lunes, 26 de diciembre de 2011

poco para decir

Estoy echada en la misma cama en la que pasé la tarde. Dormimos la siesta y retozamos con mi hijo menor durante las últimas cuatro horas. ¿O más? Me tomé la tarde y creo que será así hasta que me vaya. Ya no tengo tantos programas. Uno porque no se dan. Dos porque no los produzco. Estoy con fiaca. Quisiera ir a pasear con marido alguno de estos días.
Navidad apesta. Ni voy a hablar de la propia porque no vale la pena. Ayer pasamos el día con mis hermanos. Cenamos todos en lo de padres. Los chicos se quedaron a dormir ahí, hoy fueron a la pile y al Paseo Alcorta. Quisiera llevarlos al famoso museo del Centro Cultural Recoleta, voy a ver si lo logro alguno de estos días. También quiero ir al Tigre. Salí poco a comer afuera. Tampoco tengo ganas de seguir comiendo. A la mañana fui al super. Es tremendo cómo uno se acostumbra a todo rápidamente. Aunque sigue sorprendiéndome cómo fue que me acostumbré a vivir en Mex. Hoy a la noche tenemos asadito que hace P, mañana cena bloxxamor, el miércoles cena por el cumple de Cris y jueves y viernes no sé. Creo que salí todas las noches. Bueno, sí: salí todas las noches. Para eso vengo en diciembre. Creo que está siendo una de las estadias más largas desde que llegué. Sigo con el perfil bajo. Padres no se rescatan y me tratan como si fuera joven y me pudieran decir cualquier cosa. Les gusta mucho resaltar las virtudes de los demás en comparación con "malo" mío. Así me criaron. Una cosa horrible a la cual estoy acostumbrada. Yo no lo hago. No hay que mirar para afuera, a lo sumo hay que mejorar lo de adentro.

En fin.
Ah, el sábado, echada en una hamaca mirando unos pinos sentí una placidez indescriptible. Parece que puedo encontrar la paz en esta ciudad. Bienvenida sea.

Así las cosas, chicos.

No hay comentarios.: