lunes, 17 de diciembre de 2007

angustia dominguera

cuando era chica los domingos a las nueve mirábamos tato bores. después venía dinastía y ahí nosotros nos íbamos a dormir. cuando tenía 10 años aprox. empecé a tener insomnio y me volvía a la cama de mis papás pero no me calmaba la angustia para nada. creo que la aumentaba. es triste y desalentador cuando de chico tus papás se quedan dormidos antes que vos, como si algo de la seguridad se pusiera en juego en ese acto de inconciencia que es el sueño. la cuestión es que yo me angustiaba, lloraba y mis papás no sabían qué hacer. en ese entonces empecé a leer cosas completamente inapropiadas para mi edad que mi vieja me tiraba muerta de sueño y hastío. creo que lo primero fue la biografía de marie curie escrita por su hija que si mal no recuerdo, la odiaba.

yo un poco odié a mi mamá en la adolescencia.

la angustia me duró como hasta los 22.

pero lo que quería decir es que ayer me sentí como en esos años de fines de los 80´. me sentí angustiada en una noche de domingo y aunque no tardé tanto en dormime algo de lo de antes se actualizó.

no son días de gloria aunque sé que pasarán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me pasó lo mismo, alrededor de los 11. Sentia una sensación de vacio, dolor, en el diafragma. Y se me acrecentaba los jueves por la noche, que daban Las mil y una de Sapag, odiaba ese programa. Solía despertarme por la madrugada y no podia volver a dormir. Me duro hasta los 16. Nunca se lo conte a nadie, solo a mis papas, creí que no era algo normal que le pasara a los chicos.

Anónimo dijo...

Me pasaba exactamente lo mismo. No me acuerdo la edad exacta, creo que entre 8 y 10, pero tenía insomnio y lloraba angustiada hasta que alguien me escuchaba, generalmente mis viejos, y me ponían el colchón en el entrepiso de la habitación de ellos. Leía muchísimo en esa época, pero mi favorito era Annie: me lo leía entero cada noche.

Anónimo dijo...

A mi me sucedió algo muy similar, pero al revés que a tí. Hace unos años viví una relación muy tormentosa y por las noches no podía dormir y tenía ataques de angustia muy fuertes. Se empezó a volver una situación crónica: insomnio, ataques de angustia, ansiedad constante y enfermedades imaginarias como infartos y demás linduras.
Un tiempo después descubrí que la cura, además de mandar al carajo al inutil, fue leer mis libros de infancia. Así me reencontré con Mujercitas, Asterix, Salgari, Gulliver, Platero y yo y demás.

Espero que no vuelvas a sentir nunca más esa angustia... es terrible.

Un saludo desde México,
http://viajelento.wordpress.com/