lunes, 1 de agosto de 2011

no me estaría entrando la primera

Por lo menos estoy vestida. Ayer pasé el día en piyama, sucia, deprimida, apagada, rota. Haciendo reproches tristes. No salimos. Bah, yo. Marido y los chicos fueron al super a comprar pañales y marido después tuvo una breve junta en la Condesa. Intenté ver Historias extraordinarias y volví a quedarme dormida (no entiendo, te juro) pero marido la vio y pretendía que me pusiera en carrera para poder atacar la parte dos a su vuelta pero no me dio. Hice galletas con los chicos, alimenté mi gordura con la masa cruda, después vinieron Feli y Juana que por suerte volvieron a la plazuela, dejé que corrieran todos los muebles del living y patinaran (la verdad, me da lo mismo, son móviles y vamos a tirar todo abajo y está mucho mejor que hagan eso a que hagan cualquier otra cosa).  María después se llevó a los mayores a dormir a su casa.

Leí muchos diarios y fui muy infeliz. Mucha soledad maciza, inexorable. Cósmica y concreta. Triste. Después llegó marido, comimos algo de parados en la cocina, vimos una peli italiana malísima y nos dormimos profundamente, abrazados, queriéndonos en silencio. Creo que nuestra relación pasa por lo no dicho. No creo que esté particularmente bueno pero ya me acostumbré. Es lo que hay. Fueron tantos años de llevarnos como el orto que la paz tiene su encanto. ¿Por qué nadie dice que cuando nacen los hijos son chicos las parejas se sufren un sismo? No entiendo. Esa dimensión romántica que se le da a la pareja, la maternindad, la familia, etc, me rompe soberanamente las pelotas. No existe el idilio, los hijos son disruptivos, hay luchas de poder nuevas, hay conflictos impensados, hay de todo menos armonía. Después se pasa. Bueno, hay que remarla para pasarlo pero también hay que se sabio y trascender. Pero nada de esto tiene que ver con lo que me pasa hoy. Estoy gris y triste y ahuecada y desalentada y sola y pareciera que nada fuera a curarme. Desganada, estoy frente a la compu pensando en lo que no estoy haciendo. Si tuviera trabajo tal vez me sentiría mejor. Pero no.

En fin, chicos.

Así las cosas.

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