engordó más que yo. Ahora dice que juega al squash y que en un año, cuando me toque ir de nuevo, lo voy a ver más flaco. No lo creo. Tuvo que usar un espéculo más chico porque el que intentó me dolía, lo que me pareció genial y me llenó de orgullo (?). Parí tres veces, soy una genia (ponele).

Ayer fue un día en el que me aburrí mucho. El trabajo a veces no está tan bueno y pienso que quisiera hacer cualquier otra cosa, interactuar con otros humanos, salir de mi cabeza. Volví de lo de Mario y me quedé con María en el parque mientras los pequeños jugaban, buenísimo que no llovió. Al rato llegó marido y estaba yendo a casa para estar con él pero me interceptó Lisa y hablamos un ratín en la puerta de casa. Marido hizo pizzas y vino Carmen a tener su cena de despedida. Marido finiquitó el foie, hice un guacamole y comimos mucho y rico. Después pasaron José y María y hombres y niños comieron los mini Hagën Dasz. Nos reímos. Carmen no quiere volver ni de vacaciones. ¿Me pasará lo mismo el día que me vaya? Hoy parece lejano e imposible.

Marido le explica a Coco qué es la bolsa de valores acá al lado mío. Tengo que trabajar, ir a buscar algo, hacer la valija para la playa. Hoy sí espero que nos veamos una peli a la noche. Mañana a la noche tenemos cena de siete tiempos con el chef. El chef tenía un programa en elgourmet y ahora hicieron un piloto y nos reunimos todos en lo de Guillermo B y comeremos lo que nos de (la diesta fracasa a mi pesar). El domingo tenemos lechón en lo de Lu y Diego (eso me lo ahorro porque no gusto). Y no sé qué más. Ah sí, juntar baldecitos, pañales, leches, fruta, protector solar, libros, trajes de baño. El road trip me super entusiasma. Decile no al aeropuerto, estoy harta de los aviones. Además, tengo muchas ganas de pasar unos días solos con el núcleo duro.

Y no mucho más, eh. Sigo un poco desconectada de todo y todos. El mundo no gusta de mí y yo no gusto del mundo. Está bien que sea mutuo.

En fin, guys.

Así las cosas.

jueves, 4 de agosto de 2011

abarajame la contractura

Inmovilizada, adolorida, amarilla. Y podría seguir enumerando características de hoy. Hoy. Circunstanciales, inmediatas. Duelen las contracturas como la re puta madre. Contractura cervical que no sé a qué se debe y que me impidió hacer deporte. Siento una desconexión basal con el mundo y no sé bien cómo explicarla. Tampoco importa. A las 3.30am aprox me desperté insomne y angustiada. Antes de seguir sufriendo (la angustia tan primaria siempre me toma por sorpresa ¿a qué se puede linkear cuando estás durmiendo?) me clavé, semi dormida, un tylenol pm. A las 9.15pm ya estábamos hundidos en la cama pero, sin leer, tardé en dormirme. Una incomodidad.

Siempre soy rara. No importan los motivos, soy una paria social, en un punto.

De todas maneras, no tiene importancia.

Ahora, hago tiempo. Por suerte no cortaron la luz. Debería escribirme para que baje. A la tarde tengo ginecólogo. Y todavía no cambié todos los turnos médicos que tenía para la semana que viene. De lunes a jueves nos iremos a Casitas, Veracruz (creo que es Casitas) y aunque digan que la playa es horrible, no me importa. Necesito meterme al mar.

No sé: no mucho más. Cansancio. Dolor. Leve nadismo estructural. Y pocos planes por el tema laburo.

Así las cosas, chicos.
Austeras.

miércoles, 3 de agosto de 2011

como si fuera otro año

Ayer tuve una vuelta al pasado, unos meses atrás cuando todo era de la misma forma que había sido siempre. Carmen vino de DC a terminar unos trámites, me contó toda su llegada, echada en el sillón, los temas familiares, los muebles, la casa, la camioneta. Como si el tiempo no hubiera pasado, no puedo darme cuenta del todo de que fue solo una visita y que porsiblemente no la vea por mucho tiempo. Carmen fue la persona que le trajo una tortuga de agua a Simón cuando nació Tita aunque nos conocíamos hacía muy poco, fue quien me pidió un turno con su pediatra cuando Tita lloraba sin parar, marido estaba borradísimo, pasado de trabajo y yo, que vivía acá hacía cuatro meses y tenía 27 años, no sabía qué carajo hacer. Me llevó en su coche y entró conmigo, como una tía preocupada. Le dije que iba a extrañar a Sebas y su buena onda con el Coco, su estar por ahí. Después salí al parque y estaba María con los chicos y una amiga y después salió Lisa, como si nada también, como si no se hubiera ido a vivir a Palo Alto hace meses y sus hijos jugaran como siempre en la plazuela, haciendo número. Es triste que las cosas se desarmen y mi vida afectiva se fue desarmando de a poco, perdiendo una pieza tras otra. Todos nos rearmamos y nadie es indispensable pero tampoco me pasa desapercibido por más acorazada que esté.

Seguí con mi día de vacaciones. Leí. Les descongelé unos elotes a los chicos para cenar (se quedaron Feli y Juana), les puse manteca, sal y palitos para que no se quemaran, los adoctriné en cuanto a lo que tenían que hacer cuando terminaban la peli (lavarse los dientes, abrir las dos bolsas de dormir, dormirse) y me fui manejando (detesto bajar en taxi) hasta el Covadonga en donde estaba marido con Nacho, su hermana y el novio. Comí de más. Hubiera preferido no salir pero marido no me deja demasiadas opciones y ventilar siempre está bien. Llegamos en coches separados (dejé a marido en la oficina para que buscara el suyo) y solo me ganó para poder meterse en la cama y hacerse el dormido. Se queja de que si tarda yo ya estoy hundida, semi dormitando (bueno, en mis pensamientos siempre).

Y no mucho más, eh. Relajienta, ahora en pijama voy a desayunar, los chicos ya rompen los huevos aunque falta 1.15 para que entren al curso. Las nenas cantan a los gritos. Marido desayunó con todos, parecía un orfanato. Luzma las peina. Milo habla sin parar pidiendo cosas. Después me toca super. Y así se pasa la vida en esta tranquilidad inaudita. Se supone que va a caer trabajo y a la tarde tengo meriending.

En fin, guys.

Así las cosas.

martes, 2 de agosto de 2011

perdiendo el tiempo

Básicamente estoy de vacaciones que como son vacaciones en general, no me molesta pero si sigue así cuando retorne de Bs As, me voy a preocupar.  Por ahora, bueno, estoy en cualquiera, viendo de irnos a Casitas, Veracruz, dos días. Bueno, tres. De domingo a martes. Muero por meterme al mar. Hacerme una limpia natural, estar los cinco solos. Comer rico (así, claro, no voy a adelgazar jamás). Encima hoy creo que cenamos con Nacho, el viernes potencial cena, el sábado cena con el chef bookeada hace mucho (por eso nos vamos el domino) y mientras hago gym, boludeo, escribo, etcétera. Sin culpa (¿y este milagro?). Hice un poco de aparatos y 35 de elíptica, chivé como cerda y después me tomé un green tea cream sin la cream con Flor en el Magnocentro y me fijé una cosa que me había pedido madre. Tenía curso pero siempre no y no me habían avisado. Desastre.

Ayer a la noche vino la arqui, creo que piensa que estamos de la cuch (lo que sería verosímil), marido le hizo el foie que había sobrado del sábado y después, mientras veíamos planos armó una pasta con hongos y un pesto de rúcula y le dimos de cenar así, al paso. Le daba entre vergüenza y ganas, creo. Le recontra dije que no tenía ninguna obligación, espero que no lo haya hecho por compromiso. En fin. Y no mucho más, los chicos siguen felices con el curso de verano, yo recuperé la alegría con el correr del lunes (y eso que estaba ultra pozo de verdad) y todo me chupa un poco un egg (excepto que marido me dice que estoy gordich, lo que es cierto y medio difficult de solucionar los últimos cuatro años).

Voy a leer. Tal vez escriba. Va a pasar Carmen que está en la city por unos días y también por ahí María José. Los chicos están felices con la vuelta de Feli y Juana. Ah, y ahora me fijo pasajes para Bs As en diciembre. Todo así. La vida es eso que pasa cuando estás en cualquiera. Pero mi cualquiera al menos está un poco más próximo que en otros momentos y me caigo mejor. Aunque al mundo no. No sentirse expuesto a lo que le parecés al otro es la única clave para la felicidad y a mí me sale bastante como el orto. Quisiera que me chupara un huevo al 100 por ciento. Pero no. O no a veces.

En fin, chicos.
Así de caseras y encerradas las cosas.

lunes, 1 de agosto de 2011

no me estaría entrando la primera

Por lo menos estoy vestida. Ayer pasé el día en piyama, sucia, deprimida, apagada, rota. Haciendo reproches tristes. No salimos. Bah, yo. Marido y los chicos fueron al super a comprar pañales y marido después tuvo una breve junta en la Condesa. Intenté ver Historias extraordinarias y volví a quedarme dormida (no entiendo, te juro) pero marido la vio y pretendía que me pusiera en carrera para poder atacar la parte dos a su vuelta pero no me dio. Hice galletas con los chicos, alimenté mi gordura con la masa cruda, después vinieron Feli y Juana que por suerte volvieron a la plazuela, dejé que corrieran todos los muebles del living y patinaran (la verdad, me da lo mismo, son móviles y vamos a tirar todo abajo y está mucho mejor que hagan eso a que hagan cualquier otra cosa).  María después se llevó a los mayores a dormir a su casa.

Leí muchos diarios y fui muy infeliz. Mucha soledad maciza, inexorable. Cósmica y concreta. Triste. Después llegó marido, comimos algo de parados en la cocina, vimos una peli italiana malísima y nos dormimos profundamente, abrazados, queriéndonos en silencio. Creo que nuestra relación pasa por lo no dicho. No creo que esté particularmente bueno pero ya me acostumbré. Es lo que hay. Fueron tantos años de llevarnos como el orto que la paz tiene su encanto. ¿Por qué nadie dice que cuando nacen los hijos son chicos las parejas se sufren un sismo? No entiendo. Esa dimensión romántica que se le da a la pareja, la maternindad, la familia, etc, me rompe soberanamente las pelotas. No existe el idilio, los hijos son disruptivos, hay luchas de poder nuevas, hay conflictos impensados, hay de todo menos armonía. Después se pasa. Bueno, hay que remarla para pasarlo pero también hay que se sabio y trascender. Pero nada de esto tiene que ver con lo que me pasa hoy. Estoy gris y triste y ahuecada y desalentada y sola y pareciera que nada fuera a curarme. Desganada, estoy frente a la compu pensando en lo que no estoy haciendo. Si tuviera trabajo tal vez me sentiría mejor. Pero no.

En fin, chicos.

Así las cosas.