lunes, 15 de enero de 2007

morosch y desquiciada

el viernes me teñí el pelo con una tintura que había comprado hacía días. nunca me acuerdo ni el color ni la marca con la que me tiño por lo cual compro la que me parece más se acerca al color actual.

el viernes a la mañana, a eso de las ocho y cuarto, me apliqué la que tenía en casa rapidito porque tenía que hacer mil cosas. mientras esperaba a que tomara, preparé el pastel de simi, los brownies y en el medio llegaron mis papás. en total debo haberla tenido entre una hora y media y dos en la cabeza. cuando me la enjuagué, no sé si porque efectivamente el tono de la caja no se ajustaba al real o por exceso de tiempo de aplicación, quedé negra. negra. la mayoría de los comentarios fueron positivos así que estoy pensando en repetir el color y la marca la próxima vez, me la acuerdo perfecto porque la modelo del envase era completamente ruluda y dado lo extremadamente lacio de mi pelo, me hizo dudar sobremanera (con razón).

y ahora, día de furia. a la gente de la parte internética de mi banco quiero simplemente ir a cagarla a trompadas por ineptos, manga de pelotudos que me hacen perder el tiempo y que me impiden hacer cosas demasiado importantes.

en este momento, luego de la descarga, tengo que decidir si voy a ver unos muebles horribles por la zona (los necesito urgente para la oficina) o salgo al parque a ver como mi crío mayor anda en bici.

así las cosas. compliqué...

1 comentario:

sol dijo...

A mi me pasó algo parecido una vez, allá lejos y hace tiempo (desde entonces soy morocha).