miércoles, 14 de marzo de 2012

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No sé si estoy triste, angustiada o normal. Bueno, en realidad venía normal, como anestesiada, en mi pequeño mundo sin grandes aventuras intelectuales ni desafíos ni estímulos de ninguna clase hasta ayer que de la nada me picó una inquietud. Supongo que esta vida va en contra de mi naturaleza por lo cual no dura demasiado la tranquilidad. O sí, eh. Porque la inquietud es leve. Debería estar yendo a nadar pero me dio mucha fiaca. Será el viernes. Si hubiera sabido que no tenía que buscar a los pibitos, hubiera ido antes pero ahora, siendo las 12.30 del mediodía la paja es total. Así que trabajaré. A la tarde le pediré a Xime que me acompañe a comprar coco, pepinos (en Chedraui no había) y una pila de litio de 3 voltios para la balanza que pesa grasa que conseguí en el super. Si no me convence la devolveré.

Marido tiene show, creo que me tocará ir. Ayer llegó a las 10.30pm y yo dormía a pata suelta. Caigo rendida muy temprano. Es obvio, el día empieza al alba y yo no nací para eso. Coco se fue de campamento, estaba emocionado y nervioso (creo), lo llevó el padre a la escuela pero no dejó que bajara. Vuelve el viernes a la tarde. Lo extrañaré a la vez que descansaré.

Planes para los días que viene madre: Xime nos invitó a Acapulco así que posiblemente vaya unos días  con niños y con ella y las chicas, claro.

Estoy desconectada del mundo. Bueno, no, del mundo que no sea lo inmediato, lo próximo, lo fácil, lo que está a la mano. No sé cómo sigue el año, no tengo más planes que seguir con la dieta, intentar que mi casa esté ordenada de una vez (siguen los libros en cajas, recién HOY se supone que vienen a resanar la pared que dejaron con agujero, el estudio sigue inusable, el tapicero no sé cuándo trae los muebles, el carpintero me debe mi cama, las mesas de luz, la mesa del comedor y el lijado de las sillas, los discos en cajas, ni un solo cuadro en las paredes y polvo polvo polvo; el jardinero está trabajando en ambos jardines). Detesto recibir gente en este contexto, odio las cosas por la mitad.

Por lo demás: nada. No sé. Desinflada. Supongo que el haber terminado con mucho trabajo intenso y ahora tener esta tortura que no termina más no ayuda.

Y me siento un poco sola. De onda. Existencialmente. Quiero amor amistoso de mis amigos lejanos. Ponele.

En fin.
Así las cosas: levemente melanco.

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