jueves, 1 de diciembre de 2011

los hechos

Pasé el día horizontal, única forma de no llorar del dolor. Primero dormí, después me levanté, comí con los chicos, Xime y las niñas, y después volví a la cama con ella, las dos metidas debajo del edredón, vestidas, como si tuviéramos 15. Hacía mucho frío, tomamos té, charlamos y después trabajamos en esa misma condición, cada una en su asunto.

Después de baños y cenas de niños, volví a la cama, pasó Carmen 15minutos y también se metió conmigo en la cama. Todo un delirio. Mientras me contaba sobre su vida en DC y pasábamos revista a otra gente, me di cuenta de cómo este fue el año en el que se desarmó mi estructura acá: Lisa se fue, Carmen se fue, Pau se fue, mucha gente que durante muchos años fue mi entorno y ya no está más. La famosa resiliencia de mierda.

Creo que estoy un poco estresada por exceso de trabajo y de responsabilidades en general. Marido trabaja mucho también. Y la pastilla no debe estar haciendo demasiado efecto porque hoy me levanté con mucho esfuerzo a las 6.35am, volví a la cama y recién a las 9.30 pasadas pude volver a levantarme. Soy una morsa agotada. Y nada de ejercicio (entre panza e hipo t).

Y no mucho más. Los boletos a Bs As no aparecen. Eso me estresa, claro. Ya tengo muchas ganas de ir, de ver familia, amigos, de caminar y de que haga calor. Necesito calor y sol que pegue fuerte. Esta vez no mandé mails ni armé agenda. Será lo que tenga que ser.

Bueno, me pongo a laburar, esto no da para más.
Así las cosas, chicos.

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