miércoles, 11 de enero de 2012

sigo viva

O algo así.

¿Qué pasa en mi vida? Nada emocionante. Pero tampoco menos emocionante que antes, eh. Es que... perdí un poco los dones comunicativos. Bah, en Buenos Aires por ejemplo, casi no hablé de mí. Supongo que en parte fue porque no tengo nada para decir, nada nuevo ni apasionante y en parte porque me gusta escuchar a los demás.

El matrimonio es una institución con baches. Gusto de decirle institución porque relación le queda corta. Implica tantas cosas (y no quiero adentrarme una vez más en detalles, para mí el matrimonio no tiene nada que ver con la libreta firmada, no creo que nada cambie a nivel relacional) en el largo plazo. Demasiadas. Todo está en juego. Por eso hay etapas grises, etapas oscuras, etapas dudosas.

En lo personal no brillo en lo más mínimo. La opacidad es mi sino y aunque es controversial, debo confesar que no me disgusta del todo. El perfil bajo tiene su encanto y lo estoy redescubriendo. Es como volver a ser yo, en un punto. Hasta hace unos años no era particularmente extrovertida ni simpática ni buena onda ni necesariamente graciosa. Bueno: eso.

Ahora: ¿van a seguir queriéndome mis seres queridos? Los amigos supongo que sí: siempre estoy para el que me necesite. De verdad. Si me llamás y buscás ayuda, ahí estaré. Si marido me seguirá soportando no lo sé. Espero que entienda esto de las etapas y los humanos y la merma del deseo y otros etcéteras.

En el plano de la realidad: médicos, análisis, colegios de hijos, supermercados, mercados (fui al primero que conocí con Arnulfo ni bien llegué, al que no había vuelto y debo decir que la fruta y la verdura resultaron excelentes por lo cual volveré en breve), trámites y detalles (bah, muebles y demases) de la casa.

Hoy pensé que algo debo hacer medianamente bien porque de mis tres hijos escucho casi solamente halagos en las tres instituciones a las que concurren. No es poca cosa. Y es cierto.

A pesar del miedo me gustaría andar en bici.

El sábado iremos a la muestra de Escher. El viernes es el piyama party (aka piyamada) de Simón. Matame muerta. Pero lo prometido es deuda.

En fin, chicos.
Ah, y estoy desempleada!

Así las cosas.

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