martes, 16 de agosto de 2011

del amor

El día de ayer fue eterno. Los chicos gritaban y se peleaban en casa con Feli y Juana. Hice una hora de elíptica, sauna, baño, revisión de laburo, lectura atrasada de libro más comentarios escuetos, comedia romántica en Cuevana y una cierta melancolía basal, sin fundamentos, que se me colaba por todos lados. Lo peor: tampoco quería hablar mucho con nadie. Llamaron un par de personas y no me extendí, estaba compenetrada con esa pequeña miseria. Después fui a comprar algo enorme al Magnocentro, pasé por el City y compré ravioles y queso Oaxaca artesanal, paseé un poco por sus conchetísimas góndolas, probé quesos y unas masas (re desubicadas, se supone que no comemos por BA) y me volví a que los niños siguieran quemándome el bocho.
Les cuesta dormirse, no los aguanto más y a la vez, la perspectiva de levantarme 6.40am tampoco es muy alentadora. La vida es ese cúmulo de pequeños dilemas. Marido llegó tarde, había intentado leer el mismo libro que intento hace más de tres meses pero a la media página me da sueño. Llegó amoroso, a besuquearme y me dijo:
-Hoy hablé mucho de vos.
-Ah ¿sí? ¿Y qué dijiste?
-Todas cosas lindas.
-¿Tipo?
Obvio que no me contestó pero me dijo que nunca más jodiera con eso de que no me deje, que él es el que debería decirme eso (?). Había estado hablando sobre el amor y la vejez y parece que reconfirmó internamente que soy la mujer de su vida. Mientras bajaba a buscarse algo de comer, me quedé pensando en las personas a quienes se les escapa el amor de su vida. Dijo algo sobre alguien que siempre idealizaba el afuera y pensé, una vez más, qué sabia fui cuando lo conocí a él, cómo entendí que si lo dejaba ir tal vez nunca más fuera a enarmorarme ni nadie fuera a enamorarse de mí así (aunque marido niegue que en esa época cayó como un chorlo). Cuando volvió, y después de comer, le pregunté ¿cogemos? Al final siempre se copa y amo eso de él. El amor y el sexo sí van de la mano, es una realidad innegable: cuanto más enamorado te sentís, más ganas de garchar te dan. Ojo que también uno a veces garcha por inercia pero estamos hablando del lado A.

Por lo demás: ahora gym, después pasar por laburo con los tres chicos, ir al pediatra (a Tita nunca la llevé oficialmente acá...rarísimo), trabajar, después ver si llego a merendar a lo de Ile.

En fin.
Así las cosas.

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