viernes, 2 de julio de 2010

Bizarre love triangle

En el invierno del 96 estábamos en sexto (algunas, otras optaron por el CBC) y decidimos ir a Mar del Plata en las vacaciones de invierno. Todavía éramos muchas. Después quedamos solo las seis. Fueron días divertidos, hacía frío, la casa de los padres de Maru simulaba un barco y dormíamos todas desperdigadas. Una noche fuimos a bailar a un bolique bien gronchis. No conozco bien MdQ así que no sé ni cuál es la principal. Esa noche escuché un tema de Shakira y uno de Soraya. Era todo muy así, muy viaje de egresados. Y caminando por ahí conocimos a un grupo de pibes del Pellegrini, dos años más grandes. Había uno solo lindo. Vamos a decirle F, que es la inicial de su apellido. Y había un par más. Uno pelirrojo, con zapatos MUY dudosos, estudiante de medicina, con el que incomprensiblemente (o no, era mi naturaleza) terminé a los besos. F nos gustaba a todas. Bah, creo que a Ana y a Fer pero no sé si pasó algo en el viaje con Ana. Tampoco sé qué hicimos, si los volvimos a ver (sí, al día siguiente un rato, a la tarde, puede ser). Yo me arrepentí de mis besos y me replegué, huyendo.
Otra noche, compramos gin y sprite y tomamos hasta morir. Nunca más pude probar gin. Asco. Fer se arrastraba en la bolsa de dormir hasta un balde para vomitar. Creo que se quedó dormida en el baño. Fue el peor pedo que me pegué después del culpable de Milo. La cuestión es que volvimos y Ana y F empezaron a tener algo así como un romance. Bah, sexual. Garchaban en cualquier lado. Un par de veces nos encontramos grupalmente, no sé, raro, adolescente. Mucho auto empañado. Eso sí me acuerdo. Y un día, F me llama. Y hablamos un par de veces más. Histeria. Y no daba. Yo no soy de esa clase de persona, el triángulo no me funciona. Ni siquiera en ese entonces. Con Ana solíamos tener un poco de gustos parecidos, había como una cierta competencia cuando conocíamos pibes a ver quién se quedaba con el más lindo. Nos pasó en el viaje México/Cuba. A veces una salía beneficiada y a la otra se comía el garrón del siglo (porque rescatarse medio que no era una opción). Fer y Pau tenían su propia pica. Bueno, con F no pasó nada. Ana creo que lo vio un par de veces más y quedó ahí. Después, a los años, nos lo cruzamos no sé dónde y era un gil de goma (obvio).  Casualmente, en esa época (ya lo conté muchas veces), poníamos New Order, fumábamos mucho porro tiradas en la alfombra de lo de Pau, quedábamos locas mal, medio pajeras y nos bajábamos sin pudor TODO lo que había en la heladera (tipo: pastel de papa frío, pringles con queso crema). Un día perdimos una tuca en el coche de los papás de Ana, estábamos cerca de Dr Jeckyll y vino la policía a preguntarnos qué pasaba. Les dijimos, loquérrimas, que habíamos perdido unas llaves. Otro día nos metimos contramano en Cabildo, llovía a mares y creo que fue Rodri el que dijo: y ¿que se hace en estos casos, oficial? No sé cómo la zafamos.
Nunca voy a ser una perversa. Eso. No lo fui de joven...

Copado recordar esos años, tan noventas, hubiera sido mucho más feliz de haber sabido todo lo que se venía. Pero bueno. El botón de rewind no lo estaríamos encontrando.

Se terminó una de las semanas más duras de los últimos años. Esperemos que mes nuevo, vida nueva o aires renovados o: y que sea, lo que sea.

Marido todavía no llegó.
Así las cosas, chicos.

Y: aguante Argentina, carajo!!!!!!!!!!!!!!

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