sábado, 6 de agosto de 2011

otra vez sábado, todo pasa muy rápido

Y... ayer volví a aburrirme un poco con el tema trabajo. Hice una hora de elíptica dejando la vida (es increíble la garra que le pongo y el poco reconocimiento corporal), trabajé, merendé y a la noche fuimos con marido, Flor y Román a comer unos tacos (en mi caso dos quesadillas demasiado grasosas y antes chicharrón de queso) y después a ver Midnight in Paris que, aunque es una película muy menor de Allen: predecible y un tanto naïf, me gustó y la disfruté. Nos llevaron por el camino del VIP que no me interesa para nada, de hecho prefiero estar un poco más erguida en el cine, a decir verdad. Marido compró chocolate pero eso sí me lo salteé.

A veces me olvido de cuán importante es la estética para los argentinos (los hombres, en este caso), la flacura, la esbeltez, las tetas, etcétera. Un poco me desalienta no solo porque a mi la naturaleza no me bien dotó sino porque también me parece un poco demasiado superfluo. Digo: a mi no estar flaca me deprime, el paso del tiempo me tira a la B, hubiera querido ser linda con toda la fuerza de mi corazón y otro montón de cosas pero... no tiene importancia. Bueno, para mí, claro, la vida pasa por otro lado. De hecho, no gasto ni mucho tiempo ni mucho dinero en "belleza", me pinto las uñas yo, me tiño el pelo yo y así la lista. Y me encanta la ropa pero ni de casualidad me fijo qué se usa particularmente ni miro revistas de moda ni uso ropa de diseño y siguen los etcéteras. Y tampoco voy a hacerme las tetas. En el sauna, después de media hora de zumba, media de patinadora y unos brevísimos ejercicios en las máquinas (descubrí que había sido esa la causa de la contractura), me di cuenta de que cuanto más cerca del mundo intelectual está el hombre, más rechaza las siliconas y viceversa. Sí, una relación directamente proporcional. Marido estaría en el viceversa, por cierto.

Los chicos se fueron a caminar con Luzma, yo estuve luchando con Cablevisión y mi marido porque la interneta tiende a irse, nos echamos un polvo genial (de los mejores en mucho tiempo) y ahora parece que vamos a ver El ángel exterminador de Buñuel que presumo haber visto pero no puedo aseverar con ninguna seguridad. Uf, me eché en la cama y se rompió una vez más. Malísimo. Después empezaremos a prepararnos para la cena. Lo único malo: se está por largar una tormenta horrible. Ah, comimos ensalada de atún y los chicos hamburguesas caseras con papas fritas que también les hizo marido.

En fin, chicos.
Así las cosich.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola! no se como llegué acá pero empecé a leer y ya no pude parar! solo volví al principio para decirtelo... Saludos! Ana