viernes, 8 de julio de 2011

a veces uno se olvida

Entre Domi y yo armamos la salida. Qué pilas somos, le digo. Nos amamos y frotamos nuestra cabeza por el hombro de la otra. Pasé a buscarla, salió en estado de shock por llanto intenso de beboncha, me tira opciones, todas parecen posibles: dientes, panchu, angus de los 8 meses (digo yo). No importa. Los bebés lloran pero se les pasa. Vamos al Félix, nos tienen la mesa que reservó, es chiquita e incómoda pero está afuera, está bien. Llega Ezequiel, con su estampa un poco enferma, desanimada, diría que la altura no le hace bien. Después cae Andrés F preguntando por marido que es quien "le inventó" el programa. Le decimos que no, que fuimos nosotras pero escuchar no es su fuerte. Marido manda mensaje de que ya aterrizó y que está en camino, yo contesto "genial". Llega Ana, es amiga de una amiga y vive acá hace dos semanas, no se conocen. Somos una mesa ecléctica y se intensifica cuando llega Adanowsky con una amiga. Pido un mojito y después, teniendo en cuenta que me tocará manejar, no bebo más. Creo que eso me alcanza para entonarme. Los temas no fluyen del todo hasta que hablamos de la foto. LA foto del día en la que una trola tiene semen esparcido por la cara y el pecho. Ahí hay declaraciones fuertes. No de mi parte, no estoy en ese mood. Perdemos a dos integrantes de la mesa, después se va Eze y el resto decidimos pasar por fiesta en la que está Caterina, amiga de Domi. Nos lleva el chofer que mueve a Andrés por la ciudad. Lugar lindo en la Anzures, gente linda, cerveza gratis, demasiada luz. Pero está bien. Lo que no está bien es sufrir los embates de alguien a quien ves de vez en cuando y ahora pensás que no querés ver más. Yo no puedo relacionarme así, la gente a la que no le intereso me hace siempre sentir en falta. La hostilidad me desarma. No gusto. Bs As en carne viva, pienso. Los 90, el esnobismo y la frivolidad en su máxima expresión disfrazadas de cultura y saber. Por favor, rescatarse.

En fin. A las 2am estábamos durmiendo, marido reventado, en otro mundo, jamás salta a defenderme ni se da demasiada cuenta. Marido y yo podemos orbitar en diferentes galaxias durante demasiado tiempo. Esta noche encima asado en la productora, creo que por ahí me lo salteo, no sé, quiero leer o mirar una peli y no aguantar el regreso de la era de la boludez disfrazada de profundidad. Además: no entendés nada.

Tengo 500 cosas que hacer, si no me apuro no llego.
Así las cosas, chicos.

No hay comentarios.: