martes, 12 de julio de 2011

Crónica de unas vacaciones familiares, Indianápolis 3

Terminamos de merendar tostadas con mermelada. Son las 7pm y hay mucha luz. Y muchos niños. Igual, tuve un día sin demasiados kids alrededor así que no puedo quejarme. Ahora hacen todos ejercicio con Giorgio en el basement, un nuevo programa con no sé qué video. Pau y yo nos fumamos un ciga afuera, en la terraza, hablando sobre crianza (yo era buena excepto que Tita se frustra y se angustia y que Milo hace lo que se le cantan los huevos). Tengo que laburar, estoy con delay. Haremos un salmón con ensalada para la noche y mañana tenemos programa del Museo de los niños y pic nic en el lago. Tendríamos que organizar Chicago. Nosotros nos vamos el jueves y marido tiene que volverse antes.

A la mañana, después de bookear el hotel en hotwire, salimos a caminar con Pau y el Barouh pero nos zarpamos con la distancia bajo el sol rajante y casi matamos al perro. A tal punto que tuvimos que llamar a marido para que nos viniera a buscar, sin darnos cuenta de que estábamos exactamente a la vuelta. Cualquiera. Para nosotras fue una caminata excelente. Fluimos. Después nos bañamos (como no anda la ducha del cuarto de abajo, nos bañamos juntas en la doble del mega baño de Pau, como si fuera el club) y fuimos con marido y los dos pequeños a Broad Ripple, un pequeño centro pseudo bohemio pero parece que no muy diurno porque casi todos los restó estaban cerrados y después de arrastrarnos por el calor unas cuadras, terminamos comiendo en una sucursal del mismo lugar que ayer. Me clavé una crab cake que me copa. Milo comió un montón de huevo, Pau un crepe gigante de pollo y marido una hamburguesa sofi. De ahí partimos solos (bah, con baby) a un mall y aprovechamos ofertas de Gap, nada de más de nueve dólares. Igual había poco. Y nos volvimos. Los chicos habían quedado con Araceli, mexicana de Aguascalientes que vive acá. Marido y Pau llevaron a los chicos a la pile y yo aproveché para laburar, lo mismo que seguiré haciendo ahora. Acepto encantada sugerencias sobre Chicago (gracias estudiante crónica por la tuya, perdón que nunca contesto los mails). No estoy muy conectada, de hecho, bastante poco. Casi no recibo mails y no uso el iphone así que funciona como detox. Lo que más me gusta de los viajes es que es un puro presente, algo que a mí suele costarme sobremanera. Por cierto, no leí ni una sola línea que no sea por trabajo.

En fin, chicos.
Así las cosas.

No hay comentarios.: