lunes, 12 de julio de 2010

la estética de la miseria

Volvemos a la programación habitual.

Salimos un poco del pozo aplicándonos. Leyendo. Informando. Mandando mails. Pensando. Sale alguna pequeña cosa. Eso también. Cuando el agujero negro comienza a comerme, los astros parecen apiadarse y mi vida se semi ordena. Claro que de repente la entrevista psi va a tener que ser cambiada y eso, después del tiempo que se tomó la señora, parece una real complicación. ¿Por qué cuando decido entrarle a los problemas más a fondo, enfrentar los fantasmas, intentar entender qué y por qué me pone en entredicho siempre algo se interpone?

Entendí hoy que es México también. Soy yo y es México. Un tiempo interno que ya dice basta. El cuerpo dice basta. Pero no. Entonces hay que caminar con el viento en contra. Así de sencillo. Además: amigas madres, por favor, VUELVAN A LA CIUDAD.

Igual. Uf. La dentista, pobre. Casi me pongo a llorar. Su marido de 42 tuvo tres derrames hace un año. No quedó del todo bien. Angst. Y ella te lo cuenta con frescura. Y entrega. No sé. Terrible. Me hizo pensar.

Ayer un amigo me escribió lo siguiente: "por momentos siento más filo y malicia y acidez en tus comentarios cotidianos que en algunos pasajes de..."

Creo que estoy perdiendo la gracia en todas las dimensiones.

En fin.

Y como conclusión: hay gente que sólo piensa en coger (no, no hablo de mí).

Bueno, chicos.
Así las cosas.
Life is life.

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