martes, 24 de enero de 2012

a go ta da

A mi lado Milo se queja de todo lo que se le pasa por la cabeza "yo quería mango" y acto seguido: "¿me comprás una tarea?" y así con lo que ve o se le cruza. Es cierto que aprendió a hablar para quejarse. No hace otra cosa. El que diga que es mi culpa: no sabe de lo que está hablando.

Duermo mal cuando marido no está. Temo que el teléfono no se cargue (cosa que pasa 5 de cada 10 veces que lo enchufo) por lo cual no suena el despertador y entonces a Simi lo deja el camión y una seguidilla de fantasmas que hacen que me despierte cada hora. Además, Milo se pasa a mi cama, me patea...

Excursus de skype con Pauli y chat con Flory.

Ya son las 9pm pasadas. Hace rato que cené unos cachos de queso y unos bocados de papaya. A la mañana despaché hijos, desayuné, llevé a Milo al cole y partí hacia el endocri de la dieta a Polanco. Tardé casi una hora, dejé el coche en Soriana (me acordé de que Pau hacía eso) y caminé. Tuve que esperar como siempre (el tipo no da turnos, medio que la gente cae a la semana y ya, es como ir a la verdulería solo que tardás menos). Tenemos una relación imposible. A él le caigo pésimo y como consecuencia, él a mí también. Bajé 1.800grs de los cuales 800 son de grasa mientras que lo normal es que sean 500 en una semana. Y así y todo quiso darme una dieta que consistía solamente en huevo, jamón, pollo, pescado, carne y hojas verdes. Bueno, me dio una en la que incluye un pedazo de panela, una taza de frutas y un yogurt como premio consuelo. Entre comidas solo jícama, pepino o gelatina light. No sé si existen dietas más infelices.

Volví a subir, busqué al pequeño y paré en el club. Lo deposité en la guardería dispuesta a nadar pero toqué el agua y estaba a una temperatura desalentadora por lo cual entré al vestuario a ver si me decidía a ponerme el traje de baño o a bañarme directamente y desistí de ambas. Salí como entré, recogí a Milo en la guardería y nos vinimos a casa. Miré los últimos dos games del partido de Delpo (por suerte no lo vi entero porque me angustio), intenté dormir sin éxito, comí leyendo en la compu proque el peque ya se había dormido y después de un rato bajé una vez más para buscar a los chicos en la escuela (martes y jueves se quedan a pintura). Después de pelear por temas de madre con mis hijos mayores salí al parque con Mery y prole y pasamos a ver mi casa, a la cual ya le falta muy poco. La semana que viene deberíamos estar mudándonos. Y así se terminará una etapa y supongo que empezará otra.

Estoy un poco menos triste. Mañana, después del super, iré a que me armen una rutina de aeróbico y pesas y comenzaré a entrenar más duro. Me entusiasma.

Y así se pasa la vida. Sigo con ganas de cocinar pero no soy tan kamikaze como para hacerlo en este estadio de dieta infame (me sobran 3 kilos, ¿qué garompa les da a los obesos de verdad?).  Me cuesta un poco relacionarme con la gente, pierdo popularidad por estar apagada pero el repliegue no me molesta. Yo soy replegada, me gusta un poco el pequeño mundo sin grandes estímulos.


Bueh, me voy a la cama. Camilo ronca al lado mío. El carpintero me deja clavada, tengo que volver a llamarlo, lo hiper necesito. Y todo en esta tesitura.

Así las cosas, chicos.
Banales.

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